123 Bienaventurados los que aman a Dios
1 Bienaventurados los que aman a Dios; gozan de la obra y guía del Espíritu Santo. Al leer las palabras de Dios reciben esclarecimiento e iluminación; hay luz en su corazón y tienen una senda que seguir. Cuán gozoso es que den la espalda a la carne, dejen atrás el mundo secular y vivan ante Dios. Conscientes de la voluntad de Dios, cumpliendo correctamente con el deber, su alma está satisfecha y en paz. Bienaventurados los que aman a Dios; a menudo pasan por el juicio y castigo. Al aceptar el juicio se purifican y la transformación de su carácter da gloria a Dios. Bienaventurados los que aman a Dios; consideran Su voluntad como su vocación celestial. Al practicar la verdad y obedecer a Dios, lo temen y viven en medio de la luz. Bienaventurados los que aman a Dios.
2 Bienaventurados los que aman a Dios; reciben Sus pruebas y Su perfeccionamiento. Con Él a su lado en el dolor y la adversidad, prueban lo auténtico que es Su amor. Al escapar de la influencia de Satanás, piensan y sienten lo mismo que Dios. Con la refinación, su amor se hace más puro, y enaltecen a Dios y dan testimonio de Él por siempre. Bienaventurados los que aman a Dios; se abandonan a lo que dispone en los buenos y malos tiempos. Siguen lealmente a Dios hasta la muerte y entregan la vida entera por Él. Bienaventurados los que aman a Dios; lo adoran en espíritu y en verdad. Se convierten en confidentes suyos, receptores de Sus promesas y bendiciones. Bienaventurados los que aman a Dios.