Ⅰ

Dios salva al hombre por amor,

por misericordia y por Su plan.

Como el hombre ha caído tan bajo,

Dios debe hablarle personalmente.

Cuando la salvación llega al hombre, es la mayor gracia.

Si no fuera por la voz de Dios en persona, la humanidad perecería.

A la vez que Dios detesta a la raza humana,

paga por la salvación del hombre.

A la vez que el hombre insiste en su amor por Dios,

se rebela y extorsiona Su gracia,

esto lastima a Dios y le causa un terrible dolor.

¡Tal es el contraste de lo desinteresado y lo egoísta

entre Dios y el hombre!

De cada palabra de Dios, la humanidad gana la verdad,

logra cambiar y encuentra el camino en la vida.

Pero Dios solo escucha susurros de alabanza

o palabras baratas que le muestran su deuda.

¿Acaso es esta la recompensa que Dios exige del hombre?

Ⅱ

Es muy probable que el hombre tome a Dios por uno de ellos.

El gran dolor de Dios es el rechazo del hombre,

cuando Él aparece u obra.

Dios soporta la humillación para salvar a la humanidad.

Él da todo para salvar al hombre,

quiere el reconocimiento del hombre.

El precio que Dios pagó por esto

debe ser apreciado por el hombre.

La raza humana obtuvo las palabras de Dios,

Su obra y Su salvación.

Pero al mismo tiempo, nadie ha preguntado nunca:

¿Qué es lo que Dios ha ganado de la humanidad?

¿Qué es lo que Dios ha ganado de la humanidad?

De cada palabra de Dios, la humanidad gana la verdad,

logra cambiar y encuentra el camino en la vida.

Pero Dios solo escucha susurros de alabanza

o palabras baratas que le muestran su deuda.

¿Acaso es esta la recompensa que Dios exige del hombre?

De cada palabra de Dios, la humanidad gana la verdad,

logra cambiar y encuentra el camino en la vida.

Pero Dios solo escucha susurros de alabanza

o palabras baratas que le muestran su deuda.

¿Acaso es esta la recompensa que Dios exige del hombre?

Adaptado de La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Declaraciones de Cristo en el principio, Introducción