1 Dios ha concedido de manera gratuita Su vida a las personas, convirtiéndola, así, en su vida. Entonces, ¿qué es lo que han recibido de Dios los seres humanos? ¡La vida de Dios! Por consiguiente, lo que los seres humanos obtienen de Dios es invaluable y, aunque Él le otorga a la humanidad estas cosas absolutamente invaluables, Él no gana nada; la mayor beneficiaria es la humanidad. Los seres humanos cosechan las mayores ganancias; son los mayores beneficiarios.

2 Ahora, cuando comparamos un beneficio tan grande obtenido por los humanos con las promesas que imaginan que Dios les otorgaría o con la buena fortuna que desean, ¿qué es lo que más necesita la humanidad? ¿Qué es más importante: tu deseo de bendiciones o vivir auténticamente la vida que Dios te ha otorgado? ¿Cuál puede permitirte mejor venir ante Dios y adorarlo sinceramente? ¿Y cuál no hace que Dios te deteste, abandone o castigue? ¿Cuál puede permitirte vivir eternamente?

3 Solo aceptando la vida que proviene de Dios puedes salvar tu propia vida. Si obtienes esta vida, entonces la tuya será ilimitada; esto es la vida eterna. Si alguien no ha obtenido la vida que proviene de Dios, entonces, debe morir, sin duda, y su vida es finita. ¿Puede llamarse vida eterna a una vida finita? Obtienes la vida eterna de Dios. ¿Puede sustituirla tu deseo de obtener bendiciones? ¿Puede el deseo de las personas de obtener bendiciones salvarlas de morir?

Adaptado de La Palabra, Vol. III. Discursos de Cristo de los últimos días. El hombre es el mayor beneficiario del plan de gestión de Dios