La entrada en la vida V

Palabras diarias de Dios  Fragmento 520

Durante el tiempo en el que siguió a Jesús, Pedro formó muchas opiniones acerca de Él y siempre lo juzgaba desde su propia perspectiva. Aunque Pedro tenía un cierto grado de comprensión del Espíritu, su entendimiento no era muy claro, razón por la que dijo: “Debo seguir a aquel a quien el Padre celestial ha enviado. Debo reconocer al que el Espíritu Santo ha escogido”. No entendía las cosas que Jesús hizo y no tenía claridad acerca de ellas. Después de seguirlo por algún tiempo, Pedro se interesó más en lo que Él hacía y decía y en Jesús mismo. Llegó a sentir que Jesús inspiraba tanto afecto como respeto; le gustaba asociarse con Él y estar a Su lado y escuchar las palabras de Jesús le daba alimento y ayuda. Durante el tiempo en que siguió a Jesús, Pedro observó y tomó en serio todo acerca de Su vida: Sus acciones, palabras, movimientos y expresiones. Adquirió un entendimiento profundo de que Jesús no era como los hombres ordinarios. Aunque Su apariencia humana era muy normal, estaba lleno de amor, compasión y tolerancia hacia el hombre. Todo lo que hacía y decía era de mucha ayuda para los demás y Pedro vio y aprendió cosas que nunca antes había visto o tenido de Jesús. Vio que aunque Jesús no tenía una gran estatura ni una humanidad inusual, tenía un aire verdaderamente extraordinario y poco común. Aunque Pedro no podía explicarlo plenamente, podía ver que Jesús actuaba diferente a todos los demás, porque las cosas que hacía eran muy diferentes a las del hombre normal. Del tiempo que estuvo en contacto con Jesús, Pedro también vio que Su personalidad era diferente a la de un hombre común. Siempre actuaba con firmeza y nunca con prisa; nunca exageraba ni le restaba importancia a un tema y conducía Su vida de una forma que revelaba un carácter tanto normal como admirable. Al conversar, Jesús hablaba de manera simple y con gracia, comunicando siempre de forma alegre pero serena, y nunca perdía Su dignidad al llevar a cabo Su obra. Pedro vio que Jesús algunas veces era taciturno mientras que, otras, hablaba sin cesar. A veces estaba tan contento que parecía una paloma ágil y vivaz y, sin embargo, otras veces estaba tan triste que no hablaba para nada, y parecía abrumado por la aflicción como una madre cansada y avejentada. A veces estaba lleno de ira como un soldado valiente que corre para matar a un enemigo y otras veces, incluso, parecía un león rugiente. Algunas veces reía; otras veces oraba y lloraba. No importa cómo actuara Jesús, Pedro llegó a tener un amor y respeto sin límites por Él. La risa de Jesús lo llenaba de alegría, Su tristeza lo hundía en la pena y Su ira lo atemorizaba, mientras que Su misericordia, perdón y las duras exigencias que les hacía a las personas lo hicieron llegar a amar a Jesús de verdad y desarrollar verdadera veneración y verdadero anhelo por Él. Por supuesto, no fue hasta que hubo vivido junto a Jesús durante algunos años que llegó a darse cuenta de todo esto poco a poco.

La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Cómo Pedro llegó a conocer a Jesús

Palabras diarias de Dios  Fragmento 521

Hubo un clímax en las experiencias de Pedro, cuando su cuerpo estaba casi totalmente quebrado, pero Jesús lo alentó desde dentro. Y se le apareció una vez. Cuando Pedro estaba viviendo un sufrimiento tremendo y su corazón estaba roto, Jesús lo instruyó: “Estuviste conmigo en la tierra y Yo estuve aquí contigo. Y aunque antes estuvimos juntos en el cielo, esto pertenece, después de todo, al mundo espiritual. Ahora Yo he regresado al mundo espiritual y tú estás en la tierra, porque Yo no soy de la tierra y aunque tú tampoco eres de la tierra, has de cumplir tu función en la tierra. Ya que eres un siervo, debes cumplir con tu deber”. Pedro se consoló al escuchar que podía regresar al lado de Dios. En aquel entonces, Pedro estaba en semejante agonía que estaba casi postrado en cama, sintió remordimiento hasta el punto de decir: “Soy tan corrupto que no soy capaz de satisfacer a Dios”. Jesús se le apareció y le dijo: “Pedro, ¿puede ser que hayas olvidado la decisión que una vez tomaste ante Mí? ¿Realmente has olvidado todo lo que dije? ¿Has olvidado el compromiso que hiciste conmigo?”. Al ver que era Jesús, Pedro se levantó de la cama y Jesús lo consoló: “Yo no soy de la tierra, ya te lo he dicho, esto debes entender pero, ¿has olvidado algo más que te dije? ‘Tú tampoco eres de la tierra ni del mundo’. Justo ahora hay una obra que necesitas hacer. No puedes estar así de apenado, no puedes sufrir así. Aunque los hombres y Dios no pueden coexistir en el mismo mundo, Yo tengo Mi obra y tú tienes la tuya, y un día cuando tu obra esté terminada, estaremos juntos en un reino y Yo te voy a guiar para que estés conmigo para siempre”. Pedro se consoló y se tranquilizó después de escuchar estas palabras. Sabía que este sufrimiento era algo que tenía que soportar y experimentar y se inspiró a partir de entonces. Jesús se le apareció de manera especial a él en cada momento clave, dándole un esclarecimiento y guía especiales y haciendo mucha obra en él. ¿Y qué es lo que más lamentaba Pedro? Poco después de que Pedro hubiera dicho: “Tú eres el Hijo del Dios viviente”, Jesús le hizo otra pregunta a Pedro (aunque no está registrada en la Biblia de esta manera). Jesús le preguntó: “¡Pedro! ¿Alguna vez me has amado?”. Pedro entendió lo que Él quería decir y le dijo: “¡Señor! Una vez amé al Padre que está en el cielo, pero admito que nunca te he amado a Ti”. Jesús entonces le dijo: “Si la gente no ama al Padre que está en el cielo, ¿cómo puede amar al Hijo que está en la tierra? Y si la gente no ama al Hijo que envió Dios Padre, ¿cómo puede amar al Padre que está en el cielo? Si la gente verdaderamente ama al Hijo que está en la tierra, entonces en verdad ama al Padre que está en el cielo”. Cuando Pedro escuchó estas palabras se dio cuenta de su carencia. Siempre sintió remordimiento hasta el punto del llanto por sus palabras, “Una vez amé al Padre que está en el cielo, pero nunca te he amado a Ti”. Después de la resurrección y ascensión de Jesús sintió aún más remordimiento y dolor por estas palabras. Al recordar su obra pasada y su estatura presente, a menudo iba a Jesús en oración, siempre sintiendo pesar y una deuda debido a que no había satisfecho la voluntad de Dios y no había estado a la altura de los estándares de Dios. Estos problemas se convirtieron en su mayor carga. Él dijo: “Un día voy a dedicarte todo lo que tengo y todo lo que soy, te voy a dar lo que sea más valioso”. Él dijo: “¡Dios! Sólo tengo una fe y sólo tengo un amor. Mi vida no vale nada y mi cuerpo no vale nada. Sólo tengo una fe y sólo tengo un amor. En mi mente tengo fe en Ti y amor por Ti en mi corazón; sólo tengo estas dos cosas para darte y nada más”. Las palabras de Jesús alentaron mucho a Pedro, porque antes de que Jesús fuera crucificado, Él le había dicho: “No soy de este mundo y tú tampoco eres de este mundo”. Después, cuando Pedro llegó a un punto de gran dolor, Jesús le recordó: “Pedro, ¿lo has olvidado? Yo no soy del mundo y solo fue por Mi obra que me fui antes. Tú tampoco eres del mundo, ¿de verdad lo has olvidado? Te lo he dicho dos veces, ¿no lo recuerdas?”. Al escuchar esto, Pedro dijo: “¡No lo he olvidado!”. Entonces Jesús le dijo: “Una vez pasaste un tiempo feliz junto a Mí en el cielo y un periodo de tiempo a Mi lado. Me extrañas y Yo te extraño. Aunque las criaturas no son dignas de mencionarse a Mis ojos, ¿cómo puedo no amar a uno que es inocente y encantador? ¿Has olvidado Mi promesa? Debes aceptar Mi comisión en la tierra; debes cumplir la tarea que te encomendé. Un día sin duda te llevaré para que estés a Mi lado”. Después de escuchar esto, Pedro se alentó todavía más y recibió una inspiración todavía mayor, tal que cuando estaba en la cruz pudo decir: “¡Dios! ¡No te puedo amar lo suficiente! Incluso si me pidieras que muriera, todavía no te puedo amar lo suficiente. A dondequiera que envíes a mi alma, cumplas o no Tus promesas del pasado, lo que sea que hagas después, te amo y creo en Ti”. A lo que se aferró fue a su fe y a su amor verdadero.

La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Cómo Pedro llegó a conocer a Jesús

Palabras diarias de Dios  Fragmento 522

Ahora deberías poder ver con claridad el camino preciso que Pedro tomó. Si puedes ver la senda de Pedro con claridad, entonces estarás seguro de la obra que se está haciendo actualmente, de modo que no te quejarás o serás pasivo ni anhelarás nada. Debes experimentar el ánimo de Pedro en ese momento: la tristeza lo golpeó; ya no pedía por un futuro ni ninguna bendición. No buscaba el lucro, la felicidad, la fama o la fortuna del mundo, solo buscaba vivir una vida con un mayor significado, para retribuir el amor de Dios y dedicar lo más absolutamente precioso que tenía a Dios. Entonces estaría satisfecho en su corazón. Muchas veces oró a Jesús con las palabras: “Señor Jesucristo, una vez te amé, pero no te amé sinceramente nunca. Aunque dije que tenía fe en Ti, nunca te amé con un corazón sincero. Solo alzaba la vista a Ti, te adoraba y te extrañaba, pero nunca te amé ni tuve verdadera fe en Ti”. Él oró constantemente para tomar su decisión, las palabras de Jesús siempre lo alentaban y motivaban. Más tarde, después de un periodo de experiencia, Jesús lo probó, provocándolo a que lo anhelara más. Él dijo: “¡Señor Jesucristo! Cuánto te extraño, y cuánto anhelo verte. Tengo muchas carencias y no puedo compensar Tu amor. Te suplico que me lleves pronto. ¿Cuándo me necesitarás? ¿Cuándo me llevarás? ¿Cuándo veré otra vez Tu rostro? Ya no deseo vivir más en este cuerpo, ni seguir corrompiéndome, y tampoco quiero rebelarme más. Estoy listo para dedicarte todo lo que tengo tan pronto como pueda y ya no te quiero entristecer más”. Así es cómo él oraba, pero en ese momento no sabía lo que Jesús perfeccionaría en él. Durante la agonía de su prueba, Jesús se le apareció otra vez y le dijo: “Pedro, deseo hacerte perfecto, de tal manera que te conviertas en una pieza del fruto, uno que es la cristalización de Mi perfección en ti y de la cual gozaré. ¿Puedes realmente dar testimonio de Mí? ¿Has hecho lo que te pedí que hicieras? ¿Has vivido las palabras que he hablado? Una vez me amaste, pero aunque me amaste, ¿me has vivido? ¿Qué has hecho por Mí? Reconoces que no eres digno de Mi amor pero, ¿qué has hecho por Mí?”. Pedro vio que no había hecho nada por Jesús y recordó su promesa anterior de dar su vida por Dios. Y de esta manera, ya no se quejó y sus oraciones prosperaron mucho mejor a partir de entonces. Oró diciendo: “¡Señor Jesucristo! Una vez te dejé y Tú también una vez me dejaste. Hemos pasado tiempo separados y tiempo juntos en compañía. Sin embargo, me amas más que a todo lo demás. En repetidas ocasiones me he rebelado contra Ti y en repetidas ocasiones te he afligido. ¿Cómo puedo olvidar tales cosas? Siempre tengo en mente y nunca olvido la obra que has hecho en mí y lo que me has confiado. He hecho todo lo posible por la obra que has hecho en mí. Sabes lo que puedo hacer y también sabes qué papel puedo desempeñar. Deseo someterme a tus orquestaciones, y voy a dedicarte todo lo que tengo. Sólo Tú sabes lo que puedo hacer por Ti. Aunque Satanás me engañó tanto y me rebelé contra Ti, creo que Tú no te acuerdas de mí por esas transgresiones y que Tú no me tratas de acuerdo a ellas. Deseo dedicarte toda mi vida. No pido nada y tampoco tengo otras esperanzas o planes; sólo deseo actuar de acuerdo a Tu designio y hacer Tu voluntad. Beberé de Tu amarga copa y estoy a Tus órdenes”.

Vosotros debéis tener claro la senda que transitáis; debéis tener claro la senda que tomaréis en el futuro, qué es lo que Dios perfeccionará y qué os ha sido confiado. Un día, tal vez, seréis probados y, cuando llegue ese día, si sois capaces de sacar inspiración de las experiencias de Pedro, esto mostrará que verdaderamente estáis caminando por la senda de Pedro. Dios elogió a Pedro por su fe y amor verdaderos y por su lealtad a Dios. Y fue por su honestidad y su deseo de Dios en su corazón que Dios lo perfeccionó. Si tú verdaderamente tienes el mismo amor y fe que Pedro, entonces Jesús con toda seguridad te perfeccionará.

La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Cómo Pedro llegó a conocer a Jesús

Palabras diarias de Dios  Fragmento 523

Cuando Dios lo estaba castigando, Pedro oró: “¡Oh, Dios! Mi carne es desobediente y Tú me castigas y me juzgas. Me regocijo en Tu castigo y en Tu juicio, e incluso si no me quieres, en Tu juicio contemplo Tu justo y santo carácter. Cuando me juzgas para que los demás puedan contemplar Tu carácter justo en Tu juicio, me siento contento. Si puede expresar Tu carácter y permitir que Tu carácter justo sea visto por todas las creaturas, y si puede hacer que mi amor por Ti sea más puro, que yo pueda lograr la semejanza de alguien que es justo, entonces Tu juicio es bueno, porque así es Tu voluntad misericordiosa. Sé que todavía hay mucha rebeldía en mí y que todavía no soy digno de venir ante Ti. Quiero que me juzgues aún más, ya sea a través de un ambiente hostil o de grandes tribulaciones; no importa qué haces, para mí es precioso. Tu amor es tan profundo y estoy dispuesto a ponerme a merced Tuya sin la más mínima queja”. Este es el conocimiento que Pedro tiene después de haber experimentado la obra de Dios y también es un testimonio de su amor por Dios. En la actualidad, vosotros ya habéis sido conquistados pero ¿cómo se expresa esta conquista en vosotros? Algunas personas dicen: “Mi conquista es la gracia y la exaltación supremas de Dios. Solo ahora me doy cuenta de que la vida del hombre es hueca y sin sentido. El hombre pasa su vida corriendo por todas partes, engendrando y criando hijos generación tras generación y, al final, no le queda nada. En la actualidad, después de que Dios me conquistó, he visto que no tiene valor vivir de esta manera; realmente es una vida sin sentido. ¡Será mejor morir y terminar con esto!”. ¿Puede ganar Dios a tales personas que han sido conquistadas? ¿Se pueden convertir en especímenes y modelos? Tales personas son una lección de pasividad; no tienen aspiraciones y no se esfuerzan por ser mejores. Aunque cuentan como conquistadas, tales personas pasivas no pueden ser perfeccionadas. Cerca del final de su vida, después de haber sido perfeccionado, Pedro dijo: “¡Oh, Dios! Si viviera unos cuantos años, me gustaría alcanzar un amor más puro y más profundo por Ti”. Cuando estaba a punto de ser clavado en la cruz, en su corazón oró: “¡Oh, Dios! Tu tiempo ha llegado ahora; el tiempo que Tú preparaste para mí ha llegado. Debo ser crucificado por Ti, debo dar testimonio de Ti y espero que mi amor pueda satisfacer Tus exigencias y que se pueda hacer más puro. Para mí, poder morir por Ti hoy y ser clavado en la cruz por Ti, es reconfortante y tranquilizador, porque nada me es más grato que poder ser crucificado por Ti y satisfacer Tus deseos, y poder darme a Ti, poder ofrecerte mi vida. ¡Oh, Dios! ¡Eres tan amoroso! Si me permitieras vivir, estaría aún más dispuesto a amarte. Mientras esté vivo, te amaré. Quisiera amarte con mayor profundidad. Me juzgas y me castigas y me pruebas porque no soy justo, porque he pecado. Y Tu justo carácter se me hace más evidente. Esto es una bendición para mí porque puedo amarte con mayor profundidad y estoy dispuesto a amarte de esta manera incluso si Tú no me amaras. Estoy dispuesto a contemplar Tu justo carácter porque esto me capacita más para vivir una vida que tenga sentido. Siento que mi vida es ahora más significativa porque soy crucificado por Tu causa, y es valioso morir por Ti. Pero todavía no me siento satisfecho porque sé muy poco de Ti, sé que no puedo cumplir por completo Tus deseos y te he retribuido demasiado poco. En mi vida no he sido capaz de regresarte mi yo completo; estoy lejos de eso. Al mirar hoy hacia atrás, me siento tan en deuda contigo y solo tengo este momento para compensar todos mis errores y todo el amor que no te he retribuido”.

La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Las experiencias de Pedro: su conocimiento del castigo y del juicio

Palabras diarias de Dios  Fragmento 524

El hombre debe buscar vivir una vida que tenga sentido y no debería estar satisfecho con sus circunstancias actuales. Para vivir la imagen de Pedro, debe tener el conocimiento y las experiencias de Pedro. El hombre debe buscar las cosas que son más elevadas y más profundas. Debe buscar un amor más profundo y más puro por Dios, y una vida que tenga valor y sentido. Solo esto es vida; solo entonces el hombre será igual a Pedro. Te debes enfocar en ser proactivo rumbo hacia tu entrada en el lado positivo y no debes permitirte sumisamente recaer en aras de la facilidad momentánea, ignorando verdades más profundas, más específicas y más prácticas. Tu amor debe ser práctico y debes encontrar maneras para liberarte de esta vida depravada y despreocupada que no es diferente a la de un animal. Debes vivir una vida que tenga sentido, una vida que tenga valor y no debes engañarte a ti mismo o tratar tu vida como un juguete con el que se juega. Para cualquiera que aspire a amar a Dios, no hay verdades imposibles de conseguir y ninguna justicia por la que no puedan permanecer firmes. ¿Cómo deberías vivir tu vida? ¿Cómo debes amar a Dios y usar ese amor para satisfacer Su deseo? No hay asunto mayor en tu vida. Sobre todo, debes tener este tipo de aspiraciones y perseverancia, y no debes ser como esos invertebrados, esos que son débiles. Debes aprender cómo experimentar una vida que tenga sentido y cómo experimentar verdades significativas, y de esa manera no deberías tratarte a ti mismo a la ligera. Sin que te des cuenta, tu vida pasará; después de eso, ¿tendrás otra oportunidad para amar a Dios? ¿Puede el hombre amar a Dios una vez haya muerto? Debes tener las mismas aspiraciones y conciencia que Pedro; tu vida debe tener sentido y no debes jugar juegos contigo mismo. Como ser humano y como una persona que busca a Dios, tienes que considerar cuidadosamente cómo tratas tu vida, cómo te ofreces a Dios, cómo debes tener una fe más significativa en Dios y cómo, ya que amas a Dios, lo debes amar de una manera que sea más pura, más hermosa y mejor. No puedes solo estar contento hoy con cómo eres conquistado, sino que también debes considerar el camino que vas a recorrer en el futuro. Debes tener aspiraciones y el valor para ser perfeccionado y no debes estar pensando siempre que no eres capaz. ¿Tiene la verdad favoritos? ¿Puede la verdad oponerse de manera deliberada a las personas? Si buscas la verdad, ¿te puede abrumar? Si permaneces firme por la justicia, ¿te derribará? Si tu aspiración realmente es buscar la vida, ¿puede la vida eludirte? Si no tienes la verdad, no es porque la verdad no te preste atención, sino porque te mantienes alejado de la verdad; si no puedes mantenerte firme por la justicia, no es porque haya algo malo con la justicia, sino porque crees que no coincide con los hechos; si no has obtenido la vida después de buscarla muchos años, no es porque la vida no tenga conciencia de ti, sino porque tú no tienes conciencia de la vida y la has ahuyentado; si vives en la luz y no has sido capaz de obtenerla, no es porque la luz sea incapaz de iluminarte, sino porque no has puesto atención a la existencia de la luz, y por eso la luz se ha apartado de ti en silencio. Si no buscas, entonces solo se puede decir que eres una basura despreciable y que no tienes coraje en la vida y que no tienes el espíritu para resistir las fuerzas de la oscuridad. ¡Eres demasiado débil! No eres capaz de escapar de las fuerzas de Satanás que te asedian y solo estás dispuesto a llevar esta clase de vida segura y protegida y morir en la ignorancia. Lo que debes lograr es tu búsqueda de ser conquistado; este es tu obligación ineludible. Si te conformas con ser conquistado, entonces expulsarás la existencia de la luz. Debes sufrir adversidades por la verdad, debes entregarte a la verdad, debes soportar humillación por la verdad y, para obtener más de la verdad, debes padecer más sufrimiento. Esto es lo que debes hacer. No debes desechar la verdad en beneficio de una vida familiar pacífica y no debes perder la dignidad e integridad de tu vida por el bien de un disfrute momentáneo. Debes buscar todo lo que es hermoso y bueno, y debes buscar un camino en la vida que sea de mayor significado. Si llevas una vida tan vulgar y no buscas ningún objetivo, ¿no estás malgastando tu vida? ¿Qué puedes obtener de una vida así? Debes abandonar todos los placeres de la carne en aras de una verdad y no debes desechar todas las verdades en aras de un pequeño placer. Las personas así, no tienen integridad ni dignidad; ¡su existencia no tiene sentido!

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Palabras diarias de Dios  Fragmento 525

Dios castiga y juzga al hombre porque Su obra así lo exige y, más aún, porque el hombre lo necesita. El hombre necesita ser castigado y juzgado porque solo entonces puede alcanzar el amor a Dios. Hoy habéis sido completamente convencidos, pero cuando os encontréis con el menor contratiempo estaréis en problemas; vuestra estatura todavía es demasiado pequeña y todavía necesitáis experimentar más este tipo de castigo y juicio con el fin de adquirir un conocimiento más profundo. Hoy tenéis alguna reverencia por Dios y teméis a Dios y sabéis que Él es el Dios verdadero, pero no tenéis un gran amor por Él, y mucho menos habéis alcanzado un amor puro; vuestro conocimiento es demasiado superficial y vuestra estatura todavía es insuficiente. Cuando realmente os enfrentéis con un entorno, todavía no habréis dado testimonio; muy poco de vuestra entrada será proactiva y no tendréis idea cómo practicar. La mayoría de las personas son pasivas e inactivas; solo aman a Dios en secreto en sus corazones, pero no tienen un camino de práctica ni tampoco son claras en cuanto a cuáles son sus metas. Los que han sido perfeccionados no solo poseen una humanidad normal, sino que son poseídos por verdades que exceden las medidas de la conciencia y que son más elevadas que los estándares de la conciencia; no solo usan su conciencia para retribuir el amor de Dios, sino que, más que eso, han conocido a Dios y han visto que Dios es amoroso y digno del amor del hombre, ¡y que hay tanto que amar en Dios que el hombre no puede evitar amarlo! El amor por Dios que tienen los que han sido perfeccionados es con el fin de cumplir sus propias aspiraciones personales. El suyo es un amor espontáneo, un amor que no es una transacción, pero tampoco un trueque. Aman a Dios por ninguna otra razón que para conocerlo. A esas personas no les importa si Dios otorga gracias sobre ellos y están contentas solo con satisfacer a Dios. No le regatean a Dios ni tampoco miden su amor por Él según su conciencia: “Tú me has dado a mí, así que a cambio yo te amo a Ti; si Tú no me das nada, entonces no tengo nada que darte a cambio”. Los que han sido perfeccionados siempre creen: “Dios es el Creador y Él lleva a cabo Su obra en nosotros. Ya que tengo esta oportunidad, condición y cualificación para poder ser perfeccionado, mi búsqueda debería ser vivir una vida que tenga sentido y debería satisfacerlo”. Es justo como lo que Pedro experimentó, cuando él se encontraba en su punto más débil, oró a Dios y dijo: “¡Oh, Dios! Independientemente del tiempo y el lugar, Tú sabes que siempre me acuerdo de Ti. Sin importar el tiempo o el lugar, sabes que quiero amarte, pero mi estatura es demasiado pequeña y soy demasiado débil e impotente, mi amor es demasiado limitado, y mi sinceridad hacia Ti es demasiado escasa. Comparado con Tu amor, simplemente no soy apto para vivir. Solo quiero que mi vida no sea en vano y que pueda, no solo devolverte Tu amor, sino, lo que es más, dedicarte todo lo que tengo. Si te puedo satisfacer, entonces, como criatura, tendré tranquilidad y no pediré nada más. Aunque soy débil e impotente ahora, no olvidaré Tus exhortaciones y no olvidaré Tu amor. Ahora no estoy haciendo otra cosa que retribuirte Tu amor. ¡Oh, Dios, me siento muy mal! ¿Cómo puedo devolverte el amor que hay en mi corazón; cómo puedo hacer todo lo que pueda y poder cumplir Tus deseos y poder ofrecerte todo lo que tengo? Conoces la debilidad del hombre; ¿cómo puedo ser digno de Tu amor? ¡Oh, Dios! Sabes que soy de pequeña estatura, y que mi amor es muy escaso. ¿Cómo puedo hacer lo mejor que pueda en esta clase de ambiente? Sé que debo retribuir Tu amor; sé que debo darte todo lo que tengo, pero hoy mi estatura es muy pequeña. Te pido que me des fuerza y confianza, a fin de que sea más capaz de tener un amor puro para dedicarme a Ti y que sea más capaz de dedicarte todo lo que tengo; y no solo para poder retribuirte Tu amor, sino para poder experimentar Tu castigo, juicio y pruebas y hasta maldiciones más severas. Me has permitido contemplar Tu amor y no puedo no amarte y, aunque soy débil e impotente hoy, ¿cómo podría olvidarte? Tu amor, castigo y juicio, todos me han hecho conocerte, pero también me siento incapaz de satisfacer Tu amor, ya que eres tan grandioso. ¿Cómo puedo dedicar todo lo que tengo al Creador?”. Esa fue la petición de Pedro, pero su estatura era demasiado inadecuada. En ese momento se sentía como si le retorcieran un cuchillo en el corazón. Estaba agonizando; no sabía qué hacer bajo tales condiciones. Sin embargo, siguió orando: “¡Oh, Dios! El hombre es de una estatura infantil, su conciencia es débil, y lo único que logro es retribuirte Tu amor. Hoy, no sé cómo satisfacer Tus deseos y solo deseo hacer todo lo que pueda, dar todo lo que tengo y dedicarte todo lo que tengo. Independientemente de Tu juicio, independientemente de Tu castigo, independientemente de lo que me otorgues, independientemente de lo que me quites, libérame de la más leve queja contra Ti. Muchas veces, cuando me castigaste y me juzgaste, me quejé conmigo mismo y fui incapaz de alcanzar la pureza o de cumplir Tus deseos. Mi retribución por Tu amor nació de la obligación y, en este momento, me odio aún más”. Pedro oró de esta manera porque buscó tener un amor más puro por Dios. Estaba buscando y rogando y, más aún, se estaba recriminando y le estaba confesando sus pecados a Dios. Se sentía en deuda con Él y sentía odio por sí mismo, aunque también estaba algo triste y pasivo. Siempre se sintió así, como si no fuera lo suficientemente bueno para los deseos de Dios y como si fuera incapaz de esforzarse más. Bajo tales condiciones, Pedro siguió buscando la fe de Job. Vio qué tan grande había sido la fe de Job, porque Job había visto que todo lo que tenía se lo había otorgado Dios, por lo que era natural que Dios le quitara todo, que Dios se lo diera a quien Él quisiera, así fue el justo carácter de Dios. Job no se quejó y aún así pudo alabar a Dios. Pedro también se conocía y en su corazón oró: “Hoy no voy a estar contento con retribuirte Tu amor usando mi conciencia, ni con cuánto amor te retribuya, porque mis pensamientos son muy corruptos y porque no puedo verte como el Creador. Porque todavía no soy lo suficiente para amarte, debo cultivar la habilidad de dedicarte todo lo que tengo, lo cual haré de buena gana. Debo saber todo lo que has hecho; no tengo opción; y debo contemplar Tu amor y ser capaz de hablar Tus alabanzas y ensalzar Tu santo nombre, para que puedas obtener gran gloria a través de mí. Estoy dispuesto a mantenerme firme en este testimonio de Ti. ¡Oh, Dios! Tu amor es tan precioso y hermoso, ¿cómo podría querer vivir en las manos del maligno? ¿No fui hecho por Ti? ¿Cómo podría vivir bajo el campo de acción de Satanás? Preferiría que todo mi ser viviera en medio de Tu castigo. No estoy dispuesto a vivir bajo el campo de acción del maligno. Si puedo ser hecho puro, si puedo dedicar mi todo a Ti, estoy dispuesto a ofrecer mi cuerpo y mi mente a Tu juicio y castigo, porque detesto a Satanás y no estoy dispuesto a vivir bajo su campo de acción. A través de Tu juicio sobre mí, muestras Tu justo carácter; estoy feliz, no tengo la más mínima queja. Si puedo desempeñar el deber de una criatura, estoy dispuesto a que mi vida entera esté acompañada de Tu juicio, a través del cual llegaré a conocer Tu justo carácter y me desharé de la influencia del maligno”. Pedro siempre oró así, siempre buscó así, y llegó a un reino elevado, relativamente hablando. No solo pudo retribuir el amor de Dios, sino que, lo más importante, también cumplió su deber como criatura. No solo su conciencia no lo acusó, sino que también pudo trascender los estándares de la conciencia. Sus oraciones siguieron ascendiendo ante Dios de tal manera que sus aspiraciones cada vez fueron más elevadas y su amor por Dios cada vez fue mayor. Aunque sufrió un dolor agonizante, no se olvidó de amar a Dios, ni buscó adquirir la habilidad para entender Su voluntad. En sus oraciones, pronunció las siguientes palabras: “No he alcanzado nada más que la retribución por Tu amor. No he dado testimonio de Ti ante Satanás, no me he liberado de la influencia de Satanás y todavía vivo en medio de la carne. Quiero usar mi amor para derrotar a Satanás y avergonzarlo, y así satisfacer Tu deseo. Quiero darte mi todo, no darle a Satanás lo más mínimo de mí, porque Satanás es Tu enemigo”. Entre más buscó en esta dirección, más fue conmovido y más elevado fue su conocimiento de estos asuntos. Sin darse cuenta, llegó a conocer que se debía liberar de la influencia de Satanás y que debía regresar por completo a Dios. Esa fue la esfera que él alcanzó. Estaba trascendiendo la influencia de Satanás y deshaciéndose de los placeres y deleites de la carne, y estaba dispuesto a experimentar con mayor profundidad tanto el castigo de Dios como Su juicio. Él dijo: “Aunque yo viva en medio de Tu castigo y en medio de Tu juicio, sin importar la dificultad que eso conlleve, aun así no estoy dispuesto a vivir bajo el campo de acción de Satanás, ni tampoco estoy dispuesto a sufrir el engaño de Satanás. Disfruto de vivir en medio de Tus maldiciones y me duele vivir en medio de las bendiciones de Satanás. Te amo al vivir en medio de Tu juicio y esto me produce gran deleite. Tu castigo y Tu juicio son justos y santos; son con el fin de limpiarme y, más aún, de salvarme. Preferiría pasar toda mi vida en medio de Tu castigo para estar bajo Tu cuidado. No estoy dispuesto a vivir bajo el campo de acción de Satanás ni por un solo momento; quiero que me limpies; aun si sufro dificultades, no estoy dispuesto a que Satanás me explote y me engañe. Yo, esta criatura, debería ser usada por Ti, poseída, juzgada y castigada. Hasta me debes maldecir. Mi corazón se regocija cuando estás dispuesto a bendecirme, porque he visto Tu amor. Tú eres el Creador y yo soy una criatura: no debo traicionarte y vivir bajo el campo de acción de Satanás, ni tampoco Satanás me debe explotar. Debería ser Tu caballo o buey, en vez de vivir para Satanás. Preferiría vivir en medio de Tu castigo, sin felicidad física, y esto me daría gozo incluso si se me privara de Tu gracia. Aunque Tu gracia no está conmigo, disfruto que Tú me castigues y me juzgues; esta es Tu mejor bendición, Tu mayor gracia. Aunque siempre eres majestuoso y siempre estás lleno de ira hacia mí, sigo sin poder dejarte, y sigo sin poder amarte lo suficiente. Preferiría vivir en Tu casa, preferiría ser maldecido, castigado y golpeado por Ti, pues no estoy dispuesto a vivir bajo el campo de acción de Satanás, ni tampoco estoy dispuesto a apurarme ni a ajetrearme solo por la carne y mucho menos estoy dispuesto a vivir para la carne”. El amor de Pedro era un amor puro. Esta es la experiencia de ser perfeccionado, y esta es la esfera más elevada de ser perfeccionado, y no hay una vida que tenga más sentido. Aceptó el castigo y el juicio de Dios, atesoró el justo carácter de Dios, y ninguna otra cosa de Pedro era más preciosa. Él dijo: “Satanás me da placeres materiales, pero no los atesoro. El juicio y el castigo de Dios vienen sobre mí, en esto soy bendecido, en esto encuentro gozo y en esto soy bendecido. Si no fuera por el juicio de Dios, nunca amaría a Dios; todavía viviría bajo el campo de acción de Satanás y todavía me controlaría y me mandaría. Si ese fuera el caso, nunca me haría un verdadero ser humano, puesto que sería incapaz de satisfacer a Dios y no le habría dedicado mi todo a Dios. Aunque Dios no me bendijera, dejándome sin consuelo por dentro, como si un fuego me estuviera quemando por dentro, y me dejara sin paz o disfrute y aunque el castigo y la disciplina de Dios nunca se apartaran de mí, en el castigo y el juicio de Dios puedo contemplar Su justo carácter. Me deleito en esto; no hay cosa más valiosa o que tenga más sentido en la vida. Aunque Su protección y cuidado se han vuelto despiadados castigos, juicios, maldiciones y azotes, todavía disfruto estas cosas porque me pueden limpiar y cambiar mejor, me pueden acercar más a Dios, me pueden capacitar más para amar a Dios y pueden hacer que mi amor por Dios sea más puro. Esto me capacita para cumplir mi deber como criatura y me lleva ante Dios y lejos de la influencia de Satanás, para que ya deje de servirlo. Cuando no vivo bajo el campo de acción de Satanás y puedo dedicar todo lo que tengo y todo lo que puedo hacer a Dios, sin retener nada, ahí será cuando esté completamente satisfecho. Lo que me ha salvado es el castigo y el juicio de Dios, y mi vida es inseparable del castigo y del juicio de Dios. Mi vida en la tierra está bajo el campo de acción de Satanás y, si no fuera por el cuidado y la protección del castigo y el juicio de Dios, siempre habría vivido bajo el campo de acción de Satanás y, todavía más, no hubiera tenido la oportunidad o los medios para vivir una vida que tuviera sentido. Solo si el castigo y el juicio de Dios nunca me dejan, Él me podrá limpiar. Solo con las palabras duras y el justo carácter de Dios y Su majestuoso juicio, he obtenido la protección suprema y he llegado a vivir en la luz y he obtenido las bendiciones de Dios. Poder ser limpiado y librarme de Satanás y vivir bajo el dominio de Dios, esta es la mayor bendición de mi vida hoy”. Este es el ámbito más alto que Pedro experimentó.

La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Las experiencias de Pedro: su conocimiento del castigo y del juicio

Palabras diarias de Dios  Fragmento 526

El hombre vive en medio de la carne, lo que quiere decir que vive en un infierno humano y, sin el juicio y el castigo de Dios, el hombre es tan inmundo como Satanás. ¿Cómo puede el hombre ser santo? Pedro creía que el castigo y el juicio de Dios eran la mejor protección del hombre y la mayor gracia. Solo a través del castigo y el juicio de Dios, el hombre podía ser despertado y odiar la carne y odiar a Satanás. La disciplina estricta de Dios libera al hombre de la influencia de Satanás; lo libera de su propio y pequeño mundo y le permite vivir en la luz de la presencia de Dios. ¡No hay mejor salvación que el castigo y el juicio! Pedro oró: “¡Oh, Dios! Siempre que me castigues y me juzgues, sabré que no me has abandonado. Aunque no me des alegría y paz, y me hagas vivir en sufrimiento y me inflijas innumerables reprensiones, mientras que no me dejes, mi corazón estará tranquilo. Hoy, Tu castigo y juicio se han vuelto mi mejor protección y mi mayor bendición. La gracia que me das me protege. La gracia que me otorgas hoy es una manifestación de Tu justo carácter y es castigo y juicio; más aún, es una prueba y, más que eso, es una vida de sufrimiento”. Pedro pudo hacer a un lado los placeres de la carne y buscar un amor más profundo y una protección mayor debido a que, con el castigo y del juicio de Dios, había ganado mucha gracia. En su vida, si el hombre quiere ser limpiado y lograr cambios en su carácter, si quiere vivir una vida que tenga sentido y cumplir su deber como criatura, entonces debe aceptar el castigo y el juicio de Dios, y no debe dejar que se aparten de él la disciplina de Dios ni Sus azotes, para que se pueda liberar de la manipulación y la influencia de Satanás y pueda vivir en la luz de Dios. Sabe que el castigo y el juicio de Dios son la luz, y la luz de la salvación del hombre, y que no hay mejor bendición, gracia o protección para el hombre. El hombre vive bajo la influencia de Satanás y existe en la carne; si no es limpiado y no recibe la protección de Dios, entonces el hombre se hará cada vez más depravado. Si quiere amar a Dios, entonces debe ser limpiado y salvado. Pedro oró: “Dios, cuando me tratas benignamente me deleito y siento consuelo; cuando me castigas, siento aún más consuelo y alegría. Aunque sea débil y soporte un sufrimiento incalculable, aunque haya lágrimas y tristeza, sabes que esta tristeza se debe a mi desobediencia y a mi debilidad. Lloro porque no puedo satisfacer Tus deseos, siento pena y arrepentimiento porque soy insuficiente para Tus exigencias, pero estoy dispuesto a alcanzar este ámbito; estoy dispuesto a hacer todo lo que pueda para satisfacerte. Tu castigo me ha traído protección y me ha dado la mejor salvación; Tu juicio eclipsa Tu tolerancia y paciencia. Sin Tu castigo y juicio, no disfrutaría de Tu misericordia y piedad amorosa. Hoy veo más que nunca que Tu amor ha trascendido los cielos y ha superado a todas las demás cosas. Tu amor no solo es misericordia y piedad amorosa; es más que eso, es castigo y juicio. Tu castigo y juicio me han dado tanto. Sin Tu castigo y juicio, ni una sola persona sería limpiada y ni una sola persona podría experimentar el amor del Creador. Aunque he soportado cientos de pruebas y tribulaciones e incluso me he acercado a la muerte, eso me ha permitido conocerte realmente y obtener la salvación suprema. Si Tu castigo, juicio y disciplina se apartaran de mí, entonces viviría en la oscuridad, bajo el campo de acción de Satanás. ¿Qué beneficios tiene la carne del hombre? Si Tu castigo y juicio me dejaran, sería como si Tu Espíritu me hubiera abandonado, como si ya no estuvieras conmigo. Si eso fuera así, ¿cómo podría seguir viviendo? Si me haces caer enfermo y me quitas mi libertad, puedo seguir viviendo, pero si Tu castigo y juicio me dejaran, no tendría manera de seguir viviendo. Si estuviera sin Tu castigo y juicio, habría perdido Tu amor, un amor que es demasiado profundo para que lo exprese con palabras. Sin Tu amor viviría bajo el campo de acción de Satanás y no podría ver Tu glorioso rostro. ¿Cómo podría seguir viviendo? No podría soportar tal oscuridad, tal vida. Tenerte conmigo es como verte, así que, ¿cómo podría dejarte? Te suplico, te imploro que no me quites mi mayor consuelo, incluso si solo son unas pocas palabras de consuelo. He disfrutado Tu amor y hoy no puedo estar lejos de Ti; ¿cómo no podría amarte? He derramado lágrimas de tristeza por Tu amor, pero siempre he sentido que una vida como esta tiene más sentido, que puede enriquecerme más, más capaz de cambiarme, más capaz de permitirme alcanzar la verdad que todas las criaturas deberían poseer”.

La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Las experiencias de Pedro: su conocimiento del castigo y del juicio

Palabras diarias de Dios  Fragmento 527

Toda la vida del hombre se vive bajo el campo de acción de Satanás, y no hay ni una sola persona que, por su cuenta, se pueda liberar de la influencia de Satanás. Todas viven en un mundo inmundo, en la corrupción y el vacío, sin el menor sentido o valor; viven una vida despreocupada y para la carne, para la lujuria y para Satanás. No le dan a su existencia el más mínimo valor. El hombre es incapaz de encontrar la verdad que lo libere de la influencia de Satanás. Aunque el hombre crea en Dios y lea la Biblia, no entiende cómo liberarse del control de la influencia de Satanás. A lo largo de las eras, muy pocas personas han descubierto este secreto y muy pocas lo han comprendido. Como tal, aunque el hombre deteste a Satanás y deteste la carne, no sabe cómo deshacerse de su influencia intrigante. En la actualidad, ¿no estáis todavía bajo el campo de acción de Satanás? No te lamentas de tus actos desobedientes y mucho menos sientes que eres inmundo o desobediente. Después de oponerte a Dios, te sientes incluso en paz en tu conciencia y sientes una gran tranquilidad. ¿No se debe tu tranquilidad a que eres corrupto? ¿No proviene esta paz en tu conciencia de tu desobediencia? El hombre vive en un infierno humano; vive bajo la oscura influencia de Satanás; por toda la tierra, los fantasmas viven con el hombre, invadiéndole su carne. En la tierra no vives en un hermoso paraíso. El lugar en el que estás es el ámbito del diablo, un infierno humano, un inframundo. Si el hombre no es limpiado, entonces es inmundo; si Dios no lo protege y lo cuida, entonces todavía es un cautivo de Satanás; si no es juzgado y castigado, entonces no tendrá los medios para escapar de la opresión de la oscura influencia de Satanás. El carácter corrupto que manifiestas y el comportamiento desobediente que vives, son suficientes para probar que todavía estás viviendo bajo el campo de acción de Satanás. Si tu mente y tus pensamientos no han sido limpiados y tu carácter no ha sido juzgado y castigado, entonces a todo tu ser todavía lo controla el campo de acción de Satanás, tu mente la controla Satanás, tus pensamientos los manipula Satanás, y todo tu ser está controlado por las manos de Satanás. ¿Sabes qué tan lejos estás ahora de los estándares de Pedro? ¿Posees ese calibre? ¿Qué tanto sabes del castigo y del juicio en la actualidad? ¿Qué tanto posees de eso que Pedro llegó a saber? Si hoy no sabes, ¿podrás lograr ese conocimiento en el futuro? Alguien tan flojo y tan cobarde como tú, sencillamente es incapaz de conocer el castigo y el juicio. Si buscas la paz y los placeres de la carne, entonces no tendrás los medios para ser limpiado y, al final, serás devuelto a Satanás, porque lo que vives es Satanás y la carne. Como las cosas están hoy, muchas personas no buscan la vida, lo que quiere decir que no se preocupan por ser limpiadas o por entrar en una experiencia de vida más profunda. Al ser así, entonces, ¿cómo pueden ser perfeccionadas? Los que no buscan la vida no tienen oportunidad de ser perfeccionados, y los que no buscan el conocimiento de Dios y no buscan los cambios en su carácter, son incapaces de escapar de la oscura influencia de Satanás. No se toman en serio su conocimiento de Dios ni su entrada en el cambio de carácter, como los que creen en la religión y que meramente siguen la ceremonia y asisten a servicios regularmente. ¿No es eso una pérdida de tiempo? Si, en su creencia en Dios, el hombre no es serio acerca de los asuntos de la vida, no busca la entrada a la verdad, no busca los cambios en su carácter y mucho menos busca tener un conocimiento de la obra de Dios, entonces no puede ser perfeccionado. Si quieres ser perfeccionado, debes entender la obra de Dios. En particular, debes entender el significado de Su castigo y juicio, y por qué esta obra se lleva a cabo en el hombre. ¿Los puedes aceptar? Durante el castigo de este tipo, ¿puedes alcanzar las mismas experiencias y conocimiento que Pedro? Si buscas tener un conocimiento de Dios y de la obra del Espíritu Santo, y buscas cambios en tu carácter, entonces tienes la oportunidad de ser perfeccionado.

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Palabras diarias de Dios  Fragmento 528

Para los que van a ser perfeccionados, es indispensable este paso de la obra de ser conquistados; solo cuando el hombre ha sido conquistado puede experimentar la obra de ser perfeccionado. No hay gran valor en solo desempeñar el papel de ser conquistado, ya que no te hará apto para que Dios te use. No tendrás los medios para cumplir tu rol de esparcir el evangelio, porque no buscas la vida y no buscas el cambio y la renovación de ti mismo, y por eso no tienes una experiencia real de vida. Durante esta obra paso a paso, hubo una vez que actuaste como hacedor de servicio y como un contraste, pero si últimamente no buscas ser Pedro, y tu búsqueda no es de acuerdo al camino por el cual Pedro fue perfeccionado, entonces, naturalmente, no experimentarás cambios en tu carácter. Si eres alguien que busca ser perfeccionado, entonces habrás dado testimonio y dirás: “En esta obra paso a paso de Dios, he aceptado Su obra del castigo y el juicio, y aunque he soportado gran sufrimiento, he llegado a conocer cómo Dios perfecciona al hombre, he obtenido la obra que Él hace, he adquirido el conocimiento de Su justicia y Su castigo me ha salvado. Su carácter justo ha venido sobre mí y me ha traído bendiciones y gracia; es Su juicio y castigo lo que me ha protegido y purificado. Si Dios no me hubiera castigado y juzgado, y si Sus palabras duras no hubieran venido sobre mí, no hubiera llegado a conocer a Dios ni tampoco hubiera sido salvado. Hoy veo que, como criatura, no solo uno disfruta de todas las cosas que el Creador hizo, sino que, lo más importante, todas las criaturas deben disfrutar el justo carácter de Dios y Su justo juicio, porque el carácter de Dios es digno de que el hombre lo disfrute. Como una criatura a la que Satanás ha corrompido, uno debe disfrutar el justo carácter de Dios. En Su justo carácter hay castigo y juicio y, lo que es más, hay mucho amor. Aunque hoy soy incapaz de obtener completamente el amor de Dios, he tenido la buena fortuna de verlo y en esto he sido bendecido”. Esta es la senda que caminan los que experimentan ser perfeccionados, y este es el conocimiento del que hablan. Tales personas son las mismas que Pedro; tienen las mismas experiencias que Pedro. Tales personas son también las que han ganado la vida, y las que poseen la verdad. Cuando experimentan hasta el final, durante el juicio de Dios, seguramente se liberarán por completo de la influencia de Satanás, y Dios las ganará.

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Palabras diarias de Dios  Fragmento 529

Adán y Eva, a quienes Dios creó en el principio, eran personas santas, es decir, que mientras estuvieron en el jardín del Edén fueron santos; no estaban manchados con la inmundicia. También eran fieles a Jehová y no sabían nada de la traición a Jehová. Esto era así porque no tenían la perturbación de la influencia de Satanás; no tenían el veneno de Satanás y fueron los más puros de toda la humanidad. Vivían en el jardín del Edén, sin mancha alguna de inmundicia, sin estar poseídos por la carne, viviendo en reverencia a Jehová. Después, cuando Satanás los tentó, tuvieron el veneno de la serpiente y el deseo de traicionar a Jehová y vivieron bajo la influencia de Satanás. Al principio, eran santos y reverenciaban a Jehová; solo en esta condición eran humanos. Más tarde, después de que Satanás los tentó, comieron el fruto del árbol del conocimiento del bien y del mal, y vivieron bajo la influencia de Satanás. Poco a poco, Satanás los corrompió, y perdieron la imagen original del hombre. Al principio, el hombre tenía el aliento de Jehová, no era en lo más mínimo desobediente y no tenía maldad en su corazón. En ese tiempo, el hombre era verdaderamente humano. Después de que Satanás lo corrompió, el hombre se volvió una bestia. Sus pensamientos se llenaron con el mal y la inmundicia, sin el bien ni la santidad. ¿No es esto Satanás? Has experimentado mucho de la obra de Dios, pero no has cambiado o no has sido limpiado. Todavía vives bajo el campo de acción de Satanás y sigues sin someterte a Dios. Así es alguien que ha sido conquistado pero que no ha sido perfeccionado. Y ¿por qué se dice que tal persona no ha sido perfeccionada? Porque esta persona no busca la vida ni un conocimiento de la obra de Dios y nada codicia más que los placeres de la carne y una comodidad momentánea. Como resultado, no hay cambios en su carácter de vida y no ha vuelto a obtener su apariencia original de hombre como Dios lo creó. ¡Tales personas son los cadáveres vivientes, son los muertos que no tienen espíritu! Los que no buscan tener un conocimiento de los asuntos del espíritu, que no buscan la santidad y no buscan vivir la verdad, que están contentos solo con ser conquistados en el lado negativo y son incapaces de vivir según las palabras de Dios y convertirse en humanos santos; estas son personas que no han sido salvadas. Porque si no tiene la verdad, el hombre es incapaz de mantenerse firme durante las pruebas de Dios; solo los que pueden mantenerse firmes durante las pruebas de Dios son los que han sido salvados. Lo que quiero son personas como Pedro, personas que buscan ser perfeccionadas. La verdad hoy se les da a los que la anhelan y la buscan. Esta salvación se les otorga a los que anhelan que Dios los salve, y no solo está destinada a que vosotros la adquiráis. Su objetivo es también que Dios os pueda ganar. Ganáis a Dios con el fin de que Dios os pueda ganar. Hoy os he hablado estas palabras y vosotros las habéis escuchado y debéis practicar de acuerdo a estas palabras. Al final, el momento cuando pongáis en práctica estas palabras, será el momento en que Yo os haya ganado por medio de estas palabras; al mismo tiempo, vosotros también habréis ganado estas palabras, es decir, habréis ganado esta salvación suprema. Una vez que hayáis sido limpiados, os habréis convertido en verdaderos seres humanos. Si no eres capaz de vivir la verdad, o de vivir a semejanza de uno que ha sido perfeccionado, entonces se puede decir que no eres un humano, sino un cadáver viviente, una bestia, porque no tienes la verdad, ¡lo que quiere decir que estás sin el aliento de Jehová, y por eso eres una persona muerta que no tiene espíritu! Aunque es posible dar testimonio después de haber sido conquistado, lo que ganas es solo una pequeña salvación y no te has vuelto un ser viviente que posee un espíritu. Aunque has experimentado el castigo y el juicio, tu carácter no se ha renovado ni cambiado como resultado; sigues siendo tu antiguo yo, todavía le perteneces a Satanás y no eres alguien que ha sido limpiado. Solo los que han sido perfeccionados son de valor, y solo las personas como estas han ganado una verdadera vida.

La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Las experiencias de Pedro: su conocimiento del castigo y del juicio

Palabras diarias de Dios  Fragmento 530

En la actualidad algunas personas buscan que Dios las use, pero después de ser conquistadas no se las puede usar de un modo directo. En cuanto a las palabras que se hablaron hoy, si, cuando Dios usa a las personas, todavía no eres capaz de alcanzarlas, entonces no has sido perfeccionado. En otras palabras, la llegada del fin del periodo cuando el hombre sea perfeccionado, determinará si Dios descarta o usa al hombre. Los que han sido conquistados no son nada más que ejemplos de pasividad y negatividad; son especímenes y modelos, pero no son nada más que un contrapunto. Solo cuando el carácter de vida del hombre haya cambiado y él haya logrado cambios por dentro y por fuera, habrá sido hecho completo. ¿Qué quieres hoy? ¿Ser conquistado o ser perfeccionado? ¿Cuál de esas dos cosas quieres lograr? ¿Has cumplido las condiciones para ser perfeccionado? ¿Qué condiciones te faltan todavía? ¿Cómo debes equiparte y cómo debes compensar tus deficiencias? ¿Cómo debes entrar en el camino para ser perfeccionado? ¿Cómo te debes someter por completo? Pides ser perfeccionado, así que, ¿buscas la santidad? ¿Eres una persona que busca experimentar el castigo y el juicio para poder ser purificada? Buscas ser limpiado, entonces ¿estás dispuesto a aceptar el castigo y el juicio? Pides conocer a Dios, pero ¿tienes un conocimiento de Su castigo y de Su juicio? Hoy, la mayor parte de la obra que Él hace en ti es castigo y juicio; ¿qué conocimiento tienes de esta obra que se ha llevado a cabo en ti? ¿Te han limpiado el castigo y el juicio que has experimentado? ¿Te han cambiado? ¿Han tenido algún efecto en ti? ¿Estás cansado de mucha de la obra de hoy (maldiciones, juicios y revelaciones) o crees que estas cosas son de gran beneficio para ti? Amas a Dios, pero ¿por qué lo amas? ¿Amas a Dios porque has recibido un poco de gracia? ¿O amas a Dios después de haber obtenido la paz y la dicha? ¿O amas a Dios después de que Su castigo y juicio te limpiaron? ¿Qué es exactamente lo que te hace amar a Dios? ¿Qué condiciones cumplió Pedro con el fin de ser perfeccionado? Después de que fue perfeccionado, ¿cuál fue la forma crucial en la que lo expresó? ¿Amó al Señor Jesús porque lo anhelaba o porque no lo podía ver o porque había sido reprochado? ¿O amó al Señor Jesús aún más porque había aceptado el sufrimiento de las tribulaciones y había llegado a conocer su propia inmundicia y desobediencia, y había llegado a conocer la santidad del Señor? ¿Se hizo más puro su amor por Dios por el castigo y juicio de Dios o por otra cosa? ¿Por cuál? Tú amas a Dios por la gracia de Dios y porque te ha dado hoy alguna pequeña bendición. ¿Es esto verdadero amor? ¿Cómo debes amar a Dios? ¿Debes aceptar Su castigo y juicio y, después de contemplar Su justo carácter, poder amarlo verdaderamente, al punto de que estés completamente convencido y tengas un conocimiento de Él? Como Pedro, ¿puedes decir que nunca puedes amar a Dios lo suficiente? ¿Lo que buscas es ser conquistado después del castigo y el juicio o ser limpiado, protegido y cuidado después del castigo y el juicio? ¿Cuál de estas cosas buscas? ¿Es tu vida una vida que tiene sentido o es inútil y no tiene valor? ¿Quieres la carne o quieres la verdad? ¿Quieres el juicio o la comodidad? Luego de haber tanto de la obra de Dios y luego de haber contemplado la santidad y la justicia de Dios, ¿cómo debes buscar? ¿Cómo debes recorrer esta senda? ¿Cómo debes poner en práctica tu amor por Dios? El castigo y el juicio de Dios ¿han logrado algún efecto en ti? Tengas un conocimiento del castigo y el juicio de Dios o no, ¡depende de lo que vivas y hasta qué punto ames a Dios! Tus labios dicen que amas a Dios, pero lo que vives es el carácter antiguo y corrupto; no tienes temor de Dios, mucho menos tienes una conciencia. ¿Aman tales personas a Dios? ¿Son leales esas personas a Dios? ¿Son aquellos los que aceptan el castigo y el juicio de Dios? Dices que amas a Dios y que crees en Él, pero no te desprendes de tus nociones. En tu obra, en tu entrada, en las palabras que hablas y en tu vida, no hay manifestación de tu amor por Dios y no hay reverencia por Él. ¿Es acaso así alguien que ha alcanzado el castigo y el juicio? ¿Podría ser Pedro alguien así? ¿Tienen los que son como Pedro solo el conocimiento, pero no el vivir? En la actualidad, ¿cuál es la condición que exige que el hombre viva una vida real? ¿Fueron las oraciones de Pedro nada más que palabras que salieron de su boca? ¿No fueron acaso palabras que salieron de lo profundo de su corazón? ¿Acaso Pedro solo oró, sin poner en práctica la verdad? ¿Por el bien de quién es tu búsqueda? ¿Cómo debes recibir protección y purificación durante el castigo y el juicio de Dios? El castigo y el juicio de Dios ¿no son beneficiosos para el hombre? ¿Es todo juicio un castigo? ¿Será que solo la paz y el alegría, las bendiciones materiales y la comodidad momentánea, son beneficiosos para la vida del hombre? Si el hombre vive en un ambiente agradable y cómodo, sin una vida de juicio, ¿podría ser limpiado? Si el hombre quiere cambiar y ser limpiado, ¿cómo debe aceptar ser perfeccionado? ¿Qué camino escogerás hoy?

La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Las experiencias de Pedro: su conocimiento del castigo y del juicio

Palabras diarias de Dios  Fragmento 531

Tan pronto como se menciona a Pedro, todo el mundo se vuelca en elogios hacia él. De inmediato recuerdan las tres veces que negó a Dios, cómo lo tentó al prestar servicio a Satanás, y cómo, al final, fue crucificado de cabeza por Dios, y así sucesivamente. Ahora voy a enfocarme en describiros cómo Pedro llegó a conocerme y cuál fue su destino final. Pedro tenía buen calibre, pero sus circunstancias eran diferentes a las de Pablo: sus padres me persiguieron, eran demonios que habían sido poseídos por Satanás, como consecuencia, no le enseñaron a Pedro nada sobre Dios. Pedro era inteligente, talentoso y mimado por sus padres desde la infancia. Sin embargo, ya como adulto, se convirtió en su enemigo, porque él nunca dejó de buscar conocerme y, posteriormente, les dio la espalda. Esto sucedió porque, por encima de todo, él creía que el cielo y la tierra y todas las cosas están en las manos del Todopoderoso, y que todas las cosas positivas provienen de Dios y surgen directamente de Él sin ser procesadas por Satanás. El ejemplo contrario de los padres de Pedro le dio a este un mayor conocimiento de Mi bondad amorosa y Mi misericordia, y se intensificó, así, su deseo de buscarme. Él se enfocó no solo en comer y beber Mis palabras, sino, más aún, en captar Mi voluntad, y siempre estuvo alerta en su corazón. Como consecuencia, él siempre fue sensible en su espíritu y, por ende, fue conforme a Mi propio corazón en todo lo que hizo. Mantuvo una atención constante en los fracasos de las personas del pasado con el fin de incentivarse a sí mismo, profundamente temeroso de quedar atrapado en el fracaso. También se concentró en asimilar la fe y el amor de todos aquellos que habían amado a Dios a lo largo de las eras. De este modo —no solo en los aspectos negativos, sino, mucho más importante, en los aspectos positivos—, creció más rápido, tanto, que su conocimiento se volvió el más grande de todos en Mi presencia. Así pues, no es difícil imaginar cómo puso en Mis manos todo lo que tenía; cómo, incluso, renunció a tomar decisiones sobre la comida, la ropa y el sueño y sobre dónde vivir y, en cambio, disfrutó de Mis riquezas para satisfacerme en todas las cosas. Lo sometí a incontables pruebas —pruebas que, naturalmente, lo dejaron medio muerto—, pero, en medio de estos cientos de pruebas, jamás perdió la fe en Mí ni se sintió desilusionado de Mí. Incluso cuando dije que lo había abandonado, no se desanimó y siguió amándome de una manera práctica y de acuerdo con los principios de práctica del pasado. Le dije que Yo no lo elogiaría aunque me amara; que, al final, lo arrojaría a las manos de Satanás. Pero en medio de tales pruebas, pruebas que no vinieron sobre su carne, sino que consistían en palabras, él continuó orando a Mí y dijo: “¡Oh, Dios! Entre los cielos y la tierra y todas las cosas, ¿hay algún ser humano, alguna criatura o alguna cosa que no esté en Tus manos, las manos del Todopoderoso? Cuando eres misericordioso conmigo, mi corazón se regocija enormemente en Tu misericordia. Cuando me juzgas, aunque yo pueda ser indigno, tengo una mayor percepción de lo insondable de Tus obras, porque estás lleno de autoridad y sabiduría. Aunque mi carne sufra penurias, mi espíritu se consuela. ¿Cómo podría no alabar Tu sabiduría y Tus obras? Incluso si muriese después de conocerte, ¿cómo podría no hacerlo gustoso y feliz? ¡Todopoderoso! ¿En verdad no quieres permitir que yo te vea? ¿En verdad no soy apto para recibir Tu juicio? ¿Podría ser que haya algo en mí que no desees ver?”. Aunque Pedro no fue capaz de captar con exactitud Mi voluntad durante tales pruebas, era evidente que se sentía orgulloso y honrado de ser usado por Mí (aunque él recibió Mi juicio para que la humanidad pudiese ver Mi majestad y Mi ira) y que no se sintió angustiado por estas pruebas. Debido a su lealtad hacia Mí y a Mis bendiciones hacia él, fue un ejemplo y un modelo para el hombre durante miles de años. ¿No es esto, precisamente, lo que deberíais emular? Pensad largo y tendido acerca de por qué os he dado tan largo relato acerca de Pedro; estos deben ser los principios que rijan vuestras acciones.

La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Las palabras de Dios al universo entero, Capítulo 6

Palabras diarias de Dios  Fragmento 532

Pedro siguió a Jesús durante varios años y vio en Él muchas cosas que no había en otras personas. Después de seguirlo durante un año, Jesús escogió a Pedro de entre los doce discípulos. (Por supuesto, Jesús no habló de esto en voz alta y los demás no estaban conscientes de ello en absoluto). En la vida, Pedro se medía contra cada cosa que Jesús hacía. Principalmente, los mensajes que Jesús predicaba se grababan en su corazón. Estaba totalmente dedicado a Jesús y era fiel a Él, y nunca se quejó de Él. Como consecuencia, se convirtió en el fiel compañero de Jesús dondequiera que Él iba. Pedro observaba las enseñanzas de Jesús, Sus amables palabras, lo que Él comía, lo que vestía, dónde se hospedaba y cómo viajaba. Seguía el ejemplo de Jesús en cada aspecto. Jamás fue un santurrón, pero se deshizo de todas sus cosas obsoletas y siguió el ejemplo de Jesús en palabra y acto. Fue entonces cuando Pedro sintió que los cielos, la tierra y todas las cosas estaban en las manos del Todopoderoso y que, por esta razón, no tenía una opción personal. Pedro también asimiló todo lo que Jesús era y lo utilizó como un ejemplo. La vida de Jesús muestra que Él no era un santurrón en lo que hacía; en lugar de vanagloriarse de sí mismo, conmovía a las personas con amor. Varias cosas mostraban lo que Jesús era y, por esta razón, Pedro emulaba todo lo relacionado con Él. Las experiencias de Pedro le permitieron percibir cada vez más la hermosura de Jesús y dijo cosas como “He buscado al Todopoderoso por todo el universo y he visto las maravillas de los cielos y la tierra y todas las cosas, y, así, he obtenido una idea profunda de la hermosura del Todopoderoso. Sin embargo, nunca había sentido un amor genuino en mi corazón y jamás había visto la hermosura del Todopoderoso con mis propios ojos. Hoy, con Sus ojos, el Todopoderoso me ha mirado con gracia y finalmente he sentido la hermosura de Dios. He descubierto finalmente que no es solo que Dios haya creado todas las cosas lo que hace que la humanidad lo ame; en mi vida diaria he encontrado Su hermosura infinita. ¿Cómo podría limitarse a lo que puede verse en este momento?”. Conforme pasaba el tiempo, muchas cosas hermosas también surgieron en Pedro. Se volvió muy obediente a Jesús y, por supuesto, también sufrió varios reveses. Cuando Jesús lo llevó a diversos lugares a predicar, Pedro siempre fue humilde y escuchó los sermones de Jesús. Nunca se volvió arrogante por razón de sus años de seguirlo. Después de que Jesús le contara que la razón por la que Él había venido era para ser crucificado con el fin de poder terminar Su obra, Pedro a menudo sentía angustia en su corazón y lloraba a solas, en secreto. Sin embargo, ese “desafortunado” día finalmente llegó. Después de que Jesús fue arrestado, Pedro lloró solo en su bote de pesca y oró mucho por esto, pero en su corazón sabía que esta era la voluntad de Dios Padre y que nadie podía cambiarla. Estaba constantemente afligido y se le llenaban los ojos de lágrimas, solo por su amor. Por supuesto, esto es una debilidad humana. Así pues, cuando supo que Jesús sería clavado en la cruz, le preguntó: “¿Después de partir, volverás para estar entre nosotros y cuidarnos? ¿Podremos seguir viéndote?”. Aunque estas palabras eran bastante ingenuas y llenas de nociones humanas, Jesús conocía la amargura del sufrimiento de Pedro, así que, a través de Su amor, Él fue considerado con su debilidad: “Pedro, Yo te he amado. ¿Lo sabes? Aunque no hay razón en lo que dices, el Padre ha prometido que después de Mi resurrección me apareceré a las personas durante cuarenta días. ¿No crees que Mi Espíritu os otorgará gracia frecuentemente a todos?”. Aunque Pedro se sintió un tanto confortado por esto, seguía sintiendo que había algo que faltaba y, así, después de resucitar, Jesús se le apareció abiertamente por vez primera. Sin embargo, con el fin de evitar que Pedro siguiera aferrándose a sus nociones, Jesús declinó la abundante comida que Pedro había preparado para Él y desapareció en un abrir y cerrar de ojos. A partir de ese momento, Pedro tuvo finalmente una comprensión más profunda del Señor Jesús y lo amó aún más. Después de Su resurrección, Jesús se apareció a menudo a Pedro. Pasados los cuarenta días y tras haber ascendido al cielo, se apareció tres veces más a Pedro. Cada aparición se dio justo cuando la obra del Espíritu Santo estaba a punto de completarse y una nueva obra estaba a punto de comenzar.

A lo largo de su vida, Pedro se ganó la vida con la pesca, pero, más que eso, vivió para predicar. En años posteriores, escribió la primera y segunda epístolas de Pedro, así como varias cartas a la iglesia de Filadelfia de aquella época. Él conmovió mucho a las personas de su tiempo. En lugar de sermonear a las personas utilizando sus propias credenciales, les brindó un sustento de vida adecuado. Nunca olvidó las enseñanzas de Jesús antes de Su partida y fue inspirado por ellas a lo largo de toda su vida. Mientras seguía a Jesús, decidió corresponder al amor del Señor con su muerte y seguir Su ejemplo en todas las cosas. Jesús estuvo de acuerdo con esto, así que cuando Pedro tenía cincuenta y tres años (más de veinte años después de la partida de Jesús), Jesús apareció ante él para ayudarle a cumplir su anhelo. En los siete años posteriores, Pedro pasó su vida conociéndose a sí mismo. Un día, al final de estos siete años, fue crucificado cabeza abajo, terminando así su extraordinaria vida.

La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Interpretaciones de los misterios de “las palabras de Dios al universo entero”, Sobre la vida de Pedro

Palabras diarias de Dios  Fragmento 533

¿Cuál es la influencia de las tinieblas? Esta llamada “influencia de las tinieblas” es la influencia con la que Satanás engaña, corrompe, ata y controla a las personas; la influencia de Satanás es una influencia que tiene un aura de muerte. Todos los que viven bajo el campo de acción de Satanás están condenados a perecer. ¿Cómo puedes escapar de la influencia de las tinieblas después de obtener la fe en Dios? Cuando has orado sinceramente a Dios, vuelves tu corazón a Él por completo y en ese momento, tu corazón es conmovido por el Espíritu de Dios, estás dispuesto a entregarte completamente y, en ese momento, has escapado de la influencia de las tinieblas. Si todo lo que el hombre hace es lo que agrada a Dios y encaja con Sus exigencias, entonces se trata de alguien que vive en las palabras de Dios y bajo Su cuidado y protección. Si las personas no pueden practicar las palabras de Dios, si siempre están intentando engañarle actuando de una forma superficial con Él y sin creer en Su existencia, entonces tales personas están todas viviendo bajo la influencia de las tinieblas. Los hombres que no han recibido la salvación de Dios están viviendo bajo el campo de acción de Satanás, es decir, viven todos bajo la influencia de las tinieblas. Quienes no creen en Dios viven bajo el campo de acción de Satanás. Incluso aquellos que creen en la existencia de Dios pueden no estar necesariamente viviendo en Su luz, porque los que creen en Él puede que, en realidad, no estén viviendo dentro de Sus palabras, ni sean capaces de someterse a Dios. El hombre está limitado a creer en Dios y como no tiene conocimiento de Dios, él sigue viviendo dentro de las viejas normas, entre palabras muertas con una vida que es oscura e incierta, ni purificado del todo por Dios ni ganado por completo por Él. Por tanto, aunque no hace falta decir que quienes no creen en Dios están viviendo bajo la influencia de las tinieblas, incluso quienes sí creen en Dios, aun así, pueden estar viviendo bajo su influencia, porque carecen de la obra del Espíritu Santo. Los que no han recibido la gracia de Dios ni Su misericordia, así como los que no pueden ver la obra del Espíritu Santo, viven todos bajo la influencia de las tinieblas y, la mayor parte del tiempo, también lo hacen las personas que simplemente disfrutan de la gracia de Dios, pero no lo conocen. Si un hombre cree en Dios, pero pasa la mayor parte de su vida bajo la influencia de las tinieblas, entonces la existencia de ese hombre ha perdido su significado, ¿y para qué mencionar a las personas que no creen en la existencia de Dios?

Todos aquellos que no pueden aceptar la obra de Dios o que aceptan la obra de Dios, pero son incapaces de cumplir Sus exigencias, viven bajo la influencia de las tinieblas. Solo los que van tras la verdad y son capaces de cumplir las exigencias de Dios recibirán bendiciones de Él, y solo ellos escaparán de la influencia de las tinieblas. Aquellos que no han sido liberados, que están siempre controlados por determinadas cosas y son incapaces de entregar su corazón a Dios, son personas que están bajo la esclavitud de Satanás y viven en un aura de muerte. Quienes no son fieles a sus propios deberes, que no son fieles a la comisión de Dios y que no logran desempeñar sus funciones en la iglesia, viven bajo la influencia de las tinieblas. Los que perturban deliberadamente la vida de la iglesia, los que plantan la semilla de la discordia a propósito entre los hermanos y las hermanas o que forman sus propias pandillas, viven aún más profundamente bajo la influencia de las tinieblas, en la esclavitud de Satanás. Quienes tienen una relación anormal con Dios, que siempre tienen deseos extravagantes y quieren siempre tener la ventaja, los que nunca buscan una transformación de carácter, tales personas viven bajo la influencia de las tinieblas. Quienes siempre son descuidados y nunca serios en su práctica de la verdad, que no buscan cumplir la voluntad de Dios, sino que solo buscan satisfacer su propia carne, estas son también personas que viven bajo la influencia de las tinieblas, envueltas en la muerte. Quienes emplean artimañas y engaño cuando obran para Dios, que tratan con Él de una forma superficial, los que lo engañan y siempre hacen planes por su cuenta, son personas que viven bajo la influencia de las tinieblas. Todos aquellos que no pueden amar sinceramente a Dios, que no buscan la verdad y que no se centran en transformar su carácter, son personas que viven bajo la influencia de las tinieblas.

La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Escapa de la influencia de las tinieblas y Dios te ganará

Palabras diarias de Dios  Fragmento 534

Si quieres que Dios te elogie, entonces debes escapar primero de la influencia oscura de Satanás, debes abrir tu corazón a Dios y volverlo por completo a Él. ¿Elogiaría Dios las cosas que estás haciendo ahora? ¿Has vuelto tu corazón a Dios? Las cosas que has hecho, ¿son las que Dios exige de ti? ¿Encajan con la verdad? Examínate en todo momento, concéntrate en comer y beber las palabras de Dios, expón tu corazón delante de Él, ámalo con sinceridad y gástate por Él con lealtad. Las personas que hacen esto recibirán sin duda la alabanza de Dios. Todos los que creen en Dios, pero no van tras la verdad, no tienen forma de escapar de la influencia de Satanás. Todos los que no viven su vida con sinceridad, que se comportan de una manera delante de los demás, pero de otra a sus espaldas, los que dan la apariencia de humildad, paciencia y amor, aunque su esencia sea insidiosa, maliciosa y desleal a Dios, tales personas son los representantes típicos de quienes viven bajo la influencia de las tinieblas. Son la estirpe de la serpiente. Aquellos que solo creen en Dios por su propio beneficio, que son santurrones y soberbios, que presumen y protegen su propio estatus, son personas que aman a Satanás y se oponen a la verdad. Estas personas se resisten a Dios y pertenecen completamente a Satanás. Los que no están atentos a las cargas de Dios, que no sirven a Dios incondicionalmente, que están siempre preocupados con sus propios intereses y los de su familia, que son incapaces de abandonarlo todo y erogar para Dios, y que nunca viven conforme a Sus palabras, están viviendo fuera de Sus palabras. Tales personas no recibirán la alabanza de Dios.

Cuando Dios creó a los hombres, lo hizo para que pudieran disfrutar de Su abundancia y para que lo amaran genuinamente; de esta forma, vivirían en Su luz. Hoy, todos los que no pueden amar a Dios, no están atentos a Sus cargas, son incapaces de entregarle por completo su corazón, de tomar el corazón de Dios como suyo, de llevar Sus cargas como si fueran propias, la luz de Dios no brilla sobre ninguno de estos hombres y, por tanto, viven todos bajo la influencia de las tinieblas. Están en un sendero diametralmente opuesto a la voluntad de Dios y no hay una pizca de verdad en nada de lo que hacen. Se revuelcan en el fango con Satanás; son personas que viven bajo la influencia de las tinieblas. Si puedes comer y beber a menudo las palabras de Dios y estar atento a Su voluntad y practicas Sus palabras, entonces le perteneces a Dios y eres una persona que vive dentro de Sus palabras. ¿Estás dispuesto a escapar del campo de acción de Satanás y vivir en la luz de Dios? Si vives dentro de las palabras de Dios, el Espíritu Santo tendrá la oportunidad de llevar a cabo Su obra; si vives bajo la influencia de Satanás, no le darás al Espíritu Santo tal oportunidad. La obra que el Espíritu Santo realiza en los hombres, la luz que hace brillar sobre ellos y la confianza que Él les da, solo dura un momento; si las personas no tienen cuidado ni prestan atención, entonces la obra del Espíritu Santo los pasará por alto. Si los hombres viven en las palabras de Dios, el Espíritu Santo estará con ellos y llevará a cabo la obra en ellos. Si los hombres no viven en las palabras de Dios, viven en las cadenas de Satanás. Si los hombres viven con un carácter corrupto, entonces no tienen la presencia ni la obra del Espíritu Santo. Si vives dentro de los límites de las palabras de Dios y si vives en el estado exigido por Él, entonces le perteneces y Su obra se llevará a cabo en ti; si no vives en los límites de las exigencias de Dios, sino bajo el campo de acción de Satanás, entonces sin duda estás viviendo dentro de la corrupción de Satanás. Solo puedes cumplir las exigencias de Dios si vives dentro de Sus palabras y le entregas tu corazón; debes hacer lo que Dios dice, convertir Sus palabras en el fundamento de tu existencia y en la realidad de tu vida; solo entonces le pertenecerás a Dios. Si practicas realmente, conforme a la voluntad de Dios, Él llevará a cabo Su obra en ti y entonces vivirás bajo Sus bendiciones, en la luz de Su rostro; comprenderás la obra que el Espíritu Santo lleva a cabo y sentirás el gozo de la presencia de Dios.

La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Escapa de la influencia de las tinieblas y Dios te ganará

Palabras diarias de Dios  Fragmento 535

Para escapar de la influencia de las tinieblas, primero debes ser leal a Dios y estar ansioso de perseguir la verdad; solo entonces puedes tener un estado correcto. Vivir en el estado correcto es una condición previa para escapar de la influencia de las tinieblas. No tener un estado correcto es no ser fiel a Dios y no estar dispuesto a buscar la verdad y escapar de la influencia de las tinieblas es imposible. Mis palabras son la base para que el hombre escape de las influencias de las tinieblas y las personas que no pueden practicar conforme a Mis palabras no podrán escapar de la esclavitud de la influencia de las tinieblas. Vivir en el estado correcto es vivir bajo la guía de las palabras de Dios, vivir en un estado de lealtad a Dios, vivir en un estado de búsqueda de la verdad, vivir en la realidad de erogar sinceramente para Dios y vivir en el estado de amar a Dios genuinamente. Quienes vivan en estos estados y dentro de esta realidad, se transformarán gradualmente a medida que entren en la profundidad de la verdad y se transformarán con la profundización de la obra; y al final se convertirán en personas a las que, sin duda, Dios ganará y personas que amarán a Dios genuinamente. Quienes han escapado de la influencia de las tinieblas pueden ser capaces de captar poco a poco la voluntad de Dios y de entenderla gradualmente y, eventualmente, convertirse en confidentes de Dios. No solo no albergarán nociones acerca de Dios ni se rebelarán contra Él, sino que también detestarán aún más las nociones y la rebelión mostradas antes y engendrarán un amor genuino por Dios en su corazón. Las personas que son incapaces de escapar de la influencia de las tinieblas están completamente ocupadas con la carne y llenas de rebelión; su corazón está lleno de nociones humanas y filosofías para vivir, así como de sus propios propósitos y deliberaciones. Lo que Dios exige es un amor singular del hombre; lo que requiere es que el hombre esté ocupado por Sus palabras y por un corazón lleno de amor por Él. Vivir dentro de las palabras de Dios, buscar dentro de Sus palabras, buscar lo que deben buscar, amar a Dios por Sus palabras, correr por Sus palabras, vivir por Sus palabras, estos son los objetivos que el hombre debería intentar alcanzar. Todo debe edificarse sobre las palabras de Dios; solo entonces será capaz el hombre de cumplir las exigencias de Dios. Si el hombre no está equipado con las palabras de Dios, entonces ¡no es más que un gusano poseído por Satanás! Considera esto: ¿cuánta palabra de Dios se ha arraigado en tu interior? ¿En qué cosas vives conforme a Sus palabras? ¿En qué cosas no has estado viviendo de acuerdo a ellas? Si las palabras de Dios no se han adueñado de ti del todo, ¿qué es lo que ocupa tu corazón, entonces? En tu vida cotidiana, ¿te está controlando Satanás o estás ocupado por las palabras de Dios? ¿Son Sus palabras la base de tus oraciones? ¿Saliste de tus estados negativos debido al esclarecimiento de las palabras de Dios? Tomar las palabras de Dios como fundamento de tu existencia, es en eso en lo que todos deberían entrar. Si las palabras de Dios no están presentes en tu vida, entonces vives bajo la influencia de las tinieblas, te estás rebelando contra Dios, te estás resistiendo a Él y deshonrando Su nombre. La creencia en Dios de estas personas es pura maldad y perturbación. ¿Qué proporción de tu vida has vivido conforme a las palabras de Dios? ¿Qué proporción de tu vida no has vivido según Sus palabras? ¿Cuánto de lo que te ha exigido la palabra de Dios se ha cumplido en ti? ¿Cuánto se ha perdido en ti? ¿Has mirado estas cosas con detenimiento?

Escapar de la influencia de las tinieblas requiere de la obra del Espíritu Santo y la dedicada colaboración del hombre. ¿Por qué digo que el hombre no está en el camino correcto? La gente que está en la senda correcta, en primer lugar, puede entregar su corazón a Dios. Esta es una tarea que requiere un largo período de tiempo para entrar en ella porque la humanidad siempre ha vivido bajo la influencia de las tinieblas y ha estado bajo la esclavitud de Satanás durante miles de años. Por tanto, esta entrada no puede lograrse en uno o dos días. Hoy he traído este tema a colación para que las personas puedan entender su propio estado; cuando el hombre pueda discernir lo que es la influencia de las tinieblas y lo que significa vivir en la luz, entonces la entrada se hará mucho más fácil. Esto se debe a que debes saber qué es la influencia de Satanás antes de poder escapar de ella; solo después de eso podrás encontrar la manera de librarte de dicha influencia. En cuanto a qué hacer después, eso es asunto de los propios humanos. Entra en todo desde un aspecto positivo y nunca esperes pasivamente. Solo así es como Dios te podrá ganar.

La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Escapa de la influencia de las tinieblas y Dios te ganará

Palabras diarias de Dios  Fragmento 536

Cada una de las palabras de Dios golpea uno de nuestros puntos mortales y nos deja doloridos y llenos de temor. Él expresa nuestras nociones, nuestras imaginaciones, y nuestro carácter corrupto. Desde lo que decimos y hacemos, hasta cada uno de nuestros pensamientos e ideas, nuestra naturaleza y esencia se revelan en Sus palabras, lo que nos coloca en un estado de miedo y temblando sin tener donde esconder nuestra vergüenza. Uno a uno, nos dice sobre todas nuestras acciones, nuestras metas e intenciones, hasta el carácter corrupto que nunca hemos descubierto, haciéndonos sentir expuestos en toda nuestra miserable imperfección e incluso completamente convencidos. Nos juzga por oponernos a Él, nos castiga porque blasfemamos y lo condenamos, y nos hace sentir que a Sus ojos no tenemos ni un rasgo redentor, y que somos el Satanás viviente. Nuestras esperanzas se truncan; ya no nos atrevemos a hacerle ninguna demanda irrazonable ni a albergar ningún designio sobre Él, y hasta nuestros sueños se desvanecen de la noche a la mañana. Este es un hecho que ninguno de nosotros se puede imaginar y que ninguno de nosotros puede aceptar. Por espacio de un momento, perdemos nuestro equilibrio interno y no sabemos cómo continuar en el camino que está por delante, ni cómo continuar en nuestras creencias. Parece como si nuestra fe volviera a empezar desde cero, y como si nunca hubiéramos conocido al Señor Jesús ni nos hubiéramos familiarizado con Él. Todo lo que está delante de nuestros ojos nos llena de perplejidad y nos hace vacilar indecisos. Estamos consternados, estamos desilusionados, y en lo profundo de nuestro corazón hay una ira y una vergüenza irreprimibles. Tratamos de desahogarnos, de encontrar una salida y, es más, tratamos de seguir esperando a nuestro Salvador Jesús, para poder derramar nuestro corazón en Él. Aunque hay veces en las que desde fuera parece que estamos en una situación ecuánime, ni altivos ni humildes, en nuestro corazón nos aflige un sentimiento de pérdida que nunca hemos sentido antes. Aunque a veces podamos parecer inusualmente calmados por fuera, nuestras almas rugen como torturadas por un mar tormentoso. Su juicio y Su castigo nos han despojado de todas nuestras esperanzas y sueños, poniendo fin a nuestros deseos extravagantes, y dejándonos reacios a creer que Él es nuestro Salvador y es capaz de salvarnos. Su juicio y Su castigo han abierto un abismo entre nosotros y Él, tan profundo que nadie siquiera está dispuesto a cruzarlo. Con Su juicio y Su castigo es la primera vez que hemos sufrido un gran revés y una gran humillación en nuestras vidas. Su juicio y Su castigo han provocado que apreciemos realmente el honor de Dios y la intolerancia de la ofensa del hombre, comparado con lo cual somos demasiado bajos e impuros. Su juicio y Su castigo nos han hecho darnos cuenta por primera vez lo arrogantes y pretenciosos que somos, y cómo el hombre nunca será igual a Dios ni estará a la par de Dios. Su juicio y Su castigo nos han hecho anhelar dejar de vivir en semejante carácter corrupto, deshacernos de esta naturaleza y esencia tan pronto como sea posible, y dejar de ser viles y detestables para Él. Su juicio y Su castigo nos han hecho sentir felices de obedecer Sus palabras, dejar de rebelarnos contra Sus arreglos y disposiciones. Su juicio y Su castigo nos han dado una vez más el deseo de sobrevivir, y nos hicieron sentir felices de aceptarlo como nuestro Salvador… Nos hemos salido de la obra de conquista, del infierno, del valle de sombra de muerte… ¡Dios Todopoderoso nos ha ganado, a este grupo de personas! ¡Ha triunfado sobre Satanás y ha derrotado a multitudes de Sus enemigos!

La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Apéndice IV: Contemplando la aparición de Dios en Su juicio y Su castigo

Palabras diarias de Dios  Fragmento 537

Sólo cuando hayáis echado fuera vuestras actitudes corruptas y hayáis logrado vivir una humanidad normal, seréis perfeccionados. Aunque serás incapaz de expresar profecías o algún misterio, estarás viviendo y revelando la imagen de un ser humano. Dios creó al hombre, pero entonces Satanás lo corrompió, tanto que las personas se convirtieron en “hombres muertos”. Así, después de que hayas cambiado, ya no serás como esos “hombres muertos”. Son las palabras de Dios las que otorgan la luz a los espíritus de las personas y hacen que vuelvan a nacer, y cuando los espíritus de las personas renacen, entonces cobran vida. Al hablar de “hombres muertos” me refiero a cadáveres que no tienen espíritu, a personas cuyos espíritus han muerto en su interior. Entonces, cuando se enciende la chispa de la vida en los espíritus de las personas, estas cobran vida. Los santos de los que antes se hablaba se refieren a las personas que han cobrado vida, aquellas que estuvieron bajo la influencia de Satanás pero que lo derrotaron. El pueblo escogido de China ha sufrido la persecución cruel e inhumana y el engaño del gran dragón rojo, lo que los ha dejado mentalmente devastados y sin la más mínima pizca de valor para vivir. Por consiguiente, el despertar de sus espíritus debe comenzar con su esencia: poco a poco, sus espíritus han de ser despertados en su esencia. Cuando un día estos cobren vida, ya no habrá más obstrucciones y todo marchará sin problemas. Por el momento, esto sigue siendo inalcanzable. La mayoría de la gente vive de una manera que produce muchas corrientes mortales; están envueltos en un aura de muerte y carecen de muchas cosas. Las palabras y las acciones de algunas personas acarrean muerte y casi todo lo que provocan con su forma de vivir consiste en muerte. Si hoy las personas públicamente dan testimonio de Dios, entonces fracasarán en esta tarea, pues todavía tienen que cobrar vida completamente y existen demasiados muertos entre vosotros. Hoy, algunas personas se preguntan por qué Dios no muestra señales y prodigios para que Él pueda rápidamente esparcir Su obra entre los gentiles. Los muertos no pueden dar testimonio de Dios; eso es algo que sólo los vivos pueden hacer, y sin embargo la mayoría de las personas son ahora “hombres muertos”, demasiadas viven bajo un velo de muerte, viven bajo la influencia de Satanás y no pueden obtener la victoria. Siendo esto así, ¿cómo podrían dar testimonio de Dios? ¿Cómo podrían esparcir la obra del evangelio?

Todos aquellos que viven bajo la influencia de la oscuridad son los que viven en medio de la muerte, son los que Satanás posee. Sin que Dios las salve y las juzgue y las castigue, las personas no pueden escapar de la influencia de la muerte; no se pueden convertir en los vivos. Estos “hombres muertos” no pueden dar testimonio de Dios, y Dios tampoco los puede usar, mucho menos pueden entrar al reino. Dios quiere el testimonio de los vivos, no de los muertos, y Él pide que los vivos, no los muertos, trabajen para Él. “Los muertos” son los que se oponen y se rebelan contra Dios; son los que son insensibles en espíritu y no entienden las palabras de Dios; son los que no ponen la verdad en práctica y no tienen la más mínima lealtad a Dios, y son los que viven bajo el campo de acción de Satanás y que son explotados por Satanás. Los muertos se manifiestan oponiéndose a la verdad, rebelándose contra Dios y siendo viles, despreciables, maliciosos, brutos, engañosos e insidiosos. Incluso si esas personas comen y beben las palabras de Dios, no pueden vivir Sus palabras; aunque estas personas están vivas, sólo son cadáveres que caminan y respiran. Los muertos son totalmente incapaces de satisfacer a Dios, mucho menos de serle completamente obedientes. Sólo pueden engañarlo, blasfemar contra Él y traicionarlo, y todo lo que provocan con su forma de vivir revela la naturaleza de Satanás. Si las personas quieren convertirse en seres vivientes y dar testimonio de Dios, y que Dios las apruebe, entonces deben aceptar la salvación de Dios; se deben someter gustosamente a Su juicio y castigo y deben aceptar gustosamente la poda de Dios y ser tratadas por Él. Sólo entonces podrán poner en práctica todas las verdades que Dios exige, y sólo entonces obtendrán la salvación de Dios y se convertirán verdaderamente en seres vivientes. Dios salva a los vivos; Dios los ha juzgado y castigado, están dispuestos a consagrarse, están felices de dar sus vidas por Dios y con gusto dedicarían todas sus vidas a Él. Sólo cuando los vivos dan testimonio de Dios, Satanás puede ser humillado; sólo los vivos pueden esparcir la obra del evangelio de Dios, sólo los vivos son conformes al corazón de Dios, y sólo los vivos son personas reales. Originalmente el hombre que Dios hizo estaba vivo, pero debido a la corrupción de Satanás, el hombre vive en medio de la muerte y bajo la influencia de Satanás, y así, de esta manera, la gente se ha convertido en muertos sin espíritu, se han convertido en enemigos que se oponen a Dios, se han convertido en las herramientas de Satanás, y se han convertido en los cautivos de Satanás. Todas las personas vivientes que Dios creó se han convertido en personas muertas, y por eso Dios ha perdido Su testimonio y ha perdido a la humanidad que Él creó y que es lo único que tiene Su aliento. Si Dios ha de recuperar Su testimonio, y recuperar a los que Su propia mano hizo pero que Satanás ha tomado cautivos, entonces Él los debe resucitar para que se conviertan en seres vivientes, y Él los debe reclamar para que vivan en Su luz. Los muertos son los que no tienen espíritu, son insensibles en extremo y se oponen a Dios. Son ante todo aquellos que no conocen a Dios. Estas personas no tienen la más mínima intención de obedecer a Dios; sólo se rebelan contra Él y se oponen a Él, y no tienen la más mínima lealtad. Los vivos son aquellos cuyos espíritus han vuelto a nacer, que saben obedecer a Dios y son leales a Dios. Poseen la verdad y el testimonio y sólo estas personas son agradables a Dios en Su casa. Dios salva a los que pueden cobrar vida, pueden ver la salvación de Dios, pueden ser leales a Dios y están dispuestos a buscar a Dios. Él salva a los que creen en la encarnación de Dios y creen en Su aparición. Algunas personas pueden cobrar vida y algunas no; esto depende de si su naturaleza puede ser salvada o no. Muchas personas han oído un montón de palabras de Dios pero no entienden la voluntad de Dios, y todavía no son capaces de ponerlas en práctica. Tales personas son incapaces de vivir cualquier verdad y además interfieren deliberadamente con la obra de Dios. Son incapaces de hacer ninguna obra para Dios, no pueden consagrar nada a Él, y también en secreto gastan el dinero de la iglesia y comen en la casa de Dios gratis. Estas personas están muertas y no serán salvas. Dios salva a todos los que están en medio de Su obra, pero hay una parte de ellos que no puede recibir Su salvación. Esto se debe a que la mayoría de las personas han sido corrompidas muy profundamente y se han convertido en personas muertas y están más allá de la salvación; Satanás las ha explotado por completo y su naturaleza es demasiado maliciosa. Esa minoría de personas tampoco es capaz de obedecer a Dios completamente. No son esos que han sido absolutamente fieles a Dios desde el principio, ni que han tenido el mayor amor por Dios desde el principio; en su lugar, se han vuelto obedientes a Dios gracias a Su obra de conquista, ven a Dios gracias a Su amor supremo, hay cambios en su carácter gracias al justo carácter de Dios, y han llegado a conocer a Dios gracias a Su obra, que es tanto práctica como normal. Sin esta obra de Dios, no importa qué tan buenas fueran estas personas, todavía serían de Satanás, todavía serían de la muerte, y seguirían estando muertas. El hecho de que estas personas puedan recibir hoy la salvación de Dios es solamente porque están dispuestas a cooperar con Dios.

Gracias a su lealtad a Dios, Dios ganará a los vivos y vivirán en medio de Sus promesas, y por su oposición a Dios, a los muertos Dios los aborrecerá y rechazará y vivirán en medio de Su castigo y maldiciones. Tal es el justo carácter de Dios, que ningún hombre puede cambiar. Gracias a su propia búsqueda, las personas reciben la aprobación de Dios y viven en la luz; por sus esquemas astutos, Dios maldice a las personas y estas descienden al castigo; por su maldad, Dios castiga a las personas; y gracias a su anhelo y lealtad, las personas reciben las bendiciones de Dios. Dios es justo: Él bendice a los vivos, y maldice a los muertos para que siempre estén en medio de la muerte y nunca vivirán en la luz de Dios. Dios llevará a los vivos a Su reino y a Sus bendiciones para que estén por siempre con Él. En cambio, a los muertos los aplastará y los entregará a la muerte eterna; son el objeto de Su destrucción y siempre le pertenecerán a Satanás. Dios no trata a nadie injustamente. Todos los que verdaderamente buscan a Dios seguramente permanecerán en la casa de Dios, y todos los que son desobedientes a Dios e incompatibles con Él seguramente vivirán en medio de Su castigo. Tal vez, no estás seguro de la obra de Dios en la carne, pero un día la carne de Dios no va a arreglar directamente el fin del hombre; en cambio, Su Espíritu va a arreglar el destino del hombre y en ese momento las personas sabrán que la carne de Dios y Su Espíritu son uno, que Su carne no puede cometer errores y que Su Espíritu es todavía más incapaz de cometer errores. Por último, Él seguramente llevará a todos los que cobren vida a Su reino; ni uno más ni uno menos. En cuanto a los muertos, los que no han cobrado vida, serán arrojados a la guarida de Satanás.

La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. ¿Eres alguien que ha cobrado vida?

Palabras diarias de Dios  Fragmento 538

El primer paso de la senda del Espíritu Santo en los hombres es, antes que nada, arrancar sus corazones de todas las personas, eventos y cosas y ponerlos en las palabras de Dios para hacer que el corazón del hombre crea que las palabras de Dios son totalmente incuestionables y completamente verdaderas. Si crees en Dios, debes creer en Sus palabras; si, después de muchos años de fe en Dios, sigues sin conocer la senda que toma el Espíritu Santo, ¿realmente eres un creyente? Para alcanzar una vida humana normal, una vida humana normal con una relación normal con Dios, primero debes creer Sus palabras. Si no has alcanzado el primer paso de la obra del Espíritu Santo en las personas, entonces no tienes ningún fundamento. Si incluso el menor de los principios está más allá de tu comprensión, ¿cómo recorrerás la senda que tienes por delante? Embarcarse en el camino correcto por el que Dios perfecciona al hombre significa entrar en el camino correcto de la obra actual del Espíritu Santo; significa embarcarse en la senda que el Espíritu Santo toma. Justo ahora, la senda que el Espíritu Santo toma es la de las palabras actuales de Dios. Así que, si la gente se embarca en la senda del Espíritu Santo, debe obedecer y comer y beber las palabras actuales de Dios encarnado. Él está haciendo la obra de las palabras; todo empieza desde Sus palabras y todo se construye sobre Sus palabras, Sus palabras actuales. Ya sea estar completamente seguro acerca del Dios encarnado o conocerlo, cada cosa requiere poner más esfuerzo en Sus palabras. De lo contrario, la gente no puede lograr nada y se quedará sin nada. Solo si se construye sobre los cimientos de comer y beber las palabras de Dios para así llegar a conocerlo y satisfacerlo, las personas pueden construir una relación normal con Dios poco a poco. Comer y beber Sus palabras y ponerlas en práctica es la mejor forma que tiene el hombre de cooperar con Dios. A través de esta práctica se mantiene más firme en el testimonio del pueblo de Dios. Cuando la gente entiende y es capaz de obedecer la esencia de las palabras actuales de Dios, vive en la senda que cuenta con la guía del Espíritu Santo y ha entrado en el camino correcto de la perfección del hombre por parte de Dios. Anteriormente, las personas podían obtener la obra de Dios con tan solo buscar Su gracia o buscar paz y gozo, pero las cosas ahora son diferentes. Sin las palabras del Dios encarnado, sin la realidad de Sus palabras, no pueden ganar la aprobación de Dios y todos serán descartados por Él. Para lograr una vida espiritual normal, primero la gente debe comer y beber las palabras de Dios y ponerlas en práctica; y, entonces, sobre este fundamento, establece una relación normal con Dios. ¿Cómo cooperas? ¿Cómo te mantienes firme en el testimonio del pueblo de Dios? ¿Cómo construyes una relación normal con Dios?

Cómo ver si tienes una relación normal con Dios en tu vida diaria:

1. ¿Crees el propio testimonio de Dios?

2. ¿Crees en tu corazón que las palabras de Dios son verdaderas e infalibles?

3. ¿Eres alguien que pone Sus palabras en práctica?

4. ¿Eres fiel a Su comisión? ¿Qué haces para ser fiel a Su comisión?

5. ¿Es todo lo que haces por el bien de satisfacer y ser leal a Dios?

Por medio de las cosas mencionadas anteriormente, puedes hacer una evaluación de si tienes una relación normal con Dios en la etapa presente.

Si puedes aceptar la comisión de Dios, aceptar Su promesa y seguir la senda del Espíritu Santo, entonces estás siguiendo la voluntad de Dios. Por dentro, ¿conoces de manera clara la senda del Espíritu Santo? ¿Actúas ahora mismo de acuerdo con la senda del Espíritu Santo? ¿Se acerca tu corazón a Dios? ¿Deseas seguir el ritmo de la luz más nueva del Espíritu Santo? ¿Deseas ser ganado por Dios? ¿Deseas convertirte en una manifestación de la gloria de Dios en la tierra? ¿Tienes la determinación de lograr lo que Dios te exige? Si, cuando Dios declara Sus palabras, tienes dentro la determinación de cooperar y satisfacerlo, si esta es tu mentalidad, esto quiere decir que las palabras de Dios han dado fruto en tu corazón. Si no tienes esa determinación, si no tienes metas que perseguir, esto quiere decir que tu corazón no ha sido conmovido por Dios.

La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Aquellos cuyo carácter ha cambiado son los que han entrado a la realidad de las palabras de Dios

Palabras diarias de Dios  Fragmento 539

En la búsqueda de cambio en el carácter de vida de una persona, la senda de práctica es sencilla. Si, en tu experiencia práctica, eres capaz de seguir las palabras actuales del Espíritu Santo y experimentar la obra de Dios, entonces tu carácter puede cambiar. Si sigues todo lo que dice el Espíritu Santo y buscas lo que sea que el Espíritu Santo diga, entonces eres alguien que lo obedece, y tendrás un cambio de carácter. El carácter del hombre cambia con las palabras actuales del Espíritu Santo; si siempre te aferras a tus antiguas experiencias y reglas del pasado, tu carácter no puede cambiar. Si las palabras del Espíritu Santo de hoy le piden a la gente que entre a la vida de la humanidad normal, pero tú sigues obsesionado con las cosas externas y estás confundido en cuanto a la realidad y no lo tomas en serio, entonces eres alguien que no está siguiendo el ritmo de la obra del Espíritu Santo, alguien que no ha entrado a la senda de la guía del Espíritu Santo. Si tu carácter puede o no cambiar depende de si puedes mantener el ritmo o no de las palabras actuales del Espíritu Santo y de si tienes verdadero conocimiento. Esto es diferente a lo que entendíais antes. El cambio en tu carácter que entendiste antes era que tú, que juzgas rápidamente, has dejado de hablar sin pensar a través de la disciplina de Dios; pero ese es solo un aspecto del cambio. Justo ahora, el punto más crítico es seguir la guía del Espíritu Santo: seguir lo que sea que Dios diga y obedecer lo que sea que Él diga. Las personas no pueden cambiar su propio carácter; deben someterse al juicio y castigo, y al sufrimiento y refinamiento de las palabras de Dios, o ser tratadas, disciplinadas y podadas por Sus palabras. Solo entonces pueden lograr la obediencia y lealtad a Dios y dejar de ser indiferentes hacia Él. Es bajo el refinamiento de las palabras de Dios que el carácter de las personas cambia. Solo a través de la revelación, el juicio, la disciplina y el trato de Sus palabras ya no se atreverán a actuar precipitadamente, sino que se volverán calmadas y compuestas. El punto más importante es que puedan someterse a las palabras actuales de Dios, obedecer Su obra, e incluso si esto no coincide con las nociones humanas, que puedan hacer a un lado estas nociones y someterse por su propia voluntad. En el pasado, el discurso sobre el cambio de carácter se refería principalmente a ser capaz de renunciar a uno mismo, permitir que la carne sufra, disciplinar el cuerpo y deshacerse de las preferencias carnales, que es un tipo de cambio de carácter. Hoy, todo el mundo sabe que la verdadera expresión de un cambio de carácter es obedecer las palabras actuales de Dios y conocer de verdad Su nueva obra. De esta manera, el conocimiento anterior de Dios por parte de las personas, influenciado por sus propias nociones, puede ser eliminado y pueden conseguir un verdadero entendimiento de Dios y obediencia a Él. Solo esta es una expresión genuina de un cambio de carácter.

La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Aquellos cuyo carácter ha cambiado son los que han entrado a la realidad de las palabras de Dios

Palabras diarias de Dios  Fragmento 540

La búsqueda de las personas de la entrada a la vida se basa en las palabras de Dios. Se ha dicho antes que todo se logra por Sus palabras, pero nadie ha visto esto. Si comienzas a experimentar la etapa actual, todo estará completamente claro para ti y estarás construyendo un buen fundamento para pruebas futuras. No importa qué diga Dios, solo tienes que centrarte en la entrada en Sus palabras. Cuando Dios dice que Él comenzará a castigar a las personas, acepta Su castigo. Cuando Dios pide que las personas mueran, acepta esa prueba. Si siempre estás viviendo dentro de Sus declaraciones más nuevas, al final las palabras de Dios te perfeccionarán. Cuanto más entres en las palabras de Dios, más rápido serás perfeccionado. ¿Por qué, en comunicación tras comunicación, te pido que conozcas las palabras de Dios y entres a ellas? Solo cuando buscas y experimentas en las palabras de Dios y entras en la realidad de Sus palabras, el Espíritu Santo tiene la oportunidad de obrar en ti. Por tanto, todos vosotros sois participantes en cada método por el que Dios obra y, sea cual sea el grado de vuestro sufrimiento, al final todos recibiréis un “recuerdo”. Con el fin de lograr vuestra perfección final, debéis entrar en todas las palabras de Dios. El perfeccionamiento de las personas por parte del Espíritu Santo no es unilateral; Él requiere la cooperación de las personas. Necesita que todos cooperen con Él de manera consciente. No importa lo que Dios diga, solamente concéntrate en entrar en Sus palabras, esto será más beneficioso para vuestra vida. Todo es por el bien de conseguir un cambio de carácter en vosotros. Cuando entres en las palabras de Dios, tu corazón será conmovido por Él, y serás capaz de entender todo lo que Dios desea lograr en esta etapa de la obra y tendrás la determinación para lograrlo. Durante el tiempo del castigo, había personas que creían que este era un método para obrar y no creyeron en las palabras de Dios. Como resultado, no experimentaron el refinamiento y salieron del tiempo del castigo sin ganar nada ni entender nada. Hubo algunos que verdaderamente entraron en estas palabras sin una pizca de duda; que dijeron que las palabras de Dios son la verdad infalible y que la humanidad debía ser castigada. Lucharon por eso durante un tiempo y renunciaron a su futuro y destino, y cuando salieron, su carácter había sufrido algún cambio y habían logrado un entendimiento más profundo de Dios. Todos aquellos que salieron del castigo sintieron la hermosura de Dios y se dieron cuenta de que esta etapa de la obra personificaba el gran amor de Dios que desciende en ellos, de que era la conquista y salvación del amor de Dios. También dijeron que los pensamientos de Dios siempre son buenos y que todo lo que Dios hace en el hombre sale del amor, no el odio. Aquellos que no creyeron las palabras de Dios, que no las estudiaron, no experimentaron el refinamiento durante el tiempo del castigo y, como resultado, el Espíritu Santo no los acompañó y no ganaron nada. Para aquellos que entraron en el tiempo del castigo, aunque sí experimentaron el refinamiento, el Espíritu Santo estaba obrando escondido dentro de ellos y su carácter de vida cambió a causa de ello. Algunos parecían ser muy positivos en toda apariencia externa, llenos de alegría todo el día, pero no entraron en el estado del refinamiento de las palabras de Dios y así no cambiaron nada, lo que es la consecuencia de no creer en las palabras de Dios. Si no crees en Sus palabras, entonces el Espíritu Santo no obrará en ti. ¡Dios se aparece a todos aquellos que creen en Sus palabras y aquellos que creen y aceptan Sus palabras serán capaces de ganar Su amor!

Para entrar en la realidad de las palabras de Dios, debes encontrar la senda de práctica y saber cómo poner en práctica las palabras de Dios. Solo así habrá un cambio en tu carácter de vida. Solo a través de esta senda puedes ser perfeccionado por Dios, y solo las personas que han sido perfeccionadas por Dios de esa manera pueden estar de acuerdo con Su voluntad. Para recibir nueva luz, debes vivir dentro de Sus palabras. Ser conmovido por el Espíritu Santo, aunque sea una sola vez, no servirá para nada, debes ir más lejos. En aquellos que han sido conmovidos, aunque sea una vez, se despierta un celo interior y desean buscar, pero esto no puede durar mucho; deben ser conmovidos por el Espíritu Santo constantemente. En muchas ocasiones anteriores he mencionado Mi esperanza de que el Espíritu de Dios pueda conmover los espíritus de las personas, para que puedan buscar un cambio en su carácter de vida, y mientras buscan ser conmovidas por Dios, que entiendan sus propias ineptitudes, y que, en el proceso de experimentar Sus palabras, se quiten de encima sus propias impurezas (santurronería, arrogancia, nociones, etcétera). No creas que simplemente ser proactivo al recibir la nueva luz es suficiente, también te debes quitar de encima todo lo que es negativo. Por una parte, debéis entrar desde un aspecto positivo, y por la otra, debéis deshaceros de todo lo que es impuro desde un aspecto negativo. Te debes examinar constantemente para ver qué impurezas todavía existen dentro de ti. Las nociones religiosas, intenciones, esperanzas, santurronería y arrogancia de las personas son todas cosas impuras. Mira dentro de ti y compáralo todo con todas las palabras de la revelación de Dios para ver qué nociones religiosas tienes. Solo cuando verdaderamente las reconoces te las puedes quitar de encima. Algunas personas dicen: “Ahora basta simplemente con seguir la luz de la obra presente del Espíritu Santo. No es necesario molestarse con nada más”. Pero, entonces, cuando tus nociones religiosas surjan, ¿cómo te desharás de ellas? ¿Crees que seguir las palabras de Dios en la actualidad es fácil? Si eres una persona religiosa, pueden surgir perturbaciones de tus nociones religiosas y de las teorías teológicas tradicionales en tu corazón, y cuando estas cosas surgen, interfieren con tu aceptación de cosas nuevas. Todos estos son problemas reales. Si solo buscas las palabras actuales del Espíritu Santo no puedes cumplir la voluntad de Dios. Al tiempo que buscas la luz presente del Espíritu Santo, debes reconocer qué nociones e intenciones albergas, qué santurronería humana tienes y qué comportamientos son desobedientes a Dios. Y después que hayas reconocido todas estas cosas, te las debes quitar de encima. Hacerte abandonar tus acciones y comportamientos anteriores se orienta a permitirte seguir las palabras que el Espíritu Santo pronuncia hoy. Un cambio de carácter, por un lado, se logra a través de las palabras de Dios, y por el otro, exige que las personas cooperen. Existe la obra de Dios y también existe la práctica humana, y ambas son indispensables.

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Palabras diarias de Dios  Fragmento 541

En tu futura senda de servicio, ¿cómo puedes satisfacer la voluntad de Dios? Un punto crucial es buscar entrar a la vida, buscar un cambio de carácter y buscar una entrada más profunda en la verdad; esta es la senda para lograr ser perfeccionado y ser adquirido por Dios. Todos vosotros sois los que recibís la comisión de Dios, pero ¿qué tipo de comisión es? Esto está relacionado con el siguiente paso de la obra, que va a ser una obra mayor que se lleva a cabo en todo el universo, así que ahora debéis buscar cambios en vuestro carácter de vida para que en el futuro verdaderamente podáis convertiros en la prueba de que Dios ha alcanzado la gloria por medio de Su obra y os ha convertido en ejemplos para Su obra futura. La búsqueda de hoy se orienta por completo a establecer las bases de la obra futura, para que puedas ser usado por Dios y dar testimonio de Él. Si haces que este sea el objetivo de tu búsqueda, podrás ganar la presencia del Espíritu Santo. Cuanto más alto fijes el objetivo de tu búsqueda, más podrás ser perfeccionado. Cuanto más busques la verdad, más obrará el Espíritu Santo. Cuanta mayor energía emplees para la búsqueda, más ganarás. El Espíritu Santo perfecciona a las personas de acuerdo con su estado interno. Algunas personas dicen que no están dispuestas a ser usadas o perfeccionadas por Dios, que solo quieren que su carne esté a salvo y no sufra ningún infortunio. Algunas personas no están dispuestas a entrar al reino, pero están dispuestas a descender al abismo sin fondo. En ese caso, Dios también te concederá tu deseo. Lo que sea que busques, Dios lo hará realidad. Así que, ¿qué estás buscando ahora? ¿Ser perfeccionado? ¿Se orientan tus acciones y comportamientos presentes a ser perfeccionado por Dios y ser adquirido por Él? Constantemente te debes medir de esta manera en tu vida diaria. Si dedicas tu corazón por completo a la búsqueda de una sola meta, definitivamente Dios te perfeccionará. Esta es la senda del Espíritu Santo. La senda en la que el Espíritu Santo guía a la gente se alcanza por medio de su búsqueda. Cuanto más anheles ser perfeccionado y adquirido por Dios, más obrará el Espíritu Santo dentro de ti. Cuanto menos busques, y cuanto más negativo y huidizo seas, más privas al Espíritu Santo de oportunidades para obrar; con el paso del tiempo, el Espíritu Santo te abandonará. ¿Deseas ser perfeccionado por Dios? ¿Deseas ser adquirido por Dios? ¿Deseas ser usado por Dios? Debéis buscar hacer todo por el bien de ser perfeccionados, ganados y usados por Dios, para que el universo y todas las cosas puedan ver las acciones de Dios manifestadas en vosotros. Vosotros sois los amos de todas las cosas, y entre todo lo que existe, le permitiréis a Dios gozar del testimonio y la gloria a través de vosotros; ¡esta es la prueba de que vosotros sois la generación más bendecida de todas!

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Palabras diarias de Dios  Fragmento 542

Cuanto más consciente seas de la voluntad de Dios, mayor será la carga que lleves a cuestas, y cuanto mayor sea la carga que llevas a cuestas, más rica será tu experiencia. Cuando seas consciente de la voluntad de Dios, Él pondrá una carga sobre ti y luego te esclarecerá sobre las tareas que te ha confiado. Cuando Dios te dé esta carga, prestarás atención a todas las verdades relacionadas mientras comes y bebes de Sus palabras. Si tienes una carga relacionada con las condiciones de vida de tus hermanos y hermanas, entonces se trata de una carga que Dios te ha confiado y siempre llevarás esta carga contigo en tus oraciones diarias. Se te ha dado como carga lo que Dios hace, y estás dispuesto a llevar a cabo lo que Él quiere hacer; esto es lo que significa hacer tuya la carga de Dios. En este punto, cuando comas y bebas las palabras de Dios, te enfocarás en este tipo de asuntos y te preguntarás: ¿cómo voy a resolver estos problemas? ¿Cómo puedo facilitar que mis hermanos y hermanas alcancen la liberación y tengan gozo espiritual? También te enfocarás en resolver estos problemas mientras impartes enseñanza, y cuando comas y bebas las palabras de Dios te enfocarás en comer y beber las palabras que se relacionan con estos temas. También llevarás una carga mientras comes y bebes Sus palabras. Una vez que hayas entendido las exigencias de Dios, tendrás una idea más clara de qué senda tomar. Este es el esclarecimiento e iluminación del Espíritu Santo que conlleva tu carga y también es la guía que te ha sido otorgada por Dios. ¿Por qué digo esto? Si no llevas a cuestas ninguna carga, no prestarás atención cuando comas y bebas las palabras de Dios; cuando comes y bebes las palabras de Dios mientras llevas a cuestas una carga, puedes comprender la esencia de dichas palabras, encontrar tu camino y ser considerado con la voluntad de Dios. Por tanto, deberías desear en tus oraciones que Dios ponga más cargas sobre ti y te confíe tareas mayores de modo que puedas tener delante de ti una mayor senda donde practicar, para que tenga un mayor efecto que comas y bebas las palabras de Dios, para que cada vez seas más capaz de captar la esencia de Sus palabras y de ser movido por el Espíritu Santo.

Comer y beber las palabras de Dios, practicar la oración, aceptar la carga de Dios y las tareas que Él te confía, todo esto es para que pueda haber una senda delante de ti. Cuanto más pese sobre ti la carga de lo que Dios te ha confiado, más fácil será que seas perfeccionado por Él. Algunas personas no están dispuestas a coordinarse con otras en el servicio a Dios, aunque hayan sido llamadas a hacerlo; estas son personas perezosas que solo desean deleitarse en las comodidades. Cuanto más se te pida que sirvas en coordinación con otras personas, más experiencia adquirirás. Debido a que tienes más cargas y experiencias, tendrás más oportunidades de ser perfeccionado. Por tanto, si puedes servir a Dios con sinceridad, serás consciente de Su carga; así pues, tendrás más oportunidades de que Él te perfeccione. Es justo ese grupo de personas el que actualmente está siendo perfeccionado. Cuanto más te conmueva el Espíritu Santo, más tiempo dedicarás a ser consciente de la carga de Dios, más serás perfeccionado por Él y más te ganará Él, hasta que, al final, te convertirás en alguien a quien Dios utiliza. En la actualidad, hay algunas personas que no llevan cargas por la iglesia. Estas personas son flojas y descuidadas, y solo les preocupa su propia carne. Son extremadamente egoístas y, también, ciegas. Si no puedes ver este asunto con claridad, no llevarás ninguna carga. Cuanto más consciente seas de la voluntad de Dios, mayor será la carga que Él te confiará. Las personas egoístas no están dispuestas a sufrir tales cosas ni a pagar el precio y, como resultado, perderán oportunidades para que Dios las perfeccione. ¿Acaso no se están haciendo daño a sí mismas? Si eres alguien consciente de la voluntad de Dios, desarrollarás una carga verdadera para la iglesia. De hecho, en lugar de considerar que esto es una carga que llevas para la iglesia, sería mejor que la consideraras como una carga que llevas para tu propia vida, porque el propósito de esta carga que desarrollas para la iglesia es que utilices estas experiencias para que Dios te perfeccione. Por tanto, quien lleve la mayor carga para la iglesia, quien lleve una carga para entrar en la vida, será a quien Dios perfeccionará. ¿Has visto esto claramente? Si la iglesia con la que estás se encuentra esparcida como la arena, pero tú no te sientes ni preocupado ni inquieto e incluso haces la vista gorda cuando tus hermanos y hermanas no comen ni beben normalmente las palabras de Dios, entonces no estás llevando carga alguna. A Dios no le gustan tales personas. La clase de personas que a Él le agradan tienen hambre y sed de justicia y son conscientes de Su voluntad. Por tanto, debes ser consciente de la carga de Dios, aquí y ahora; no debes esperar que Dios revele Su carácter justo a toda la humanidad para ser consciente de Su carga. ¿No sería demasiado tarde entonces? Esta es una buena oportunidad para que Dios te perfeccione. Si dejas que esta oportunidad se te escape de las manos, lo lamentarás por el resto de tu vida, del mismo modo que Moisés no pudo entrar en la buena tierra de Canaán y lo lamentó por el resto de su vida y murió con remordimientos. Una vez que Dios haya revelado Su carácter justo a todas las personas, te llenarás de remordimiento. Aunque Dios no te castigue, te castigarás tú mismo por tu propio remordimiento. Algunas personas no están convencidas de esto, pero si tú no lo crees, simplemente espera y observa. Hay algunas personas cuyo único propósito es que se cumplan estas palabras. ¿Estás dispuesto a sacrificarte por estas palabras?

Si no buscas oportunidades para ser perfeccionado por Dios y si no luchas por llevar la delantera en tu búsqueda de la perfección, entonces al final te llenarás de remordimiento. El presente es la mejor oportunidad para alcanzar la perfección; ahora es un momento extremadamente bueno. Si no buscas seriamente que Dios te perfeccione, una vez que Su obra haya concluido será demasiado tarde: habrás perdido la oportunidad. No importa cuán grandes sean tus aspiraciones, si Dios ya no está llevando a cabo obra alguna, independientemente del esfuerzo que hagas, nunca serás capaz de alcanzar la perfección. Debes aprovechar esta oportunidad y colaborar mientras el Espíritu Santo lleva a cabo Su gran obra. Si pierdes esta oportunidad, no se te dará otra, por mucho que te esfuerces. Algunos de vosotros claman: “¡Dios, estoy dispuesto a ser consciente de Tu carga y a satisfacer Tu voluntad!”. Sin embargo, tú no tienes una senda en la cual practicar, así que tus cargas no perdurarán. Si tienes una senda delante de ti, adquirirás experiencia, un paso a la vez, y tu experiencia se estructurará y organizará. Después de que hayas completado una carga, se te dará otra. A medida que tu experiencia de vida sea más profunda, tus cargas se harán más profundas también. Algunas personas solo llevan una carga cuando el Espíritu Santo las toca; después de un tiempo, una vez que ya no tienen una senda donde practicar, dejan de llevar cargas a cuestas. No puedes desarrollar cargas simplemente comiendo y bebiendo las palabras de Dios. Al comprender muchas verdades, obtendrás discernimiento, aprenderás a resolver problemas mediante el uso de la verdad y tendrás un entendimiento más preciso de las palabras de Dios y de Su voluntad. Con estas cosas, desarrollarás cargas y solo entonces podrás realizar obra de manera apropiada. Si tenéis una carga, pero no tenéis un entendimiento claro de la verdad, no funcionará tampoco. Debéis experimentar las palabras de Dios en persona y saber cómo practicarlas. Solo después de que hayas entrado en la realidad tú mismo podrás proveer para los demás, guiarlos y ser perfeccionado por Dios.

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Palabras diarias de Dios  Fragmento 543

En este momento, la obra de Dios consiste en que todos entren en la senda correcta, tengan una vida espiritual normal y experiencias auténticas, que el Espíritu Santo los conmueva y, teniendo todo esto como fundamento, que acepten las comisiones que Dios les da. El propósito de ingresar en el entrenamiento del reino es permitir que todas vuestras palabras, actos, movimientos, pensamientos e ideas entren en las palabras de Dios, que seáis tocados más a menudo por Dios y, así, desarrolléis un corazón amoroso hacia Él y que asumáis más de la carga de la voluntad de Dios, de forma que todos estén en la senda de ser perfeccionados por Dios, para que todos estén en el camino correcto. Una vez que estás en esta senda de ser perfeccionado por Dios, estás en el camino correcto. Una vez que tus pensamientos y tus ideas, así como tus intenciones equivocadas, puedan corregirse, y puedas pasar de ser consciente de la carne a ser consciente de la voluntad de Dios, y una vez que puedas resistirte a la distracción de las intenciones equivocadas cuando surjan y actúes de acuerdo con la voluntad de Dios, si eres capaz de lograr tal transformación, entonces estás en la senda correcta de la experiencia de vida. Una vez que tus prácticas de oración estén en el camino correcto, el Espíritu Santo te tocará en tus oraciones. Cada vez que ores, el Espíritu Santo te tocará; cada vez que ores, serás capaz de aquietar tu corazón delante de Dios. Cada vez que comas y bebas un pasaje de la palabra de Dios, si eres capaz de comprender la obra que Él está llevando a cabo actualmente y puedes entender cómo orar, cómo cooperar y cómo lograr la entrada, solo entonces el que comas y bebas las palabras de Dios dará resultados. Cuando a través de las palabras de Dios puedas encontrar la senda de entrada y discernir la dinámica actual de la obra de Dios, así como la guía de la obra del Espíritu Santo, habrás entrado en el camino correcto. Si no has comprendido los puntos clave mientras comes y bebes las palabras de Dios, y si, posteriormente, sigues sin ser capaz de encontrar una senda en la cual practicar, esto mostrará que sigues sin saber cómo comer y beber apropiadamente Sus palabras y que no has descubierto el método o el principio para hacerlo. Si no has comprendido la obra que Dios está llevando a cabo actualmente, serás incapaz de aceptar las tareas que Él desearía confiarte. La obra que Dios lleva a cabo en la actualidad es, precisamente, aquella en la cual los seres humanos deben entrar y la que deben comprender en el presente. ¿Comprendéis estas cosas?

Si coméis y bebéis las palabras de Dios de manera eficaz, vuestra vida espiritual se vuelve normal e, independientemente de las pruebas con las que os enfrentéis, de las circunstancias con las que os podáis topar, de los padecimientos físicos que puedas soportar, del distanciamiento de los hermanos y hermanas o de las dificultades familiares que puedas experimentar, puedes comer y beber de las palabras de Dios de manera normal, orar de manera normal y continuar con tu vida de iglesia de manera normal; si puedes conseguir todo esto, demostrará que estás en el camino correcto. Algunas personas son demasiado frágiles y no tienen perseverancia. Cuando se enfrentan con un pequeño obstáculo, lloriquean y se vuelven negativas. La búsqueda de la verdad exige perseverancia y determinación. Si no habéis satisfecho la voluntad de Dios esta vez, debéis ser capaces de aborreceros a vosotros mismos, y, en el fondo, tener la determinación silenciosa de alcanzar éxito la próxima vez. Si esa vez no fuerais conscientes de la carga de Dios, deberíais estar decididos a rebelaros contra la carne cuando os enfrentéis al mismo obstáculo en el futuro y decidir satisfacer la voluntad de Dios. Así es como os volvéis dignos de elogio. Algunas personas ni siquiera saben si sus propios pensamientos o ideas son correctos; ¡tales personas son necias! Si deseas someter a tu corazón y rebelarte contra la carne, primero debes saber si tus intenciones son correctas; solo entonces puedes someter a tu corazón. Si no sabes si tus intenciones son correctas, ¿puedes someter a tu corazón y rebelarte contra la carne? Aun si te rebelaras, lo harías de una manera confusa. Debes saber cómo rebelarte contra tus intenciones equivocadas; eso es lo que significa rebelarse contra la carne. Una vez que reconoces que tus intenciones, pensamientos e ideas están equivocados, debes dar la vuelta rápidamente y caminar por la senda correcta. Resuelve este asunto primero, y entrénate para lograr la entrada en este aspecto, porque tú sabes mejor que nadie si tus intenciones son correctas o no. Una vez que tus intenciones erróneas se corrijan y ahora estén a favor de Dios, habrás cumplido la meta de someter a tu corazón.

Lo más importante que debéis hacer ahora es obtener conocimiento de Dios y de Su obra. También debes saber cómo lleva a cabo el Espíritu Santo Su obra en la humanidad; estos actos son esenciales para entrar en el camino correcto. Te será más fácil entrar hacerlo una vez que hayas comprendido este punto vital. Crees en Dios y lo conoces, y esto muestra que tu fe en Él es genuina. Si continúas adquiriendo experiencia, pero, al final, sigues siendo incapaz de conocer a Dios, entonces eres, sin duda, una persona que se resiste a Dios. Aquellos que solo creen en Jesucristo, sin creer también en el Dios encarnado de hoy, están condenados. Todos son fariseos de los últimos días, ya que no reconocen al Dios de hoy. Todos se oponen a Dios. Por muy devota que sea su creencia en Jesús, todo será en vano; Dios no los elogiará. ¡Todos aquellos que portan un letrero que dice que creen en Dios, pero no tienen un conocimiento verdadero de Él en su corazón, son hipócritas!

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Palabras diarias de Dios  Fragmento 544

Para buscar ser perfeccionada por Dios, una persona debe entender primero lo que significa ser perfeccionada por Él, así como las condiciones que debe cumplir para ello. Una vez que comprende tales asuntos, debe buscar una senda de práctica. Para ser perfeccionado, uno debe tener determinada calidad. Muchas personas no tienen la calidad suficiente, en cuyo caso debes pagar un precio y trabajar duro de manera subjetiva. A menor calidad, mayor será el esfuerzo subjetivo que debes hacer. Cuanto mayor sea tu comprensión de las palabras de Dios y cuanto más las pongas en práctica, más rápidamente podrás entrar en la senda de la perfección. Por medio de la oración, puedes ser perfeccionado en el área de la oración; también puedes ser perfeccionado al comer y beber las palabras de Dios, captar su esencia y vivir su realidad. Mediante la experiencia diaria de las palabras de Dios, debes llegar a saber qué es lo que te falta y, sobre todo, debes reconocer tu principal falla y tus debilidades, y orar y suplicar a Dios. Al hacerlo, poco a poco serás perfeccionado. La senda que lleva a la perfección es: orar, comer y beber las palabras de Dios, captar su esencia, obtener la entrada a la experiencia de las palabras de Dios, llegar a conocer lo que te falta internamente, someterte a la obra de Dios, ser consciente de la carga de Dios y abandonar la carne por medio de tu amor a Dios, además de comunicarte frecuentemente con tus hermanos y hermanas, lo cual puede enriquecer tus experiencias. Trátese de la vida comunitaria o de tu vida personal, o de grandes congregaciones o pequeñas, todas ellas pueden permitirte adquirir experiencia y recibir entrenamiento para que tu corazón pueda aquietarse delante de Dios y regresar a Él. Todo esto forma parte del proceso de ser perfeccionado. Experimentar las palabras de Dios, tal y como se mencionó anteriormente, significa poder degustarlas y permitirte vivirlas para que tengas mayor fe y amor a Dios. De esta manera, gradualmente te irás quitando tu corrupto carácter satánico, te despojarás de motivaciones inapropiadas y vivirás la semejanza de una persona normal. Cuanto mayor sea el amor a Dios dentro de ti —es decir, cuanto mayor sea lo que Dios ha perfeccionado en ti— menos te poseerá la corrupción de Satanás. Por medio de tus experiencias prácticas, gradualmente entrarás en la senda de la perfección. Por lo tanto, si deseas ser perfeccionado, entonces resulta especialmente importante que seas consciente de la voluntad de Dios y experimentes Sus palabras.

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Palabras diarias de Dios  Fragmento 545

Actualmente, Dios quiere ganar a un grupo determinado de personas, un grupo compuesto por aquellos que se esfuerzan por cooperar con Él, que pueden obedecer Su obra, que creen que las palabras que Dios habla son verdaderas y que pueden poner en práctica Sus exigencias; son las que tienen un verdadero entendimiento en su corazón, las que pueden ser perfeccionadas, y ellas, inevitablemente, podrán recorrer la senda de la perfección. Las que no pueden ser perfeccionadas son personas que carecen de un entendimiento claro de la obra de Dios, que no comen ni beben las palabras de Dios, que no prestan atención a Sus palabras y que no tienen amor a Dios en su corazón. Aquellas que dudan de Dios encarnado, que siempre sienten incertidumbre sobre Él, que nunca se toman en serio Sus palabras y que siempre engañan a Dios son personas que se resisten a Dios y pertenecen a Satanás; no hay forma de perfeccionar a este tipo de personas.

Si deseas ser perfeccionado, entonces primero debes ser favorecido por Dios, pues Él perfecciona a aquellos a quienes favorece y a los que son conforme a Su corazón. Si deseas ser conforme al corazón de Dios, entonces debes tener un corazón que obedezca Su obra, debes esforzarte por buscar la verdad y aceptar el escrutinio de Dios en todas las cosas. ¿Acaso todo lo que haces ha pasado por el escrutinio de Dios? ¿Es correcta tu intención? Si tu intención es correcta, entonces Dios te elogiará; si tu intención es incorrecta, esto muestra que lo que tu corazón ama no es a Dios, sino a la carne y a Satanás. Por lo tanto, debes utilizar la oración como una forma de aceptar el escrutinio de Dios en todas las cosas. Cuando oras, aunque Yo no esté delante de ti en persona, el Espíritu Santo está contigo y estás orando tanto a Mí como al Espíritu de Dios. ¿Por qué crees en esta carne? Crees porque Él posee el Espíritu de Dios. ¿Creerías en esta persona si no tuviera el Espíritu de Dios? Cuando crees en esta persona, crees en el Espíritu de Dios. Cuando temes a esta persona, temes al Espíritu de Dios. La fe en el Espíritu de Dios es la fe en esta persona, y la fe en esta persona es también la fe en el Espíritu de Dios. Cuando oras, sientes que el Espíritu de Dios está contigo y que Dios está frente a ti; por lo tanto, oras a Su Espíritu. Hoy en día, la mayoría de las personas tienen demasiado temor a presentar sus acciones delante de Dios; aunque puedes engañar a Su carne, no puedes engañar a Su Espíritu. Cualquier asunto que no pueda resistir el escrutinio de Dios está en conflicto con la verdad y debe hacerse a un lado; no hacerlo así es cometer un pecado contra Dios. Así pues, debes poner tu corazón delante de Dios en todo momento: cuando oras, cuando hablas y te comunicas con tus hermanos y hermanas, y cuando llevas a cabo tu deber y te dedicas a tus asuntos. Cuando cumples con tus funciones, Dios está contigo y, siempre que tu intención sea correcta y sea para la obra de la casa de Dios, Él aceptará todo lo que hagas; debes dedicarte sinceramente a cumplir con tus funciones. Si, cuando oras, tienes amor por Dios en tu corazón y buscas el cuidado, la protección y el escrutinio de Dios, si todo esto es tu intención, tus oraciones serán eficaces. Por ejemplo, si, cuando oras en las reuniones, abres tu corazón y oras a Dios, y le dices lo que hay en tu corazón sin falsedades, entonces con toda seguridad tus oraciones serán eficaces. Si en verdad amas a Dios en tu corazón, entonces hazle este juramento: “Dios, que estás en los cielos, en la tierra y entre todas las cosas, yo te juro: que Tu Espíritu examine todo lo que hago, y me proteja y me cuide en todo momento, y que haga posible que todo lo que hago permanezca en Tu presencia. Si mi corazón dejara de amarte alguna vez o si alguna vez te traicionara, castígame y maldíceme con gran severidad. ¡No me perdones ni en este mundo ni en el próximo!”. ¿Te atreves a hacer semejante juramento? Si no te atreves, esto muestra que eres tímido y que aún te amas a ti mismo. ¿Tenéis esta determinación? Si verdaderamente tenéis esta determinación, debéis hacer este juramento. Si tienes la determinación de hacer semejante juramento, Dios satisfará tu determinación. Cuando haces un juramento a Dios, Él escucha. Dios determina si eres pecador o justo conforme a la medida de tu oración y tu práctica. Este es, ahora, el proceso de perfeccionaros y, si verdaderamente tienes fe en que serás perfeccionado, entonces llevarás delante de Dios todo lo que haces y aceptarás Su escrutinio. Si haces algo excesivamente rebelde o si traicionas a Dios, entonces Él hará que tu juramento se cumpla, y, así, sin importar lo que te suceda, ya sea la perdición o el castigo, es cosa tuya. Hiciste el juramento, así que debes cumplirlo. Si haces un juramento, pero no lo cumples, sufrirás la perdición. Como el juramento era tuyo, Dios hará que tu juramento se cumpla. Algunos tienen miedo después de orar y se lamentan: “¡Todo ha terminado! Mi oportunidad de entregarme al libertinaje se ha ido. Mi oportunidad de hacer cosas malvadas se ha ido. ¡Mi oportunidad de entregarme a mis antojos mundanos se ha ido!”. Estas personas siguen amando la mundanidad y el pecado, y, ciertamente, sufrirán la perdición.

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Palabras diarias de Dios  Fragmento 546

Creer en Dios significa que todo lo que haces debe ser llevado delante de Él y sometido a Su escrutinio. Si lo que haces puede ser llevado delante del Espíritu de Dios, pero no delante de Su carne, esto muestra que no te has sometido al escrutinio de Su Espíritu. ¿Quién es el Espíritu de Dios? ¿Quién es la persona de quien Dios da testimonio? ¿No son la misma persona? La mayoría los ve como dos seres separados, pues creen que el Espíritu de Dios es el Espíritu de Dios y que la persona de quien Dios da testimonio es meramente, un humano. Pero ¿acaso no te equivocas? ¿En nombre de quién obra esta persona? Aquellos que no conocen a Dios encarnado no tienen entendimiento espiritual. El Espíritu de Dios y Su encarnación son uno porque el Espíritu de Dios se ha materializado en la carne. Si esta persona no es amable contigo, ¿será amable el Espíritu de Dios? ¿Acaso no estás confundido? Hoy, todos aquellos que no pueden aceptar el escrutinio de Dios no pueden recibir Su aprobación, y aquellos que no conocen a Dios encarnado no pueden ser perfeccionados. Mira todo lo que haces y ve si puede ser llevado delante de Dios. Si no puedes llevar delante de Dios todo lo que haces, esto muestra que eres un hacedor de maldad. ¿Pueden los hacedores de maldad ser perfeccionados? Todo lo que haces —cada acción, cada intención y cada reacción— debe ser llevado delante de Dios. Incluso tu vida espiritual diaria —tus oraciones, tu cercanía con Dios, cómo comes y bebes las palabras de Dios, tu comunicación con tus hermanos y hermanas y tu vida dentro de la iglesia, además de tu servicio en colaboración— puede ser llevado delante de Dios para Su escrutinio. Es esta práctica la que te ayudará a crecer en la vida. El proceso de aceptar el escrutinio de Dios es el proceso de la purificación. Cuanto más puedas aceptar el escrutinio de Dios, más eres purificado y más estás de acuerdo con la voluntad de Dios, de modo que no serás atraído hacia el libertinaje y tu corazón vivirá en Su presencia. Cuanto más aceptes Su escrutinio, mayor es la humillación de Satanás y tu capacidad de abandonar la carne. Así pues, la aceptación del escrutinio de Dios es una senda de práctica que las personas deben seguir. No importa lo que hagas, incluso cuando tienes comunión con tus hermanos y hermanas, si llevas tus actos delante de Dios y buscas Su escrutinio y tienes como meta obedecer a Dios mismo; esto hará que tu práctica sea mucho más correcta. Solo si llevas todo lo que haces delante de Dios y aceptas Su escrutinio, puedes ser alguien que vive en la presencia de Dios.

La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Dios perfecciona a quienes son conforme a Su corazón

Palabras diarias de Dios  Fragmento 547

Aquellos que no tienen un entendimiento de Dios jamás pueden obedecerlo plenamente. Las personas como estas son hijas de la desobediencia. Son demasiado ambiciosas y hay demasiada rebeldía en ellas, así que se distancian de Dios y no están dispuestas a aceptar Su escrutinio. Las personas como estas no pueden ser fácilmente perfeccionadas. Algunas personas son selectivas en lo referente a cómo comen y beben las palabras de Dios y en cómo las aceptan. Aceptan ciertas porciones de las palabras de Dios que están de acuerdo con sus nociones, al tiempo que rechazan las que no lo están. ¿Acaso no es esta la rebeldía y resistencia más descarada contra Dios? Si alguien cree en Dios durante muchos años sin obtener siquiera un poco de entendimiento sobre Él, es un no creyente. Aquellos que están dispuestos a aceptar el escrutinio de Dios son los que buscan tener un entendimiento de Él, que están dispuestos a aceptar Sus palabras. Son quienes recibirán la herencia y las bendiciones de Dios y son los más bendecidos. Dios maldice a aquellos que no tienen un lugar para Él en su corazón, y castiga y abandona a esas personas. Si no amas a Dios, entonces Él te abandonará, y, si no escuchas lo que digo, te prometo que el Espíritu de Dios te abandonará. ¡Pruébalo, si no lo crees! Hoy te aclaro una senda de práctica, pero que lo pongas en práctica o no depende de ti. ¡Si no lo crees, si no lo pones en práctica, verás por ti mismo si el Espíritu Santo obra o no en ti! Si no buscas comprender a Dios, el Espíritu Santo no obrará en ti. Dios obra en aquellos que buscan y atesoran Sus palabras. Cuanto más atesores las palabras de Dios, más obrará Su Espíritu en ti. Cuanto más atesore una persona las palabras de Dios, mayor es su oportunidad de ser perfeccionada por Él. Dios perfecciona a aquellos que verdaderamente lo aman y a aquellos cuyo corazón está en paz delante de Él. Atesorar toda la obra de Dios, Su esclarecimiento, Su presencia, Su cuidado y protección, la forma como Sus palabras se convierten en tu realidad y proveen para tu vida; todo esto es más acorde con el corazón de Dios. Si atesoras la obra de Dios —es decir, si atesoras toda la obra que Él ha hecho en ti— Dios te bendecirá y hará que todo lo que es tuyo se multiplique. Si no atesoras las palabras de Dios, Él no obrará en ti, sino que solo te otorgará una gracia insignificante para tu fe o te bendecirá con escasa riqueza y, a tu familia, con escasa seguridad. Debes esforzarte por hacer que las palabras de Dios sean tu realidad, y poder satisfacerlo y ser una persona conforme a Su corazón; no debes esforzarte simplemente por disfrutar de Su gracia. Nada es más importante para los creyentes que recibir la obra de Dios, alcanzar la perfección y convertirse en quienes hacen la voluntad de Dios. Esta es la meta que debes perseguir.

Todo lo que el hombre persiguió en la Era de la Gracia ahora ya es obsoleto, porque actualmente hay un estándar de búsqueda más elevado; lo que se busca es tanto más elevado como más práctico y puede satisfacer mejor lo que el hombre requiere en su interior. En eras pasadas, Dios no obró sobre las personas como lo hace hoy; Dios no les habló tanto como lo hace hoy y sus exigencias tampoco eran tan elevadas como lo son hoy. Que Dios os hable de estas cosas en estos momentos muestra que la intención final de Dios se centra en vosotros, en este grupo de personas. Si realmente deseas ser perfeccionado por Dios, entonces busca esto como tu meta central. No importa si vas de un lado a otro, si te desgastas, si cumples una función o si has recibido la comisión de Dios, la meta siempre es ser perfeccionado y satisfacer la voluntad de Dios para alcanzar estas metas. Si una persona dice que no busca ser perfeccionada por Dios o la entrada en la vida, sino que solo busca la paz y la alegría carnales, entonces es la más ciega entre los hombres. Aquellos que no buscan la realidad de la vida, sino que solo buscan la vida eterna en el mundo venidero y la seguridad en este mundo, son los más ciegos entre los hombres. Así pues, todo lo que hagas debes hacerlo con el propósito de ser perfeccionado y ganado por Dios.

La obra que Dios lleva a cabo en las personas consiste en proveer para ellas con base en sus diferentes requerimientos. Cuanto más extensa es la vida de una persona, más requiere y más busca. Si en esta fase no estás buscando nada, esto prueba que el Espíritu Santo te ha abandonado. Todos los que buscan la vida jamás serán abandonados por el Espíritu Santo; esas personas siempre están buscando y siempre tienen anhelo en su corazón. Ese tipo de personas nunca están contentas con las cosas tal y como son en el presente. Cada fase de la obra del Espíritu Santo tiene como objetivo lograr un efecto en ti, pero si te vuelves cada vez más complaciente, si ya no tienes necesidades, si ya no aceptas la obra del Espíritu Santo, Él te abandonará. Las personas necesitan el escrutinio de Dios a diario; necesitan abundante provisión proveniente de Dios todos los días. ¿Pueden las personas arreglárselas sin comer ni beber la palabra de Dios todos los días? Si una persona siente siempre que no puede comer o beber lo suficiente de la palabra de Dios, si siempre la busca y tiene hambre y sed de ella, el Espíritu Santo siempre obrará en ella. Cuanto más anhela una persona, más cosas prácticas pueden surgir de su comunicación. Cuanto más intensamente busca la verdad una persona, más rápidamente logra el crecimiento en su vida, lo cual la hace rica en experiencia y la convierte en habitante acaudalada de la casa de Dios.

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Palabras diarias de Dios  Fragmento 548

El Espíritu Santo tiene una senda que recorrer en cada persona, y a cada una le concede la oportunidad de ser perfeccionada. A través de tu negatividad, se te hace conocer tu corrupción y, después, al sacar de ti la negatividad, encontrarás una senda de práctica; todas estas son maneras en las que eres perfeccionado. Además, por medio de la dirección y la iluminación continuas de algunas cosas positivas en tu interior, cumplirás proactivamente tu función, crecerás en percepción, y ganarás discernimiento. Cuando tus condiciones son buenas, estás especialmente dispuesto a leer la palabra de Dios, a orar a Él, y puedes relacionar los sermones que oyes con tus propios estados. En ocasiones así, Dios te esclarece e ilumina en tu interior, y hace que te des cuenta de algunas cosas del aspecto positivo. Así es como eres perfeccionado en el aspecto positivo. En estados negativos, eres débil y pasivo; sientes que no tienes a Dios en tu corazón, pero Él te ilumina, y te ayuda a encontrar una senda para practicar. Salir de esto es alcanzar la perfección en el aspecto negativo. Dios puede perfeccionar al hombre tanto en los aspectos positivos como en los negativos. Depende de si puedes experimentar y de si buscas que Dios te perfeccione. Si verdaderamente buscas que Dios te perfeccione, entonces lo negativo no te puede quitar nada, sino que te puede traer cosas que son más reales y te puede hacer más capaz para saber qué es lo que falta dentro de ti y más capaz de comprender tus estados reales y ver que el hombre no tiene nada y no es nada; si no experimentas pruebas, no sabes esto, y siempre vas a sentir que estás por encima de los demás y que eres mejor que todos los demás. A través de todo esto vas a ver que todo lo que pasó antes, Dios lo hizo y Dios lo protegió. La entrada a las pruebas te deja sin amor ni fe, te falta oración y no puedes cantar himnos; y, sin darte cuenta, en medio de esto llegas a conocerte. Dios tiene muchos medios para perfeccionar al hombre. Emplea toda clase de ambientes para tratar con el carácter corrupto del hombre y usa varias cosas para poner al hombre al descubierto; en un sentido trata con el hombre, en otro pone al hombre al descubierto y en otro revela al hombre, escarbando y revelando los “misterios” en las profundidades del corazón del hombre, y mostrándole al hombre su naturaleza revelando muchos de sus estados. Dios perfecciona al hombre a través de muchos métodos —por medio de la revelación, por medio del trato, por medio del refinamiento y el castigo— para que el hombre pueda saber que Dios es práctico.

La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Sólo los que se enfocan en la práctica pueden ser perfeccionados

Palabras diarias de Dios  Fragmento 549

¿Qué es lo que buscáis ahora? Ser perfeccionados por Dios, conocer a Dios, obtenerle o tal vez lo que buscáis es comportaros a la manera de un Pedro de los noventa, o tener una fe mayor que la de Job, o tal vez buscáis que Dios os llame justos y llegar ante Su trono, o ser capaces de manifestar a Dios en la tierra y dar un testimonio poderoso y resonante de Él. Independientemente de lo que busquéis, en general lo hacéis con el fin de ser salvados por Dios. No importa si buscas ser una persona justa, si buscas a la manera de Pedro o buscas la fe de Job o ser perfeccionado por Dios; todo es la obra que Dios hace en el hombre. En otras palabras, sin importar lo que busques, todo es en aras de ser perfeccionado por Dios, de experimentar Su palabra, de satisfacer el corazón de Dios; busques lo que busques, todo es en aras de descubrir el encanto de Dios, de buscar una senda para practicar en la experiencia real, con el objetivo de ser capaz de desechar tu carácter rebelde, alcanzar un estado normal en tu interior, ser capaz de conformarte completamente a la voluntad de Dios, convertirte en una persona correcta, y tener un motivo acertado en todo lo que haces. La razón de que experimentes todas estas cosas es llegar a conocer a Dios, y conseguir el crecimiento de la vida. Aunque lo que experimentas es la palabra de Dios y son acontecimientos reales, al igual que las personas, los asuntos y las cosas que te rodean, finalmente eres capaz de conocer a Dios y de ser perfeccionado por Él. Procurar recorrer la senda de una persona justa o buscar poner en práctica la palabra de Dios: estas cosas son la pista por la que corres, mientras que conocer a Dios y ser perfeccionado por Él son el destino. Ya busques ahora el perfeccionamiento por parte de Dios o busques dar testimonio de Él, en términos generales, el fin último de todo es conocer a Dios; para que la obra que Él hace en ti no sea en vano, de modo que llegues por fin a conocer la realidad de Dios, Su grandeza y, más aún, Su humildad y Su escondimiento, y conocer la gran cantidad de obra que Él hace en ti. Dios se ha humillado hasta un nivel tal, que lleva a cabo Su obra en esta gente inmunda y corrupta y perfecciona a este grupo de personas. Dios no sólo se hizo carne para vivir y comer entre las personas, pastorearlas, y proveer lo que estas necesitan. Lo más importante es que Él realiza Su poderosa obra de salvación y conquista en estas personas insoportablemente corruptas. Él vino al corazón del gran dragón rojo para salvar a estas, las más corruptas de las personas, de forma que todas las personas puedan ser cambiadas y hechas nuevas. La inmensa dificultad que Dios soporta no es solo la del Dios encarnado, sino principalmente que el Espíritu de Dios sufre una humillación extrema; Él se humilla y oculta tanto que se convierte en una persona corriente. Dios se encarnó, y tomó la forma de carne para que las personas vean que Él tiene una vida y unas necesidades humanas normales. Con esto basta para demostrar que Dios se ha humillado en gran medida. El Espíritu de Dios se materializa en la carne. Su Espíritu es muy elevado y grande, pero Él toma la forma de un ser humano común e insignificante, para así hacer la obra de Su Espíritu. La aptitud, la percepción, el sentido, lo humano y la vida de cada uno de vosotros muestran que sois realmente indignos de aceptar esta clase de obra de Dios. Sois realmente indignos para permitir que Él soporte semejante sufrimiento por vuestra causa. ¡Dios es tan grande! ¡Él es tan supremo, y las personas tan despreciables! Sin embargo, Él sigue obrando en ellas. Él no solo se encarnó con el fin de proveer para las personas, para hablarles, sino que incluso vive con ellas. Dios es tan humilde, tan adorable. Si tan pronto como se menciona el amor de Dios, tan pronto como se menciona Su gracia, derramas lágrimas al tiempo que pronuncias gran alabanza; si llegas a este estado, entonces tienes un conocimiento verdadero de Dios.

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Palabras diarias de Dios  Fragmento 550

Existe una desviación en la búsqueda de las personas hoy día; ellas solo buscan amar a Dios y satisfacerlo, pero no tienen conocimiento alguno de Él, y han descuidado el esclarecimiento y la iluminación del Espíritu Santo en ellas. No poseen el fundamento de un conocimiento verdadero de Dios. De esta forma pierden energía conforme su experiencia progresa. Todos aquellos que buscan tener un conocimiento verdadero de Dios, aunque en el pasado no gozaban de buenos estados, tendían hacia la negatividad y la debilidad, y derramaban lágrimas con frecuencia, caían en el desánimo y perdían la esperanza; ahora, a medida que ganan más experiencia, sus estados mejoran. Después de experimentar el ser tratadas y quebrantadas, y habiendo pasado por una ronda de pruebas y refinamiento, han tenido un gran progreso. Los estados negativos se reducen y ha habido algo de cambio en su carácter de vida. Al someterse a más pruebas, sus corazones comienzan a amar a Dios. Existe una regla para el perfeccionamiento de las personas por parte de Dios, y es que Él te esclarece usando una parte deseable de ti, de forma que tengas una senda para practicar, y puedas apartarte de todos los estados negativos, para ayudar a tu espíritu a alcanzar la liberación, y hacerte más capaz de amarlo. Así, eres capaz de desechar el carácter corrupto de Satanás. Eres sencillo y abierto, estás dispuesto a conocerte y a poner en práctica la verdad. Dios sin duda va a bendecirte, así que cuando eres débil y negativo, Él te esclarece doblemente, te ayuda a conocerte más, a estar más dispuesto a arrepentirte por ti mismo, y a ser más capaz de practicar las cosas que deberías practicar. Solo de esta forma puede estar tranquilo y en paz tu corazón. Aquel que normalmente presta atención a conocer a Dios, a conocerse a sí mismo, que presta atención a su propia práctica, será capaz de recibir con frecuencia la obra de Dios, así como Su guía y Su esclarecimiento. Aunque una persona así pueda encontrarse en un estado negativo, es capaz de cambiar las cosas de inmediato, ya sea debido a la acción de la conciencia o al esclarecimiento de la palabra de Dios. El cambio de carácter de una persona siempre se consigue cuando ella conoce su estado real, el carácter y la obra de Dios. Una persona que esté dispuesta a conocerse y a abrirse será capaz de llevar a cabo la verdad. Esta clase de persona es una persona leal a Dios; y la persona que es leal a Dios tiene entendimiento de Él, ya sea este entendimiento profundo o superficial, escaso o abundante. Esta es la justicia de Dios, y es algo que las personas alcanzan; es su propia ganancia. Una persona que tiene conocimiento de Dios es alguien que tiene una base, que tiene visión. Esta clase de persona está segura respecto a la carne de Dios, y está segura respecto a la palabra de Dios y la obra de Dios. Independientemente de cómo obre o hable Dios, o de cómo otras personas causen molestias, ella puede mantenerse firme, y ser testigo de Dios. Cuanto más sea así la persona, más puede llevar a cabo la verdad que entiende. Como ella siempre está practicando la palabra de Dios, obtiene más entendimiento de Él, y posee la determinación para ser siempre un testigo para Dios.

La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Sólo los que se enfocan en la práctica pueden ser perfeccionados

Palabras diarias de Dios  Fragmento 551

Tener discernimiento, sumisión y la capacidad de ver el interior de las cosas, de forma que seas de espíritu sagaz, significa que tienes las palabras de Dios iluminándote y esclareciéndote en tu interior en cuanto te enfrentas con algo. Esto es ser de espíritu sagaz. Todo lo que Dios hace es en aras de ayudar a reavivar el espíritu de las personas. ¿Por qué dice Dios siempre que las personas son insensibles y torpes? Es porque el espíritu de las personas ha muerto, y ellas se han vuelto insensibles hasta un punto en el que son completamente inconscientes de las cosas del espíritu. La obra de Dios consiste en hacer progresar la vida de las personas, y ayudar a que su espíritu cobre vida, de manera que puedan ver al interior de las cosas del espíritu y sean siempre capaces de amar a Dios en su corazón y satisfacerlo. Llegar a este punto muestra que el espíritu de una persona ha sido reavivado, y la próxima vez que encuentre algo, puede reaccionar inmediatamente. Es receptiva a los sermones, y reacciona con rapidez ante las situaciones. Esto es lograr la sagacidad de espíritu. Hay muchas personas que tienen una reacción rápida a un acontecimiento externo, pero tan pronto como se menciona la entrada a la realidad, o las cosas detalladas en el espíritu, se vuelven insensibles y torpes. Solo entienden algo si lo tienen delante de la cara. Todas estas son señales de ser espiritualmente insensibles y torpes, de tener poca experiencia de las cosas del espíritu. Algunas personas son sagaces de espíritu, y tienen discernimiento. En cuanto oyen palabras que señalan sus estados, no pierden tiempo en escribirlas. En cuanto oyen palabras sobre principios de práctica, son capaces de aceptarlas y aplicarlas a su experiencia subsiguiente, logrando así un cambio en sí mismos. Esta es una persona ávida de espíritu. ¿Por qué son capaces de reaccionar tan rápidamente? Es porque se centran en estas cosas en la vida cotidiana. Cuando leen las palabras de Dios, son capaces de contrastar sus estados con ellas y reflexionar sobre ellos mismos. Cuando oyen la comunicación y los sermones, además de palabras que traen el esclarecimiento y la iluminación, son capaces de recibirlas inmediatamente. Es como dar comida a una persona hambrienta; es capaz de comérsela de inmediato. Si das de comer a alguien que no tiene hambre, no reacciona con tanta rapidez. Tú oras con frecuencia a Dios, y eres capaz de reaccionar enseguida cuando te enfrentas con algo: lo que Dios exige en este asunto, y cómo deberías actuar. Dios te guio en este asunto la última vez; cuando te encuentres hoy con esto mismo, sabrás naturalmente cómo practicar de una manera que satisfaga el corazón de Dios. Si siempre practicas y experimentas de esta forma, en algún punto te sale más fácil. Cuando lees la palabra de Dios sabes a qué clase de persona se está refiriendo Dios, sabes de qué tipo de condiciones del espíritu está hablando, eres capaz de comprender el punto clave y de ponerlo en práctica; esto muestra que eres capaz de experimentar. ¿Por qué son deficientes algunas personas a este respecto? Es porque no ponen mucho esfuerzo en el aspecto de la práctica. Aunque están dispuestas a poner la verdad en práctica, no tienen una perspectiva verdadera de los detalles del servicio, de los detalles de la verdad en su vida. Se quedan confundidos cuando ocurre algo. De esta forma, puedes descarriarte cuando llegue un falso profeta o un falso apóstol. Debes comunicar a menudo sobre las palabras y la obra de Dios; solo de esta manera serás capaz de comprender la verdad y desarrollar discernimiento. Si no comprendes la verdad, no tendrás discernimiento. Por ejemplo, las cosas que dice Dios, cómo obra Dios, cuáles son Sus exigencias para las personas, con qué tipo de personas deberías entrar en contacto, y qué tipo de personas deberías evitar; debes comunicar a menudo sobre estas cosas. Si siempre experimentas la palabra de Dios de esta forma, entenderás la verdad y entenderás plenamente muchas cosas, y también tendrás discernimiento. Qué es la disciplina por el Espíritu Santo, qué es la culpa nacida de la voluntad humana, qué es la dirección del Espíritu Santo, qué es la disposición de un entorno, qué es que las palabras de Dios esclarezcan el interior. Si no tienes claras estas cosas, no tendrás discernimiento. Deberías saber qué viene del Espíritu Santo, qué es carácter rebelde, cómo obedecer la palabra de Dios, y cómo desechar tu propia rebeldía; si tienes un entendimiento experimental de estas cosas, tendrás una base; cuando ocurra algo, tendrás una verdad apropiada con la cual medirlo y visiones adecuadas como base. Tendrás principios en todo lo que hagas y serás capaz de actuar según la verdad. Entonces tu vida estará llena del esclarecimiento de Dios, de Sus bendiciones. Él no tratará mal a nadie que lo busque sinceramente. Él no tratará mal a nadie que lo viva, que dé testimonio de Él, y no maldecirá a nadie que sea capaz de estar sinceramente sediento de la verdad. Si, mientras comes y bebes las palabras de Dios, puedes prestar atención para conocer tu propia condición verdadera, a tu propia práctica, y a tu propio entendimiento, entonces, cuando te encuentres con un problema recibirás esclarecimiento y obtendrás entendimiento práctico. Entonces tendrás una senda de práctica, y tendrás discernimiento en todo. Es improbable que se pueda engañar a una persona que tiene la verdad, es improbable que se comporte de forma perjudicial o actúe excesivamente. Gracias a la verdad, está protegida, y también gracias a la verdad, obtiene más entendimiento. Gracias a la verdad tiene más sendas para practicar, consigue más oportunidades para que el Espíritu Santo obre en ella, y más ocasiones de ser perfeccionada.

La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Sólo los que se enfocan en la práctica pueden ser perfeccionados

Palabras diarias de Dios  Fragmento 552

Si vas a ser perfeccionado hay criterios que debes cumplir. Por medio de tu determinación, tu perseverancia y tu conciencia y a través de tu búsqueda, serás capaz de experimentar la vida y satisfacer la voluntad de Dios. Esta es tu entrada y estas son las cosas que se requieren en el camino de la perfección. La obra de perfección puede ser hecha en todas las personas. Cualquiera que busque a Dios puede ser perfeccionado y tiene la oportunidad y las cualificaciones para ser perfeccionado. No hay una regla fija aquí. Que alguien pueda ser perfeccionado depende principalmente de lo que busque. Las personas que aman la verdad y son capaces de vivir la verdad pueden sin duda ser perfeccionadas. Las personas que no aman la verdad no son elogiadas por Dios; no poseen la vida que Dios requiere y no pueden ser perfeccionadas. La obra de perfección es solo en aras de ganar personas y no es una parte de la obra de luchar contra Satanás; la obra de conquista es solo en aras de luchar contra Satanás, lo que significa usar la conquista del hombre para derrotar a Satanás. La obra de conquista es la obra principal, la obra más nueva que jamás se haya hecho en todas las épocas. Se puede decir que la meta de esta etapa de la obra es principalmente conquistar a todas las personas para derrotar a Satanás. La obra de perfeccionar a las personas no es una obra nueva. La quintaesencia de la meta de toda la obra durante la obra de Dios en la carne es la conquista de las personas. Esto es como en la Era de la Gracia, cuando la obra principal era la redención de toda la humanidad por medio de la crucifixión. “Ganar personas” era adicional a la obra en la carne y fue llevada a cabo solo después de la crucifixión. Cuando Jesús vino y llevó a cabo Su obra, Su meta fue principalmente usar Su crucifixión para triunfar sobre la esclavitud a la muerte y al Hades, triunfar sobre la influencia de Satanás, es decir, derrotar a Satanás. Fue solo después de que Jesús fuera crucificado que Pedro se embarcó, paso a paso, en el camino de la perfección. Por supuesto que Pedro estaba entre los que siguieron a Jesús mientras Jesús obraba, pero no fue perfeccionado en ese momento. Más bien, fue después de que Jesús terminó Su obra que Pedro entendió gradualmente la verdad y entonces fue perfeccionado. Dios encarnado viene a la tierra solo para completar una etapa clave y crucial de la obra en un periodo corto de tiempo, no para vivir a largo plazo entre las personas en la tierra, con la intención de perfeccionarlas. Él no hace esa obra. Él no espera hasta ese momento en que el hombre está completamente perfeccionado para concluir Su obra. Esa no es la meta y el significado de Su encarnación. Él solo viene a hacer la obra a corto plazo de salvar a la humanidad, no para hacer la obra a largo plazo de perfeccionar a la humanidad. La obra de salvar a la humanidad es representativa, capaz de introducir una nueva era. Puede ser finalizada en un periodo corto de tiempo. Pero perfeccionar a la humanidad requiere llevar al hombre hasta un cierto nivel y es una obra que toma un largo tiempo. Es una obra que debe ser hecha por el Espíritu de Dios, pero está hecha sobre el fundamento de la verdad que se habló durante la obra en la carne. También se hace al Él levantar a los apóstoles para que lleven a cabo la obra de pastoreo a largo plazo y lograr Su meta de perfeccionar a la humanidad. Dios encarnado no hace esta obra. Solo habla del camino de vida para que las personas entiendan y solo le da a la humanidad la verdad, más que acompañar constantemente al hombre en la práctica de la verdad, porque eso no está incluido en Su ministerio. Por tanto, Él no va a estar acompañando al hombre hasta el día en que este entienda por completo la verdad y la obtenga por completo. Su obra en la carne concluye cuando el hombre formalmente emprende el camino correcto de la creencia en Dios, cuando el hombre emprende el camino correcto de ser perfeccionado. Esto es también así, por supuesto, cuando Él haya derrotado plenamente a Satanás y triunfado sobre el mundo. A Él no le preocupa si, en ese momento, el hombre habrá entrado finalmente en la verdad, ni le preocupa si su vida es grande o minúscula. Nada de eso es lo que Él en la carne debe estar gestionando; nada de eso está dentro del ministerio de Dios encarnado. Una vez que Él termine Su obra prevista, concluirá Su obra en la carne. Así que, la obra que Dios encarnado hace es solo la obra que el Espíritu de Dios no puede hacer de forma directa. Además, es la obra de salvación a corto plazo, no la obra que Él llevará a cabo en la tierra a largo plazo.

La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Solo los perfeccionados pueden vivir una vida significativa

Palabras diarias de Dios  Fragmento 553

Esta obra que se hace entre vosotros se está llevando a cabo en vosotros de acuerdo a la obra que necesita ser hecha. Después de la conquista de estas personas, un grupo de personas será perfeccionado. Por lo tanto, mucha de la obra actual también es en preparación para la meta de perfeccionaros, porque hay muchas personas hambrientas por la verdad que pueden ser perfeccionadas. Si la obra de conquista se llevara a cabo en vosotros y después no se hiciera más obra, entonces ¿no se daría el caso de que algunos que anhelan la verdad no la obtendrían? La obra presente apunta a abrir un camino para perfeccionar a las personas más adelante. Aunque Mi obra sea solo la obra de conquista, el camino de vida del que hablo es, no obstante, una preparación para perfeccionar a las personas más adelante. La obra que viene después de la conquista se centra en perfeccionar a las personas y la conquista se hace para crear las bases para la obra de perfeccionamiento. El hombre puede ser perfeccionado solo después de ser conquistado. En este momento, la tarea principal es conquistar; más adelante, los que buscan y anhelan la verdad serán perfeccionados. Ser perfeccionado involucra los aspectos activos de la entrada de las personas: ¿Tienes un corazón que ama a Dios? ¿Cuál ha sido la profundidad de tu experiencia a medida que has recorrido este camino? ¿Qué tan puro es tu amor por Dios? ¿Qué tan exacta es tu práctica de la verdad? Para ser perfeccionado, uno debe tener un conocimiento básico de todos los aspectos de la humanidad. Este es un requisito básico. Todos los que no pueden ser perfeccionados después de ser conquistados se convierten en objetos de servicio y finalmente serán echados al lago de fuego y azufre y caerán en el pozo sin fondo porque tu carácter no ha cambiado y todavía le perteneces a Satanás. Si un hombre carece de las condiciones para la perfección, entonces no es útil, es un desperdicio, una herramienta, ¡algo que no puede soportar la prueba de fuego! ¿Qué tan grande es tu amor por Dios ahora mismo? ¿Qué tan grande es tu odio por ti mismo? ¿Qué tan profundamente conoces realmente a Satanás? ¿Habéis fortalecido vuestra determinación? Vuestra vida dentro de la humanidad ¿está bien regulada? ¿Ha cambiado vuestra vida? ¿Estáis viviendo una nueva vida? ¿Ha cambiado la perspectiva de vuestra vida? Si estas cosas no han cambiado, no puedes ser perfeccionado, incluso si no te retiras; más bien, solo has sido conquistado. Cuando sea el momento de probarte, te faltará la verdad, tu humanidad será anormal y serás tan rastrero como una bestia de carga. Tu único logro sería haber sido conquistado; serías un mero objeto que Yo he conquistado. Al igual que un burro, una vez que ha experimentado el látigo del amo, se vuelve asustadizo y le da miedo portarse mal cada vez que ve al amo, tú serías simplemente un burro que ha sido conquistado. Si una persona carece de esos aspectos positivos y en cambio es pasiva y temerosa, tímida e indecisa en todo, incapaz de discernir cualquier cosa con claridad, incapaz de aceptar la verdad y todavía no tiene una senda para practicar y, más aún, no tiene un corazón que ame a Dios, si una persona no sabe cómo amar a Dios, cómo vivir una vida significativa ni cómo ser una persona real, ¿cómo puede tal persona dar testimonio de Dios? Esto demostraría que tu vida tiene poco valor y no eres sino un burro conquistado. Serías conquistado pero eso solo querría decir que has renunciado al gran dragón rojo y que te has negado a someterte a su campo de acción; querría decir que crees que hay un Dios, que quieres obedecer todos los planes de Dios y que no tienes queja alguna. Sin embargo, en cuanto a los aspectos positivos, ¿puedes vivir la palabra de Dios y manifestar a Dios? Si no tienes ninguno de estos aspectos, quiere decir que Dios no te ha ganado y no eres sino un burro conquistado. No hay nada deseable en ti y el Espíritu Santo no está obrando en ti. Tu humanidad es demasiado insuficiente, es imposible que Dios te use. Tienes que ser aprobado por Dios y ser cien veces mejor que las bestias incrédulas y que los muertos andantes, solo aquellos que alcanzan este nivel están cualificados para ser perfeccionados. Sólo si alguien tiene humanidad y una conciencia es apto para que Dios lo use. Solo cuando hayáis sido perfeccionados podréis ser considerados humanos. Solo las personas perfeccionadas son las que viven una vida significativa. Solo tales personas pueden dar testimonio de Dios de una manera aún más rotunda.

La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Solo los perfeccionados pueden vivir una vida significativa

Palabras diarias de Dios  Fragmento 554

¿Cuál es el camino mediante el que Dios perfecciona al hombre? ¿Qué aspectos incluye? ¿Estás dispuesto a ser perfeccionado por Dios? ¿Estás dispuesto a aceptar Su juicio y castigo? ¿Qué sabes sobre estos asuntos? Si no tienes conocimiento del que hablar, entonces esto prueba que todavía no conoces la obra de Dios, que no has sido en absoluto esclarecido por el Espíritu Santo. Este tipo de gente es imposible de perfeccionar. Sólo se les da una pequeña cantidad de gracia para que la disfruten brevemente, y no durará mucho. Las personas no pueden ser perfeccionadas por Dios si únicamente disfrutan Su gracia. Algunos están satisfechos cuando su carne tiene paz y disfrute, cuando tienen una vida fácil, sin adversidades ni infortunios, cuando su familia al completo vive en armonía, sin contiendas ni disputas, e incluso podrían creer que esta es la bendición de Dios. En realidad, simplemente es la gracia de Dios. No debéis estar satisfechos con sólo disfrutar la gracia de Dios. Esa manera de pensar es muy vulgar. Aunque leas la palabra de Dios y ores cada día, y tu espíritu sienta un gran gozo y esté especialmente en paz, si al final no tienes nada que decir sobre tu conocimiento de Dios ni de Su obra, si no has experimentado nada y, no importa cuánto de la palabra de Dios hayas comido y bebido, si solamente sientes paz y disfrute espiritual y que la palabra de Dios es incomparablemente dulce, como si no te hartaras de disfrutarla, pero no tienes ninguna experiencia práctica de las palabras de Dios y careces totalmente de la realidad de Sus palabras, entonces, ¿qué puedes obtener de ese tipo de fe en Dios? Si no puedes vivir la esencia de la palabra de Dios, entonces tu comer y beber de estas palabras y tus oraciones sólo son creencia religiosa. Tales personas no pueden ser perfeccionadas ni ganadas por Dios. Los ganados por Dios son los que buscan la verdad. Lo que Dios gana no es la carne del hombre ni las cosas que le pertenecen a este, sino la parte dentro de él que pertenece a Dios. Así, cuando Dios perfecciona a las personas, Él no perfecciona su carne, sino sus corazones, haciendo que estos puedan ser ganados por Dios. Es decir, que Dios perfeccione al hombre es, en esencia, que perfeccione el corazón del hombre para que este pueda volverse a Dios y amarlo.

La carne del hombre es mortal. A Dios no le sirve de nada ganar la carne del hombre, puesto que esta es algo que se descompone inevitablemente y no puede recibir Su herencia o bendiciones. Si ganara la carne del hombre, y solo la carne del hombre estuviera en esta corriente, entonces, aunque el hombre estaría nominalmente en la corriente, su corazón pertenecería a Satanás. Siendo este el caso, las personas no solamente serían incapaces de convertirse en la manifestación de Dios, sino que además se convertirían en Su carga y el que Dios eligiera a los hombres se volvería así insignificante. Aquellos a los que Dios pretende perfeccionar recibirán todas Sus bendiciones y Su herencia. Es decir, ellos asimilan lo que Dios es y posee para que se convierta en lo que ellos llevan dentro. Tienen todas las palabras de Dios forjadas dentro de ellos; sea Dios lo que sea, vosotros tenéis la capacidad de asimilarlo todo tal y como es, y así vivir la verdad. Este es el tipo de persona que es perfeccionada y ganada por Dios. Sólo alguien así es elegible para recibir las siguientes bendiciones otorgadas por Dios:

1. Obtener todo el amor de Dios.

2. Actuar de acuerdo con la voluntad de Dios en todas las cosas.

3. Obtener la guía de Dios, vivir en la luz de Dios y obtener Su esclarecimiento.

4. Vivir en la tierra la imagen que ama Dios; amar a Dios de verdad, como hizo Pedro, crucificado por Dios y digno de morir en recompensa por Su amor; tener la misma gloria que Pedro.

5. Ser amado, respetado y admirado por todos en la tierra.

6. Vencer todos los aspectos de las cadenas de la muerte y el Hades, sin dar oportunidad alguna a Satanás para hacer su obra, siendo poseído por Dios, viviendo dentro de un espíritu fresco y vivaz, sin desgastarse.

7. Poseer un inefable sentido de júbilo y emoción en todos los momentos a lo largo de la vida, como si uno hubiera presenciado la llegada del día de la gloria de Dios.

8. Ganar gloria junto a Dios y tener un semblante que se parezca al de los amados santos de Dios.

9. Convertirse en lo que Dios ama en la tierra, esto es, un amado hijo de Dios.

10. Cambiar de forma, ascender con Dios al tercer cielo y trascender la carne.

Sólo las personas que pueden heredar las bendiciones de Dios son perfeccionadas y ganadas por Él. ¿Has ganado algo en este momento? ¿Hasta qué punto te ha perfeccionado Dios? Dios no perfecciona al hombre al azar. Su perfección del hombre es condicional y tiene resultados claros, visibles. No es como imagina el hombre, que mientras tenga fe en Él, puede ser perfeccionado y ganado por Dios y puede recibir en la tierra las bendiciones y herencia de Dios. Tales cosas son extremadamente difíciles, por no hablar del cambio de forma de las personas. Por ahora, lo que vosotros deberíais buscar principalmente es ser perfeccionados por Dios en todas las cosas, a través de todas las personas, los asuntos y las cosas a los que os enfrentáis, para que más de lo que es Dios sea forjado en vosotros. Primero debéis recibir la herencia de Dios en la tierra, solo entonces os convertís en elegibles para heredar más y mayores bendiciones de Dios. Todas estas son cosas que deberíais buscar y entender antes que todo lo demás. Cuanto más busquéis ser perfeccionados por Dios en todas las cosas, más podréis ver la mano de Dios en todas las cosas, con el resultado de que, a través de diferentes perspectivas y en diferentes asuntos, buscaréis activamente entrar en el ser de la palabra de Dios y en la realidad de Su palabra. No puedes estar conforme con estados pasivos tales como simplemente no cometer pecados, o no tener nociones, filosofía de vida ni voluntad humana. Dios perfecciona al hombre de múltiples maneras; en todos los asuntos yace la posibilidad de ser perfeccionado, y Él puede perfeccionarte no solo en términos positivos, sino también en términos negativos, para hacer más abundante tu ganancia. Cada día hay oportunidades para ser perfeccionado y ocasiones para ser ganado por Dios. Después de experimentar así por un tiempo, estarás muy cambiado y entenderás naturalmente muchas cosas que antes ignorabas. No habrá necesidad de instrucciones de otros, sin que lo sepas, Dios te iluminará para que recibas esclarecimiento en todas las cosas y entres en todas tus experiencias en detalle. Sin duda, Dios te guiará para que no vires a derecha o izquierda y emprendas así el camino para ser perfeccionado por Él.

La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Promesas a aquellos que han sido perfeccionados

Palabras diarias de Dios  Fragmento 555

Ser perfeccionado por Dios no puede limitarse a la perfección mediante el comer y beber la palabra de Dios. Esta experiencia sería demasiado unilateral, incluiría demasiado poco y solo restringiría a las personas a un ámbito muy pequeño. Siendo esto así, las personas carecerían de mucho del alimento espiritual que requieren. Si deseáis ser perfeccionados por Dios, debéis aprender cómo experimentar en todas las cosas y ser capaces de obtener esclarecimiento en todo lo que os ocurre. Sea malo o bueno, debe proporcionarte beneficio y no debe volverte negativo. En cualquier caso, deberías poder considerar las cosas desde la perspectiva de Dios y no analizarlas y estudiarlas desde la perspectiva del hombre (esto sería una desviación en tu experiencia). Si experimentas así, entonces tu corazón se llenará de las cargas de tu vida, vivirás constantemente en la luz del semblante de Dios, sin desviarte fácilmente en tu práctica. Las personas así tienen un brillante futuro por delante. Existen muchas oportunidades de ser perfeccionados por Dios. Todo depende de si vosotros sois personas que realmente amáis a Dios y de si poseéis la determinación de ser perfeccionados por Dios, de ser ganados por Él y recibir Sus bendiciones y herencia. La mera determinación no es suficiente; debéis tener mucho conocimiento, si no siempre os estaréis desviando en vuestra práctica. Dios está dispuesto a perfeccionaros a cada uno de vosotros. En la actualidad, aunque la mayoría de personas ya ha aceptado la obra de Dios por mucho tiempo, se han limitado a disfrutar al máximo de la gracia de Dios y sólo están dispuestas a permitir que Dios les dé un poco de las comodidades de la carne, sin embargo no están dispuestas a recibir más verdades y más elevadas. Esto muestra que el corazón del hombre sigue siendo ajeno a esto. Aunque la obra del hombre, su servicio y su corazón de amor hacia Dios tienen menos impurezas, por lo que respecta a su sustancia interna y su pensamiento retrógrado, el hombre todavía busca constantemente la paz y el disfrute de la carne y no se preocupa nada por cuáles puedan ser las condiciones y las intenciones de Dios al perfeccionar al hombre. Y así, las vidas de la mayoría son todavía vulgares y decadentes. Sus vidas no han cambiado en lo más mínimo, simplemente no contemplan la fe en Dios como algo de importancia, es como si sólo tuvieran fe en aras de otros, actuando por inercia y sobreviviendo como pueden, a la deriva, en una existencia sin propósito. Pocos son los que buscan entrar en la palabra de Dios en todas las cosas, ganar más cosas y más ricas, convertirse en los poseedores de mayores riquezas en la casa de Dios hoy, y recibir más bendiciones de Dios. Si buscas ser perfeccionado por Dios en todas las cosas y eres capaz de recibir lo que Dios ha prometido en la tierra, si buscas ser esclarecido por Dios en todas las cosas y no dejar que los años pasen inadvertidos ociosamente, esta es la senda ideal para que entres activamente. Sólo así serás merecedor de ser perfeccionado por Dios y elegible para serlo. ¿Eres realmente alguien que busca ser perfeccionado por Dios? ¿Eres realmente alguien que es serio en todas las cosas? ¿Tienes el mismo espíritu de amor por Dios que tenía Pedro? ¿Tienes la voluntad de amar a Dios como hizo Jesús? Has tenido fe en Jesús durante muchos años; ¿has visto cómo Jesús amó a Dios? ¿Es realmente Jesús en quien crees? Crees en el Dios práctico de hoy; ¿has visto cómo el Dios práctico en la carne ama al Dios celestial? Tienes fe en el Señor Jesucristo y eso es porque la crucifixión de Jesús para redimir a la humanidad y los milagros que Él llevó a cabo son hechos generalmente aceptados. Sin embargo, la fe del hombre no viene del conocimiento y verdadera comprensión de Jesucristo. Sólo crees en el nombre de Jesús, pero no crees en Su Espíritu, puesto que no prestas atención a cómo Jesús amaba a Dios. Tu fe en Dios es demasiado ingenua. A pesar de creer en Jesús muchos años, desconoces cómo amar a Dios. ¿No te convierte esto en el tonto más grande del mundo? Esto demuestra que durante años has comido el alimento del Señor Jesucristo en vano. No sólo me producen aversión estas personas, sino que confío en que el Señor Jesucristo, a quien tú adoras, también se la tenga. ¿Cómo pueden ser perfeccionadas estas personas? ¿Acaso no te sonroja? ¿No te da vergüenza? ¿Aún tienes el descaro de enfrentarte a tu Señor Jesucristo? ¿Entendéis todos vosotros el significado de lo que he dicho?

La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Promesas a aquellos que han sido perfeccionados

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