Ⅰ

Cuando Dios pone a prueba la fe del hombre,

nadie da testimonio real ni ofrece todo su ser.

El hombre se esconde, no se abre,

como si Dios fuera a robar su corazón.

Hasta Job no se mantuvo firme,

no derramó dulzura mientras sufría.

El hombre produce verde en la cálida primavera.

No sigue verde en el frío invierno.

El hombre, de tan pequeña estatura,

no puede cumplir la intención de Dios.

Solo cuando Su castigo descienda sobre el hombre,

se dará cuenta de Su obra.

Sin hacer nada y sin obligar a nadie,

el hombre lo conocerá y Su obra verá.

Ⅱ

En toda la humanidad no hay nadie,

nadie que pueda ser un modelo para otros.

Todos los hombres son en esencia iguales,

sin casi diferencias entre sí.

Por esa razón, incluso hoy

el hombre no puede conocer toda Su obra.

Solo cuando Su castigo descienda sobre el hombre,

se dará cuenta de Su obra.

Sin hacer nada y sin obligar a nadie,

el hombre lo conocerá y Su obra verá.

Este es el plan de Dios.

Es el aspecto de Sus obras que se manifiesta.

Es lo que el hombre debe saber.

Adaptado de La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Las palabras de Dios al universo entero, Capítulo 26