Palabras diarias de Dios: Revelación de las nociones religiosas | Fragmento 289

La historia progresa siempre hacia adelante, y la obra de Dios también. Para que Su plan de gestión de seis mil años alcance su fin, debe seguir progresando. Cada día, cada año, Él debe realizar obra nueva; debe abrir nuevas sendas, iniciar nuevas eras, iniciar obra nueva y mayor, y junto con estas cosas, traer nuevos nombres y nueva obra. El Espíritu de Dios siempre está haciendo obra nueva y jamás se aferra a las viejas formas y normas. Su obra tampoco cesa nunca, y sucede todo el tiempo. Si dices que la obra del Espíritu Santo es inmutable, ¿por qué permitió Jehová que los sacerdotes le sirvieran en el templo, pero Jesús no entró en él, aunque cuando vino también se dijo que Él era el sumo sacerdote, que pertenecía a la casa de David, que también era sumo sacerdote y el gran Rey? ¿Y por qué no ofreció sacrificios? Que entrara o no en el templo, ¿no es todo esto la obra de Dios mismo? Si, como imagina el hombre, Jesús vendrá, seguirá llamándose Jesús durante los últimos días y todavía descenderá en una nube blanca, entre los hombres, con el aspecto de Jesús, ¿no sería esto la repetición de Su obra? ¿Se aferraría el Espíritu Santo a la antigua? Todo lo que el hombre cree son conceptos, y todo lo que el hombre acepta es según el significado literal y acorde con su imaginación; no es conforme a los principios de la obra del Espíritu Santo ni se ajusta a las intenciones de Dios. Él no lo haría así; Dios no es necio y estúpido, y Su obra no es tan sencilla como tú imaginas. De acuerdo con todo lo que el hombre hace e imagina, Jesús llegará en una nube y descenderá entre vosotros. Lo contemplaréis y, Él, cabalgando sobre una nube, os dirá que es Jesús. También veréis las marcas de los clavos en Sus manos y sabréis que es Jesús. Y Él os salvará de nuevo y será vuestro Dios poderoso. Os salvará, os dará un nombre nuevo y una piedra blanca a cada uno de vosotros, tras lo cual se os permitirá entrar al reino de los cielos y ser recibidos en el paraíso. ¿Acaso no son estas creencias los conceptos de los hombres? ¿Obra Dios según los conceptos del hombre o en contra de estos? ¿No proceden todos los conceptos del hombre de Satanás? ¿No ha sido todo el hombre corrompido por Satanás? Si Dios hizo Su obra según los conceptos del hombre, ¿no se convertiría Él en Satanás? ¿No sería Él lo mismo que las criaturas? Al haber sido las criaturas tan corrompidas ya por Satanás que el hombre se ha convertido en su personificación, si Dios obró según las cosas de Satanás, ¿no estaría confabulado con él? ¿Cómo puede el hombre llegar a entender la obra de Dios? Por ello, Dios no obra según los conceptos del hombre ni lo hace como tú imaginas. Están los que afirman que Dios mismo dijo que vendría en una nube. Es verdad que lo dijo, ¿pero sabes que los misterios de Dios son insondables para el hombre? ¿Sabes que el hombre no puede explicar las palabras de Dios? ¿Estás tan seguro, sin ninguna duda, de que fuiste ilustrado e iluminado por el Espíritu Santo? ¿Te lo mostró el Espíritu Santo de un modo tan directo? ¿Son estas las directrices del Espíritu Santo o son tus conceptos lo que te llevó a pensarlo? Afirmaste: “Esto fue dicho por Dios mismo”. Pero no podemos usar nuestros propios conceptos y nuestra mente para medir las palabras de Dios. En cuanto a las palabras de Isaías, ¿puedes explicarlas con completa confianza? ¿Te atreves a explicarlas? Como no te atreves a explicar las palabras de Isaías, ¿por qué osas hacerlo con las de Jesús? ¿Quién es más elevado, Jesús o Isaías? Dado que la respuesta es Jesús, ¿por qué explicas las palabras pronunciadas por Él? ¿Te hablaría Dios de antemano sobre Su obra? Ninguna criatura puede saberlo; ni los mensajeros del cielo ni el Hijo del hombre, ¿cómo lo podrías saber tú? El hombre es demasiado deficiente. Lo crucial para vosotros ahora es conocer las tres etapas de la obra. Desde la obra de Jehová a la de Jesús, y desde la de Jesús a la de la etapa actual, las tres etapas cubren la totalidad de la amplitud de la gestión de Dios, y todas ellas son la obra de un mismo Espíritu. Desde que creó el mundo, Dios siempre ha estado obrando para gestionar a la humanidad. Él es el principio y el fin, el primero y el último, y Aquel que inicia una era y quien lleva la era a su fin. Las tres etapas de la obra, en diferentes eras y distintos lugares, han sido llevadas a cabo con seguridad por un solo Espíritu. Todos los que separan estas tres fases se oponen a Dios. Ahora, debes entender que toda la obra desde la primera etapa hasta hoy es la obra de un Dios, un Espíritu, y de esto no cabe la menor duda.

La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. La visión de la obra de Dios (3)

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