Ⅰ

Las palabras de Dios son los principios que el hombre necesita,

la meta, la senda y la dirección para vivir y ser salvado.

Le ofrecen cada verdad que como ser creado debe tener,

la verdad sobre cómo obedece y adora a Dios.

Ellas aseguran su supervivencia. Son el pan de cada día.

Son el único apoyo que le permite ser fuerte y mantenerse en pie.

Las palabras de Dios, suenen profundas o simples,

todas son verdades necesarias para entrar en la vida.

Son la fuente de aguas vivas

para que el hombre sobreviva en espíritu y en carne,

para seguir vivo.

Ⅱ

Las palabras de Dios son ricas

en la verdad de humanidad normal

y traen la verdad por la cual el hombre se librará

de la corrupción y las trampas de Satanás.

Brindan enseñanza, exhortación,

aliento y consuelo incansables del Creador.

Esclarecen y guían al hombre

para que comprenda todo lo que es positivo.

Las palabras de Dios, suenen profundas o simples,

todas son verdades necesarias para entrar en la vida.

Son la fuente de aguas vivas

para que el hombre sobreviva en espíritu y en carne,

para seguir vivo.

Ⅲ

Las palabras de Dios son la garantía

de que el hombre obtendrá todo lo que es justo,

y todo lo que es bueno.

Sus palabras son el criterio para medirlo todo,

todas las personas y todos los eventos del mundo.

Son las señales que guían al hombre

hacia la salvación y la luz.

Las palabras de Dios, suenen profundas o simples,

todas son verdades necesarias para entrar en la vida.

Son la fuente de aguas vivas

para que el hombre sobreviva en espíritu y en carne,

para seguir vivo.

Adaptado de La Palabra, Vol. II. Sobre conocer a Dios. Prefacio