El éxito de creer en Dios se logra por la acción del hombre.

El fracaso es solo por sus acciones también.

Harían lo que fuera para lograr algo

más difícil y con más sufrimiento que creer en Dios.

Y lo tratarían seriamente, sin tolerar errores.

Este es el tipo de esfuerzo que ponen en su vida.

Harían lo que fuera por aquello que tienen devoción,

pero no harían lo mismo por creer en Dios.

Quienes no tienen un corazón sincero fracasan en creer en Dios.

¿Acaso no son muchos los que fracasan?

Serían capaces de engañar la carne de Dios pero no a su familia.

Estos son los principios por los que viven.

No necesitan vida ni verdad, ni principios de conducta,

ni la obra laboriosa de Dios, sino que todo lo tienen en la carne.

Desprecian la obra de Dios y no oyen Sus palabras.

Dios ve cómo tratan su fe a la ligera.

Harían lo que fuera por aquello que tienen devoción,

pero no harían lo mismo por creer en Dios.

Quienes no tienen un corazón sincero fracasan en creer en Dios.

¿Acaso no son muchos los que fracasan?

Dios espera que se esfuercen por el bien de su destino,

aunque mejor que no sean deshonestos,

o si no, Dios se sentirá decepcionado.

¿A dónde los conduce?

¿Acaso no se están engañando a ustedes mismos?

Aquellos que piensan sobre su destino pero lo arruinan,

son los menos capaces de ser salvados.

Aunque se enojen y enfaden, ¿quién sentiría empatía por ustedes?

Dios espera que no terminen en desastre y que su destino sea bueno.

Harían lo que fuera por aquello que tienen devoción,

pero no harían lo mismo por creer en Dios.

Quienes no tienen un corazón sincero fracasan en creer en Dios.

¿Acaso no son muchos los que fracasan?

De “Seguir al Cordero y cantar nuevos cánticos”