Palabras diarias de Dios: Los misterios sobre la Biblia | Fragmento 270

A la Biblia también se la denomina Antiguo y Nuevo Testamento. ¿Sabéis a qué se refiere “testamento”? El “testamento” en el Antiguo Testamento procede del pacto de Jehová con el pueblo de Israel cuando mató a los egipcios y salvó a los israelitas del Faraón. Por supuesto, la prueba de este pacto fue la sangre del cordero embadurnada en los dinteles, por medio de la cual Dios estableció un pacto con el hombre, en el que se estableció que todos aquellos que tuvieran sangre de cordero en la parte superior y los lados del marco de la puerta eran israelitas, el pueblo escogido de Dios, y Jehová los salvaría (porque Jehová estaba a punto de matar a todos los hijos primogénitos de Egipto y a los primogénitos de las ovejas y el ganado). Este pacto tiene dos niveles de significado. Jehová no salvaría a nadie del pueblo o del ganado de Egipto; mataría a todos sus hijos primogénitos y a los primogénitos de ovejas y ganado. Por tanto, en muchos libros de profecía se predijo que los egipcios serían duramente castigados como consecuencia del pacto de Jehová. Este es el primer nivel de significado del pacto. Jehová mató a los primogénitos de Egipto y a los de su ganado, y salvó a todos los israelitas, lo que significa que Él apreciaba a todos los que eran de la tierra de Israel, y los salvaría a todos; Él deseaba hacer una obra a largo plazo en ellos, y estableció el pacto con ellos usando sangre de cordero. Desde ahí en adelante, Jehová no mataría a los israelitas, y dijo que serían para siempre Sus escogidos. Entre las doce tribus de Israel, emprendería Su obra para toda la Era de la Ley, revelaría todas Sus leyes a los israelitas, y elegiría entre ellos profetas y jueces, y estarían en el centro de Su obra. Jehová hizo un pacto con ellos: a no ser que la era cambiara, Él sólo obraría entre los escogidos. El pacto de Jehová era inmutable, porque se hizo en sangre, y se estableció con Su pueblo escogido. Más importante es que Él había escogido un ámbito y un objetivo apropiados por medio de los cuales emprender Su obra para toda la era, y por tanto el pueblo vio el pacto como especialmente importante. Este es el segundo nivel de significado del pacto. Con la excepción del Génesis, que fue antes del establecimiento del pacto, todos los demás libros del Antiguo Testamento registran la obra de Dios entre los israelitas después del establecimiento del mismo. Por supuesto, hay relatos ocasionales de los gentiles, pero en general, el Antiguo Testamento registra la obra de Dios en Israel. Debido al pacto de Dios con los israelitas, los libros escritos durante la Era de la Ley se llaman el Antiguo Testamento. Se llaman así por el pacto de Jehová con los israelitas.

El Nuevo Testamento se llama así por la sangre derramada por Jesús en la cruz y Su pacto con todos aquellos que creyeron en Él. El pacto de Jesús fue este: las personas no tenían sino que creer en Él para que sus pecados fueran perdonados por la sangre que Él derramó, y así serían salvos, nacerían de nuevo a través de Él, y ya no serían más pecadores; las personas no tenían sino que creer en Él para recibir Su gracia, y no sufrirían en el infierno tras su muerte. Todos los libros escritos durante la Era de la Gracia llegaron después de este pacto, y todos registran la obra y las declaraciones contenidas en él. No van más allá de la salvación de la crucifixión del Señor Jesús o del pacto; son todos libros escritos por los hermanos en el Señor que tuvieron experiencias. Así pues, estos libros también se llaman así por un pacto: se llaman el Nuevo Testamento. Estos dos testamentos incluyen sólo la Era de la Ley y la de la Gracia, y no tienen relación con la era final. Por tanto, la Biblia no tiene un gran uso para las personas presentes de los últimos días. Como máximo, sirve como una referencia provisional, pero básicamente tiene un valor de uso pequeño. Sin embargo, las personas religiosas siguen valorándola mucho. No conocen la Biblia; sólo saben cómo explicarla, y fundamentalmente no son conscientes de sus orígenes. Su actitud hacia la Biblia es: todo en ella es correcto, no tiene imprecisiones o errores. Como han determinado que es correcta y sin error, la estudian y examinan con gran interés. La etapa actual de la obra no se predijo en la Biblia. Nunca se mencionó la obra de conquista en el más oscuro de todos los lugares, porque esta es la última obra. Como la era de la obra es diferente, ni siquiera el propio Jesús sabía que esta etapa de la obra se realizaría durante los últimos días; ¿cómo podrían, entonces, las personas de los últimos días encontrar esta etapa de obra en la Biblia al examinarla?

La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Relativo a la Biblia (2)

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