Palabras diarias de Dios: Destinos y resultados | Fragmento 591

Hoy, la búsqueda del hombre para convertirse en un vencedor y ser hecho perfecto consiste en las cosas que persigue antes de tener la vida humana normal en la tierra, y son los objetivos que busca antes de que Satanás sea atado. En esencia, su búsqueda de ser un vencedor y ser hecho perfecto, o ser de gran uso, consiste en escapar de la influencia de Satanás: el hombre busca ser un vencedor, pero el resultado final será escapar de la influencia de Satanás. Sólo así puede el hombre llevar la vida humana normal en la tierra, la vida de adorar a Dios. Hoy, procurar convertirse en un vencedor y ser hecho perfecto son las cosas que el hombre busca antes de tener la vida humana normal en la tierra. Y las busca, principalmente, para ser purificado, para poner la verdad en práctica y con el fin de adorar al Creador. Si el hombre posee la vida humana normal en la tierra, una vida sin dificultad ni aflicción, no acometerá la búsqueda de convertirse en un vencedor. “Llegar a ser un vencedor” y “ser hecho perfecto” son los objetivos que Dios le da al hombre para que los persiga y, a través de la búsqueda de estos objetivos, hace que el ser humano ponga la verdad en práctica y viva una vida significativa. El objetivo consiste en lograr que el hombre sea completo y ganarlo; la búsqueda de convertirse en un vencedor y ser hecho perfecto es meramente un medio. Si en el futuro, el hombre entra en el maravilloso destino, no habrá referencia alguna a convertirse en un vencedor y ser hecho perfecto; sólo existirá cada ser creado que lleva a cabo su deber. Hoy, al hombre se le hace buscar estas cosas sólo para definir un ámbito para él, para que su búsqueda pueda ser más específica y práctica. De lo contrario, el hombre viviría en medio de una abstracción vaga y buscaría entrar en la vida eterna, y si esto fuera así, ¿no sería el hombre aún más digno de lástima? Buscar de este modo, sin metas ni principios, ¿acaso no es un autoengaño? En última instancia, esta búsqueda sería improductiva por naturaleza; al final, el hombre todavía viviría bajo el campo de acción de Satanás y sería incapaz de desenredarse de él. ¿Por qué sujetarse a una búsqueda sin propósito? Cuando el hombre entre en el destino eterno, adorará al Creador y, por haber ganado la salvación y entrado en la eternidad, no perseguirá objetivo alguno y, además, tampoco necesitará preocuparse por que Satanás lo asedie. Esta vez, el hombre conocerá su lugar y llevará a cabo su deber, e incluso aunque no sean castigados o juzgados, cada persona realizará su deber. Entonces, el hombre será una criatura tanto en identidad como en estatus. Ya no existirá la distinción de alto y bajo; cada persona llevará sencillamente a cabo una función diferente. Con todo, el hombre seguirá viviendo en un destino que es ordenado y adecuado para la humanidad; realizará su deber para la adoración del Creador, y esta humanidad se convertirá en la humanidad de la eternidad. En ese tiempo, el hombre habrá ganado una vida iluminada por Dios, una vida bajo el cuidado y la protección de Dios, una vida junto con Dios. La humanidad llevará una vida normal sobre la tierra, y todas las personas entrarán en la senda correcta. El plan de gestión de 6000 años habrá derrotado por completo a Satanás, lo cual significa que Dios habrá recuperado la imagen original del hombre tras ser creado y, como tal, se habrá cumplido Su intención primera. Al principio, antes de que la humanidad fuera corrompida por Satanás, llevaba una vida normal en la tierra. Más adelante, cuando el hombre fue corrompido por Satanás, el hombre perdió esta vida normal y empezó la obra de la gestión de Dios, y la batalla con Satanás para recuperar la vida normal del hombre. Sólo cuando la obra de gestión de Dios de 6000 años llegue a su fin, la vida de toda la humanidad comenzará oficialmente en la tierra; sólo entonces, el hombre tendrá una vida maravillosa y Dios recuperará el propósito que tuvo al crear al hombre en el principio, así como la semejanza original de este. Así, una vez el hombre tiene la vida normal de la humanidad en la tierra, el hombre no buscará convertirse en un vencedor ni ser hecho perfecto, porque será santo. Los “vencedores” y el “ser hecho perfecto” a los que se refieren las personas son los objetivos que se le dan al hombre para que los persiga durante la batalla entre Dios y Satanás, y sólo existen porque el hombre ha sido corrompido. Dándote un objetivo y haciendo que lo persigas, Satanás será derrotado. Pedirte que seas un vencedor o que seas hecho perfecto o usado requiere dar testimonio con el fin de avergonzar a Satanás. Al final, el hombre llevará la vida humana normal en la tierra, y será santo; cuando esto ocurra, ¿seguirá buscando la gente convertirse en vencedores? ¿Acaso no son, todos ellos, seres de la creación? Hablando de ser un vencedor y ser alguien hecho perfecto, estas son palabras que van dirigidas a Satanás y a la inmundicia del hombre. ¿No es la palabra “vencedor” una referencia a la victoria sobre Satanás y las fuerzas hostiles? Cuando dices que has sido hecho perfecto, ¿qué ha sido hecho perfecto en ti? ¿Acaso no te has despojado de tu carácter satánico corrupto para que puedas conseguir el amor supremo a Dios? Tales cosas se dicen en relación con las cosas sucias dentro del hombre, y en relación con Satanás; no se afirman respecto a Dios.

La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Restaurar la vida normal del hombre y llevarlo a un destino maravilloso

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