8. ¿Cómo la encarnación de Dios para la realización de Su obra de juicio pone fin a la creencia de la humanidad en el Dios vago y a la era oscura del dominio de Satanás?

Versículos bíblicos como referencia:

“Y acontecerá en los últimos días, que la montaña de la casa de Jehová será establecida en lo alto de las montañas y será exaltada sobre los collados; y todas las naciones irán a él. Y muchos pueblos irán y dirán: venid y subamos a la montaña de Jehová, a la casa del Dios de Jacob; y Él nos enseñará sus caminos y caminaremos por sus sendas: porque de Sion saldrá la ley, y la palabra de Jehová de Jerusalén. Y Él juzgará entre las naciones y reprenderá a muchas personas; y convertirán sus espadas en rejas de arado, y sus lanzas en hoces: nación no alzará espada contra nación, ni se adiestrarán más para la guerra. Oh casa de Jacob, venid y caminaremos en la luz de Jehová” (Isaías 2:2-5).*

“Te damos gracias, oh Señor Dios Todopoderoso, el que eres y el que eras, porque has tomado tu gran poder y has comenzado a reinar. Y las naciones se enfurecieron, y vino tu ira y llegó el tiempo de juzgar a los muertos y de dar la recompensa a tus siervos los profetas, a los santos y a los que temen tu nombre, a los pequeños y a los grandes, y de destruir a los que destruyen la tierra” (Apocalipsis 11:17-18).

Las palabras relevantes de Dios:

La llegada de Dios encarnado de los últimos días ha puesto fin a la Era de la Gracia. Él ha venido principalmente a pronunciar Sus palabras —usando las palabras para perfeccionar al hombre, para iluminarlo y esclarecerlo— y así elimina el lugar del Dios vago en su corazón. Cuando Jesús vino, no llevó a cabo esta etapa de la obra. Cuando Él vino, hizo muchos milagros, sanó a los enfermos y echó fuera demonios, y realizó la obra de redención de la crucifixión. Como consecuencia, en sus nociones, las personas creen que así es como Dios debería ser. Porque cuando vino Jesús, no llevó a cabo la obra de eliminar la imagen del Dios vago del corazón del hombre; cuando vino, fue crucificado, sanó a los enfermos y echó fuera demonios, y predicó el evangelio del reino de los cielos. En un aspecto, la encarnación de Dios durante los últimos días elimina el lugar ocupado por el Dios vago en las nociones del hombre, de tal forma que la imagen del mismo ya no está más en su corazón. Por medio de Sus palabras y Su obra prácticas, de Su movimiento por todas las tierras, y de la obra excepcionalmente práctica y normal que realiza entre los hombres, Él hace que estos lleguen a conocer la practicidad de Dios y elimina el lugar del Dios vago en el corazón de los hombres. En otro aspecto, Dios usa las palabras habladas por Su carne para hacer completo al hombre, y cumplir todas las cosas. Esta es la obra que Dios cumplirá durante los últimos días.

La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Conocer la obra presente de Dios

Al venir en medio de los hombres hoy, el propósito de Dios no es otro que transformar sus pensamientos y espíritus, así como la imagen de Dios que han tenido en su corazón durante millones de años. Él aprovechará esta oportunidad para perfeccionar al hombre. Es decir, por medio del conocimiento humano, Él cambiará la forma en que la gente llega a conocerlo y su actitud hacia Él, permitiendo al hombre que tenga un nuevo comienzo triunfante al llegar a conocer a Dios y así se logre renovar y transformar el espíritu humano. La poda y la disciplina son los medios, mientras que conquistar y renovar son los objetivos. Disipar los pensamientos supersticiosos que el hombre ha mantenido sobre el Dios vago siempre ha sido la intención de Dios, y, últimamente, esto se ha convertido también en el propósito de urgencia para Él. Ojalá que todas las personas adopten una visión a largo plazo al considerar esta situación.

La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. La obra y la entrada (7)

Es hasta hoy, cuando vengo personalmente entre los hombres y pronuncio Mis palabras, que el hombre tiene un poco de conocimiento de Mí y elimina el sitio que “Yo” ocupo en sus pensamientos, y en cambio crea un lugar para el Dios práctico en su conciencia. El hombre tiene nociones y está lleno de curiosidad; ¿quién no querría ver a Dios? ¿Quién no querría encontrarse con Él? No obstante, la única cosa que ocupa un lugar definido en el corazón del hombre es el Dios que este siente que es ambiguo y abstracto. ¿Quién se daría cuenta de esto si Yo no se lo dijera claramente? ¿Quién creería verdaderamente, con certeza y sin una pizca de duda, que Yo, en verdad, existo? Existe una inmensa diferencia entre el “Yo” en el corazón del hombre y el “Yo” de la realidad, y nadie es capaz de establecer comparaciones entre ellos. Si Yo no me hubiera hecho carne, el hombre nunca me habría conocido, e, incluso si hubiera llegado a hacerlo, ¿no seguiría siendo tal conocimiento una noción? […]

[…] Como el hombre ha sido tentado y corrompido por Satanás, y como las nociones y el pensamiento se han adueñado de él, me he hecho carne con el fin de conquistar personalmente a toda la humanidad, exponer todas las nociones del hombre y destrozar su pensamiento. Como consecuencia, el hombre ya no se pavonea delante de Mí ni me sirve más usando sus propias nociones; así, el “Yo” de sus nociones se desvanece completamente.

La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Las palabras de Dios al universo entero, Capítulo 11

Para todos aquellos que viven en la carne, buscar un cambio de carácter requiere metas que perseguir y buscar conocimiento de Dios exige ser testigos de los hechos prácticos y del rostro real de Dios. Ambas cosas solo las puede lograr la carne encarnada de Dios, la carne normal y tangible. Por esta razón, la encarnación es necesaria; toda la humanidad corrupta la necesita. Ya que a las personas se les pide que conozcan a Dios, las imágenes de dioses ambiguos y sobrenaturales deben ser disipadas de sus corazones, y ya que se les pide que desechen su carácter corrupto, primero deben conocerlo. Si solo el hombre realiza la obra para disipar las imágenes de los dioses vagos de los corazones de las personas, entonces fracasará en conseguir el efecto deseado. Las imágenes de los dioses vagos que están en los corazones de las personas no se pueden exponer, desechar o expulsar por completo solo con palabras. Al hacerlo así, a la larga no será posible disipar estas cosas que están profundamente arraigadas en las personas. Solo al sustituir estas cosas vagas y sobrenaturales por el Dios práctico y la verdadera imagen de Dios y hacer que las personas las conozcan poco a poco, se puede lograr el efecto debido. El hombre reconoce que el Dios al que buscó en tiempos pasados es vago y sobrenatural. Lo que puede lograr este efecto no es la guía directa del Espíritu, mucho menos las enseñanzas de un cierto individuo, sino el Dios encarnado. Las nociones del hombre se ponen al descubierto cuando el Dios encarnado hace de manera oficial Su obra, porque la normalidad y la practicidad del Dios encarnado es la antítesis del dios vago y sobrenatural que hay en la imaginación del hombre. Las nociones originales del hombre solo se pueden revelar cuando se contrastan con el Dios encarnado. Sin la comparación con el Dios encarnado, no se podrían revelar las nociones del hombre; en otras palabras, sin la practicidad como contraste, las cosas vagas no se podrían revelar. Nadie es capaz de usar palabras para hacer esta obra y nadie es capaz de articular plenamente esta obra usando palabras. Dios mismo puede hacer Su propia obra y nadie más puede hacerla en Su lugar. No importa lo rico que sea el lenguaje del hombre, es incapaz de articular plenamente la practicidad y la normalidad de Dios. El hombre solo puede conocer a Dios de una manera más práctica y solo lo puede ver con mayor claridad si Dios personalmente obra entre los hombres y muestra por completo Su imagen y Su ser. Este efecto no lo puede lograr ningún ser humano de la carne. Por supuesto, el Espíritu de Dios también es incapaz de lograr este efecto.

La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. La humanidad corrupta está más necesitada de la salvación del Dios encarnado

La mayor fortaleza de Su obra en la carne es que Él puede dejar palabras y exhortaciones exactas y Sus intenciones precisas para la humanidad para los que lo siguen, para que después Sus seguidores puedan, de una manera más exacta y en términos más prácticos, transmitir toda Su obra en la carne y Sus intenciones respecto de toda la humanidad para los que aceptan este camino. Solo Dios en la carne obrando entre los hombres verdaderamente hace realidad que Dios esté y viva junto con el hombre y cumple el deseo del hombre de contemplar el rostro de Dios, de presenciar Su obra, y de escuchar la palabra personal de Dios. El Dios encarnado da fin a la era cuando solo la espalda de Jehová se aparecía a la humanidad y también concluye la era en que la humanidad tenía la creencia en el dios vago. En particular, la obra de la última encarnación de Dios trae a toda la especie humana a una era más realista, más práctica y bella. Esta obra no solo concluye la era de la ley y los preceptos, sino que, lo que es más importante, revela a la humanidad al Dios que es práctico y normal, que es justo y santo, que abre la obra del plan de gestión y demuestra los misterios y el destino de la humanidad, que creó a la humanidad y da fin a la obra de gestión y que ha permanecido oculto por miles de años. Esta obra da fin por completo a la era de vaguedad, concluye la era en la que toda la humanidad deseaba buscar el rostro de Dios pero no era capaz de hacerlo, termina la era en la que toda la humanidad servía a Satanás y guía a toda la humanidad hasta llegar a entrar en una era completamente nueva. Todo esto es el resultado de la obra de Dios en la carne en vez de la del Espíritu de Dios. Solo cuando Dios obra en Su carne, los que lo siguen ya no buscan ni andan a tientas por esas cosas que parecen existir y no existir a la vez, y dejan de tratar de adivinar las intenciones del dios vago. Cuando Dios difunde Su obra en la carne, los que lo siguen transmitirán la obra que ha hecho en la carne a todas las religiones y denominaciones, y van a comunicar todas Sus palabras a oídos de toda la humanidad. Todo lo que escuchen los que reciban Su evangelio va a ser los hechos de Su obra, va a ser las cosas que el hombre personalmente haya visto y escuchado, y va a ser hechos y no rumores. Estos hechos son la evidencia con los cuales Él difunde la obra y también son las herramientas que usa para difundir la obra. Sin la existencia de los hechos, Su evangelio no se difundiría a todos los países y a todos los lugares; sin los hechos, solo con las imaginaciones del hombre, Él nunca podría hacer la obra de conquistar a todo el universo. El Espíritu no es palpable para el hombre, le es invisible y la obra del Espíritu es incapaz de dejarle al hombre más pruebas o algunos más de los hechos de la obra de Dios. El hombre nunca contemplará el verdadero rostro de Dios, siempre creerá en un dios vago que no existe. El hombre nunca contemplará el rostro de Dios ni nunca escuchará las palabras pronunciadas por Dios personalmente. Las imaginaciones del hombre son huecas, después de todo, y no pueden reemplazar el verdadero rostro de Dios; el hombre no puede imitar el carácter inherente de Dios y la obra de Dios mismo. El Dios invisible en el cielo y Su obra solo pueden ser traídos a la tierra por el Dios que se hace carne y viene junto al hombre para hacer en persona Su obra. Esta es la manera más ideal para que Dios se aparezca al hombre, en la que el hombre ve a Dios y llega a conocer Su verdadero rostro, y esto no lo puede lograr un Dios no encarnado.

La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. La humanidad corrupta está más necesitada de la salvación del Dios encarnado

En la Era del Reino, Dios usa las palabras para dar paso a la nueva era, para cambiar los medios por los cuales Él obra y para llevar a cabo la obra de la era entera. Este es el principio por el cual Dios obra en la Era de la Palabra. Él se hizo carne y habla desde diferentes perspectivas, facilitando que el hombre vea realmente a Dios, quien es la Palabra manifestada en la carne, y que contemple Su sabiduría y Su maravilla. Dios obra de esta manera para lograr mejor los objetivos de conquistar a la gente, perfeccionarla y descartarla, que es el verdadero significado del uso de las palabras para obrar en la Era de la Palabra. A través de las palabras, las personas llegan a conocer la obra de Dios, Su carácter, la sustancia del hombre y aquello en lo que el hombre debe entrar. A través de las palabras, se logra toda la obra que Dios desea llevar a cabo en la Era de la Palabra. A través de las palabras, las personas son reveladas, descartadas y probadas. Las personas han visto estas palabras, han oído estas palabras y han reconocido su existencia. Como resultado, han llegado a creer en la existencia de Dios, en Su omnipotencia y sabiduría, así como en el corazón de Dios dispuesto a amar y salvar al hombre. El término “palabras” puede ser corriente y sencillo, pero las palabras procedentes de la boca del Dios encarnado sacuden el universo y transforman el corazón de las personas, sus nociones y su antiguo carácter, así como la apariencia que el mundo entero solía tener. A lo largo de las eras, solo el Dios de la actualidad obra de esta manera, y solo Él habla así y viene a salvar al hombre de ese modo. A partir de este momento, el hombre vive bajo la guía de las palabras de Dios, entre el pastoreo y la provisión de Sus palabras; la gente vive en el mundo de las palabras de Dios, entre las maldiciones y bendiciones de Sus palabras, y la mayoría vive bajo el juicio y el castigo de estas. Todas estas palabras y esta obra son en aras de la salvación del hombre, en aras del cumplimiento de la voluntad de Dios y en aras de cambiar el aspecto original del mundo de la antigua creación. Dios creó el mundo utilizando palabras, guía a todas las personas en el universo utilizando palabras, las conquista y las salva utilizando palabras, y al final Él utilizará palabras para llevar a la totalidad del mundo antiguo a su fin, completando así todo Su plan de gestión.

La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. La Era del Reino es la Era de la Palabra

Durante esta encarnación de Dios en la tierra, cuando Él realiza personalmente Su obra en medio de los hombres, toda la obra que Él lleva a cabo es para derrotar a Satanás y Él lo hará a través de la conquista del hombre y haciéndoos completos. Cuando deis un resonante testimonio, esto también será una señal de dicha derrota. Primero se conquista al hombre y, en última instancia, se le hace perfecto por completo para derrotar a Satanás. Sin embargo, en esencia, junto con la derrota de Satanás, esto también es la salvación de toda la humanidad de este vacío mar de aflicción. Independientemente de si la obra se lleva a cabo en todo el universo o en China, todo es para derrotar a Satanás y traer salvación a toda la humanidad, para que el hombre pueda entrar en el lugar de reposo. El Dios encarnado, esta carne normal, es precisamente para derrotar a Satanás. La obra de Dios en carne se usa para traer salvación a todos aquellos que están bajo el cielo y que aman a Dios, es para conquistar a toda la humanidad y, además, para derrotar a Satanás. El núcleo central de toda la obra de gestión de Dios es inseparable de esta derrota para traer salvación a toda la humanidad.

La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Restaurar la vida normal del hombre y llevarlo a un destino maravilloso

La esencia de la salvación del hombre es la guerra con Satanás, y esta guerra se refleja principalmente en dicha salvación. La etapa de los últimos días, en la que el hombre va a ser conquistado, es la última etapa de la batalla con Satanás, y también es la obra de la completa salvación del hombre del poder de Satanás. El significado interior de la conquista del hombre es el regreso de la personificación de Satanás —el hombre que ha sido corrompido por él— al Creador luego de ser conquistado, por medio de lo cual se rebelará contra Satanás y volverá por completo a Dios. De este modo, el ser humano habrá sido completamente salvado. Así, la obra de conquista es la última en la batalla contra Satanás y la fase final de la gestión de Dios por el bien de la derrota de Satanás. Sin esta obra, la plena salvación del hombre sería imposible en última instancia, también sería imposible la derrota total de Satanás y la humanidad no sería nunca capaz de entrar en el maravilloso destino, o liberarse de la influencia de Satanás. Por consiguiente, la obra de salvación del hombre no puede concluir antes de que la batalla con Satanás haya acabado, porque el núcleo central de la obra de gestión de Dios es por el bien de la salvación de la humanidad. La humanidad primitiva estaba en las manos de Dios, pero a causa de la tentación y la corrupción de Satanás, el hombre fue atado por Satanás y cayó en las manos del maligno. Satanás se convirtió, pues, en el objeto que debía ser derrotado en la obra de gestión de Dios. Al haber tomado posesión del hombre, y al ser este el capital que Dios utiliza para llevar a cabo toda gestión, si el hombre debe salvarse tendrá que ser arrebatado de las manos de Satanás; esto significa que el hombre debe ser tomado de vuelta tras haber sido retenido cautivo por Satanás. Así, Satanás debe ser derrotado mediante cambios en el antiguo carácter del hombre y la restauración de su razón original. De este modo, el hombre, que ha sido tomado cautivo, puede ser recuperado de las manos de Satanás. Si el hombre es liberado de la influencia y la esclavitud de Satanás, entonces este será avergonzado y el ser humano será rescatado en última instancia y Satanás derrotado. Al quedar el hombre libre de la oscura influencia de Satanás, se convertirá en los despojos de toda esta batalla y Satanás será objeto de castigo una vez acabada la batalla; después de esto, toda la obra de la salvación de la humanidad habrá concluido.

La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Restaurar la vida normal del hombre y llevarlo a un destino maravilloso

A medida que Mis palabras se completan, el reino se forma poco a poco en la tierra y el hombre regresa gradualmente a la normalidad, y, así, se establece en la tierra el reino que yace en Mi corazón. En el reino, todo el pueblo de Dios recupera la vida del hombre normal. Se ha ido el invierno helado, reemplazado por un mundo de ciudades primaverales, donde la primavera perdura todo el año. Ya las personas no se exponen a la desolación del mundo del hombre y ya no sufren el frío gélido del mundo del hombre. Las personas ya no pelean entre sí, los países ya no se enfrentan en guerras, ya no hay más matanzas ni la sangre que fluye de la matanza; todas las tierras están llenas de gozo, y en todas partes rebosa el calor entre los hombres. Me muevo por todo el mundo, disfruto desde lo alto de Mi trono y vivo entre las estrellas. Los ángeles me ofrecen nuevas canciones y nuevos bailes. Ya su propia fragilidad no causa que lágrimas corran por su rostro. Ya no escucho en Mi presencia el sonido del llanto de los ángeles, y ya nadie se queja conmigo de las adversidades.

La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Las palabras de Dios al universo entero, Capítulo 20

Cuando se haya hecho completo al pueblo de Dios y todos los países de la tierra se conviertan en el reino de Cristo, ese será el momento en que retumben los siete truenos. El día de hoy es un paso en dirección a esa etapa; se ha desencadenado el ataque hacia ese día. Este es el plan de Dios, y en el futuro cercano se llevará a cabo. Sin embargo, Dios ya ha cumplido todo aquello de lo que habla. Por tanto, queda claro que los países de la tierra no son sino castillos en la arena, a punto de desmoronarse; el último día es inminente y el gran dragón rojo caerá ante la palabra de Dios. Para asegurarse de que el plan de Dios sea totalmente exitoso, los ángeles han descendido al mundo humano y han comenzado a hacer su máximo esfuerzo por satisfacer a Dios, y el Dios encarnado está presente Él mismo en el campo de batalla para librar la guerra contra el enemigo. Donde esté la encarnación es donde el enemigo es exterminado. China será la primera en ser destruida; será aniquilada por la mano de Dios. Él no le dará cuartel alguno. A medida que el pueblo de Dios adquiere mayor madurez, eso demuestra que el gran dragón rojo está colapsando aún más; esto es claramente visible para el hombre. La maduración del pueblo de Dios es el augurio de la caída del enemigo. Esto es una pequeña explicación de lo que quiere decir “competir”.

La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Interpretaciones de los misterios de “las palabras de Dios al universo entero”, Capítulo 10

Cuando cada país y cada uno de los integrantes de Mi pueblo escogido regrese delante de Mi trono, con ello otorgaré toda la abundancia del cielo al mundo humano, de manera que, gracias a Mí, ese mundo rebose de una abundancia sin igual. Mientras exista el viejo mundo, lanzaré Mi ira sobre cada país y promulgaré los decretos administrativos que se hacen públicos a todo el universo, y quienquiera que los vulnere será castigado:

Cuando hablo a todo el universo, todas las personas oyen Mi voz, es decir, todos ven todos los hechos que Yo he llevado a cabo en todo el universo. Los que van en contra de Mis intenciones —es decir, los que se oponen a Mí con las acciones del hombre— caerán en medio de Mi castigo. Yo renovaré las innumerables estrellas de los cielos; gracias a Mí, el sol y la luna se renovarán. Los cielos ya no serán más como eran y todas las cosas que hay sobre la tierra serán renovadas; todo esto se logrará en virtud de Mis palabras. Todos los países del universo se dividirán de nuevo y serán reemplazados por Mi reino, de forma que los países sobre la tierra desaparecerán para siempre y solo existirá el reino que me adore; todos los países de la tierra serán destruidos y dejarán de existir. De los seres humanos del universo, todos los que son de los diablos serán aniquilados. Todos los que adoran a Satanás caerán en medio de Mi fuego ardiente: es decir que, excepto los que están ahora dentro de la corriente, todos quedarán reducidos a cenizas. Cuando Yo castigue a cada pueblo, las comunidades religiosas, en grados diferentes, regresarán a Mi reino y serán conquistadas a través de Mis hechos, porque habrán visto que “el Santo que cabalga sobre una nube blanca” ya ha llegado. Toda la humanidad será ordenada según su tipo y recibirá diversos castigos proporcionales a sus acciones. Todos aquellos que se han resistido a Mí perecerán y, en cuanto a aquellos cuyos actos en la tierra no me han involucrado, seguirán existiendo en ella bajo el gobierno de Mis hijos y de Mi pueblo debido a la forma como se han comportado. Yo apareceré ante los innumerables pueblos y países, y expresaré Mi propia voz sobre la tierra, proclamando la terminación de Mi gran obra, con lo que permitiré que todas las personas la vean con sus propios ojos.

La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Las palabras de Dios al universo entero, Capítulo 26

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Ahora ya han aparecido varios desastres inusuales, y según las profecías de la Biblia, habrá desastres aún mayores en el futuro. Entonces, ¿cómo obtener la protección de Dios en medio de los grandes desastres? Contáctanos, y te mostraremos el camino.

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