Un cambio en el carácter no se hace de la noche a la mañana,

se logra cuando descubres la fuente de tu esencia corrupta.

Durante este proceso, después de mucho padecer,

podrás entender una parte de la verdad,

y una parte de tu carácter cambiar.

Quizás solo tras conocer

muchas personas, hechos y entornos,

tras recorrer tortuosos caminos,

podrás lograr una leve transformación.

Sea grande o pequeño el cambio,

es valioso a los ojos de Dios.

Él lo aprecia y lo recuerda,

porque sufriste y pagaste un gran precio.

Dios ve en lo profundo del corazón,

conoce tus debilidades y sabe cuáles son tus deseos.

Y aún más lo que necesitas.

Por muy débil que seas,

mientras no renuncies al nombre de Dios,

no lo abandones ni a Él ni a su senda,

siempre tendrás la ocasión de cambiar

y tu carácter transformar.

La Biblia narra la historia del hijo pródigo que vuelve.

Esta historia permite mostrar

la voluntad sincera de Dios de salvar al hombre.

Dios da la oportunidad de cambiar.

Y durante ese proceso,

Dios entiende al hombre, sabe de sus fracasos,

y de su corrupción y debilidad.

Sea grande o pequeño el cambio,

es valioso a los ojos de Dios.

Él lo aprecia y lo recuerda,

porque sufriste y pagaste un gran precio.

Dios ve en lo profundo del corazón,

conoce tus debilidades y sabe cuáles son tus deseos.

Y aún más lo que necesitas.

Por muy débil que seas,

mientras no renuncies al nombre de Dios,

no lo abandones ni a Él ni a su senda,

siempre tendrás la ocasión de cambiar

y tu carácter transformar.

Cuando sabemos qué significa cambiar de carácter

y todo lo que debemos pasar para lograrlo,

no debemos tener miedo sino confianza.

Por lograr este cambio, práctica es la obra de Dios.

Puede salvar al hombre de las manos de Satanás,

de la esencia corrupta de Satanás.

También tiene sabiduría y poder

para que el hombre logre su carácter transformar.

De “Seguir al Cordero y cantar nuevos cánticos”