La protagonista es detenida por la policía del PCCh durante una reunión. Para obligarla a traicionar a Dios y a sus hermanos de la iglesia, la policía le impide comer, beber o dormir durante seis días y cinco noches, la golpea duramente, la tortura, se burla de ella y la humilla... La tortura es tan grave que está toda magullada y tiene las extremidades inferiores paralizadas. Con dolor, ora a Dios, cuyas palabras le dan esclarecimiento y guía, fe y fortaleza, y le permiten superar la cruel tortura de los diablos y mantenerse firme en el testimonio.