69 Cantad vuestro amor de todo corazón por Dios
Ⅰ
Hemos oído la voz de Dios y regresado a Su casa, donde vivimos la vida de iglesia.
Pastoreados por Cristo, cada día comemos y bebemos las palabras de Dios y asistimos al banquete del reino de los cielos.
Al practicar y experimentar las palabras de Dios, comprendemos la verdad y se libera nuestra alma.
Seguros de que Cristo es la verdad, nuestro corazón ha sido conquistado y decidimos caminar con Dios.
Hermanos y hermanas, ¡cantad juntos! Cantad en voz alta el amor a Dios de nuestro corazón.
La expresión de la verdad por parte de Dios nos trae el camino de vida eterna y gracias a la verdad podemos vivir con semejanza humana.
Ⅱ
El juicio de las palabras de Dios desenmascara el verdadero rostro de la corrupción de la humanidad, a la vez que muestra la justicia y santidad de Dios.
Nuestro carácter corrupto, nuestras palabras y acciones salen a la luz; sumamente arrepentidos, nos inclinamos ante Dios.
Durante las pruebas se evidencia nuestra naturaleza; nos arrepentimos ante Dios y comenzamos de nuevo.
Seguros de que Cristo es la verdad, nuestro corazón ha sido conquistado y decidimos caminar con Dios.
Hermanos y hermanas, ¡cantad juntos! Cantad en voz alta el amor a Dios de nuestro corazón.
La expresión de la verdad por parte de Dios nos trae el camino de vida eterna y gracias a la verdad podemos vivir con semejanza humana.
Ⅲ
Ante la cruel opresión de Satanás, no retrocedemos; las palabras de Dios nos guían para superar las tribulaciones.
Al comprender la verdad discernimos y tenemos más claro qué amar y qué odiar. Juramos por nuestra vida rechazar a Satanás.
Al experimentar pruebas y tribulaciones amamos más a Dios de corazón; cumplimos adecuadamente con el deber y correspondemos el amor de Dios.
Seguros de que Cristo es la verdad, nuestro corazón ha sido conquistado y decidimos caminar con Dios.
Hermanos y hermanas, ¡cantad juntos! Cantad en voz alta el amor a Dios de nuestro corazón.
La expresión de la verdad por parte de Dios nos trae el camino de vida eterna y gracias a la verdad podemos vivir con semejanza humana.