Palabras diarias de Dios: Las tres etapas de la obra | Fragmento 35

14 Jun 2020

Dios ha venido a la tierra principalmente para hablar Sus palabras, y tú tienes contacto con Su palabra. Lo que ves y lo que oyes, aquello por lo que te riges y lo que experimentas es la palabra de Dios, y esta encarnación de Dios usa sobre todo la palabra para perfeccionar al hombre. No muestra señales y prodigios y, en especial, no hace la obra que Jesús realizó en el pasado. Aunque ellos son Dios y ambos son carne, no tienen el mismo ministerio. Cuando Jesús vino, también llevó a cabo parte de la obra de Dios, y pronunció algunas palabras; pero ¿cuál fue la obra principal que Él realizó? Lo que Él realizó principalmente fue la obra de la crucifixión. Se hizo igual a la carne pecaminosa para completar la obra de la crucifixión y redimir a toda la humanidad, y por el pecado de toda la humanidad Él sirvió como ofrenda por el pecado. Esta es la obra principal que realizó. En última instancia, proporcionó la senda de la cruz para que guiara a los que vinieran más tarde. Cuando Jesús vino, fue principalmente para completar la obra de la redención. Redimió a toda la humanidad, y llevó el evangelio del reino de los cielos al hombre. Además, trajo el reino de los cielos. Como resultado, todos los que vinieron después dijeron: “Deberíamos caminar por la senda de la cruz y sacrificarnos por ella”. Por supuesto, en el principio Jesús también hizo alguna otra obra y habló algunas palabras para hacer que el hombre se arrepintiera y confesara sus pecados. Pero Su ministerio seguía siendo la crucifixión, y los tres años y medio que pasó predicando el camino fueron en preparación para la crucifixión que vino después. Las diversas ocasiones en que Jesús oró también fueron por la crucifixión. La vida de hombre corriente que llevó y los treinta y tres años y medio que vivió en la tierra fueron principalmente para completar la obra de la crucifixión; debían darle fuerza y capacitarlo para acometer esta obra, y como resultado Dios le encomendó a Él la obra de la crucifixión. Hoy, ¿qué obra realizará el Dios encarnado? Hoy, Dios se ha encarnado principalmente para completar la obra de “la Palabra manifestada en carne”, para perfeccionar al hombre mediante el uso de la palabra, y hacer que acepte el trato y el refinamiento de la palabra. En Sus palabras Él hace que obtengas provisión y vida; en Sus palabras ves Su obra y Sus hechos. Dios usa la palabra para castigarte y refinarte; por tanto, si sufres dificultades, también es por la palabra de Dios. Hoy Dios no obra mediante hechos, sino con palabras. Sólo después de que Su palabra haya descendido sobre ti podrá el Espíritu Santo obrar dentro de ti y hacer que sufras dolor o que sientas dulzura. Sólo la palabra de Dios puede llevarte a la realidad, y sólo ella es capaz de perfeccionarte. Así, como mínimo debes entender que la obra hecha por Dios durante los últimos días es principalmente el uso de Su palabra para perfeccionar a todas las personas y guiar al hombre. Toda la obra que hace es a través de la palabra; Él no usa hechos para castigarte. Hay veces en que algunos se resisten a Dios. Él no causa gran incomodidad para ti, no castiga tu carne ni sufres dificultad; pero en cuanto Su palabra viene sobre ti y te refina, es insoportable para ti. ¿No es esto así? En la época de los hacedores de servicio, Dios dijo que se echara al hombre en el abismo sin fondo. ¿Llegó el hombre realmente allí? Sencillamente a través del uso de las palabras para refinar al hombre, este entró en el abismo sin fondo. Y así, durante los últimos días, cuando Dios se hace carne usa principalmente la palabra para llevarlo todo a cabo y que todo quede claro. Sólo en Sus palabras puedes ver lo que Él es; sólo en Sus palabras puedes ver que Él es Dios mismo. Cuando Dios encarnado viene a la tierra no realiza ninguna otra obra que no sea pronunciar palabras; por tanto, no hay necesidad de hechos, basta con las palabras. Esto se debe a que ha venido principalmente a hacer esta obra, a permitir que el hombre contemple Su poder y Su supremacía en Sus palabras, para que el hombre vea en ellas la humildad con la que Él se esconde y permitirle conocer Su totalidad en Sus palabras. Todo lo que Él tiene y es está en Sus palabras, Su sabiduría y todo lo maravilloso de Él están en Sus palabras. En esto te hace ver los numerosos métodos mediante los cuales Dios pronuncia Sus palabras. La mayoría de la obra de Dios, durante todo este tiempo, ha sido provisión, revelación y trato. Él no maldice a un hombre a la ligera, y hasta cuando lo hace se sirve de la palabra. Así, en esta era en que Dios se hace carne, no intentes verle sanar a los enfermos y echar fuera demonios otra vez; no intentes siempre ver señales, ¡no sirve de nada! ¡Esas señales no pueden perfeccionar al hombre! Hablando claramente: hoy, el práctico Dios mismo de la carne sólo habla y no actúa. ¡Esta es la verdad! Usa palabras para perfeccionarte, para alimentarte y para regarte. También usa palabras para obrar, y las usa en lugar de los hechos para hacerte conocer Su realidad. Si eres capaz de percibir este aspecto de la obra de Dios, te será difícil ser pasivo. En vez de que os centréis en cosas negativas, deberíais enfocaros solamente en lo positivo; esto quiere decir que, independientemente de que las palabras de Dios se cumplan o que se produzcan hechos, Dios hace que el hombre obtenga vida de Sus palabras, y esta es la mayor señal de todas; aún más, es un hecho indiscutible. Esta es la mejor prueba a través de la cual tener conocimiento de Dios, y es una señal incluso mayor que las señales. Sólo estas palabras pueden perfeccionar al hombre.

La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Todo se logra por la palabra de Dios

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