Cómo perseguir la verdad (7)

Nuestro tema principal durante esta temporada ha sido “Cómo buscar la verdad”. Hemos resumido con anterioridad dos principios de práctica para buscar la verdad. ¿Cuál es el primer principio? (El primer principio es desprenderse, y el segundo comprometerse). El primer principio es desprenderse, y el segundo comprometerse. No hemos terminado de comunicar sobre el tema de “desprenderse”. ¿Cuál es la primera cuestión respecto a “desprenderse”? (Desprenderse de diversas emociones negativas). ¿Sobre qué hemos comunicado primordialmente en lo referente a desprenderse de diversas emociones negativas? Sobre todo, hemos comunicado y revelado las emociones negativas que experimentan las personas, es decir, qué tipos de emociones negativas suelen acompañarlas en su vida cotidiana y en su senda de vida, además de sobre cómo desprenderse de ellas. Tales emociones negativas se manifiestan como una especie de sentimiento dentro de las personas, pero en realidad, se desencadenan a causa de los distintos pensamientos y creencias que albergan. Estas distintas emociones negativas se originan debido a los diferentes pensamientos y puntos de vista que tienen las personas, y se revelan y exhiben en ellas. En base a las cuestiones sobre emociones negativas que hemos comunicado antes, los distintos comportamientos de las personas y sus diversos pensamientos y puntos de vista, ¿qué problemas observáis? En otras palabras, al analizar las manifestaciones externas de las diversas emociones negativas, ¿podéis percibir alguna esencia subyacente en los pensamientos de las personas? Cuando se exhiben emociones negativas en una persona, si profundizamos en ellas y las analizamos detenidamente, podemos observar sus diversos puntos de vista, perspectivas y posturas incorrectos hacia la gente, los acontecimientos y las cosas ocultos en esas emociones negativas, e incluso contemplar sus enfoques para manejar y resolver a distintas personas, asuntos y cosas desde dentro, ¿verdad? (Sí). Entonces, de las varias veces que hemos comunicado acerca de diseccionar estas emociones negativas, ¿podemos decir que los diversos pensamientos y puntos de vista erróneos, falaces, tendenciosos, negativos y adversos de la gente están ocultos dentro de sus emociones negativas? ¿Podemos decir eso? (Sí, podemos). ¿Qué acabo de decir? (Dios acaba de decir que los diversos pensamientos y puntos de vista erróneos, falaces, tendenciosos, negativos y adversos de las personas están ocultos dentro de sus emociones negativas). ¿Me habéis entendido bien? (Sí). Si no comunicamos acerca de estas emociones negativas, es posible que las personas no presten mucha atención a las emociones negativas temporales o a largo plazo que salen a la superficie. Sin embargo, después de diseccionar los diversos pensamientos y puntos de vista ocultos en las emociones negativas, ¿reconoce la gente este hecho? Las distintas emociones negativas ocultan diversos pensamientos y puntos de vista negativos. En otras palabras, cuando una persona experimenta emociones negativas, en la superficie, estas pueden parecerse a determinados sentimientos. Pueden desahogar sus emociones, decir cosas deprimentes, propagar inanidad y provocar ciertos resultados negativos, o hacer cosas relativamente extremas. Esto es lo que se revela exteriormente. Sin embargo, detrás de estas manifestaciones de emociones negativas y comportamientos extremos, existen en realidad diversos pensamientos y puntos de vista negativos en las personas. Por tanto, aunque hemos estado discutiendo las emociones negativas durante este periodo, en realidad, estamos analizando los diversos pensamientos y puntos de vista negativos de las personas al exponer y diseccionar sus diferentes emociones negativas. ¿Por qué exponemos estos pensamientos y puntos de vista? ¿Estos pensamientos y puntos de vista negativos solo afectan a las emociones de las personas? ¿Es solo porque les provocan emociones negativas? No. Estos pensamientos y puntos de vista erróneos no solo influyen en las emociones y búsquedas de las personas; sin embargo, sus emociones y comportamientos externos son lo que la gente puede ver y percibir. Por tanto, utilizamos el método simple y conveniente de diseccionar las emociones negativas para analizar los diversos pensamientos y puntos de vista negativos, adversos e inapropiados de las personas. Exponemos estos pensamientos, puntos de vista y emociones negativas porque dichos pensamientos y puntos de vista están relacionados con la perspectiva y la postura de la gente ante las personas y las cosas, su comportamiento y su actuación en la vida real. También tienen que ver con los objetivos de supervivencia y la dirección de las personas y, naturalmente, con sus puntos de vista sobre la vida. De ahí que hayamos llevado a cabo esta revelación de ciertas emociones negativas. En cualquier caso, el objetivo principal de comunicar sobre las emociones negativas es exponer, analizar y resolver los distintos pensamientos y puntos de vista erróneos, negativos y adversos de la gente. Al revelar estos pensamientos y puntos de vista negativos, podrán reconocer claramente los puntos de vista, posturas y perspectivas incorrectas que existen en sus pensamientos hacia varias personas, acontecimientos y cosas. Esto ayuda a resolver las distintas emociones negativas causadas por estos pensamientos y puntos de vista erróneos y, por consiguiente, permite a las personas reconocer y desentrañar estos pensamientos y puntos de vista erróneos, tras lo cual pueden buscar la senda correcta, desprenderse de ellos y abandonarlos por completo. El objetivo último es desarrollar la capacidad de afrontar, abordar, manejar y resolver a las diversas personas, acontecimientos y cosas que uno se encuentra en su vida cotidiana o a lo largo de su vida con los pensamientos y puntos de vista correctos. En resumen, ¿cuál es el resultado deseado? El de capacitar a las personas para que reconozcan y desentrañen los diversos pensamientos negativos presentes en su interior y, después de reconocerlos, cambien y corrijan continuamente estos pensamientos y puntos de vista erróneos en sus vidas y sendas de vida, indaguen, acepten o se sometan a los pensamientos y puntos de vista correctos que se ajusten a la verdad y, en definitiva, vivan y se comporten según los pensamientos y puntos de vista correctos. Ese es el propósito. ¿Estáis de acuerdo? (Sí). En apariencia, exponemos las emociones negativas de la gente, pero en realidad, exponemos sus pensamientos y puntos de vista erróneos hacia diferentes personas, acontecimientos y cosas. El objetivo es que la gente pueda utilizar los pensamientos y puntos de vista correctos cuando se encuentre con distintas personas, acontecimientos y cosas, a fin de afrontarlos y manejarlos, y, en última instancia, actuar conforme a los principios verdad cuando contemplamos a las personas y las cosas, nos comportamos y actuamos. ¿Acaso no volvemos así al tema de “Cómo buscar la verdad”? (Sí).

En definitiva, comunicar sobre desprendernos de diversas emociones negativas nos devuelve al tema más amplio de “Cómo buscar la verdad” sin desviarnos de la cuestión principal, ¿cierto? (Sí). Al principio, habrá quien diga: “Desprenderse de diversas emociones negativas no parece tener mucho que ver con buscar la verdad. Las emociones negativas son solo estados de ánimo temporales o pensamientos e ideas momentáneos”. Si se trata de un pensamiento o estado de ánimo momentáneo, no entra en el ámbito de las emociones negativas sobre las que estamos comunicando. Estas emociones negativas involucran cuestiones de principio y sustancias relacionadas con cómo las personas contemplan a los demás y a las cosas, cómo se comportan y actúan. Involucran los puntos de vista, posturas y principios correctos que deben defender en la vida, además de sus puntos de vista sobre la vida y las maneras de vivirla. El propósito último de comunicar sobre esto es permitir que la gente, al enfrentarse a varios asuntos de la vida, ya no los maneje con naturalidad o impulsividad, o los trate mediante sus actitudes corruptas. También significa que no van a manejar estos problemas según las distintas filosofías satánicas que les ha inculcado la sociedad. En su lugar, los abordarán de la manera adecuada, con la conciencia y razón que al menos debe poseer una persona cuando se ocupa de los problemas que se encuentra en la vida. Además, bajo las condiciones básicas de la conciencia y razón humana normales, tratarán a las diversas personas, acontecimientos y cosas relacionadas con la vida y que se encuentran en ella y en su existencia de acuerdo con las palabras de Dios, la verdad y los diversos principios que Él enseñó. Comunicar y analizar diversas emociones negativas tiene como fin alcanzar este objetivo. ¿Lo entendéis? (Sí). Decidme. (El objetivo de Dios al comunicar y analizar estas emociones negativas es permitir que las personas disciernan y cambien los pensamientos y puntos de vista erróneos en sus emociones negativas, para así desprenderse de estas y confiar en la conciencia y la razón para manejar y tratar correctamente a las diversas personas, acontecimientos y cosas que se encuentran en la vida, de acuerdo con las palabras de Dios y los principios verdad. Esto les permite cambiar poco a poco su visión sobre la vida, contemplar a las personas y las cosas en base a la verdad, comportarse y actuar de acuerdo con ella, y vivir su humanidad normal). Si no comunicara ni expusiera estas emociones negativas, si no comunicara ni expusiera los diversos pensamientos y puntos de vista negativos de las personas, entonces, cuando se encontraran con problemas en su vida diaria, a menudo adoptarían una postura y una perspectiva equivocadas, afrontando, manejando y resolviendo estos asuntos con pensamientos y puntos de vista erróneos. De esta forma, en gran medida, las personas a menudo se verían limitadas, atadas y controladas por estos pensamientos negativos, incapaces de manejar diversos problemas en la vida de acuerdo con los requerimientos de Dios o los principios y métodos revelados en Sus palabras. Por supuesto, si una persona tiene los pensamientos y puntos de vista correctos hacia varias personas, acontecimientos y cosas, así como la perspectiva y postura correctas, esto le ayudará en gran medida, cuando se encuentre ante ellos, a manejarlos con la perspectiva correcta, o al menos dentro del ámbito de la conciencia y la razón humanas normales, y evitar manejar varios asuntos de una manera impulsiva o de acuerdo con sus actitudes corruptas, lo que puede conducir a problemas innecesarios y traer consecuencias no deseadas. Por ejemplo, la forma en que una persona aborda el futuro, la enfermedad, la familia, el matrimonio, los afectos, el dinero, las relaciones entre las personas y sus propios talentos, así como su estatus y valor social, y otras cuestiones similares, se basa en lo que ha oído, aprendido o por lo que se ha visto influida y afectada en su familia o sociedad antes de llegar a comprender la verdad, por no mencionar algunas experiencias o métodos que se le han ocurrido a ella misma. Cada persona tiene su propia manera de enfocar las cosas, y cada cual pone el acento en una determinada postura a la hora de abordar los asuntos. Por supuesto, hay un factor común en las diferentes formas de abordar las cosas, y es que todas están dominadas y gobernadas por pensamientos y puntos de vista negativos, adversos, erróneos o tendenciosos. Su objetivo último es lograr su propia fama, fortuna e interés personal. Para ser más específicos, estos pensamientos y puntos de vista provienen de lo inculcado y enseñado por Satanás. También puede decirse que se originan en los diversos pensamientos y puntos de vista erróneos que Satanás difunde, defiende y alimenta en toda la humanidad. Bajo la dirección de estos pensamientos y puntos de vista erróneos, la gente los utiliza inconscientemente para protegerse y asegurar la maximización de sus propios intereses. Hacen todo lo posible por utilizar estos diversos pensamientos y puntos de vista que se originan en la sociedad y en el mundo para salvaguardarse y buscar la maximización de sus propios beneficios a fin de lograr sus propios intereses. Por supuesto, esta búsqueda de logros no se detiene ante nada y va más allá de los límites morales, así como de la conciencia y la razón. Por consiguiente, bajo la dirección de estas emociones negativas y pensamientos y puntos de vista negativos, el resultado final de cómo las personas ven a los demás y a las cosas y cómo se comportan y actúan sólo puede llevar a la explotación mutua, el engaño, el daño y los conflictos entre las personas. Con el tiempo, bajo la dirección, las ataduras o la tentación de diversos pensamientos y puntos de vista negativos, las personas se alejarán cada vez más de los requerimientos de Dios, o incluso de los principios de cómo comportarse y actuar de acuerdo con las enseñanzas de Dios. También puede decirse que, bajo la dirección y la seducción de diversos pensamientos negativos, las personas nunca obtendrán realmente la verdad ni entrarán en la realidad de practicarla tal como lo exige Dios. También les resulta difícil atenerse al principio de basar sus opiniones sobre las personas y las cosas y su comportamiento y acciones en las palabras de Dios, con la verdad por criterio. Por tanto, a medida que las personas resuelven sus propias emociones negativas, en realidad también se les exige que se desprendan de diversos pensamientos y puntos de vista negativos. Solo cuando reconocen los diversos pensamientos y puntos de vista erróneos dentro de sí mismos, pueden desprenderse de cualquier tipo de emoción negativa. Por supuesto, a medida que las personas se desprenden de los diversos pensamientos y puntos de vista negativos, también resuelven en gran medida sus emociones negativas. Por ejemplo, consideremos las emociones depresivas que hemos comunicado antes. En pocas palabras, si una persona da lugar a estas emociones negativas porque constantemente siente que su destino es malo, entonces cuando se aferra a los pensamientos y puntos de vista de que su destino es malo, inconscientemente se hunde en la emoción de la depresión. Además, su conciencia subjetiva refuerza cada vez más la creencia de que su destino es malo. Cada vez que se encuentran con algo ligeramente difícil o desafiante, piensan: “Oh, mi destino es malo”. Lo atribuyen a su mal destino. En consecuencia, viven en las emociones negativas de la desesperación, el abandono a sí mismos y la depresión. Si las personas pueden afrontar correctamente las diversas dificultades que se encuentran en la vida o buscar la verdad cuando les surgen pensamientos y puntos de vista negativos, confiando en las palabras de Dios para enfrentarse a ellos, reconociendo de qué trata el destino humano y creyendo que su destino está en manos de Dios y que Él tiene el control, entonces pueden abordar de manera correcta estas adversidades, desafíos, obstáculos y dificultades en la vida, o entender correctamente estas luchas. Al hacerlo, ¿cambiará en algo su pensamiento y su punto de vista acerca de tener un mal destino? Al mismo tiempo, ¿adquieren una postura adecuada para afrontar estos problemas? (Sí). Cuando la gente adopta la postura correcta para afrontar estos problemas, sus sentimientos de depresión mejoran poco a poco, cambiando de graves a moderados, pasando de moderados a leves, hasta que desde un estado leve se disipan por completo y desaparecen de su ser. En consecuencia, sus sentimientos de depresión dejan de existir. ¿A qué se debe esto? La razón es que su pensamiento y punto de vista anterior de que “Mi destino es malo” sufre una transformación. Una vez corregido, ya no contemplan su destino con un sentimiento de depresión, sino que abordan los problemas con una actitud proactiva y optimista, con los métodos de las enseñanzas de Dios y con la perspectiva de la esencia del destino que Él le ha revelado a la humanidad. Por consiguiente, cuando se enfrentan al mismo problema que antes, ya no ven su destino a través de los pensamientos y puntos de vista de tener un mal destino, y ya no se resisten o rebelan contra estos asuntos con sentimientos de depresión. Aunque al principio pueden ignorarlos o tratarlos con indiferencia, con el tiempo, a medida que profundizan en la búsqueda de la verdad y crecen en estatura, a medida que su perspectiva y postura al contemplar a las personas y las cosas se vuelven cada vez más correctas, sus sentimientos de depresión no sólo desaparecen, sino que también se vuelven más proactivos y optimistas. Finalmente, adquieren una comprensión completa y una perspectiva clara de la naturaleza del destino humano. Pueden manejar y abordar estos asuntos correctamente con una actitud o realidad de sumisión a la instrumentación de Dios. En ese momento, se han desprendido por completo de sus sentimientos de depresión. Desprenderse de las emociones negativas es todo un proceso, de gran importancia en la vida. En resumen, cuando una emoción negativa se arraiga profundamente en el corazón de una persona o influye en su forma de contemplar a las personas y las cosas, y en su forma de comportarse y actuar, se trata sin duda de algo más que una simple emoción negativa. Detrás de ella se esconde un pensamiento o punto de vista incorrecto sobre este, aquel u otro asunto. En tales casos, lo que necesitas hacer no es solo analizar la fuente de las emociones negativas sino, lo que es más importante, examinar el asesino oculto dentro de tus emociones negativas. Este elemento oculto es un pensamiento o punto de vista negativo que se ha arraigado profundamente en tu corazón durante mucho tiempo, un pensamiento o punto de vista equivocado o erróneo sobre cómo afrontar las cosas. En cuanto a los aspectos erróneos y negativos, este pensamiento o punto de vista contradice definitivamente a la verdad y se opone a ella. Llegados a este punto, tu tarea no consiste simplemente en pensar en él, diseccionarlo y familiarizarte con él, sino más bien en comprender a fondo el daño que te causa, el control y la atadura que ejerce sobre ti y el impacto negativo que tiene en tu búsqueda de la verdad. Por tanto, lo que necesitas hacer es exponer, analizar y reconocer varios pensamientos y puntos de vista negativos; al mismo tiempo, debes buscar las palabras de Dios para discernir y desentrañarlas de acuerdo con los principios de la verdad comunicados por Dios, reemplazar tus pensamientos y puntos de vista erróneos o negativos con la verdad y resolver completamente las emociones negativas que te han estado enredando. Esta es la senda para resolver las emociones negativas.

Hay quien dice: “De momento no he notado ninguna emoción negativa en mí”. No te preocupes, tarde o temprano, en el momento justo, en el entorno adecuado, o cuando llegues a la edad apropiada o a una coyuntura especial en la vida, estas emociones negativas surgirán de manera natural. No tienes que buscarlas o indagar en ellas conscientemente; más o menos, en cierta medida existen en el corazón de todo el mundo. Eso es porque las personas viven en el mundo humano, nadie aborda nada como lo haría un ordenador, sin tener en cuenta sus propios pensamientos y puntos de vista, y el pensamiento en las personas es algo activo, como un recipiente capaz de contener cosas positivas y negativas. Por desgracia, mucho antes de que las personas empezaran a aceptar pensamientos y puntos de vista positivos, ya aceptaban diversos pensamientos y puntos de vista erróneos e incorrectos de Satanás, la sociedad y la humanidad corrupta. Esos pensamientos y puntos de vista incorrectos han llenado lo más hondo de las almas de las personas, impactando e interfiriendo gravemente en sus vidas cotidianas y sus sendas de vida. Por tanto, al mismo tiempo que diversos pensamientos y puntos de vista negativos acompañan la vida de las personas y su existencia, también hay distintas emociones negativas que hacen lo propio. Por tanto, con independencia de la persona que seas, un día descubrirás que no solo tienes algunas emociones negativas temporales, sino que son muchas. No solo posees un pensamiento o punto de vista negativo, sino que numerosos pensamientos y puntos de vista negativos existen en ti simultáneamente. Aunque todavía no se han revelado, esto se debe únicamente a que no existe un entorno adecuado, un momento apropiado o un desencadenante que pueda hacer que expongas tus pensamientos y puntos de vista erróneos o que te desahogues y reveles tus emociones negativas, o a que ese entorno o momento todavía no ha llegado. Si uno de estos factores entra en juego, actuará como una mecha, encendiendo tus emociones negativas y tus pensamientos y puntos de vista negativos para que exploten. De forma involuntaria, te verás influido, controlado y atado por ellos. Incluso pueden convertirse en un obstáculo para ti e influir en tus decisiones. Es una mera cuestión de tiempo. Esto se debe a que las diversas emociones negativas sobre las que hemos comunicado son cuestiones que pueden encontrarse en la vida de las personas o en la senda de su existencia, y son problemas realistas a los que se enfrenta toda persona en su vida o existencia. No son vacíos, son concretos. Dado que estas emociones negativas están directamente relacionadas con los principios que uno debe defender y las perspectivas de supervivencia que ha de tener, es necesario que indaguemos y analicemos con detenimiento estas cuestiones.

Hemos comunicado con anterioridad sobre la emoción negativa de la “represión”. ¿Cuántas veces comunicamos sobre la cuestión de la “represión”? (Comunicamos sobre ello dos veces). ¿Qué comunicamos la primera vez? (La primera vez comunicamos sobre cómo la gente a menudo no puede hacer lo que le da la gana, lo que hace que surjan en ellos emociones negativas de represión. La segunda vez, comunicamos sobre cómo las personas hacen uso de su experiencia y a menudo viven en un estado de emociones negativas reprimidas). Comunicamos sobre estos dos aspectos. A partir de ellos, ¿podemos decir que detrás de estos dos tipos de represión se esconden pensamientos y puntos de vista similares sobre la forma en que las personas afrontan la vida? El primer tipo, que surge de la incapacidad de hacer lo que a uno le da la gana, ¿qué tipo de pensamiento o punto de vista representa? Es la mentalidad de querer ser siempre obstinado e irresponsable, haciendo las cosas movidos por un impulso, estado de ánimo, sentimiento e interés, sin comprender la necesidad de asumir responsabilidades. ¿No es esta una cierta actitud que la gente adopta ante la vida? (Sí). También es un método de supervivencia. ¿Es una actitud positiva y un método de supervivencia? (No). No se trata de algo positivo. La gente siempre quiere vivir a su antojo, haciendo las cosas a voluntad según su estado de ánimo, sus intereses y sus aficiones. Esa no es la forma correcta de vivir; es negativa y hay que resolverla. Por supuesto, las emociones negativas que surgen de esta actitud negativa y este método de supervivencia deben resolverse incluso con más razón. El otro tipo son las emociones negativas de represión que surgen de la incapacidad de utilizar la propia experiencia. Cuando las personas no pueden demostrar su experiencia, exhibirse, reflejar su valor individual, recibir la validación de los demás o satisfacer sus propias preferencias, se sienten infelices, melancólicas y reprimidas. ¿Se trata de un modo y una perspectiva correctos de existir? (No). Hay que cambiar las cosas incorrectas y buscar la verdad para resolverlas y sustituirlas por el camino correcto que se ajusta a la verdad y a la humanidad normal. Ya hemos comunicado anteriormente sobre estas dos razones que explican la aparición de emociones represivas, como la incapacidad de hacer lo que a uno le da la gana y la incapacidad de utilizar la propia experiencia. Existe otra razón para el surgimiento de emociones represivas, ¿se os ocurre cuál puede ser? ¿Qué otras cosas relacionadas con el propio punto de vista existencial pueden hacer que la gente se sienta reprimida? ¿No estáis seguros? Otra razón es sentirse reprimido y dar lugar a emociones negativas de represión porque uno no puede hacer realidad sus ideales y deseos. Pensad en ello durante un momento, ¿existe este problema de represión? ¿Es un problema real para los seres humanos? (Sí). Las personas de las que hemos hablado antes, que desean hacer lo que les da la gana, tienden a ser más egocéntricas y obstinadas. Su actitud ante la vida se caracteriza por actuar según sus impulsos y hacer lo que ellos quieren. Prefieren dominar a los demás y no son aptos para vivir en comunidad. Su método de supervivencia consiste en hacer que los demás orbiten a su alrededor, y son egoístas e incapaces de vivir o colaborar en armonía con los demás. El segundo tipo de persona que da lugar a la represión es alguien que siempre quiere lucirse, exhibirse, que cree que es el único necesario y nunca deja espacio a los demás para existir. Siempre que posea algo de experiencia o talento, querrá exhibirlo sin importarle si el entorno es adecuado o si su experiencia es valiosa o puede utilizarse en la casa de Dios. Este tipo de persona también tiende a enfatizar el individualismo, ¿verdad? ¿Todo esto tiene que ver con los métodos de supervivencia de las personas? (Sí). Ambos métodos de vida y supervivencia son incorrectos. Ahora, volvamos a las emociones negativas de represión de las que hablamos antes y que surgen por no poder satisfacer los propios ideales y deseos. Sin que importe la ocasión, el entorno o el período, ni tampoco la clase de trabajo al que se dediquen, siempre se centran en el objetivo de hacer realidad sus propios ideales y deseos, convirtiéndolo en su estándar. Si no pueden realizar o lograr este propósito, se sienten reprimidos y tristes. ¿No es esto también un método de supervivencia para cierto tipo de personas? (Sí). También es un método de supervivencia para ciertas personas. Entonces, ¿cuál es el principal pensamiento o punto de vista de quienes viven según este método de supervivencia? Es que mientras tengan ideales y deseos, sin importar dónde estén o qué estén haciendo, su propósito es hacer realidad sus propios ideales y deseos. Este es su método de supervivencia y su objetivo. Con independencia del precio que otros tengan que pagar o de los sacrificios que otros tengan que hacer, sin importar cuántas personas tengan que soportar la carga o sacrificar sus propios intereses personales por sus ideales y deseos, se afanarán en el objetivo de hacer realidad sus propios ideales y deseos sin rendirse. Incluso están dispuestos a subirse a los hombros de los demás o a sacrificar los intereses de otros sin dudarlo. Si no pueden alcanzar este objetivo, se sienten reprimidos. ¿Es correcto este tipo de pensamiento o punto de vista? (No). ¿Qué tiene de malo? (Es demasiado egoísta). ¿El término “egoísta” es positivo o negativo? (Es negativo). Es algo negativo y nocivo, por lo que debe resolverse sobre la base de la verdad.

¿Cómo debe resolver uno estas emociones reprimidas que surgen al ser incapaces de ver cumplidos sus ideales y deseos? Primero vamos a examinar los distintos ideales y deseos que tiene la gente. ¿Y si empezamos a comunicar a partir de ahí? (De acuerdo). Empezar nuestra comunicación por los ideales y deseos que tienen las personas hará que os sea más fácil entender y seguir un hilo de pensamiento claro. Por tanto, echemos primero un vistazo a los ideales y deseos que tienen las personas. Algunos ideales y deseos son realistas, mientras que otros no lo son. Algunas personas tienen ideales idealistas, mientras que los de otras son realistas. ¿Empezamos a comunicar primero sobre los ideales de los idealistas o los de los realistas? (Los de los realistas). Los realistas. ¿Qué hay de los ideales que no son realistas? ¿Debemos comunicar sobre ellos o no? Si no comunicamos sobre ellos, ¿sabrá la gente de su existencia? (No). En ese caso, resultará muy necesario comunicar sobre ellos. A menudo, incluso sin que se comuniquen, la gente es capaz de percibir los ideales de los realistas. Estas cosas existen en los pensamientos y la conciencia de todo el mundo. Algunos ideales y deseos permanecen inalterados desde la infancia hasta la edad adulta, da igual que se hagan realidad o no, mientras que otros cambian con la edad. A medida que la gente se hace mayor y su conocimiento, horizontes y experiencia se expanden, sus ideales y deseos cambian sin cesar. Se vuelven más realistas, más ajustados a la vida real y más concretos. Por ejemplo, cierta persona quería ser cantante desde que era joven, pero a medida que se fue haciendo mayor se dio cuenta de que no sabía afinar, así que ser cantante no era realista. Entonces consideró hacerse actor. Varios años después, se miró al espejo y se dio cuenta de que no era muy atractivo. Aunque era un poco más alto, no se le daba bien la actuación, y sus expresiones no parecían muy naturales. Ser actor tampoco era realista. Entonces pensó en hacerse director, para así dirigir a los actores en las películas. Al llegar a la veintena y tener que elegir una carrera en la universidad, su ideal había cambiado al de convertirse en director. Después de graduarse, al recibir el diploma de director y entrar en el mundo real, se dio cuenta de que ser director exige fama y prestigio, cualificaciones, además de recursos económicos, cosas todas ellas de las que carecía. Nadie lo iba a contratar como director. Por tanto, tenía que conformarse con menos y buscarse un camino en la industria del cine, tal vez como script o coordinador de producción. Con el tiempo, pensó: “Puede que se me dé bien ser productor. Disfruto manteniéndome ocupado y reuniendo dinero, sé hablar bien, y tengo un aspecto razonablemente bueno. La gente no me considera irritante y me comunico bien con los demás y los llevo a mi terreno. Puede que producir sea lo más adecuado para mí”. Como ves, su ideal fue cambiando poco a poco. ¿Por qué ese cambio? Al principio porque sus pensamientos maduraron poco a poco, su percepción de las cosas se volvió más precisa, más objetiva y práctica. Entonces, vivir en el mundo real, en base a su entorno de vida real y a las necesidades prácticas y las presiones de la vida, sus ideales previos se fueron alterando poco a poco debido a ese entorno. En un callejón sin salida, al verse incapaz de convertirse en director, en vez de eso eligió ser productor. Sin embargo, ¿acaso convertirse en productor hizo realidad sus ideales o no? Ni él mismo lo tenía claro. De todos modos, ya que empezó con ello, lo siguió haciendo durante diez años más, o incluso hasta jubilarse. Esta es una descripción general de los ideales de los realistas.

Acabamos de hablar de que los ideales de la gente pueden dividirse en dos categorías, los de los idealistas o los de los realistas. Vamos a empezar por los de los idealistas. Los ideales de los realistas deberían ser fáciles de distinguir. Los de los idealistas, en cambio, no son muy concretos y están algo alejados de la vida real. También se alejan de las cuestiones prácticas de la supervivencia humana, como las necesidades cotidianas. Estos ideales tienen conceptos concretos, si bien carecen de un lugar específico donde asentarse. Podría decirse que estos ideales y deseos son fantasías, relativamente vacías y alejadas de la naturaleza humana. Algunos pueden considerarse abstractos, e incluso algunos son ideales y deseos que surgen de una personalidad fragmentada. ¿Cuáles son los ideales de los idealistas? El idealismo debería ser fácil de entender. Es una ensoñación, una fantasía, sin relación con los asuntos prácticos de las necesidades diarias en la vida real. Por ejemplo, ser un poeta, un poeta inmortal, vagando por la tierra; o ser un espadachín, un caballero andante, igualmente vagando por la tierra, permaneciendo soltero y sin hijos, libre del enredo de las trivialidades de la vida, libre de las preocupaciones de las necesidades diarias, viviendo fácil y relajado, vagando aquí y allá, siempre aspirando a convertirse en inmortal y escapar de la vida real. ¿Es ese el ideal de un idealista? (Sí). ¿Alguno de vosotros tiene tales pensamientos? (No). ¿Qué hay de aquellos famosos poetas del pasado de China que solían emborracharse y escribir poesía? ¿Eran idealistas o realistas? (Idealistas). Las ideas que defendían eran fantasías y ensoñaciones de idealistas. Siempre iban deambulando de aquí para allá y hablaban en términos vagos e inciertos, imaginando lo hermoso que era el mundo, lo pacífica que podía ser la humanidad, cómo podían coexistir las personas en armonía. Se separaban de la conciencia, la razón y las necesidades vitales de la humanidad normal. Se divorciaron de estos problemas de la vida real e imaginaron un reino utópico o imaginario que estaba completamente desconectado de la realidad. Se imaginaban a sí mismos como seres dentro de ese reino, viviendo en ese espacio. ¿Acaso no es ese el ideal de un idealista? En un poema antiguo, uno de los versos dice: “Me gustaría cabalgar el viento y volar a casa”. ¿Cuál era el título de ese poema? (“Melodía del agua”). Leed los versos de ese poema. (“Me gustaría cabalgar el viento y volar a casa. Me temo que en el cielo hace mucho frío, que el palacio de jade está demasiado alto. Bailando con mi sombra, ya no siento el lazo con la muerte”). ¿Qué quiere decir con eso de “Bailando con mi sombra, ya no siento el lazo con la muerte”? ¿Transmiten estas dos líneas las emociones represivas y resentidas de un idealista cuyos ideales no pudieron lograrse o materializarse? ¿Son algo que se expresa bajo esta emoción represiva? ¿Cuál es el enfoque de esto? ¿Qué frase indica el entorno y el trasfondo en el que se encontraba en aquel momento? “Me temo que en el cielo hace mucho frío”, ¿puede ser esa? (Sí). Estaba exponiendo la oscuridad y la maldad del funcionariado, un lugar corrupto en el que estar. Quería ser como un inmortal, escapar de un entorno y una situación semejante. ¿No le bastaría con dejar de ser funcionario? ¿Podría ser que quisiera cambiar ese entorno? Estaba insatisfecho con ese entorno, le parecía que no se correspondía con el de la vida ideal que imaginaba, y se sentía reprimido en lo más profundo de su ser. Este es el tipo de ideal que tiene un idealista. Los ideales de los idealistas tienden sobre todo a la fantasía, son irreales y abstractos, desconectados de la vida real. Es como si vivieran en otro mundo ajeno al reino material, en un espacio independiente e individual, entregados a fantasías y desvinculados de la realidad. Al igual que algunas personas que viven en la sociedad moderna, siempre quieren ponerse ropa antigua, peinarse y hablar con ese mismo estilo antiguo. Piensan: “Oh, ese tipo de vida es tan maravilloso… Igual que un inmortal, a la deriva y vagando, libre de los problemas del cuerpo físico, libre de las distintas adversidades de la vida real. En ese tipo de entorno de vida no existe la opresión, la explotación ni las preocupaciones. Las personas son iguales, se ayudan y viven en armonía unas con otras. Qué hermosas y deseables son esas condiciones de vida ideales”. Entre los incrédulos, hay algunos que aspiran a estas cosas. Algunos cantan canciones o escriben poemas parecidos, o montan representaciones similares. En consecuencia, la gente anhela aún más ese otro mundo con el que sueñan los idealistas. Y cuando algunos cantan esas canciones o montan esos espectáculos, cuanto más cantan, más melancólico se vuelve su estado de ánimo, más anhelan ese mundo ideal y más se aferran a él. ¿Qué ocurre al final? Después de cantar durante mucho tiempo, algunos sienten que no pueden escapar de sus preocupaciones. Por mucho que canten, siguen sin sentir el calor del mundo humano. Por mucho que canten, siguen pensando que el reino imaginado de su idealismo es mejor. Se desilusionan con el mundo, ya no quieren vivir en este reino humano, y al final toman la firme decisión de marcharse a ese mundo ideal en sus propios términos. Algunos toman veneno, otros saltan desde un edificio, otras se estrangulan con sus mallas y los hay que se convierten en monjes y se dedican a la práctica espiritual. Según sus palabras, han visto más allá de la ilusión de los apegos mundanos. En realidad, no es necesario recurrir a medidas y métodos tan extremos para resolver su desilusión con el mundo. Hay muchas formas de abordar estos problemas y dificultades, pero como no perciben la esencia subyacente de estas cuestiones, al final eligen métodos extremos para abordar estas dificultades y escapar de ellas, a fin de lograr el propósito de convertir en realidad sus ideales. Esto es un reflejo de algunos de los idealistas que habitan entre los incrédulos y de los problemas que les afectan.

En la casa de Dios, en la iglesia, ¿hay personas que tengan ideales similares? Por supuesto, es solo que no los habéis descubierto aún, así que te hablaré sobre ellos. Hay individuos que, mientras están en el mundo secular, anhelan una sociedad ideal de paz, armonía, tranquilidad e igualdad para todos, del mismo modo que los idealistas entre los incrédulos. Esta sociedad ideal es como las utopías descritas por algunos poetas o escritores, aunque, por supuesto, se asemeja muy a menudo a algunos espacios, modos o entornos de vida que existen en los mundos ideales de las personas. Estas, movidas por tales necesidades e ideales, buscan de un modo inconsciente su propia fe, a fin de materializar esos ideales. Mientras buscan, descubren que creer en Dios es una buena senda y elección de fe. Con sus ideales a cuestas, entran en la casa de Dios, con la esperanza de recibir calidez, cariño, y de ser atesorados y tener los cuidados de otras personas, además de que, por supuesto, albergan incluso mayores esperanzas de sentir el gran amor y protección de Dios. Cumplan o no con sus deberes, entran en la casa de Dios con sus ideales y, en cualquier caso, estos siguen sin cambiar, siempre cargan con ellos y los llevan a cuestas. De principio a fin, sus ideales pueden describirse así: al entrar en la casa de Dios, esperan que se trate de un lugar donde puedan sentir y disfrutar de calidez, felicidad y bienestar. Esperan que sea un lugar sin conflictos, sospechas ni discriminación entre las personas, un lugar donde no haya intimidación, engaño, daño ni exclusión entre la gente. Estos son básicamente los ideales que se pueden hallar en las mentes de tales idealistas. Es decir, imaginan un lugar en el que la gente se trata como máquinas, donde están desprovistos de vida y de cualquier pensamiento, donde sonríen, asienten y se hacen reverencias mecánicamente al encontrarse, en señal de amistad, para demostrar que no hay hostilidad. En este lugar ideal, existe un gran amor entre las personas, y pueden preocuparse, atesorar, cuidar, ayudar, comprender y adaptarse unos a otros, e incluso protegerse y encubrirse mutuamente. Todas estas son cosas que los idealistas idealizan y con las que sueñan. Por ejemplo, cuando entran en la casa de Dios, su ideal y esperanza es que las personas mayores sean respetadas, valoradas, cuidadas y atendidas con esmero por los más jóvenes. Aparte de respeto, también esperan que les concedan títulos honoríficos, que se dirijan a los hermanos como “Tío Tal o Cual” o “Tío Fulano de Tal”, y a sus hermanas como “Abuela Tal”, “Tía Tal” o “Hermana Cual”; básicamente, que cada uno tenga su propia forma de dirigirse a los demás. Esperan que la gente sea especialmente cordial, armoniosa y cortés con los demás de cara al exterior, y que nadie tenga mala voluntad ni cosas malvadas o perversas ni en la superficie ni en lo más profundo de su corazón. Esperan que, si alguien comete un error o se encuentra en dificultades, todo el mundo pueda tenderle una mano para ayudarle y, además, le ofrezcan también una profunda atención y tolerancia. En especial, en lo que respecta a los débiles y a las personas relativamente ingenuas que son fáciles de intimidar u oprimir por los demás en el mundo, su esperanza es aún mayor de que, cuando estas lleguen a la iglesia, a la casa de Dios, se les pueda dar un cuidado esmerado, atención y un trato especial. Como dicen estos idealistas, cuando entran en la casa de Dios, desean que todos sean felices y estén bien, y esperan que, puesto que todos creen en Dios, sean una gran familia y se unan como hermanos. Creen que no debe haber intimidaciones ni castigos ni se debe causar daño. Consideran que, si surge un problema, no debe haber disputas ni ira entre la gente, y que en su lugar todos deben tratarse con calma, y con mucha paciencia y amabilidad, que siempre deben hacer que los demás se sientan cómodos, y que cada persona solo debe mostrar su mejor cara y la más amable a los demás, guardándose para sí su lado malvado o perverso. Creen que las personas deben tratarse como máquinas, que no deben tener opiniones negativas sobre otras y mucho menos hacerle nada negativo a los demás; piensan que deben tener buenas intenciones hacia el resto, y que este proverbio lo expresa bien: “Los buenos viven en paz”. Creen que esta es la única casa de Dios verdadera y la auténtica iglesia. Sin embargo, los ideales de estos idealistas siguen sin materializarse. En su lugar, la casa de Dios se centra en los principios, enfatizando la ayuda mutua y el apoyo entre las personas, y exigiendo que todo el mundo trate a toda clase de personas según los principios de la verdad y las palabras de Dios. La casa de Dios incluso ha planteado algunos requerimientos que son “desconsiderados” hacia la gente, como distinguir entre distintos tipos de personas y tratarlas de manera diferente. La casa de Dios también requiere que la gente se levante para denunciar y tratar a cualquiera que vea que está dañando sus intereses, vulnerando los arreglos de obra o yendo en contra de los principios, a fin de salvaguardar los intereses de la casa de Dios, y no permite que la gente proteja o encubra a nadie basándose en sentimentalismos. Por supuesto, la casa de Dios también ha establecido varios niveles de liderazgo. Por una parte, en ella se exige que los líderes de todos los niveles se ocupen del trabajo diario de la iglesia. Por otro, les exige que supervisen, gestionen y hagan un seguimiento estricto de diversas tareas, al tiempo que se mantienen informados, comprenden y prestan atención en todo momento a los estados y a la vida de iglesia de los distintos tipos de individuos, observan las actitudes y tendencias que tienen mientras cumplen con sus deberes, y hacen ajustes razonables y apropiados cuando es necesario. Por supuesto, la casa de Dios también requiere que los líderes y obreros traten estrictamente y poden a cualquier individuo que descubran que va en contra de los arreglos de obra de la casa de Dios o que vulnera los principios y perturba y altera el trabajo de la iglesia, emitiendo advertencias por ofensas menores, y manejando los casos más serios de manera apropiada. En este contexto, se ha depurado, expulsado o borrado el nombre de algunas personas. Por supuesto, cuando la gente entra en la casa de Dios para cumplir con diversos deberes y participar en varias tareas, muchos de ellos oyen, ven o experimentan el castigo y el juicio que proviene de las palabras de Dios; además, experimentan el trato y la poda por parte de los líderes de diferentes rangos. Estos diversos entornos y asuntos que las personas encuentran en la casa de Dios difieren por completo de la casa de Dios y la iglesia ideales que imaginan los idealistas, hasta el punto de quedar bastante lejos de sus expectativas, lo cual provoca que sientan una gran presión en lo más profundo de sus corazones. Por un lado, les parecen inconcebibles los diversos sucesos que se dan en la iglesia, o los métodos y principios de esta para tratar los problemas. Por otro, surgen emociones represivas en el fondo de sus corazones debido a sus ideales y a sus conceptos erróneos sobre las cosas positivas, la iglesia y la casa de Dios. Después de que surjan estas emociones represivas, debido a que no logran corregir con prontitud sus pensamientos y puntos de vista erróneos, o desentrañar y reconocer claramente los problemas que hay con sus ideales, el resultado es que comienzan a surgir dentro de ellos muchas nociones. Además, como no son capaces de comprender la verdad ni de utilizarla para resolver estas nociones, estas se empiezan a arraigar en lo más profundo de sus pensamientos o en el fondo de sus almas, haciendo que sus emociones represivas se amplifiquen sin cesar y se agraven cada vez más. En realidad, Dios, la casa de Dios, la iglesia, los creyentes y los cristianos son incompatibles con el paraíso idílico, el cielo o la utopía que imaginan estos idealistas en sus ideales. En consecuencia, la represión que yace en lo más hondo de sus corazones sigue acumulándose de forma constante, y no tienen forma de liberarse de ella. ¿Hay gente así en la iglesia? (Sí).

Hay quien dice: “Oh, ¿por qué la casa de Dios siempre habla sobre aceptar el juicio y castigo? ¿Cómo pueden los creyentes en Dios afrontar aún que los traten y poden? Oh, ¿por qué la casa de Dios expulsa a la gente? No hay ningún amor en eso. ¿Cómo pueden ocurrir tales cosas en el ‘cielo en la tierra’? ¿Cómo pueden aparecer anticristos en la iglesia? ¿Cómo pueden darse casos de anticristos reprimiendo y castigando a los demás? En la iglesia, en la casa de Dios, ¿cómo es posible que la gente se exponga y se analice la una a la otra? ¿Cómo puede haber disputas? ¿Cómo puede haber celos y conflicto? ¿Qué sucede? Ya que hemos venido a la casa de Dios, debería haber amor entre nosotros y todos deberíamos poder ayudarnos. ¿Cómo pueden seguir ocurriendo estas cosas?”. ¿Hay muchas personas con estas ideas? Muchos contemplan la casa de Dios a través de la lente de sus imaginaciones. Ahora, decidme, ¿son objetivas estas imaginaciones e interpretaciones? (No lo son). ¿Dónde les falta objetividad? (La humanidad es profundamente corrupta, y todos aquellos a los que Dios salva tienen actitudes corruptas, por lo que inevitablemente revelarán corrupción en sus interacciones con los demás. Surgirán celos y conflictos, y se producirán incidentes de intimidación y represión. Estas cosas están destinadas a suceder. Lo que imaginan los idealistas no existe. Además, a fin de salvaguardar la vida y el trabajo de la iglesia, esta tratará y podará a las personas basándose en los principios verdad, o las ajustará y reemplazará, o expulsará a las malvadas y a los incrédulos, todo ello de acuerdo con los principios. Esto se debe a que cuando las personas actúan de acuerdo con sus actitudes corruptas, perturban y alteran el trabajo de la iglesia. No sería realista si la iglesia no tomara medidas como tratar y podar, o reemplazar y descartar a tales personas). No es realista, por eso las ideas de estas personas son ideales propios de idealistas. Ninguno de ellos es realista, todos son vacuos e imaginarios, ¿verdad? Incluso ahora, esas personas siguen sin entender por qué deben creer en Dios. Hay quien dice: “Creer en Dios es bueno. Creer en Dios significa hacer cosas buenas y ser una buena persona”. ¿Es correcto este enunciado? (No lo es). “Los creyentes en Dios han de tener buenas intenciones en sus corazones”. ¿Es correcto este enunciado? (No lo es). Tener buenas intenciones en el corazón, ¿qué clase de enunciado es ese? ¿Puedes tener buenas intenciones simplemente por quererlo? ¿Tienes tú buenas intenciones? ¿Tener buenas intenciones en el corazón es un principio de comportamiento humano? Es solo una consigna, una doctrina. Es algo vacío. Cuando no están involucrados tus propios intereses, puedes decir esto con mucha facilidad, pensando: “Tengo buenas intenciones en mi corazón, no acoso, perjudico, engaño ni me aprovecho de los demás”. Pero cuando estén en juego tus propios intereses, estatus y orgullo, ¿será capaz de refrenarte el enunciado “tener buenas intenciones en el corazón”? ¿Puede resolver tu carácter corrupto? (No, no puede). Por tanto, este enunciado es vacío; no es la verdad. La verdad es capaz de exponer la esencia de tu carácter corrupto, puede exponer y analizar la esencia y la verdadera naturaleza del tipo de cosas que haces, y determinar y condenar la esencia de tales cosas y del carácter que revelas. Luego te proporciona la senda y los principios adecuados para cambiar tu forma de vivir y tu manera de comportarte y actuar. De este modo, si la gente puede aceptar la verdad y cambiar su modo de vida, entonces sus actitudes corruptas se pueden resolver; para lograr esto, la cuestión no es instar a la gente a tener buenas intenciones en el corazón, pues solo se pude conseguir con la verdad. La verdad no resuelve las actitudes corruptas de una persona porque le proporcione consignas, doctrinas o reglamentos y normas, sino aportándole principios, criterios e instrucciones sobre cómo comportarse. Hace uso de estos principios, criterios e instrucciones para suplantar y reemplazar el carácter corrupto de las personas. Cuando cambian y se corrigen tales principios, criterios e instrucciones de las personas sobre cómo comportarse, también cambian naturalmente todas las ideas erróneas y pensamientos equivocados en sus mentes. Cuando una persona comprende y adquiere la verdad, sus pensamientos cambian en consecuencia. No se trata de tener buenas intenciones en el corazón, sino de un cambio en la raíz de sus pensamientos, en su carácter y en su esencia. Lo que esa persona revela y vive se vuelve positivo. Tanto la dirección como el modo y el origen de su forma de comportarse experimentan un cambio. Su discurso y sus acciones tienen las palabras de Dios como base y criterio, y pueden vivir una humanidad normal. Entonces, ¿sigue siendo necesario decirles simplemente que “tengan buenas intenciones en el corazón”? ¿Resulta eso útil? Es un enunciado vacío; no puede resolver ningún problema en absoluto. Cuando los idealistas entran en la casa de Dios, la iglesia, sus ideales siguen sin poder materializarse, y por ello se sienten reprimidos en su corazón. Es como cuando algunos idealistas se adentran en el gobierno o en la sociedad y luego descubren que sus ideales no pueden hacerse realidad o cumplirse. En consecuencia, a menudo se sienten desanimados. Después de que algunas personas se hacen funcionarios o emperadores, se sienten muy satisfechas de sí mismas y se vuelven profundamente arrogantes, igual que ese verso de un poema que dice: “Se levanta un fuerte viento, las nubes se dispersan”. ¿Cómo dice el siguiente verso? (“Ahora que mi poder lo domina todo dentro de los mares, regreso a mi patria”). Ya ves, sus palabras suenan extrañas. Poseen un tipo de emoción que la gente con humanidad y razón normales encuentran difícil de entender. Estos idealistas siempre hablan en un tono elevado. ¿Qué significa hablar en un tono elevado? Significa que nunca se enfrentan a la realidad ni resuelven problemas reales en nada de lo que hacen. No entienden lo que es la realidad, siempre se dejan llevar por las emociones. Cuando estas personas vienen a la casa de Dios, no importa cuanta verdad oigan, no entienden lo que significa creer en Dios o el significado de creer en Él. No comprenden el valor de la verdad, y mucho menos el valor de buscarla. Lo que buscan siempre son los ideales de los idealistas. Su sueño es que la casa de Dios sea algún día como ellos la imaginan, un lugar donde las personas se traten con respeto, vivan juntas en armonía, se lleven muy bien entre sí y se atesoren, cuiden, aprecien, ayuden y agradezcan mutuamente. Un lugar donde la gente se dice cosas bonitas y palabras de bendición los unos a los otros, en lugar de cosas desagradables o hirientes, o palabras que expongan la esencia corrupta de la gente o cualquier disputa, o donde se pongan en evidencia y se traten unos a otros. No importa cuánta verdad oigan, aún no entienden el significado de creer en Dios, o cuáles son Sus requerimientos, y qué clase de persona quiere Él que sean. No solo no entienden estas cosas, sino que además esperan todavía más que un día puedan disfrutar del trato idealista que desean en la casa de Dios. Si no reciben tal trato, sienten que no hay lugar en la casa de Dios donde puedan materializarse sus ideales, ni oportunidad alguna de hacerlos realidad. Por tanto, algunas personas a menudo piensan en renunciar al sentirse reprimidas, y dicen: “Creer en Dios parece aburrido y vacío. Los creyentes en Dios no se ayudan, aprecian y respetan unos a otros como lo hacen los que creen en el budismo. Y los creyentes en Dios siempre están discutiendo sobre la verdad y los principios, hablan a menudo de discernimiento en las relaciones interpersonales, de vez en cuando se ponen en evidencia y critican, e incluso se enfrentan a menudo a ser tratados y podados. Este no es el tipo de vida que quiero”. Si no tuvieran sus ideales y el hilo de esperanza de que entrarán en el cielo, idealistas como este podrían abandonar la iglesia en cualquier momento y encontrar otra senda. Entonces, decidme, ¿pertenecen estas personas a la casa de Dios? ¿Son adecuadas para permanecer en ella? (No). ¿Dónde creéis que deberían ir? (Son aptas para unirse a la vida monástica). Podrían ir a templos budistas o taoístas, cualquiera de los dos estaría bien. No se sienten reprimidas en el mundo secular, pero se sienten particularmente reprimidas en la casa de Dios, les parece que no tienen la oportunidad de hacer realidad sus ideales ni cuentan con un espacio para ponerlos en práctica. Por tanto, estas personas son muy adecuadas para lugares llenos de coronas de humo y donde se quema incienso continuamente. Esos lugares son silenciosos y allí no te enseñan cómo debes comportarte. No exponen tus pensamientos y puntos de vista erróneos, y no ponen en evidencia ni tratan tu carácter corrupto. Allí hay distancia y respeto entre las personas. La gente no intercambia más que unas pocas palabras al día y no se producen disputas. Nadie te supervisa ni te impone preceptos. Allí llevarás una vida autosuficiente y apenas te cruzarás con extraños a lo largo del año. No tendrás que preocuparte por los asuntos cotidianos. Si necesitas algo para tu sustento físico, puedes coger un pequeño cuenco o uno propio de un mendigo para pedir limosna al vulgo, y conseguir así algo para comer, sin necesidad de ganar dinero. En esos lugares, todos los problemas mundanos desaparecen. La gente se trata con mucha amabilidad y nadie discute con nadie. Si hay algún desacuerdo, se queda en el corazón de la gente. Los días transcurren con tranquilidad y comodidad. Esto es lo que se conoce como la tierra de la dicha suprema, es el lugar de los ideales de los idealistas, y el lugar donde los idealistas pueden convertir en realidad sus ideales. Estas personas deben vivir en el lugar de su imaginación, no en la iglesia. Para personas como ellos, hay demasiadas cosas que hacer en la iglesia. Todos los días, deben leer las palabras de Dios, asistir a las reuniones, aprender cada uno de los principios, y comunicar sobre la verdad y sobre la comprensión de sus propias actitudes corruptas todo el tiempo; algunas personas, que actúan sobre la base de sus actitudes corruptas y vulneran los principios, se enfrentan a ser tratadas y podadas, y unas pocas incluso se enfrentan a estas cosas a menudo. Se sienten especialmente reprimidas e infelices aquí. La iglesia no es su entorno ideal. Creen que en lugar de agotar su tiempo o malgastar su juventud en este lugar, sería mejor irse un poco antes a vivir a un sitio que les guste. Opinan que no tienen necesidad de agotar su tiempo aquí, sintiéndose constantemente reprimidos y llevando una vida incómoda, sin alegría e infeliz. Esta es la única manifestación típica de los ideales de los idealistas que vamos a abordar. No hay mucho que decir sobre estas personas. No importa cuánta verdad les comuniques, no la escucharán. Se entregan a fantasías todo el día, y lo que piensan es muy poco realista y vago, y queda demasiado lejos de la humanidad normal. Se pasan el día pensando en esas cosas y no pueden comunicarse con la gente normal. La gente normal tampoco puede entender de qué está hecho su mundo. Por tanto, no importa qué tipo de pensamientos y puntos de vista tengan estas personas, sus ideales son huecos. Como sus ideales son huecos, sus pensamientos y puntos de vista lo son también naturalmente. No merece la pena analizarlos ni profundizar en ellos. Ya que son huecos, que sigan siéndolo. Estas personas pueden ir a donde quieran, y la casa de Dios no interferirá. Si se muestran dispuestos a quedarse en la casa de Dios y a cumplir un poco con sus deberes o prestar servicio, mientras no causen disturbios ni hagan el mal, satisfaremos sus necesidades y les daremos la oportunidad de arrepentirse. En resumen, mientras sigan siendo amistosos con los hermanos y hermanas, con la casa de Dios y con la iglesia, no hay necesidad de que nos encarguemos de este tipo de personas, a menos que ellas mismas expresen su intención de marcharse. Si ese es el caso, cumplamos de buena gana su deseo, ¿de acuerdo? (Muy bien). Entonces, está decidido.

Los ideales de los idealistas tienden a ser huecos, mientras que los de los realistas son mucho más prácticos y están estrechamente alineados con las vidas y los entornos reales de las personas. Por supuesto, también están relacionados más concretamente con cuestiones de la vida humana y la existencia, como sentar la cabeza y empezar una vida. Ambas cosas necesitan de las habilidades, destrezas y talentos que adquieren las personas, de los distintos tipos de educación que reciben y de sus dones, capacidades y experiencia. Los ideales de los realistas abarcan estos aspectos. En el reino de los ideales de los realistas, ya estén orientados a mejorar sus condiciones de vida o a satisfacer su propio mundo espiritual, estos ideales se manifiestan concretamente en las vidas reales de las personas. Por ejemplo, hay quien posee dotes de liderazgo y disfruta estando en el foco. Puede que destaque al hablar en público o en la comunicación verbal, o que comprenda bien a los demás y se le dé bien hacer uso de ellos, o dicho de mejor forma, darles órdenes. Siendo así, a este tipo de personas les gusta especialmente ocupar cargos, asumir funciones de liderazgo o trabajar en recursos humanos. Cuando son conscientes de su aptitud en estos campos, aspiran a ser líderes u organizadores, a supervisar tareas y personal o incluso a dirigir una determinada tarea. Su ideal principal es convertirse en líderes. Por supuesto, así es como actúan en sociedad. Cuando entran en la casa de Dios, la perciben como una organización religiosa, que además es única. Después de unirse a la iglesia, sus ideales permanecen inalterados. Estos no se ven afectados por los cambios en el entorno o por el contexto en el que viven. Traen consigo ese mismo ideal de liderazgo a la casa de Dios. Desean ocupar puestos de liderazgo en la casa de Dios, como liderar una iglesia, ser responsables de un nivel específico o liderar un grupo. Este es su ideal. Sin embargo, como los arreglos de obra en la casa de Dios cuentan con principios y preceptos para elegir a lideres y obreros, y ellos no poseen las cualificaciones requeridas, aunque a veces participen en el proceso de selección de los líderes para un nivel específico, al final no pueden cumplir con su ideal y convertirse en los líderes que aspiran a ser. Cuanto mayor es su incapacidad para alcanzar el liderazgo o desempeñar su trabajo ideal, más se les remueven por dentro sus ideales, intensificando su anhelo de liderazgo. En consecuencia, se esfuerzan mucho en diversas actividades, ya sea entre sus hermanos y hermanas o frente a líderes de alto nivel, para exhibirse, dar una imagen sobresaliente y excepcional, y asegurarse de que se reconozca su talento. Pueden incluso comprometer su propia conciencia para satisfacer las preferencias de sus hermanos y hermanas, haciendo o diciendo ciertas cosas y manifestando a propósito ciertos comportamientos con el fin de ajustarse a los requisitos de liderazgo establecidos por los arreglos de obra de la casa de Dios. Sin embargo, a pesar de sus insistentes esfuerzos, siguen sin poder alcanzar sus ideales de convertirse en líderes. Hay quienes se sienten desanimados, perdidos y desconectados de sí mismos. Las emociones negativas de represión que habían experimentado anteriormente se intensifican cuando creen en Dios pero no pueden aceptar la verdad ni encontrar soluciones a sus problemas. Siempre han deseado ocupar cargos y ser líderes, y estos ideales ya habían germinado en sus corazones incluso antes de llegar a creer en Dios. Al ser incapaces de hacer realidad sus ideales, siempre han tenido una invisible sensación de represión en lo más profundo de su ser. Incluso después de haber entrado en la casa de Dios, donde aún no pueden alcanzar sus ideales, los sentimientos de represión en su interior se tornan más fuertes y pesados. Estas personas se muestran resentidas porque no se aprovechan sus capacidades de liderazgo, y se sienten desafortunadas, decepcionadas y reprimidas porque sus ideales no pueden alcanzarse. Dado que no ven cumplidos sus ideales, tienen una sensación de injusticia en su interior. Al no poder dar salida a sus capacidades, se desaniman ante la vida y la senda que tienen por delante. En consecuencia, en su vida cotidiana, a menudo arrastran un sentimiento de represión al realizar diversas tareas. Algunas personas, incluso después de muchos esfuerzos e intentos, siguen sin poder convertirse en líderes o alcanzar su ideal. En tales situaciones, empiezan a recurrir a diversos métodos para desahogar sus emociones y liberar o transmitir su represión. Por supuesto, algunos que creen en Dios mientras siguen aferrándose a sus ideales para ocupar cargos obtienen el deseo de su corazón y se convierten en líderes de la iglesia. Sin embargo, son incapaces de cumplir con sus deberes como líderes de acuerdo con los requerimientos de Dios y los arreglos de Su casa. Al mismo tiempo, se encuentran cumpliendo a regañadientes estas funciones de liderazgo bajo las exigencias y la supervisión de la casa de Dios y de sus hermanos y hermanas. Aunque han hecho realidad sus ideales y están haciendo las cosas que idealmente deseaban hacer, siguen sintiéndose reprimidos. Esto se debe a que su liderazgo se basa en el cumplimiento de sus ideales personales, y aunque pueda parecer externa o superficialmente que están cumpliendo con las tareas requeridas por la casa de Dios, sus ideales van mucho más allá de estas responsabilidades. Sus ambiciones, ideales, deseos y visión se extienden mucho más allá del ámbito de sus funciones actuales. A causa de los arreglos de obra de la casa de Dios y de los requerimientos de Dios, sus acciones y pensamientos, así como sus planes e intenciones, se ven limitados y restringidos. Por tanto, incluso después de asumir posiciones de liderazgo, siguen sintiéndose reprimidos. ¿Cuál es la causa de estos problemas? Se debe a que, a pesar de convertirse en líderes, siguen buscando la consecución de sus propios ideales y de las promesas que han hecho en ellos. Sin embargo, al servir como líderes en la casa de Dios o en la iglesia no hacen realidad sus ideales y deseos, y sus sentimientos se mezclan y se contradicen. Debido a estos conflictos y a su incapacidad para desprenderse de sus propios ideales y afanes, a menudo se sienten reprimidos en lo más profundo de su ser e incapaces de encontrar liberación. Este es un tipo de persona. En la casa de Dios, entre los idealistas, hay quienes luchan por sus ideales pero no pueden alcanzarlos, y también hay quienes luchan por ellos y sí los acaban consiguiendo, pero continúan sintiéndose reprimidos. Al margen de la situación en la que se encuentren, se trata de personas que no han renunciado a sus ideales y siguen persiguiéndolos mientras cumplen con sus deberes y viven su vida en la casa de Dios.

Hay también otros que poseen un talento para escribir, para la comunicación verbal y la literatura. Esperan expresar sus pensamientos mediante sus habilidades literarias y, al mismo tiempo, mostrar estas habilidades y hacer que la gente se dé cuenta de su capacidad, valor y contribución a la casa de Dios. Su ideal es llegar a ser un escritor y un intelectual sobresaliente y cualificado. Cuando entran en la casa de Dios y empiezan a desempeñar tareas relacionadas con los textos, consideran que han encontrado un lugar donde utilizar sus habilidades. Demuestran con entusiasmo sus puntos fuertes y talentos para hacer realidad su ideal de convertirse en escritores e intelectuales. Aunque siguen cumpliendo con sus deberes, no renuncian a sus ideales. En el cumplimiento de sus deberes, puede decirse que entre el 80 y el 90 por ciento se basa en sus ideales, es decir, que la motivación para cumplir con sus deberes proviene de su búsqueda y sus esperanzas en estos ideales. En consecuencia, el cumplimiento de los deberes de semejantes personas está bastante adulterado, por lo que les resulta difícil alcanzar los estándares del cumplimiento de los deberes según los principios de la verdad y los estándares exigidos por Dios. No vienen a la casa de Dios solo para cumplir con sus deberes, sino que esperan aprovechar esa oportunidad para exhibir sus propios talentos, anhelando alcanzar sus ideales y demostrar su valor a través de la muestra de dichos talentos. Por consiguiente, su mayor obstáculo a la hora de cumplir con sus deberes según el estándar son sus ideales, es decir, su proceso de cumplimiento de los deberes se mezcla con sus preferencias personales y sus pensamientos y perspectivas sobre diversas personas, acontecimientos y cosas. Algunas personas comprenden ciertas destrezas profesionales o tienen cierto talento, por ejemplo, algunas entienden de informática y les gusta trabajar como ingenieros informáticos. Llevan gafas, visten de una manera profesional, y lo más característico de ellos es que llevan ordenadores portátiles que son únicos o raros de encontrar. Da igual dónde vayan, se sientan allí con sus portátiles y los abren para consultar información en diferentes webs y gestionar diversos problemas con el ordenador, todo con un aire profesional. En resumen, se exigen a sí mismos una perspectiva, un porte, una forma de hablar y unos modales profesionales, y los ostentan ante los demás, afanándose por convertirse en profesionales de la ingeniería informática. Después de entrar en la casa de Dios, por fin se dan cuenta de su ideal y realizan tareas relacionadas con la informática. Estudian constantemente la tecnología y actualizan sus conocimientos, identificando y resolviendo con diligencia diversos problemas, con el propósito de mantenerse al día en las tendencias del sector y en la promoción y publicación de nueva información en su campo. Este tipo de personas tienen un especial interés y comprensión de una habilidad profesional específica, lo que les convierte en profesionales y expertos. En consecuencia, su ideal es convertirse en profesionales, y esperan que la casa de Dios los coloque en un puesto importante, los estime y confíe en ellos. Por supuesto, en la casa de Dios y en el periodo presente, la mayoría de las personas de este tipo han hecho uso de sus puntos fuertes y materializado sus ideales. Sin embargo, al hacer realidad sus ideales, ¿han considerado si cumplen con sus deberes o persiguen sus propios ideales al hacer su trabajo? No está del todo claro, ¿verdad? El trabajo que realizan es especializado, complejo y minucioso. Sin embargo, las habilidades que poseen están muy por debajo de los requerimientos de la casa de Dios para este trabajo. Por tanto, mientras buscan sus propios ideales y cumplen con sus deberes, se sienten algo restringidos y controlados. Debido a los ideales que tienen en su corazón, pueden sentir cierto nivel de represión cuando se enfrentan a las diversas verdades de creer en Dios y a los principios del cumplimiento de los deberes. Buena parte de la gente es así.

Hay otro grupo de personas que se implica en la difusión del evangelio. Aspiran a convertirse en líderes en el evangelismo, a ser los primeros, y a liderar y sobresalir en cualquier iglesia de la que formen parte, sin contentarse nunca con lo que dejan atrás. Aunque cumplen con sus deberes y desempeñan su trabajo, su búsqueda es la de sus propios ideales y los objetivos que planean e imaginan, que no tienen nada que ver con la fe en Dios o la verdad. Cuando estos objetivos e ideales se ponen en evidencia y se califican, o cuando afrontan ciertos obstáculos y se dan cuenta de que sus ideales no pueden hacerse realidad ni se puede demostrar su valía, se sienten especialmente reprimidos e insatisfechos. Muchos de ellos desean recibir afirmación y validación mientras luchan por sus ideales. Cuando no reciben estas cosas, o cuando el coste de sus esfuerzos no les reporta beneficios inmediatos, sienten que no merece la pena, que es injusto, y por eso se sienten reprimidos. ¿Acaso no exhiben tales comportamientos? (Sí). Entre los que se dedican a difundir el evangelio, hay algunos que siempre han querido ser predicadores o evangelistas cualificados y ejemplares. Cuando oyen hablar de tal o cual evangelista y predicador famoso, les invade la envidia y esperan que un día ellos también puedan ser así, celebrados y alabados por las generaciones futuras, y recordados por Dios. Siempre quieren predicar a su manera idealizada, usando su ideal como meta y motivación para convertirse en predicadores y ganar fama o ser recordados por las generaciones futuras en la casa de Dios. Este es su ideal. Sin embargo, en la casa de Dios existen requerimientos estrictos para cualquier tarea, además de principios conforme a los cuales Dios indica cómo desempeñar dicha tarea. En consecuencia, estos individuos se sienten reprimidos porque no pueden llegar a ser el tipo de evangelistas que idealizaron, a menudo están bajo supervisión y preceptos, y hay un seguimiento y estudio de su trabajo por parte de los líderes y obreros. También hay quienes, por poseer habilidades o talentos especiales, siguen persiguiendo sus ideales después de entrar en la casa de Dios. Por ejemplo, entre los actores, algunos son hábiles en la interpretación y tienen un conocimiento básico de las técnicas de actuación. Aspiran a convertirse en un actor ideal, con la esperanza de que algún día puedan ser como los actores famosos populares entre los incrédulos: peces gordos, estrellas, iguales a reyes y reinas. Sin embargo, en la casa de Dios, el carácter y la manifestación de la corrupción respecto a esto siempre quedan en evidencia, y existen requerimientos y principios específicos para los actores. Incluso después de ganar cierto renombre como actores, siguen siendo incapaces de convertirse en celebridades a las que la gente adore y sigue, lo que les lleva a sentirse reprimidos. Dicen: “La casa de Dios es problemática. Siempre están restringiendo a la gente en todo. ¿Qué hay de malo en seguir el ejemplo de los famosos? ¿Qué hay de malo en vestir de forma singular, con un poco de personalidad y exigencia?”. Debido a los requisitos de vestuario de los actores y a las actuaciones específicas en la casa de Dios, a sus ojos siempre hay conflicto e incompatibilidad entre estos requerimientos y su ideal de convertirse en famosos y peces gordos. En consecuencia, se sienten profundamente molestos en sus corazones, y piensan: “¿Por qué resulta tan difícil hacer realidad mis ideales? ¿Por qué en la casa de Dios encuentro obstáculos a cada paso?”. Cuando experimentan tales pensamientos o no se cumplen sus expectativas, se sienten reprimidos. Detrás de este sentimiento de represión está su creencia de que sus ideales son legítimos y tienen valor. También creen que no hay nada de malo en buscar sus ideales, que tienen derecho a hacerlo y, por consiguiente, empiezan a surgir en ellos emociones represivas. Por ejemplo, algunos directores consideran que tras dirigir varias películas han adquirido bastante experiencia. Creen que sus películas son dignas de ser exhibidas y que han mejorado en términos de cinematografía, montaje, interpretación de los actores y otros aspectos similares de todo tipo, en comparación con antes. Tras recibir la guía de lo alto, sus películas cumplen por fin los estándares adecuados y se estrenan a tiempo. Esto parece confirmar que su objetivo de convertirse en un director cualificado es una aspiración adecuada, legítima y necesaria. Sin embargo, mientras persiguen su objetivo de convertirse en directores cualificados, algunas de sus ideas, puntos de vista y acciones sin principios son a menudo rechazadas, anuladas o no reconocidas. Incluso pueden enfrentarse a menudo a la poda y el trato. Esto les produce una sensación de represión en lo más profundo de su corazón, y dicen: “¿Por qué es tan difícil ser director en la casa de Dios? Fíjate en esos directores en el mundo de los incrédulos, qué glamurosos son. Tienen a gente que les sirve té, les pone bebidas y hasta les lava los pies. En la casa de Dios, ser director carece de estatus y glamur, y nadie nos considera o admira. ¿Por qué estamos siempre siendo podados y tratados? No importa lo que hagamos, nunca está bien. Qué represión. Tenemos nuestras propias ideas, puntos de vista y capacidades profesionales, así que ¿por qué siempre nos están tratando? ¿Está mal buscar nuestros propios ideales, o es posible que sea ilegítimo hacerlo? ¿Por qué es tan difícil hacer realidad nuestros ideales? Es muy represivo”. Lo piensen como lo piensen, siguen sintiéndose reprimidos. También hay ciertos cantantes que dicen: “En la casa de Dios, no busco otra cosa que no sea ser un cantante cualificado, cantar bien, exhibir mi propio estilo y ser querido por todos los que me escuchan”. Sin embargo, la casa de Dios a menudo impone varios requerimientos y principios para cantar himnos, y se poda y trata a menudo a estos cantantes por vulnerar con frecuencia tales requerimientos. Cuando no los tratan, se creen capaces de hacer realidad sus ideales sin problemas. Pero cuando se les trata y experimentan algunos contratiempos, sienten que sus esfuerzos y logros durante ese periodo parecen haber sido anulados, y vuelven al punto de partida. Esto provoca un sentimiento de represión en lo más profundo de sus corazones, y dicen: “¡Ah, es realmente difícil hacer realidad mis ideales! El mundo es grande, pero parece que no hay lugar para mí. Lo mismo ocurre en la casa de Dios. ¿Por qué es tan difícil emprender mi propia carrera? ¿Por qué es tan difícil hacer las cosas que quiero hacer? Nadie me da luz verde, encuentro obstáculos a cada paso, y me podan y tratan constantemente. Todo esto es un verdadero reto y una represión. En el mundo de los incrédulos, siempre están maquinando y peleándose entre ellos, y hay obstáculos en la carrera por todas partes, así que es normal sentirse reprimido. Sin embargo, ¿por qué sigo sintiéndome reprimido cuando entro en la casa de Dios con mis ideales?”. Los que se dedican a diversas tareas en la casa de Dios a menudo sufren reveses en el proceso de alcanzar sus ideales, se ven invalidados y son podados y tratados con frecuencia, y además no suelen recibir reconocimiento. Después de experimentar pasivamente estas cosas, caen sin saberlo en el desánimo, sintiendo que su vida bien podría haber terminado y que resulta imposible hacer realidad sus ideales. Antes de entrar en la casa de Dios, solían pensar: “Llevo conmigo mis propios ideales y aspiraciones. Tengo mis propios deseos, y en la casa de Dios hay infinitas posibilidades. Puedo convertirme en un director, actor o escritor competente, o incluso en bailarín, cantante o músico”. Aunque no podían demostrar su talento y alcanzar sus ideales, creían que la casa de Dios les proporcionaría su propio escenario, con un vasto espacio donde sus ideales, sueños y aspiraciones podrían hacerse realidad. Pensaban que el escenario de la casa de Dios era especialmente grande. Sin embargo, después de tantos años, se preguntan: “¿Por qué me parece que el escenario se encoge bajo mis pies? ¿Por qué se encoge mi mundo? La posibilidad de materializar mis ideales parece cada vez más remota e incluso imposible. ¿Qué está pasando?”. Llegados a este punto, estas personas aún no renuncian a sus ideales ni cuestionan la corrección de tales ideales y deseos. Siguen cargando con ellos en el cumplimiento de sus deberes. En consecuencia, sus emociones represivas las acompañan a todas partes, ya sea mientras buscan sus ideales y deseos o mientras llevan a cabo sus deberes reales. Para quienes cargan con emociones represivas, o no pueden desprenderse de ellas, la contradicción entre ambas no puede reconciliarse. Arrastran un sentimiento de represión tanto en la búsqueda de sus ideales y deseos como en el cumplimiento de sus deberes. Así que, pase lo que pase, la gente se ajusta constantemente, busca sin cesar sus ideales y sueños mientras cumple con sus deberes. También se puede decir que desempeñan sus deberes con una actitud contradictoria, sintiéndose reprimidos y reacios todo el tiempo. Sin embargo, para hacer realidad sus ideales y deseos, para demostrar su valor y luchar por ellos, no tienen más remedio que cumplir con sus deberes. No están seguros de por qué lo hacen, qué buscan ganar, qué propósito intentan alcanzar, tratan de buscar o hacer realidad. Cada vez les resulta menos claro, y el camino que tienen por delante aparece cada vez más confuso. En ese estado, ¿acaso no les resulta difícil desprenderse de sus emociones represivas o resolverlas? (Sí).

Llegados a este punto de la comunicación, vamos a continuar con ella hablando sobre cómo deben entender y percibir las personas la relación entre los ideales, deseos y deberes. Primero, hablemos sobre ideales, en concreto sobre los ideales de esas personas que mencionamos antes. ¿Resulta apropiado que busquen la consecución de sus propios ideales en la casa de Dios? (No, no es apropiado). ¿Cuál es la naturaleza del asunto? ¿Por qué es inapropiado? (Al buscar la consecución de sus ideales mientras desempeñan sus deberes, se exhiben y consolidan sus propias carreras, en lugar de buscar el desempeño de sus deberes como seres creados). Decidme, ¿es inadecuado buscar la consecución de los propios ideales y deseos? (Sí, es inadecuado). Si decís que es inadecuado, ¿priva esto a alguien de sus derechos humanos? (No). Entonces, ¿cuál es el problema? (Cuando la gente cree en Dios, deben buscar la verdad y seguir la senda que las palabras de Dios les señalan. Si solo persiguen sus propios deseos e ideales, están buscando lo que desea su carne, que es una ideología inculcada por Satanás). En el mundo, se considera apropiado buscar la consecución de los propios ideales. Sin tener en cuenta qué ideales busques, no pasa nada mientras sean legales y no crucen ninguna frontera moral. Nadie cuestiona nada, y no te enredas en cuestiones de lo que está bien o mal. Tú buscas según tus preferencias personales y, si lo consigues, si alcanzas tu objetivo, entonces has tenido éxito; pero si fallas, si fracasas, eso es cosa tuya. Sin embargo, cuando entras en ese lugar especial que es la casa de Dios, sean cuales sean los ideales y deseos que acarrees contigo, debes desprenderte de todos ellos. ¿Por qué? Vamos a referirnos a la búsqueda en sí, así que, en cuanto a la búsqueda de ideales y deseos, sea lo que sea aquello que busques en concreto, el modo de proceder y la senda que se toma giran en torno al egoísmo, el interés propio, el estatus y la reputación. Todo gira en torno a estas cosas. En otras palabras, cuando alguien busca la consecución de sus ideales, el único beneficiario es uno mismo. ¿Es justo que una persona busque convertir en realidad sus ideales en aras del estatus, la reputación, la vanidad y los intereses físicos? (No). En aras de los ideales, pensamientos y deseos personales y privados, los métodos y enfoques que adoptan son egocéntricos y se centran en el beneficio personal. Si los medimos con la verdad, no son justos ni legítimos. La gente debería desprenderse de ellos, ¿no es cierto? (Sí). Deberían desprenderse, desprenderse del egoísmo, de los ideales y deseos personales. Esto se ve desde la perspectiva de la esencia de las sendas que la gente toma: buscar la consecución de los propios ideales y deseos no es algo positivo, es algo que se ha negado. Este es un aspecto. Ahora discutamos el otro aspecto, ¿qué clase de ámbito es la casa de Dios, la iglesia, al margen de su nombre? ¿Qué clase de lugar es? ¿Cuál es la esencia de la iglesia, la casa de Dios? En primer lugar, desde una perspectiva teórica, no es el mundo, ni la sociedad, ni ninguna corporación u organización humana de la sociedad. No pertenece al mundo ni a la humanidad. ¿Por qué se creó? ¿Cuál fue la razón de su aparición y existencia? La razón es Dios y Su obra, ¿verdad? (Sí). La iglesia, la casa de Dios, existe por la presencia de Dios y Su obra. Por consiguiente, ¿es la iglesia, la casa de Dios, un lugar para exhibir talentos y convertir en realidad ideales, aspiraciones y deseos personales? (No). Está claro que no. La iglesia, la casa de Dios, existe por la presencia de Dios y la de Su obra. Como tal, no es un lugar para demostrar talentos personales o convertir en realidad ideales, aspiraciones y deseos personales. No gira en torno a la vida en la carne, las perspectivas carnales, la fama y la fortuna, el estatus, la reputación, etc.; no funciona para eso. Tampoco surgió ni existe por la fama material, el estatus, el disfrute o las perspectivas de los seres humanos. Entonces, ¿qué clase de lugar es? Puesto que la iglesia, la casa de Dios, se constituyó por la presencia de Dios y la de Su obra, ¿no se supone que debe llevar a cabo la voluntad de Dios, proclamar Sus palabras y dar testimonio de Él? (Sí). ¿No es esa la verdad? (Sí). La iglesia, la casa de Dios, existe por la presencia de Dios y la de Su obra, por lo que solo puede llevar a cabo la voluntad de Dios, proclamar Sus palabras y dar testimonio de Él. No tiene nada que ver con el estatus personal, la fama, las perspectivas o cualquier otro interés. Los principios que rigen todo el trabajo realizado por la iglesia, la casa de Dios, deben basarse en las palabras de Dios, Sus requerimientos y Sus enseñanzas. A grandes rasgos, se puede decir que gira en torno a la voluntad de Dios y Su obra; en concreto, en torno a la expansión del evangelio del reino y a dar testimonio y proclamar Su palabra. ¿Es correcto? (Sí). Aparte de llevar a cabo la voluntad de Dios, proclamar Sus palabras y dar testimonio de Él, ¿hay algo aún más importante para la iglesia, la casa de Dios? (Es el lugar donde el pueblo escogido de Dios experimenta Su obra, recibe la purificación y obtiene la salvación). Has dado en el clavo. La iglesia, la casa de Dios, es un lugar donde se lleva a cabo la voluntad de Dios, se proclama Su palabra, se da testimonio de Él, y lo más importante, es un lugar donde la gente puede recibir la salvación. ¿Se te ha quedado eso en la memoria? (Sí). Léelo. (La iglesia, la casa de Dios, es un lugar donde se lleva a cabo la voluntad de Dios, se proclama Su palabra, se da testimonio de Él, y el pueblo escogido de Dios recibe purificación y salvación). La iglesia, la casa de Dios, es un lugar donde se cumple la voluntad de Dios, se proclama Su palabra, se da testimonio de Él y Su pueblo escogido recibe purificación y salvación. Ese es el lugar que es. En un lugar semejante, ¿hay alguna tarea o proyecto, no importa cuál sea, que se ajuste a la consecución de los ideales y deseos personales? No existe ningún trabajo o proyecto que sirva para la consecución de los ideales y deseos personales, ni existe ningún aspecto de ellos destinado a tal fin. Por tanto, ¿deben existir ideales y deseos personales en la casa de Dios? (No). No, porque los ideales y deseos personales entran en conflicto con cualquier obra que Dios desee acometer en la iglesia. Los ideales y deseos personales contradicen cualquier trabajo que se haga en la iglesia. Contradicen la verdad, se desvían de la voluntad de Dios, de la proclamación de Sus palabras, de dar testimonio de Él y de la obra de purificación y salvación del pueblo escogido de Dios. Cualesquiera que sean los ideales de uno, mientras se trate de ideales y deseos personales, impedirán que los demás sigan la voluntad de Dios, y afectarán u obstaculizarán la proclamación de Sus palabras y que se dé testimonio de Él. Por supuesto, mientras se trate de ideales y deseos personales, no pueden facilitar que la gente reciba la purificación y la salvación. No es solo una cuestión de contradicción entre ambas partes, sino que son fundamentalmente opuestas. Mientras persigues tus propios ideales y deseos, obstruyes que se lleve a cabo la voluntad de Dios, el trabajo de proclamar Sus palabras y dar testimonio de Él, así como la salvación de los demás y, por supuesto, la tuya. En resumen, da igual cuáles sean los ideales de las personas, no sirven para cumplir la voluntad de Dios y no pueden lograr el resultado real de la sumisión absoluta a Dios. Cuando la gente persigue sus ideales y deseos, su fin último no es comprender la verdad, ni entender cómo comportarse, cómo satisfacer la voluntad de Dios y cómo cumplir bien con sus deberes y cumplir su papel como seres creados. No se trata de que las personas sientan auténtica reverencia y sumisión hacia Dios. Al contrario, cuanto más se hacen realidad los propios ideales y deseos, más se aleja uno de Dios y más se acerca a Satanás. Del mismo modo, cuanto más persigue uno sus ideales y los alcanza, más rebelde contra Dios se vuelve su corazón, más se aleja de Él, y al final, en cuanto uno puede cumplir sus ideales como desea y realizar y satisfacer sus deseos, se vuelve más desdeñoso hacia Dios, Su soberanía y todo lo relacionado con Él. Puede incluso caminar por la senda de la negación, la resistencia y la oposición a Dios. Al final, ese es el resultado.

Tras entender lo que es la casa de Dios, la iglesia, las personas deben también entender qué talante y postura han de adoptar mientras viven y sobreviven en la casa de Dios, como miembros de ella. Algunos han dicho: “No nos dejas buscar la consecución de nuestros propios ideales o hacer realidad nuestros propios deseos”. No os estoy impidiendo que persigáis vuestros propios ideales; te estoy diciendo cómo vivir adecuadamente en la casa de Dios, cómo adoptar una postura adecuada y cumplir con tus deberes en la casa de Dios como un ser creado. Si insistes en buscar la consecución de tus propios ideales, entonces puedo ser directo y decirte: ¡Por favor, vete! La iglesia no es un lugar donde buscar hacer realidad tus ideales. Fuera de la casa de Dios, puedes hacer cualquier cosa que quieras y perseguir tus propios ideales y aspiraciones. Lo único que tienes que hacer es abandonar la casa de Dios, y nadie se interpondrá en lo que haces. Sin embargo, la iglesia, la casa de Dios, no es un lugar apropiado para que busques la consecución de tus ideales. Para ser más precisos, es imposible que busques tus propios ideales y deseos en este lugar. Si te quedas en la casa de Dios, la iglesia, aunque solo sea por un día, ni siquiera pienses en hacer realidad o alcanzar tus propios ideales. Si dices: “Renuncio a mis propios ideales. Estoy dispuesto a cumplir con mis deberes según los requerimientos de Dios y a convertirme en un ser creado competente”, entonces esto sería aceptable. Podrías cumplir tus deberes de acuerdo con tu posición y según las reglas en la casa de Dios. Pero si insistes en perseguir y hacer realidad tus propios ideales, con el objetivo de no vivir tu vida en vano, entonces puedes renunciar a tus deberes y abandonar la casa de Dios. O puedes escribir un enunciado, diciendo: “Me retiro voluntariamente de la Iglesia de Dios Todopoderoso para buscar la consecución de mis propios ideales y deseos. El mundo es grande, y debe haber un lugar para mí en él. Adiós”. De esa manera, te puedes marchar de una manera apropiada y adecuada y perseguir tus propios ideales. Sin embargo, si dices: “Prefiero renunciar a mis propios ideales, cumplir con mis deberes en la casa de Dios, ser un ser creado competente y aspirar a la salvación”, entonces podemos encontrar cierto terreno común entre nosotros. Dado que deseas permanecer en paz en la casa de Dios como miembro, primero debes aprender a ser un buen ser creado y cumplir con tus deberes conforme a tu posición. En la casa de Dios, te convertirás en un ser creado que hace honor a su nombre. El ser creado es tu identidad exterior y tu título, y debe venir acompañado de manifestaciones y sustancia específicas. No se trata solo de tener el título, sino que, puesto que eres un ser creado, has de cumplir con los deberes de un ser creado. Puesto que eso es lo que eres, debes cumplir con las responsabilidades como tal. Entonces, ¿cuáles son los deberes y responsabilidades de un ser creado? La palabra de Dios establece claramente los deberes, obligaciones y responsabilidades de los seres creados, ¿no es así? A partir de hoy, eres un auténtico miembro de la casa de Dios, es decir, te reconoces como uno de los seres que Él creó. En consecuencia, a partir de hoy, debes reconsiderar tus planes de vida. Debes desprenderte de los ideales, deseos y objetivos que te habías fijado para tu vida y no seguir persiguiéndolos. En cambio, debes cambiar tu identidad y tu perspectiva para planificar los objetivos de vida y la dirección que debe tener un ser creado. Ante todo, tus objetivos y la dirección en la que vas no deberían ser los de llegar a líder, o dirigir o destacar en cualquier industria, o convertirte en una figura de renombre que lleva a cabo una determinada tarea o domina una habilidad particular. Tu objetivo debe ser recibir tu deber de Dios, es decir, saber qué trabajo debes hacer ahora, en este momento, y comprender qué deber has de cumplir. Debes preguntar qué es lo que Dios requiere de ti y qué deber se ha dispuesto para ti en Su casa. Debes comprender y obtener claridad sobre los principios que debes entender, a los que debes aferrarte y seguir en relación con ese deber. Si no eres capaz de recordarlos, puedes escribirlos en un papel o registrarlos en tu ordenador. Tómate tu tiempo para repasarlos y reflexionar sobre ellos. Como miembro de la creación, el principal objetivo de tu vida debería ser cumplir con tu deber como ser creado y convertirte en uno competente. Este es el objetivo vital más fundamental que debes tener. El segundo y más específico es cómo cumplir con tu deber como ser creado y convertirte en uno competente. Por supuesto, cualquier meta o rumbo relacionado con tu reputación, estatus, vanidad, futuro, etc. se debe abandonar. Algunos se preguntarán: “¿Por qué debemos renunciar a eso?”. Es muy sencillo. Buscar fama, riqueza y estatus obstaculizará el cumplimiento de la voluntad de Dios, interrumpirá ciertos trabajos en la casa de Dios o en la iglesia, e incluso socavará ciertos trabajos de esta. Afectará a la difusión de la palabra de Dios, a dar testimonio de Él y, lo más grave, a que la gente reciba la salvación. Para cumplir con tu deber de manera competente y convertirte en un ser creado competente, puedes establecer objetivos y resumir tus experiencias de la forma que quieras, pero nunca debes buscar la consecución de tus propios ideales. Tus ideales no deben mezclarse con ninguno de los principios o enfoques que adoptes en el cumplimiento de tu deber. Para cumplir con tu deber de forma competente y convertirte en un ser creado competente, debes buscar principios dentro de las palabras de Dios y una senda de práctica más precisa, en lugar de resumir tus propias ideas y oportunidades personales fuera de las palabras de Dios. Estos principios de práctica giran en última instancia en torno a cómo ser un ser creado competente y cumplir con tu deber. Todo se centra en la comprensión de la verdad, en el cumplimiento de tu deber como ser creado y, en última instancia, en la comprensión de los principios a los que debes atenerte cuando te enfrentes a diversas personas, acontecimientos y cosas durante el cumplimiento de tu deber o en tu vida cotidiana. ¿Queda claro? (Sí). Por supuesto, si cumples con tu deber de acuerdo con los requerimientos y principios de la casa de Dios, y te esfuerzas por ser un ser creado competente, puedes lograr estos resultados. No obstante, si buscas la consecución de tus propios ideales, nunca recibirás la aprobación de Dios.

Cualquiera que busque con insistencia la consecución de sus propios ideales sin seguir la senda de buscar la verdad, acabará por volverse más arrogante, egoísta, agresivo, despiadado y avaricioso. ¿Qué más? También se mostrará cada vez más inflado y pagado de sí mismo. Sin embargo, se vive con más semejanza humana cuando se renuncia a perseguir la consecución de los propios ideales y deseos, y en su lugar se busca la comprensión de distintas verdades, así como de diversos aspectos de las palabras de Dios y de los criterios de la verdad relativos a la manera de contemplar a las personas y las cosas, comportarse y actuar. Al llevar a cabo diversas tareas o experimentar distintos entornos, estas personas ya no se sentirán perdidas y confusas como antes. Además, ya no estarán atrapadas en emociones negativas, como solían, sintiéndose incapaces de liberarse, limitadas y atadas por pensamientos y emociones negativos, lo que a la larga las lleva a estar controladas y envueltas en diversas emociones negativas. El hecho de buscar hacer realidad sus propios ideales y deseos solo las aleja más de los principios, tanto los de las palabras de Dios como los de convertirse de forma precisa en seres creados competentes. Desconocen el modo de someterse a los arreglos e instrumentaciones de Dios, y no comprenden en qué consiste la vida humana, envejecer, la enfermedad y la muerte. No saben cómo manejar el odio o lidiar con diversas emociones negativas. Por supuesto, tampoco tienen ni idea de cómo manejar a las personas, los acontecimientos y las cosas que aparecen en sus vidas. Cuando se enfrentan a todo ello, se ven impotentes, les invade la confusión y se sienten perdidas. Al final, lo único que pueden hacer es dejar que las emociones, los pensamientos y los puntos de vista negativos se propaguen y se desarrollen en sus corazones, dejándose controlar y atar por ellos. Además, guiadas por estas emociones o pensamientos y puntos de vista negativos, también pueden adoptar comportamientos extremos, o hacer cosas que les perjudiquen a ellas mismas y a los demás, acarreando consecuencias impensables. Tales acciones obstruyen las búsquedas legítimas de las personas y dañan la conciencia y la razón que deberían tener. Por tanto, ahora lo más importante es que examinen en lo más profundo de sus corazones cuáles son las cosas que todavía anhelan y cuáles son las que pertenecen a la carne, al mundo y a los intereses de la carne, como la fama, el prestigio, la reputación, el estatus, la riqueza, etc., que todavía anhelan, que aún necesitan y que son incapaces de desentrañar, y que con frecuencia las atan y tientan. Es incluso posible que se sientan profundamente atrapadas por estas cosas o que sientan una profunda admiración hacia ellas, y bastaría con un pequeño paso en falso para que estas las acaben atrapando fácilmente en cualquier momento y lugar. En ese caso, tales cosas son sus ideales. Una vez que alcanzan estos ideales, entonces es cuando se convierten en su perdición y en el origen de su caída. ¿Cómo contempláis este asunto? (Las personas deben examinar en lo más profundo de su corazón qué cosas siguen anhelando. Necesitan desentrañar cosas como la fama carnal y mundana, el prestigio, la reputación, el estatus, la riqueza, etc.; de lo contrario, podrían acabar fácilmente capturados por ellas). Pueden acabar capturados por ellas, ¿verdad? Por tanto, estas cosas de la carne son muy peligrosas. Si no puedes desentrañarlas, siempre correrás el peligro de ser influenciado o incluso capturado por ellas. Por tanto, lo más importante que debéis hacer ahora es analizar y entender estas cosas de la carne que he mencionado antes, basándoos en las palabras de Dios y en la verdad. Una vez que podáis sacarlas a la luz y discernirlas, debéis desprenderos de ellas y dedicar vuestro cuerpo, mente y energías a convertiros en un ser creado corriente, así como a vuestros deberes y trabajo actuales. Deja de considerarte una persona especial o invencible, o alguien de un talento o habilidades extraordinarias. No eres más que un individuo insignificante. ¿Cómo de insignificante? Entre todos los seres y las cosas creados por Dios, eres simplemente uno de ellos, el más corriente. ¿Hasta qué punto eres corriente? Eres tan común como cualquier brizna de hierba, como cualquier árbol, montaña, gota de agua o incluso grano de arena en la orilla. No hay nada de lo que puedas alardear, nada digno de admiración. Así de corriente eres. Además, si sigue habiendo imágenes de ídolos, de grandes figuras, celebridades o grandes personalidades que se alzan en lo más profundo de tu corazón, o ciertas cosas que envidias, debes eliminarlas y desprenderte de ellas. Has de desentrañar su esencia naturaleza, y volver a la senda de ser un ser creado corriente. Ser un ser creado corriente y cumplir con tus deberes es lo más fundamental que debes hacer. Entonces, has de regresar a este tema de buscar la verdad y dedicar más esfuerzo a ella. Trata de minimizar tu exposición a noticias externas, información, acontecimientos y perfiles de celebridades. Es mejor evitar cualquier cosa que pueda reavivar el deseo de hacer realidad tus propios ideales. Ahora tienes que distanciarte de las personas, los acontecimientos y las cosas que no te benefician y que son negativas. Aíslate de ellos e intenta alejarte de todo en este mundo complicado y caótico. Aunque no supongan una amenaza o tentación para ti, debes distanciarte. Es como cuando Moisés vivió en el desierto durante cuarenta años, ¿no fue capaz de continuar viviendo bien? Al final, a pesar de su escasa capacidad para hablar, Dios lo escogió, lo cual fue lo más honorable de su vida. No fue algo malo. Por tanto, antes que nada, recupera tu corazón en el fondo de tus pensamientos, y en el fondo de tus pensamientos debes poseer una mentalidad de hambre y sed de justicia que busque la verdad en tu fe. Debes contar con ese plan, con semejante voluntad y deseo, en vez de estar constantemente pensando en tus ideales o dedicando continuos esfuerzos y contemplaciones a si puedes o no alcanzarlos. Debes romper completamente con tu apego a los ideales y deseos anteriores, y esforzarte por ser un ser creado competente y corriente. Formar parte del lado corriente de la creación no es algo malo. ¿Por qué lo digo? En realidad, es algo bueno. Desde el momento en que empiezas a desprenderte de tus ideales y deseos carnales, desde el momento en que tomas la firme decisión de ser un ser creado corriente sin ningún estatus, posición o valor especiales, significa que tienes la voluntad y determinación de someterte completamente al dominio de Dios, al dominio del Creador, permitiendo que Dios orqueste y gobierne tu vida. Tienes la voluntad de obedecer, de renunciar y dejar de lado los ideales y deseos personales, de dejar que Dios sea tu Señor y rija tu destino, de convertirte en un ser creado competente con esa mentalidad, y de cumplir bien con tu deber con semejante mentalidad y talante. Esta es la perspectiva de vida que debes tener. ¿Es esto lo correcto? ¿Es la verdad? (Sí). ¿En qué se centran tus objetivos vitales y la dirección de tu vida? (En cumplir con los deberes de un ser creado). Eso es lo más básico. ¿En qué más? (En la búsqueda para convertirme en un ser creado corriente). ¿Algo más? (En buscar la verdad para alcanzar la salvación). Correcto. ¿Algo más? (En centrarme en las palabras de Dios y dedicar más esfuerzo a la verdad). Eso parece un poco más concreto, ¿no? Todas las metas y la dirección de tu vida deben girar en torno a las palabras de Dios, y debes dedicar más esfuerzo a la verdad. Aprovecha el entusiasmo que tenías cuando perseguías ideales vagos y redirígelo hacia la lectura de las palabras de Dios y la reflexión sobre la verdad, y comprueba si progresas en dirección a ella. Si realmente has progresado hacia la verdad, se producirán en ti manifestaciones específicas. Es decir, cuando te enfrentes a diversas personas, acontecimientos y cosas que impliquen pensamientos y puntos de vista humanos, además de principios, ya no te sentirás perdido, confundido, perplejo o desconcertado. En lugar de eso, le orarás a Dios, Sus palabras te guiarán, tendrás un corazón tranquilo y firme, y sabrás cómo actuar de una manera que se someta a Dios y cumpla con Su voluntad. Entonces es cuando realmente estarás en la senda correcta de la vida. Muchas personas progresan lentamente en sus vidas porque, en el proceso de cumplir con sus deberes, siempre persiguen sus propios ideales, fama, estatus y las metas de vida que imaginan, y desean recibir bendiciones mientras satisfacen sus deseos carnales. Por consiguiente, no pueden cumplir con sus deberes con los pies en la tierra y no experimentan la verdadera entrada en la vida. De principio a fin, son incapaces de compartir una experiencia y un testimonio auténticos. En consecuencia, por mucho tiempo que lleven cumpliendo con sus deberes, su progreso de entrada en la vida y en la verdad sigue siendo mínimo, y da poco fruto. Si te dedicaras de verdad a cumplir con tus deberes, empleando toda tu energía a la búsqueda de la verdad y trabajando duro en esa dirección, no tendríais el estado, la estatura y la condición que tenéis. Esto se debe a que la gente suele centrarse solo en las labores mundanas, en el trabajo profesional y en la tarea que tiene entre manos, y la esencia subyacente de estas actividades es satisfacer los deseos y aspiraciones personales mientras convierte en realidad sus propios ideales. ¿Cuáles son estos ideales? Las personas siempre quieren encontrarse a sí mismas en su trabajo, y habiendo conseguido ciertos logros, obtenido ciertos resultados y ganado el reconocimiento de los demás, al mismo tiempo quieren siempre hacer realidad sus sueños y los objetivos de su búsqueda para demostrar su propio valor. Entonces se sienten realizados. Sin embargo, esto no es la búsqueda de la verdad; es simplemente satisfacer el vacío dentro de sí mismos y utilizar el trabajo para enriquecer sus vidas. ¿No es así? (Sí). Por tanto, no importa cuánto tiempo trabaje una persona o cuánto trabajo realice, nada de ello está relacionado con la verdad. Continúan sin comprenderla y están lejos de buscarla. En cuanto a los principios relacionados con sus responsabilidades en el trabajo, siguen sin tener entrada ni comprensión. En consecuencia, os sentís agotados y os preguntáis: “¿Por qué siempre nos tratan? Nos hemos esforzado mucho, hemos soportado muchas adversidades y hemos pagado un alto precio. ¿Por qué nos siguen tratando?”. Es porque no entiendes los principios. Nunca has entendido o captado los principios, ni les has dedicado esfuerzo. En otras palabras, no te has esforzado en la verdad, en las palabras de Dios. Te limitas a seguir algunas reglas y a actuar según tu propia imaginación. Siempre vives en un mundo de tus propios ideales y nociones, y todo lo que haces es irrelevante para la verdad. Persigues tu propia carrera, no cumples la voluntad de Dios. Entonces, sigues sin entender los principios de las palabras de Dios y, al final, algunas personas son catalogadas de hacedores de servicio, y otras se sienten agraviadas. ¿Por qué se sienten agraviadas? Porque piensan que sufrir y pagar un precio equivale a practicar la verdad. En realidad, lo que para ellos es sufrimiento y pagar un precio es solo soportar algunas adversidades. No es practicar la verdad ni seguir el camino de Dios. Más concretamente, no tiene nada que ver con practicar la verdad; es solo esforzarse y trabajar. El mero hecho de esforzarse y trabajar, ¿supone cumplir con sus deberes de manera competente? ¿Es ser un ser creado competente? (No). Existe una distancia y una brecha entre ambas cosas.

Respecto al tema de desprenderse de las emociones negativas de represión, vamos a terminar aquí nuestra comunicación por hoy. ¿Podéis ver con claridad estos problemas que surgen en aquellas personas que se sienten reprimidas porque no pueden alcanzar sus propios ideales y deseos? (Sí, está claro). ¿Qué está claro? Resumamos un poco. En primer lugar, hablemos de lo que son los ideales. Los ideales que se analizan aquí son negativos, no son cosas legítimas ni positivas. ¿Qué son los ideales? Utilizad un lenguaje preciso para dar una definición de “ideales”. (Son pensamientos vacíos que se apartan de la conciencia y la razón humanas normales, que los seres humanos imaginan para sí mismos pero que no se ajustan a la realidad. No son reales). Lo que has mencionado son los ideales de los idealistas. ¿Cómo definirías los ideales en general? ¿Podéis definirlos? ¿Resultan difíciles de definir? ¿Cuáles son los objetivos que la gente persigue para mejorar su estatus, su reputación y sus perspectivas? (Los objetivos que la gente persigue para mejorar su estatus, reputación y perspectivas son ideales). ¿Es correcta esta definición? (Sí). Los objetivos que la gente persigue para su propio estatus, reputación, perspectivas e intereses son ideales y deseos. ¿Es esta la definición amplia de ideales a la que se refieren los incrédulos? Los estamos definiendo en base a su esencia subyacente, ¿verdad? (Sí). Con independencia del tipo específico de ideales, ya sean elevados, bajos o en el promedio, todos son objetivos que persigue la gente por su propio interés. Dichos objetivos son sus ideales o deseos. ¿Acaso no es este el ideal sobre el que hemos comunicado y que hemos analizado en los ejemplos anteriores? Los objetivos que la gente persigue para mejorar su propio estatus, reputación, perspectivas, intereses, etc., son ideales y deseos. Aquellos que persiguen ideales y deseos pero no pueden hacerlos realidad, a menudo se sienten reprimidos dentro de la iglesia, albergan ese sentimiento de represión. Piénsalo un momento, ¿te hallas tú también en tal estado y situación? ¿También vives a menudo en tal condición, con semejantes emociones? Si tienes estas emociones, ¿por qué te esfuerzas? Es por tu propio estatus, reputación, perspectivas e intereses. Los ideales y objetivos que te has marcado se ven restringidos y obstaculizados a menudo por la verdad y las cosas positivas; no pueden hacerse realidad. En consecuencia, te sientes infeliz y vives con emociones de represión. ¿Acaso no es así? (Sí). Este es el problema de los ideales humanos. Primero analizamos los ideales humanos, ¿sobre qué comunicamos después? Comunicamos que la iglesia, la casa de Dios, no es el lugar para que la gente cumpla con sus ideales. Luego comunicamos sobre los objetivos correctos que la gente debe perseguir en su fe en Dios, sobre cómo ser un ser creado competente y cómo cumplir con los deberes de un ser creado. ¿No es así? (Sí). El principal propósito de comunicar estas cosas es contarle a la gente cómo elegir y cómo tratar sus ideales y deberes. Han de abandonar sus ideales inapropiados, mientras que sus deberes son aquello por lo que deben pagar en esta vida y a lo que deben dedicarse durante toda ella. Los deberes de un ser creado son cosas positivas, mientras que los ideales humanos no lo son y no hay que aferrarse a ellos, sino abandonarlos. A lo que la gente debe aferrarse y a lo que debe aspirar es a convertirse en un ser creado competente y a cumplir sus deberes como tal. Entonces, ¿qué debe hacer la gente cuando sus ideales entran en conflicto con sus deberes? (Deben desprenderse de sus ideales y abandonarlos). Han de abandonar sus ideales y aferrarse a sus deberes. No importa cuándo o hasta qué edad vivan, lo que deben hacer y lo que deben buscar debe girar en torno a cómo cumplir con los deberes de un ser creado y lograr la sumisión a Dios, a Sus palabras y a la verdad. Solo mediante esa práctica se puede vivir una vida significativa y valiosa, ¿verdad? (Sí). Muy bien, vamos a concluir aquí nuestra comunicación por hoy. Adiós.

10 de diciembre de 2022

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