La fe en Dios debe empezar por comprender las tendencias malvadas del mundo

Aunque algunos jóvenes creen en Dios, les resulta muy difícil librarse del mal hábito de que les guste jugar a videojuegos. ¿De qué tipo de cosas suelen consistir los videojuegos? Contienen mucha violencia. Los videojuegos pertenecen al reino del diablo. La mayoría, después de jugar a estos juegos durante mucho tiempo, ya no puede hacer ningún trabajo real: ya no quiere ir a la escuela, trabajar o pensar en su futuro, y menos aún pensar en su vida. ¿De qué cosas están ahora llenos los corazones de los jóvenes en la sociedad? Aparte de comer, beber y divertirse, sus corazones se llenan jugando a videojuegos. Todo lo que dicen y piensan es absurdo e inhumano. Ya no se pueden usar las palabras “sucio” ni “malvado” para describir las cosas en las que piensan; no se trata de cosas que deberían tener los que poseen una humanidad normal, pues son todas absurdas e inhumanas. Si hablas sobre asuntos o temas que tienen que ver con la humanidad normal, no pueden soportar oír hablar de eso, no están interesados, no están dispuestos a escucharlo e incluso sentirán antipatía hacia ti. No comparten un lenguaje común ni temas comunes con las personas normales. Todos sus temas giran en torno a comer, beber y divertirse. Tienen el corazón lleno de estas tendencias mundanas. ¿Qué perspectivas de futuro tendrán? ¿Tienen siquiera futuro? (No, estas personas se echarán a perder). “Echarse a perder” es una expresión apropiada. ¿Qué significa? ¿Son capaces de involucrarse en las actividades en las que la humanidad normal debería hacerlo? (No). Estas personas no se esfuerzan en estudiar y si se les obligase a trabajar duro en un empleo, ¿estarían dispuestas a hacerlo? (No). ¿Qué se les pasaría por la cabeza? Pensarían: “¿Qué sentido tiene trabajar? Este trabajo es muy agotador. ¿Qué puedo ganar con ello? Nada que no sea cansarme y acabar dolorido. Jugar a videojuegos es mucho más divertido, relajante y placentero. Cuando me siento frente a la máquina y vivo en un mundo virtual, lo tengo todo”. Si les obligaras a tener un empleo de 9 a 5, a ser puntuales y a trabajar en un horario fijo, ¿cómo se sentirían? ¿Estarían dispuestos a atenerse a esos horarios y atarse de esa manera? (No). Cuando alguien siempre está jugando a videojuegos y perdiendo el tiempo con la máquina, pasado un tiempo su voluntad desaparece y se vuelve decadente. Los incrédulos disfrutan siguiendo las tendencias y les gustan las modas, especialmente a los jóvenes, y la mayoría de ellos no tienen trabajos adecuados ni caminan por la senda correcta: sus padres son incapaces de manejarlos, sus maestros no pueden hacer nada con ellos; no hay nada que el sistema educativo de ningún país pueda hacer acerca de esta tendencia. El diablo Satanás hace cosas con el fin de tentar a las personas y llevarlas a la depravación. Aquellos que viven en el mundo virtual, no tienen ningún interés en nada que tenga que ver con la vida de la humanidad normal; no están de humor para trabajar ni estudiar. Solo les preocupa jugar a videojuegos, como si estuvieran siendo seducidos por algo. Los científicos han asegurado que en cuanto las personas que juegan a videojuegos se meten en el personaje del juego, sus cerebros empiezan a segregar algo que les excita e incluso les hace alucinar un poco, y entonces se vuelven adictos a los juegos y siempre están pensando en jugarlos. Siempre que se aburren o están haciendo algún trabajo adecuado, lo que de verdad quieren es ponerse a jugar a videojuegos y poco a poco se convierten en su vida entera. Jugar a videojuegos es como tomar un tipo de droga. Una vez que alguien comienza a ser adicto, se hace difícil alejarse de ello y es muy difícil dejarlo; lo destroza. Así pues, independientemente de si son personas jóvenes o mayores, cuando han adquirido este mal hábito, se vuelve difícil dejarlo. Algunos niños se pasan toda la noche despiertos, jugando, noche tras noche, y sus padres no son capaces de controlarlos ni de vigilarlos, así que estos niños acaban jugando hasta matarse delante del ordenador. ¿Cómo murieron? Las pruebas científicas dicen que su cerebro estaba dañado: jugaron hasta morir. ¿Creéis que jugar a videojuegos es algo que la humanidad normal debe hacer? Si fuera necesario para la humanidad normal de la gente, si fuera la senda correcta, entonces, ¿por qué las personas no los pueden dejar? ¿Cómo pueden sentirse cautivadas por ellos hasta semejante punto? Esto prueba una cosa: jugar a videojuegos no es una buena senda. Pasarse el día perdido en internet, navegando online para esto o aquello, mirando cosas insanas y jugando a videojuegos: jugar a tales cosas durante todo el día solo puede provocar que las personas se degraden con cosas sin sentido, y hieran y hagan daño a la gente. Ninguna de esas sendas es buena. Actualmente, los adolescentes, los jóvenes e incluso la gente de mediana edad y los ancianos juegan todos a videojuegos. Hay cada vez más gente que juega. Aunque la mayoría es consciente de que no es algo bueno, no pueden resistirse. Este hábito de jugar está perjudicando a las nuevas generaciones, y ha perjudicado a muchísima gente. ¿Y cómo surgen los juegos? ¿Acaso no provienen de Satanás? Hay algunas personas absurdas que dicen: “Los videojuegos son un símbolo del avance científico moderno; son logros científicos”. ¿Y qué decir de esta explicación? Es repugnante. Esto de los videojuegos no es una buena senda, ¡y no es la correcta! No se trata simplemente de una cuestión de seguir las tendencias sociales, pues hasta los incrédulos dicen que jugar mata tu sentido del propósito. Si no puedes dejar algo tan simple como esto, si no puedes controlarte en este sentido, entonces corres peligro. Hoy en día, es común que la gente juegue a videojuegos y consuma drogas, ya sean jóvenes o viejos, y el mundo entero es así. No importa cuánto tiempo hayas creído en Dios, si ni siquiera puedes controlar algo como jugar a videojuegos, entonces un día, cuando te parezca que creer en Dios es inútil, aburrido y monótono, ¿no empezarás a drogarte y a experimentar con todo tipo de estimulantes como hacen los incrédulos? ¡Esto es sumamente peligroso! Quizás creas en Dios, pero no tienes ningún fundamento y no has obtenido la verdad, de modo que sigues corriendo un gran peligro de traicionarle. Es muy posible que caigas de bruces ante cualquier cosa que te suceda. Existen muchas tentaciones en este mundo malvado, y Satanás usa todo tipo de maneras para seducir a aquellos que creen en Dios pero no persiguen la verdad. Si no comes y bebes con regularidad las palabras de Dios y tu corazón y tu mente se quedan a menudo en blanco, entonces corres un grave peligro. ¿Se encuentra vuestro corazón en blanco la mayor parte del tiempo? Los jóvenes están casi siempre en blanco. Es muy peligroso dejar este problema sin resolver. Ya que crees en Dios, debes leer más de Sus palabras, y cuando seas capaz de aceptar algo de la verdad, será un punto de inflexión, y serás capaz de escapar de esta época tan peligrosa y mantenerte firme en la iglesia.

Cada vez son más los jóvenes que se unen a la casa de Dios y bastantes de ellos son veinteañeros. Están en la flor de la vida, todavía no han decidido sus objetivos vitales, no tienen aspiraciones y aún no comprenden lo que es la vida. ¿Y qué se manifiesta en estas personas? Os propongo dos expresiones: soberbia juvenil y falta de discernimiento. ¿Y por qué digo esto? Hablemos primero de lo que se entiende por “soberbia juvenil”. ¿Podríais explicar qué es la “soberbia juvenil”? ¿Qué clase de carácter es este? ¿Qué tipo de manifestaciones presenta? (Es cuando la gente piensa que lo que a ellos les gusta es lo mejor, que lo que ellos imaginan es lo correcto, y no están dispuestos a escuchar a nadie). En una palabra, este tipo de carácter es “arrogante”. Este es el carácter típico de las personas de esta edad. Sea cual sea su entorno vital o sus antecedentes, o la generación a la que pertenezcan, todos los de este grupo de edad poseen la soberbia de la juventud. ¿Por qué digo esto? No es que esté predispuesto en su contra o que piense mal de ellos, sino que las personas de este grupo de edad albergan un tipo de carácter extremadamente arrogante, frívolo y orgulloso. Como no tienen mucha experiencia mundana y entienden tan poco de la vida, en cuanto se encuentran con algunas cosas en el mundo o en la vida, piensan: “¡Ya lo entiendo, ya lo he descubierto, ya lo sé todo! Puedo entender lo que dicen los mayores y estar al día de lo que es popular en la sociedad. Mira lo rápido que se desarrollan ahora los teléfonos móviles y lo complejas que son todas sus funciones. Yo lo sé todo, no como vosotros, los mayores, que no entendéis nada”. Cuando una persona mayor acude a ellos para que le ayuden con algo, llegan a decir: “Cuando la gente se hace vieja, es inútil. Ni siquiera saben usar un ordenador, ¿qué sentido tiene que sigan viviendo?”. ¿Qué es esto? Es una manifestación de la soberbia de la juventud. Los jóvenes tienen mejor memoria y aceptan las nuevas ideas más rápido, y siempre que aprenden algo nuevo, desprecian a los mayores. Este es un carácter corrupto. ¿Y es este tipo de carácter el de la humanidad normal? ¿Se consideraría una manifestación de la humanidad normal? (No). Por eso se llama soberbia juvenil. ¿Por qué entonces se llama “soberbia” y no “arrogancia”? Porque es un carácter exclusivo de los jóvenes: aprenden una pequeña cosa y se vuelven engreídos, no conocen su propio lugar en el universo, y tratan lo que han aprendido como si fuera capital. Todas las personas son así cuando son jóvenes, hasta que se hacen un poco mayores, comprenden un poco más y experimentan más altibajos en la vida. Entonces se vuelven más maduros y estables, y prefieren comportarse de un modo más humilde. No montan un escándalo cuando aprenden a hacer algo, y no se enfadan cuando no pueden conseguirlo. Los jóvenes son sumamente engreídos: cada vez que aprenden a hacer algo tienen que alardear de ello y son presuntuosos. A veces, cuando se emocionan, empiezan a sentir que han superado a todos los demás, que el mundo no es lo bastante grande para ellos y desearían vivir en otro planeta. Esto es soberbia. La soberbia juvenil se caracteriza ante todo por la ignorancia del propio lugar en el universo, la ignorancia de lo que la gente necesita y qué senda debe seguir en la vida, en qué condiciones es peligroso vivir y qué debe hacer. Es como suele decir la gente: “No tienen discernimiento y no saben nada de la vida”. La gente de esta edad tiene este carácter de soberbia, por eso brotan de ellos tales cosas. Hay jóvenes que piensan que todo el mundo está por debajo de ellos, y cuando dices algo que no les gusta, simplemente te ignoran. Es difícil para los padres entender lo que piensan los jóvenes, basta una palabra equivocada para que les dé una rabieta y se marchen furiosos. Es difícil comunicarse con ellos. ¿Por qué los padres de hoy en día tienen dificultades para gestionar y educar a sus hijos? No es porque los padres estén mal educados y no entiendan la mente de los jóvenes, es que el pensamiento de estos se ha vuelto anormal. A todos los jóvenes les gustan las tendencias mundanas y son cautivos de ellas; todos son víctimas sacrificables para Satanás, se están depravando demasiado rápido, y es difícil que se den cuenta de ello. Por eso no es fácil ser padre; algunos padres incluso se esfuerzan por aprender psicología infantil para educar a sus hijos. Hoy en día, muchos niños padecen enfermedades extrañas como el autismo y la depresión, lo que los hace difíciles de manejar. La gente no tiene una senda ni una explicación clara para estos problemas, y los intelectuales de las escuelas y la sociedad han inventado frases como “mentalidad rebelde” o “fase rebelde”. ¿Por qué no existían estos términos en generaciones anteriores? Hoy en día la ciencia ha avanzado mucho, y han surgido todo tipo de frases extrañas; esta humanidad se está volviendo cada vez más depravada, y las cosas de la humanidad normal están disminuyendo. ¿Acaso no viene esto provocado por las tendencias malignas de la sociedad? (Sí). Y por eso, la razón por la que vosotros, los jóvenes, podéis sentaros aquí ahora, con el deseo sincero de oírme hablar, escuchándome compartir de esta manera, no es porque ninguno de vosotros sea grande y esté dispuesto a elegir la senda de la búsqueda de la verdad, sino por la gracia de Dios; la razón es que Él no os ha entregado al mundo ni a Satanás. Ves a esos jóvenes en la sociedad que no creen en Dios, no importa quién trate de persuadirlos de que lo hagan. No serviría de nada aunque Yo les hablara. ¿Se trata solo de una cuestión de soberbia juvenil? ¿Qué clase de personas son? Si no poseen conciencia ni razón, no son más que bestias y demonios. Si les hablas con palabras humanas, ¿serán capaces de entender? Ya no es que sea difícil comunicarse con ellos, es que se niegan en redondo a escuchar. Se debe a la gracia y la custodia de Dios que seáis capaces ahora de aceptar Su obra, de entender Sus palabras y de tener interés en la senda de la verdad. Por tanto, debéis aprovechar esta oportunidad para desempeñar vuestro deber y esforzaros por establecer firmemente los cimientos de vuestra fe en Dios durante este tiempo. Entonces estaréis seguros y no os dejaréis arrastrar fácilmente por estas tendencias malvadas. En cuanto estas tendencias malvadas atrapan a la gente, esta se deja arrastrar fácilmente por ellas, y cuando vuelvan a arrastrarte, ¿te querrá Dios entonces? ¡No, Él no te querrá! Dios ya te ha dado una oportunidad, y en ningún caso volverá a quererte. Cuando Dios ya no te quiera, estarás en peligro y serás capaz de cualquier cosa.

Ahora que ya hemos hablado de la “soberbia de la juventud”, hablemos de la “falta de discernimiento”. “Falta de discernimiento” es una expresión un tanto formal. Adelante, explicad lo que significa literalmente. (Es cuando una persona no puede distinguir lo bueno de lo malo, y piensa que lo que considera bueno siempre será bueno, y que lo que considera malo siempre será malo, y no importa cómo se le expliquen las cosas, no escucha). (Es cuando alguien no distingue el bien del mal y carece de discernimiento). Ese es más o menos su significado literal, no ser capaz de distinguir el bien del mal, y no distinguir qué cosas son positivas y cuáles negativas. Debido a su soberbia juvenil, les resbala todo lo que se les dice, y piensan: “Lo que digan los demás está mal, y lo que digo yo está bien. Que nadie intente decirme cómo son las cosas, no les escucharé. Voy a ser muy terco, y seguiré siéndolo e insistiré en mis ideas, incluso cuando me equivoque”. Este es el tipo de carácter que tienen; no saben discernir. En apariencia, pueden soltar doctrina tras doctrina, y pueden hablar de ellas de forma más clara y comprensible que nadie, así que ¿por qué siempre se enredan y confunden cuando llega el momento de actuar? Saben muy bien lo que es correcto, pero no escuchan: hacen lo que quieren y actúan como les da la gana. Esto es caprichoso y absurdo. Las personas que siguen las tendencias del mundo son bastante absurdas. Son aficionados al parkour y al puenting, y les gusta buscar emociones en todo tipo de deportes extremos. ¿No es absurdo? ¿También os gusta el parkour? (A mí me gustaba). ¿Y por qué te gustaba? ¿No sabías que el parkour es peligroso? ¿No sabías que estás arriesgando tu vida cuando haces parkour? Las personas no son arañas ni reptiles. Si trepan por una pared, seguro que se caen. Los humanos no tienen esa habilidad, y no es algo que posean los que tienen una humanidad normal. ¿Cómo puede gustaros? Es porque estas cosas pueden proporcionar a la gente una especie de estimulación visual y emocional, por eso quieren hacer parkour. ¿Qué es lo que rige este pensamiento? ¿Viene de “Spiderman”? ¿Acaso no existe una mentalidad y un deseo en lo más profundo del ser humano de querer salvar el mundo, de ser un superhéroe? Hay héroes voladores en muchas películas y programas de televisión que vuelan y van de tejado en tejado, y la gente los admira de verdad. Así es como estas cosas se implantan en las mentes de los jóvenes. ¿Y cómo se les puede envenenar así? Esto tiene que ver con las preferencias y búsquedas de la gente. Toda persona quiere ser un héroe, ser un superhombre, tener poderes especiales, por eso adoran a Satanás. Decidme, ¿a la gente normal le gustan estas cosas absurdas? ¿Posee la gente normal estos poderes especiales? Por supuesto que no. ¿Acaso todas estas cosas no fueron inventadas e imaginadas por la gente? Si estas cosas extrañas existieran realmente, ¿no estarían poseídos por espíritus malignos quienes las tuvieran? ¿Existía el parkour en la época de Adán y Eva? ¿Hay algo sobre el parkour escrito en la Biblia? (No). El parkour es producto de la malvada sociedad moderna; es una de las formas en que Satanás engaña y corrompe a la gente. Satanás se aprovecha de la propensión de los jóvenes a lo extraño y excitante e inventa, sueña y representa algunas historias. Así es como engaña a estos adolescentes sin discernimiento, conduciéndoles a buscar los extraños y emocionantes poderes especiales de Satanás. ¿Acaso no está envenenando a la gente? Estas cosas se convierten en veneno en el momento en que entran en la mente de las personas. Y si no puedes reconocer este veneno, no puedes renunciar completamente a él, y nunca te librarás de su influencia, perturbación y control. ¿Se puede eliminar fácilmente este veneno? (No es fácil). ¿Cómo se puede resolver este problema? Algunas personas detestan desprenderse de estas cosas. Les parece que son agradables y no son venenos, y son incapaces de desprenderse de ellas si piensan así. Por tanto, para evitar caer en las tentaciones de Satanás, debes hacer todo lo posible para mantenerte alejado de aquello que puede corroer tu corazón y envenenarte mientras tu estatura es aún pequeña, porque careces de discernimiento y aún eres necio y estás lleno de soberbia. No te has equipado con suficientes cosas positivas, y no posees nada de la realidad verdad. Hablando en términos de fe, no tienes vida ni estatura. Lo que tienes es solo un poco de disposición, una voluntad de creer en Dios. Piensas que creer en Dios es bueno, que es la senda correcta por la que caminar y la manera de ser una buena persona, sin embargo reflexionas: “No soy una mala persona entre los incrédulos, me gusta el parkour pero no he hecho nada malo, sigo siendo una buena persona”. ¿Concuerda esto con la verdad? ¿Crees que no tienes un carácter corrupto solo porque no hayas hecho nada malo? Vives en las tendencias malvadas, con eso es suficiente para demostrar que tu corazón está lleno de cosas malvadas.

Decidme, ¿está muy influenciada una persona por su entorno? Ahora estás cumpliendo con tu deber en la iglesia, ese es el entorno en el que te hallas; estás con tus hermanos y hermanas todos los días y rodeado por personas que creen en Dios, y también eres firme en tu fe en Él. Si te pusieran entre los incrédulos, si te obligaran a quedarte entre ellos, ¿seguirías teniendo a Dios en tu corazón? Si estuvieras en contacto con ellos o vivieras entre ellos, ¿no seguirías las tendencias igual que ellos? Algunos dicen: “No pasa nada, tengo a Dios cuidándome y protegiéndome, así que nunca iría por esa senda”. ¿Te atreves a hacer esa promesa? Mientras ames y busques estas cosas, eres capaz de seguir obstinadamente las tendencias. Aunque en el fondo sepas que está mal, te dirás con indiferencia: “Perdóname, Dios, esto estuvo mal de mi parte”. Con el tiempo, dejarás de sentirte culpable o cualquier otra cosa, y reflexionarás: “¿Y dónde está Dios? ¿Por qué no le he visto?”. Dudarás constantemente de Dios y, poquito a poco, desaparecerá la fe que un día tuviste. Llegado el momento en que tu corazón niegue completamente a Dios, ya no querrás seguirle ni hacer nada que tenga que ver con tu deber, e incluso te arrepentirás de haber elegido en su momento cumplir con un deber. ¿Por qué la gente puede cambiar tan fácilmente? Lo cierto no es que hayas cambiado, sino que nunca llegaste a tener la realidad verdad. Aunque en apariencia crees en Dios y cumples con tu deber, los pensamientos mundanos y satánicos, los puntos de vista, las maneras de interactuar con la gente y el carácter corrupto dentro de ti nunca se han desechado, y sigues lleno de cosas satánicas. Sigues viviendo según esas cosas, por eso tu estatura sigue siendo escasa. Todavía estás en una etapa peligrosa; todavía no estás seguro ni a salvo. Mientras tengas un carácter satánico, te seguirás resistiendo y traicionando a Dios. Para resolver este problema, primero debes comprender qué cosas son malvadas y de Satanás, por qué son dañinas, por qué Satanás hace estas cosas, qué tipo de veneno sufren las personas cuando las aceptan y en qué se convertirán tales personas, así como qué tipo de persona pide Dios que sean, qué cosas pertenecen a la humanidad normal, qué cosas son positivas y cuáles negativas. Solo tendrás una senda si tienes discernimiento y eres capaz de ver estas cosas con claridad. Además, en el lado positivo, también debes cumplir con tu deber de forma proactiva mientras ofreces tu sinceridad y devoción. No seas descuidado ni vago, no te acerques a tu deber o a lo que Dios te ha confiado desde la perspectiva de los incrédulos ni con las filosofías de Satanás. Debes comer y beber más de las palabras de Dios, tratar de comprender todos los aspectos de la verdad y entender claramente la importancia de cumplir un deber, y luego practicar y entrar en todos los aspectos de la verdad mientras cumples con tu deber, para poco a poco llegar a conocer a Dios, Su obra y Su carácter. De esta manera, sin darte cuenta, tu estado interior cambiará, habrá más cosas positivas y activas dentro de ti, y menos cosas negativas y pasivas, y tu capacidad de discernirlas será más fuerte que antes. Cuando tu estatura aumente hasta este punto, tendrás discernimiento sobre todos los tipos de personas, asuntos y cosas de este mundo, y serás capaz de comprender la esencia de los problemas. Si vieras una película hecha por incrédulos, serías capaz de percibir de qué venenos podría sufrir la gente después de verla, así como lo que Satanás pretende inculcar e implantar en la gente a través de estos medios y tendencias, y lo que pretende corroer en ellos. Poco a poco serás capaz de comprender estas cosas. No acabarás envenenado después de ver la película y tendrás discernimiento sobre ella; será entonces cuando realmente tendrás estatura.

Después de ver unas cuantas películas de superhéroes y de fantasía, algunos jóvenes quedan infectados con un deseo: les gustaría tener habilidades extraordinarias como los protagonistas. ¿Acaso no están así de envenenados? Si no vieras esas películas, ¿podría dañarte ese veneno? No. ¿Qué quiero decir con esto? Que vives en una sociedad malvada, así que cuando tu estatura es escasa y careces de discernimiento, pueden dominarte cosas que pertenecen a las tendencias malvadas porque te las encontraste primero, y las vas a tratar como cosas positivas, como normales y adecuadas. Esta es una de las maneras en las que Satanás envenena a la gente. Decidme, ¿no es malvado Satanás? ¡Satanás tiene muchas maneras de corromper a la gente! Se puede decir que cualquiera que haya visto este tipo de películas tiene esta clase de deseo. Hubo un niño que vio una película de fantasía y corría por su patio montado en una escoba cada vez que tenía algo de tiempo libre. Al principio no podía volar por más que lo intentara, hasta que un día empezó a volar de verdad. No volaba por sí mismo, sino que era una fuerza exterior la que le hacía volar. Cuando empezó a volar, no pudo evitar soltar el mismo grito extraño que el personaje de la película; una especie de espíritu había entrado en él. ¿Montar en escoba forma parte de la vida humana normal? Puedes montar a caballo o en burro, ¿por qué tienes que montar en escoba y volar? ¿Es eso posible? Se ve enseguida que no es algo que haga la gente normal. Los palos de escoba no pueden volar, solo pueden hacerlo con la ayuda de espíritus malignos, así que es obra de Satanás y de esos espíritus. Satanás y los espíritus malignos hacen cosas asombrosas, extrañas y ridículas que la gente normal no hace. ¿Tenéis un poco de discernimiento de las cosas que hace Satanás? ¿Qué tipo de actitud debéis tener hacia esas cosas? ¿No deberíais renunciar a ellas? Cuando tengáis tiempo, reflexionad sobre vosotros mismos y comprobad qué cosas extrañas permanecen en vuestra mente. ¿Por qué tenéis tantas cosas raras en la cabeza? Porque la gente de vuestra generación se ha envenenado mucho: todos queréis revolotear de tejado en tejado, ser Spiderman o Batman y convertiros en seres superiores. Esto no es lo que debe tener o poseer la gente con humanidad normal. Si te empeñas en buscar cosas que no son necesarias para aquellos con humanidad normal, y si trabajas de manera persistente para tratar de experimentarlas, quizás atraigas la obra de espíritus malignos. Cuando los espíritus malignos poseen a las personas, estas están en problemas: quedan cautivas de Satanás y corren peligro. ¿Cómo se puede resolver este problema? Las personas deben acudir a Dios con regularidad. No deben caer en la tentación ni dejarse engañar por Satanás. En esta era maligna donde los demonios y los espíritus inmundos pululan y corren desenfrenados, si puedes orar para que la gracia y la protección de Dios estén siempre contigo, y pedirle que te cuide y te proteja, para que tu corazón no se aparte de Él, y puedas adorar a Dios con honestidad y de corazón, ¿acaso no es esta la senda correcta? (Lo es). ¿Y estáis dispuestos a recorrer esta senda? ¿Estáis dispuestos a vivir siempre bajo el cuidado y la protección de Dios, y bajo Su disciplina, o queréis vivir en vuestro propio mundo libre? Si Dios os disciplina, a veces puede haceros sufrir un poco físicamente. ¿Estáis dispuestos a pasar por eso? (Sí). Ahora decís que estáis dispuestos, pero puede que empecéis a refunfuñar cuando os enfrentéis a la realidad. No basta con estar dispuesto a sufrir, también debes tener la voluntad de luchar por la verdad. Solo podrás mantenerte firme cuando comprendas la verdad. Es preocupante que los jóvenes sean tan inestables, que no atiendan los deberes que les corresponden ni tengan en mente las cosas adecuadas, y que no estén dispuestos a leer las palabras de Dios ni a esforzarse por alcanzar la verdad: esto es peligroso. Es difícil decir si terminará en vida o en muerte. Hoy hay algunos jóvenes que han escuchado sermones durante varios años; han comenzado a interesarse por la verdad, y están dispuestos a tomar notas cuando escuchan sermones. Sienten una especie de hambre y sed de justicia, y son capaces de entender la verdad. Esto significa que ya tienen un fundamento, y mientras la verdad se arraigue en sus corazones, estarán mucho más seguros. Si siguen esforzándose por alcanzar la verdad, esto garantizará que sean capaces de comprender la verdad, entrar en la realidad verdad y alcanzar la salvación.

¿Sabéis cuál es la mayor sabiduría? Según vuestra estatura actual, ¿sabéis en qué debéis enfocaros en vuestra fe y cuál es la mayor sabiduría en términos de cómo debéis buscar y practicar? Algunas personas no parecen ser muy hábiles en apariencia, y son silenciosas y reservadas todo el tiempo. No hablan mucho, pero en su corazón albergan una gran sabiduría que otros no tienen. La mayoría de la gente no puede verlo, e incluso cuando pueden, no lo consideran sabiduría. Les parece innecesaria y sin valor. ¿Se os ocurre cuál es su mayor sabiduría? (Tener un corazón siempre en calma ante Dios, siempre orar a Dios y acercarse siempre a Él). Habéis rozado un poco la respuesta correcta. ¿Cuál es el propósito de acercarse a Dios? (Buscar la voluntad de Dios). ¿Para qué sirve buscar Su voluntad? ¿Para ampararse en Él? (Sí). El objetivo es ampararse en Dios. Si te amparas en Dios para todo, Dios te esclarecerá, te conducirá y te guiará. No tendrás que tantear por dónde vas en la oscuridad, como un ciego, y podrás simplemente actuar de acuerdo con las palabras de Dios. ¿No es eso mucho más fácil? Ya no tendrás que andar dando tumbos, simplemente podrás hacer lo que Dios te indique. Esto es fácil y rápido, y no requiere que te agotes tomando sendas indirectas. Dios ha expresado Sus palabras muy claramente, así que no tienes que preocuparte por decidir cómo debes actuar. ¿Acaso no es esto sabiduría? ¿Lo entiendes ahora? Dejad que os diga: la mayor sabiduría es recurrir a Dios y ampararse en Él para todas las cosas. La gente común no reconoce esto. Todos piensan que asistiendo a más reuniones, escuchando más sermones, compartiendo más con los hermanos y hermanas, renunciando a más, sufriendo más y pagando un mayor precio se ganarán la aprobación y la salvación de Dios. Creen que practicar de esta manera es la mayor sabiduría, pero descuidan el asunto más importante: recurrir a Dios y ampararse en Él. Consideran que la insignificante astucia humana es sabiduría, e ignoran el efecto final que se supone deben lograr sus acciones. Eso es un error. Por mucha que sea la verdad que entienda una persona, por más deberes que haya cumplido, por más cosas que haya experimentado en su cumplimiento y sean cuales sean su estatura o su entorno, lo que no puede faltarle es que, en todo cuanto haga, debe recurrir a Dios y ampararse en Él. Esta es la mayor sabiduría. ¿Por qué lo digo? Aunque uno haya llegado a comprender algunas verdades, ¿servirá eso de algo si no se ampara en Dios? Algunas personas han creído en Dios durante muchos años, y han experimentado diversas pruebas, tienen alguna experiencia práctica, entienden alguna verdad, y tienen cierto conocimiento práctico de la verdad, pero no saben ampararse en Dios, no entienden cómo hacerlo ni cómo recurrir a Él. ¿Son poseedoras de sabiduría esas personas? Son las más necias, las que se creen más listas; no temen a Dios ni se apartan del mal. Algunas personas dicen: “Entiendo muchas verdades y poseo las realidades verdad. Está bien sólo hacer las cosas de una manera con principios. Soy leal a Dios, y sé cómo acercarme a Él. ¿No es suficiente con que practique la verdad cuando me sucedan las cosas? No hay necesidad de orar a Dios ni de recurrir a Él”. Practicar la verdad es correcto, pero hay muchas veces y muchas situaciones en las que las personas no saben qué es la verdad ni qué principios verdad se abordan. Todas aquellas con experiencia práctica saben esto. Por ejemplo, cuando te encuentres con algún problema, tal vez no sepas qué verdad se aborda con este tema, o de qué manera hay que practicar o aplicar la verdad relevante a él. ¿Qué debes hacer en momentos como estos? No importa cuánta experiencia práctica tengas, no puedes entender los principios verdad en todas las situaciones. No importa cuánto tiempo hayas creído en Dios, cuántas cosas hayas experimentado, y cuánta poda o disciplina hayas experimentado, aunque entiendas la verdad, ¿te atreves a decir que eres la verdad? ¿Te atreves a decir que eres el origen de la verdad? Algunas personas dicen: “Me sé de memoria todas esas declaraciones y pasajes bien conocidos en el libro ‘La Palabra manifestada en carne’. No necesito ampararme en Dios ni recurrir a Él. Cuando llegue el momento, me irá bien si me amparo en esas palabras de Dios”. Las palabras que has memorizado son estáticas; sin embargo, los ambientes que encuentras y tus estados son dinámicos. Puedes soltar de carrerilla palabras y doctrinas, pero no puedes hacer nada con ellas cuando te ocurre algo, lo que demuestra que no entiendes la verdad. No importa lo bueno que seas recitando palabras y doctrinas, eso no significa que entiendas la verdad, mucho menos que seas capaz de practicarla. Así pues, aquí hay una lección muy importante para aprender. ¿Y cuál es la lección? Es que las personas necesitan recurrir a Dios para todo y que, al hacerlo, pueden lograr una dependencia de Dios. Solo si se amparan en Dios tendrán una senda que seguir y la obra del Espíritu Santo. De otra manera, puedes hacer algo correctamente sin violar la verdad, pero si no te amparas en Dios, entonces tus actos no son más que las buenas acciones del hombre y no pueden satisfacer a Dios. Debido a que las personas tienen una manera tan superficial de entender la verdad es probable que sigan reglas y obstinadamente se aferren a palabras y doctrinas usando esa misma verdad al enfrentar varias situaciones. Es posible que completen muchos asuntos que estén en conformidad con los principios verdad en general, pero la guía de Dios no se puede ver en esto y tampoco la obra del Espíritu Santo. Aquí hay un serio problema, que es que las personas hacen muchas cosas en dependencia de su experiencia y las reglas que han entendido y en ciertas imaginaciones humanas. Es difícil conseguir una verdadera oración a Dios y recurrir de verdad a Él y ampararse en Él en todo lo que hacen. Incluso si uno entiende la voluntad de Dios, es difícil lograr el efecto de actuar como si fuera guiado por Dios, y de acuerdo con los principios verdad. Por esta razón digo que la mayor sabiduría es recurrir a Dios y ampararse en Él para todo.

¿Cómo puede practicar la gente el recurrir a Dios y ampararse en Él en todas las cosas? Algunas personas dicen: “Soy joven, mi estatura es pequeña y llevo poco tiempo creyendo en Dios. No sé cómo practicar el recurrir a Dios y ampararse en Él cuando algo sucede”. ¿Supone esto un problema? Existen muchas dificultades para creer en Dios, y hay que pasar por muchas tribulaciones, pruebas y pesares. Todas estas cosas requieren recurrir a Dios y ampararse en Él para superar los tiempos difíciles. Si no puedes practicar el recurrir a Dios y ampararte en Él, no podrás superar las dificultades ni podrás seguir a Dios. Recurrir a Dios y ampararse en Él no es una doctrina vacía, ni un mantra para creer en Dios. Es más bien una verdad clave, una verdad que debes poseer para creer y seguir a Dios. Algunas personas dicen: “Recurrir a Dios y ampararse en Él solo procede cuando ocurre un acontecimiento importante. Por ejemplo, solo es necesario recurrir a Dios y ampararse en Él cuando te enfrentas a tribulaciones, pruebas, detenciones y persecuciones, o cuando te encuentras con dificultades en tus deberes, o cuando eres podado. No hay necesidad de recurrir a Dios y ampararse en Él para los asuntos triviales de la vida personal, porque a Dios no le importan”. ¿Es correcta esta afirmación? Desde luego que no. Aquí existe una desviación. Es necesario recurrir a Dios en los asuntos importantes, pero ¿puedes gestionar las cosas triviales y los pequeños asuntos de la vida sin principios? En asuntos como vestirse y comer, ¿se puede actuar sin principios? Por supuesto que no. ¿Y en las relaciones con las personas y los asuntos? Desde luego que no. Incluso en la vida cotidiana y en los asuntos triviales, al menos debes tener principios para poder vivir una semejanza humana. Los problemas que implican principios son problemas que implican la verdad. ¿Puede la gente resolverlos por sí misma? Por supuesto que no. Por lo tanto, hay que recurrir a Dios y ampararse en Él. Solo se pueden resolver estos problemas triviales si obtienes el esclarecimiento de Dios y comprendes la verdad. Si no se recurre a Dios y se ampara en Él, ¿creéis que estos problemas relacionados con los principios se pueden resolver? Desde luego, no es fácil. Se puede decir que, en todas las cosas que la gente no puede ver con claridad y que requieren que se busque la verdad, deben recurrir a Dios y ampararse en Él. No importa lo grande o pequeño que sea, cualquier problema que deba resolverse con la verdad requiere hacer esto. Esto es una necesidad. Aunque la gente entienda la verdad y pueda resolver los problemas por sí misma, esta comprensión y soluciones son limitadas y superficiales. Si la gente no recurre a Dios y se ampara en Él, su entrada nunca podrá ser muy profunda. Por ejemplo, si hoy estás enfermo y eso afecta el desempeño de tu deber, necesitas orar sobre este asunto y decir: “Dios, hoy no me siento bien, no puedo comer y eso está afectando el desempeño de mi deber. Tengo que autoexaminarme. ¿Cuál es la verdadera razón por la que estoy enfermo? ¿Me está disciplinando Dios por no ser fiel a mi deber? Dios, te pido que me esclarezcas y me guíes”. Debes lanzar ese clamor. Eso es recurrir a Dios. Sin embargo, cuando recurres a Dios, no puedes simplemente seguir las formalidades y acatar las reglas. Si no buscas la verdad para resolver los problemas, retrasarás las cosas. Después de orar y recurrir a Dios, debes seguir viviendo tu vida como corresponde, sin demorar el deber que te corresponde cumplir. Si estás enfermo, debes ir al médico, y eso es lo apropiado. Al mismo tiempo, debes orar, reflexionar sobre ti mismo y buscar la verdad para resolver el problema. Solo esa práctica es completamente apropiada. Respecto a ciertas cosas, si la gente sabe cómo hacerlas correctamente, entonces ha de hacerlas. Así es como la gente debe cooperar. Sin embargo, si el efecto y la meta deseados pueden ser alcanzados completamente en estos asuntos, eso depende de recurrir a Dios y ampararse en Él. Respecto a los problemas que las personas no pueden ver claramente y no pueden manejar bien por su cuenta, deben recurrir más a Dios y buscar más la verdad para resolverlos. Las personas con una humanidad normal deben poseer la capacidad de hacer esto. Hay muchas lecciones que aprender al recurrir a Dios. En el proceso de recurrir a Él, puedes recibir el esclarecimiento del Espíritu Santo, y tendrás un camino, o si la palabra de Dios viene a ti, sabrás cómo cooperar, o tal vez Dios dispondrá algunas situaciones para que aprendas lecciones en las que residen buenas intenciones de Dios. En el proceso de recurrir a Dios, verás la guía y el liderazgo de Dios, que te ayudarán a aprender muchas lecciones y a obtener una mejor comprensión de Él. Este es el efecto que se consigue al recurrir a Dios. Por lo tanto, hacerlo es una lección que los que siguen a Dios deben aprender a menudo, y es algo que nunca terminarán de experimentar en toda su vida. Hay muchas personas que tienen muy poca experiencia y no pueden ver las acciones de Dios, por lo que piensan: “Hay muchas cosas pequeñas que puedo hacer yo mismo y en las que no necesito recurrir a Dios”. Esto es un error. Algunas cosas pequeñas conducen a otras grandes, y la voluntad de Dios se esconde en algunas cosas pequeñas. Muchas personas ignoran las cosas pequeñas, y en consecuencia, se encuentran con grandes contratiempos debido a asuntos pequeños. Aquellos que verdaderamente tienen un corazón temeroso de Dios, tanto en los asuntos grandes como en los pequeños, recurrirán a Dios, le orarán, le confiarán todo a Él, y luego verán cómo Él los conduce y guía. Una vez que tengas esa experiencia, serás capaz de recurrir a Dios en todas las cosas, y cuanto más experimentes esto, más sentirás que hacerlo es muy práctico. Cuando recurres a Dios en un asunto, es posible que Dios no te otorgue un sentimiento, un significado claro, o mucho menos, instrucciones claras, pero Él te hará entender una idea con relevancia precisa en el asunto, y se trata de Dios guiándote con un método diferente y dándote un camino. Si puedes sentir y entender esto, te beneficiarás. Puede que no entiendas nada en el momento, pero debes seguir orando y recurriendo a Dios. No hay nada malo en ello, y tarde o temprano serás esclarecido. Practicar de este modo no significa atenerse a las reglas. Por el contrario, significa satisfacer las necesidades del espíritu, y es la forma en que la gente debe practicar. Puede que no recibas el esclarecimiento y guía cada vez que ores y recurras a Dios, pero las personas deben practicar de esta manera, y si quieren entender la verdad, necesitan practicar así. Este es el estado normal de la vida y el espíritu, y solo de esta manera las personas pueden mantener una relación normal con Dios, de modo que su corazón esté cerca de Él. Por tanto, se puede decir que recurrir a Dios es la interacción normal con Dios en el corazón de las personas. Independientemente de que puedas recibir el esclarecimiento y la guía de Dios, debes orar a Dios y recurrir a Él en todas las cosas. Esta es también la manera inevitable de vivir ante Dios. Cuando las personas creen en Dios y lo siguen, deben tener el estado mental de recurrir siempre a Dios. Este es el estado mental que deben poseer las personas con una humanidad normal. Algunas veces, recurrir a Dios no significa pedirle que haga algo utilizando palabras específicas o solicitarle una guía o protección específica. Más bien, es cuando las personas se encuentran con algún problema que pueden clamar a Él de una manera sincera. Así pues, ¿qué hace Dios cuando las personas claman a Él? Cuando el corazón de alguien se conmueve y esa persona piensa “Oh, Dios. Yo no puedo hacer esto por mí mismo; no sé cómo hacerlo y me siento débil y negativo…”, cuando surge este pensamiento en ella, ¿acaso Dios no lo sabe? Al surgir en las personas este pensamiento, ¿son sinceros sus corazones? Cuando claman a Dios de esta manera, con sinceridad, ¿Dios accede a ayudarles? A pesar del hecho de que tal vez no hayan pronunciado una sola palabra, muestran sinceridad y, así, Dios accede a ayudarles. Cuando alguien se encuentra con una dificultad especialmente espinosa, cuando no tiene a nadie a quien acudir y cuando se siente particularmente indefenso, pone toda su esperanza en Dios. ¿Cómo son sus oraciones? ¿Cuál es su estado mental? ¿Son sinceros? ¿Existe alguna adulteración en ese momento? Es sólo cuando confías en Dios como si Él fuera lo último a lo que puedes aferrarte, esperando que Él te ayude, que tu corazón es sincero. Aunque tal vez no hayas dicho mucho, tu corazón ya se ha conmovido. Esto es, que le das tu corazón sincero a Dios y Dios escucha. Cuando Dios escucha, ve tus dificultades, te esclarecerá, te guiará y te ayudará. ¿Cuándo es el corazón del hombre más sincero? Es de lo más sincero cuando el hombre mira a Dios y no hay salida. Lo más importante que hay que poseer al recurrir a Dios es un corazón sincero. Has de estar en un estado de verdadera necesidad de Dios. Es decir, el corazón de las personas debe ser al menos sincero, no superficial; no debe mover solo la boca y no el corazón. Si sales del paso a la hora de hablar con Dios, pero tu corazón no se conmueve, y lo que quieres decir es: “Ya he hecho mis propios planes, y Dios, simplemente te lo estoy notificando. Voy a seguir adelante con ellos sin importar que estés o no de acuerdo. Solo estoy actuando por inercia”, entonces eso significa que hay problemas. Estás engañando y jugando con Dios, lo cual es también una expresión de irreverencia hacia Él. ¿Cómo te tratará Dios después de esto? Dios te ignorará y te hará a un lado, y serás completamente humillado. Si no buscas activamente a Dios y no te esfuerzas en la verdad, serás expulsado.

La mayoría de las personas que creen en Dios se encuentran en este estado. Casi todo el tiempo viven en una condición irreflexiva, inconsciente, y cuando no ha sucedido nada fuera de lo común, cuando no se encuentran en ninguna gran dificultad, no saben orar a Dios ni ampararse en Él; no buscan la verdad ante los problemas ordinarios, sino que viven de acuerdo con sus propios conocimientos, doctrinas e inclinaciones. Son muy conscientes de que lo correcto es ampararse en Dios, pero la mayoría de las veces se amparan en ellas mismas y en las condiciones y los ambientes ventajosos a su alrededor, así como de las personas, acontecimientos y cosas que son ventajosos para ellas. Esto es en lo que las personas destacan más. En lo que las personas son peores es en ampararse en Dios y recurrir a Él porque sienten que hacerlo es demasiada molestia, que no importa cómo le oren a Dios, seguirán sin recibir ningún esclarecimiento, iluminación ni una respuesta inmediata; así que piensan que mejor se ahorran el problema y van a buscar a una persona que lo solucione. Así, en este aspecto de sus lecciones las personas tienen el peor desempeño y su entrada en ello es lo más superficial. Si no aprendes cómo recurrir a Dios y ampararte en Él, nunca verás a Dios obrar en ti, guiarte o esclarecerte. Si no puedes entender estas cosas, entonces cuestiones como “si Dios existe o no, si Él guía o no todo en la vida de la humanidad”, terminarán, en las profundidades de tu corazón, con un signo de interrogación y no con un punto o un signo de exclamación. “¿Guía todo Dios en la vida de la humanidad?”. “¿Observa Dios las profundidades del corazón del hombre?”. Si es así como piensas, estás en problemas. ¿Por qué razón lo conviertes en preguntas? Si verdaderamente no te amparas en Dios ni recurres a Él, no serás capaz de generar una fe verdadera en Dios. Si no puedes generar una fe verdadera en Dios, entonces los signos de interrogación siempre estarán ahí para ti, acompañando a todo lo que Dios hace, y no habrá puntos. Cuando no estéis ocupados, preguntaros: “‘Creo que Dios es el soberano que gobierna todas las cosas’: ¿va eso seguido de un signo de interrogación, un punto o un signo de exclamación?”. Cuando reflexiones sobre esto, no podrás decir exactamente en qué estado te encuentras durante algún tiempo. Cuando hayas adquirido cierta experiencia, podrás ver las cosas con claridad y decir con certeza: “¡¡¡Dios es realmente el soberano de todas las cosas!!!”. Esto irá seguido de tres signos de exclamación, y será porque realmente tienes conocimiento del gobierno de Dios, sin ninguna duda. ¿En cuál de estos estados os encontráis? Al observar vuestros estados y estaturas actuales, está claro que en su mayoría hay signos de interrogación, y son bastantes. Esto significa que no comprendéis nada de la verdad, y que todavía existen dudas en vuestro corazón. Cuando las personas albergan muchas dudas sobre Dios, ya están bordeando el peligro. Existe la posibilidad de que caigan y traicionen a Dios en cualquier momento. ¿Y por qué digo que las personas son de escasa estatura? ¿Sobre qué base se determina el tamaño de la estatura de una persona? Se determina en base a cuánta fe verdadera en Dios poseas y cuánto conocimiento real tengas. ¿Y cuánto tenéis? ¿Habéis examinado estas cosas antes? Hay muchos jóvenes que han llegado a creer en Dios a través de sus padres. Han aprendido de ellos algunas doctrinas sobre la fe en Dios, y piensan que creer en Él es algo bueno, que es algo positivo, pero todavía tienen que llegar a realmente entender o a experimentar y verificar las verdades que los creyentes en Dios deben entender. Por tanto, tienen muchos signos de interrogación y nociones. La mayoría de las palabras que salen de sus bocas no son afirmaciones o exclamaciones, son preguntas. Esto se debe a que presentan demasiadas deficiencias, y no pueden desentrañar las cosas, y es difícil saber si serán capaces de mantenerse firmes. Es normal que tengáis muchos signos de interrogación a los veintitantos o treinta y tantos años, pero después de que hayáis cumplido con vuestro deber durante algún tiempo, ¿de cuántos de estos signos de interrogación seréis capaces de deshaceros? ¿Podréis convertir estos signos de interrogación en signos de exclamación? Dependerá de vuestra experiencia. ¿Es esto importante o no? (Lo es). ¡Es muy importante! ¿Cuál acabo de decir que es la mayor sabiduría? (Recurrir a Dios y ampararse en Él en todas las cosas). Cuando oyen esto, algunas personas dicen: “Esa respuesta es demasiado simple y común. Es un dicho gastado, y nadie lo dice hoy en día”. Recurrir a Dios puede parecer una manera obvia de practicar, pero es una lección que todo seguidor de Dios debería estudiar y en la que debería profundizar a lo largo de su vida. ¿Recurrió Job a Dios cuando tenía setenta y tantos años? (Sí). ¿Y cómo recurrió a Dios? ¿Cuáles fueron las manifestaciones específicas de que recurriera a Dios? Cuando le arrebataron sus posesiones y a sus hijos, ¿cómo recurrió a Dios? Oró en su corazón, e hizo algunas cosas de cara al exterior, ¿y qué dice la Biblia al respecto? (“Entonces Job […] rasgó su manto, se rasuró la cabeza, y postrándose en tierra, adoró” (Job 1:20).) Se postró en la tierra y adoró. ¡Esa es una manifestación de recurrir a Dios! Esto fue una increíble devoción. ¿Es algo que podríais hacer vosotros? (Aún no somos capaces de hacerlo). ¿Entonces estáis dispuestos a hacerlo? (Sí). Si uno puede llegar al nivel de Job, temer a Dios y evitar el mal, y convertirse en una persona intachable, ¡entonces es perfecto! Pero mientras cumpláis con vuestro deber, debéis tener la voluntad de sobrellevar las adversidades. Debéis seguir esforzándoos por alcanzar la verdad. Cuando podáis comprender la verdad y manejar los asuntos de acuerdo con los principios, habréis cumplido los requisitos de Dios. Solo tenéis que recordarlo.

1 de enero de 2015

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