812 Pedro se centró en conocer a Dios de una forma práctica

Durante su tiempo con Jesús, Pedro vio mucho que amar,

muchos aspectos que emular y mucho que lo alimentó.

Vio mucho de Dios en Jesús y tomó muy en serio

todo sobre Su vida, Sus acciones y palabras.


Pedro aprendió que Jesús no era un hombre común.

Aunque Su apariencia era como la de cualquier otro,

mostraba compasión, empatía y amor a la humanidad.

Todo lo que hacía y decía ayudaba.

Pedro aprendió cosas que nunca había visto.


Pedro vio que Jesús parecía un hombre normal,

pero tenía un aire diferente que no podía explicar.

Vio que Jesús era único y que Sus acciones eran distintas.

Su personalidad era especial, y actuaba firme y sin prisa.


Jesús nunca exageraba ni menospreciaba nada.

Condujo Su vida de una forma que revelaba

un carácter tan admirable como normal.

Hablaba sin rodeos, alegre y sereno.

No perdió Su dignidad en Su obra.


Vio que a veces Jesús callaba, o hablaba sin cesar.

Podía estar contento como una paloma, o triste y en silencio.

Mostraba ira como un soldado o un león que ruge.

Algunas veces, reía; otras veces, oraba y lloraba.


No importa cómo actuara Jesús:

Pedro llegó a tener un amor

y un respeto sin límites por Él.

La risa de Jesús le daba alegría,

Su tristeza lo hundía en la pena.

Su ira lo hacía temblar.


La misericordia, el perdón y las exigencias de Jesús

lo hicieron amar, venerar y anhelar a Jesús.


Adaptado de La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Cómo Pedro llegó a conocer a Jesús

Anterior: 811 La búsqueda de Pedro más conforme a la voluntad de Dios

Siguiente: 813 El conocimiento que Pedro tenía de Jesús

El fin de todas las cosas se está acercando, ¿quieres saber cómo el Señor recompensará el bien, castigará el mal y determinará el fin de cada uno? Bienvenido a contactarnos para descubrir la respuesta.

Contenido relacionado

Ajustes

  • Texto
  • Temas

Colores lisos

Temas

Fuente

Tamaño de fuente

Interlineado

Interlineado

Ancho de página

Índice

Buscar

  • Buscar en este texto
  • Buscar en este libro

Conéctate con nosotros en Messenger