El consejo de los últimos días

despierta al hombre de un sueño profundo.

Los recuerdos dolorosos torturan mi conciencia.

Oro en confusión y temor, arrepentido con el corazón.

Eres tan bondadoso, pero te engañé con falso amor.

Mi alma malvada no conocía el arrepentimiento.

Vivía en el pecado, sin temor.

Sin importarme cómo te sentías,

sólo quería Tu gracia.

Ahogado en el remordimiento, no puedo parar.

El auto engaño es difícil de ocultar.

Sin saber que eres fiel y justo,

intenté buscar una salida.

Cuando llegue el desastre, ¿quién te detiene?

Solo quedan suspiros y lamentos,

viviendo en el pecado y la corrupción.

La culpa crece en mi corazón.

Las palabras sinceras perduran en mí.

Odio lo vil que he sido.

Sin nada, enfrento Tus palabras.

Demasiado avergonzado para verte.

de Seguir al Cordero y cantar nuevos cánticos