Dios traza límites para los diferentes entornos geográficos

28 Jul 2018

Hoy voy a hablar del tema de cómo estos tipos de leyes que Dios ha traído a todas las cosas nutren a la humanidad. Este es un tema un poco extenso, por lo que podemos dividirlo en varias partes y exponerlas de a una por vez para que puedan quedar claramente delineadas para vosotros. De esta forma os será más fácil comprender y podréis entenderlo gradualmente.

Comencemos por la primera parte. Cuando Dios creó todas las cosas, trazó límites para montañas, llanuras, desiertos, colinas, ríos y lagos. En la tierra hay montañas, llanuras, desiertos, colinas y diversas masas de agua. Estos constituyen diferentes tipos de terreno, ¿no es así? Entre ellos, Dios trazó límites. Cuando hablamos de trazar límites, significa que las montañas tienen sus propios trazados, las llanuras tienen los suyos, los desiertos tienen ciertos límites y las colinas tienen un área fija. También hay una cantidad fija de masas de agua como ríos y lagos. Esto es, cuando Dios creó todas las cosas, lo dividió todo muy claramente. Dios ya ha determinado cuántos kilómetros tiene el radio de cierta montaña, cuál es su extensión. También ha determinado cuántos kilómetros tiene el radio de cierta llanura y cuál es su extensión. Cuando creó a todas las cosas, Él también determinó los límites de los desiertos, así como la altura de las colinas y sus proporciones, y aquello que las bordea; todo esto fue determinado por Él. Él determinó la extensión de ríos y lagos al momento de crearlos; todos ellos tienen límites. ¿Qué queremos decir cuando hablamos de “límites”? Acabamos de explicar cómo el gobierno de Dios sobre todas las cosas está estableciendo leyes para todas ellas. Es decir, la altura y los límites de las montañas no se expandirán ni disminuirán por la rotación de la tierra ni el paso del tiempo. Son fijos, inmutables, y es Dios quien dicta su inmutabilidad. En cuanto al área de las llanuras, su extensión, lo que las limita, todo lo ha fijado Dios. Tienen sus límites y, por lo tanto, sería imposible que un montículo de tierra se elevara aleatoriamente a partir del terreno de una llanura. La llanura no puede convertirse repentinamente en montaña; eso sería imposible. Esto es lo que significan las leyes y los límites de los que acabamos de hablar. En cuanto a los desiertos, no mencionaremos sus funciones específicas o de cualquier otro tipo de terreno o ubicación geográfica aquí, sólo sus límites. Bajo el gobierno de Dios, los límites del desierto tampoco se ampliarán. Esto se debe a que Dios le ha dado su ley, sus límites. Cuán grande es su área y cuál es su función, qué lo limita, y dónde se halla ubicado, Dios ya lo ha establecido. No superará sus límites, ni cambiará su posición, y su área no aumentará arbitrariamente. Aunque los flujos de agua como los ríos y los lagos son todos ordenados y continuos, nunca cambiarán más allá de su extensión ni sobrepasarán sus límites. Todos fluyen en una dirección, hacia donde se supone que deben hacerlo, en forma ordenada. Así pues, bajo las leyes del gobierno de Dios, ningún río o lago se secará arbitrariamente ni cambiará arbitrariamente la dirección o la cantidad de su caudal por la rotación de la tierra o el paso del tiempo. Todo esto está controlado por Dios. Es decir, todas las cosas creadas por Dios en medio de esta humanidad tienen sus lugares, áreas y límites fijos. Es decir, cuando Dios creó todas las cosas, estableció sus límites y estos no se pueden alterar, renovar o cambiar de forma arbitraria. ¿Qué significa “de forma arbitraria”? Significa que no se desplazarán ni se expandirán, ni cambiarán caprichosamente su forma original por causa del clima, la temperatura, o la velocidad de rotación de la tierra. Por ejemplo, una montaña tiene determinada altura, su base es de una cierta área, y tiene una altitud concreta así como una cierta cantidad de vegetación. Dios ha planeado y calculado todo esto y eso no cambiará arbitrariamente. En cuanto a las llanuras, la mayoría de los seres humanos residen en ellas, y ningún cambio climático afectará a sus áreas o al valor de su existencia. Ni siquiera cambiará arbitrariamente las cosas contenidas dentro de estos diversos terrenos y entornos geográficos que fueron creados por Dios. Por ejemplo, la composición del desierto, los tipos de yacimientos minerales subterráneos, la cantidad de arena que contiene un desierto y su color, el espesor del desierto; estas cosas no cambiarán arbitrariamente. ¿Por qué razón no lo harán? Por el gobierno de Dios y Su gestión. Dentro de todos estos terrenos y entornos geográficos diferentes creados por Dios, Él lo está administrando todo de una forma planeada y ordenada. Por eso estos entornos geográficos siguen existiendo y cumpliendo con sus funciones varios miles de años e incluso decenas de miles de años después de que Dios los creara. Aunque durante ciertos períodos los volcanes entran en erupción, se producen terremotos y desplazamientos importantes en la tierra, Dios no permitirá en absoluto que ningún tipo de terreno pierda su función original. Es sólo gracias a esta administración de Dios, a Su gobierno y control de estas leyes, que todo esto —todo lo que la humanidad ve y disfruta— puede sobrevivir sobre la tierra de una forma ordenada. ¿Por qué administra Dios de esta forma los diversos terrenos que existen sobre la tierra? Su propósito es que las cosas vivientes que sobreviven en diversos entornos geográficos tengan todos un entorno estable, y puedan por tanto seguir viviendo y multiplicándose dentro de él. Todas las cosas —las que son móviles y las que son inmóviles, las que respiran por sus fosas nasales y las que no— forman un entorno único para la supervivencia de la humanidad. Sólo este tipo de entorno puede nutrir a una generación tras otra de seres humanos, y sólo este tipo de entorno puede permitirles seguir sobreviviendo en paz, generación tras generación.

El tema sobre el cual acabo de hablar es bastante amplio, así que quizás puede haberos parecido remoto, pero confío en que todos habéis podido entenderlo, ¿verdad? Es decir, ¡las leyes de Dios en Su dominio sobre todas las cosas son muy importantes! ¡Muy importantes de verdad! ¿Cuál es la condición previa para el crecimiento de todos los seres dentro de estas leyes? Es el gobierno de Dios. Se debe a Su gobierno que todas las cosas cumplen sus propias funciones dentro de Su gobierno. Por ejemplo, las montañas nutren a los bosques y estos a su vez nutren y protegen a las diversas aves y animales que viven en ellos. Las llanuras son una plataforma preparada para que los humanos planten cultivos, así como para las aves y animales diversos. Permiten que la mayor parte de la humanidad viva en una tierra plana y proporcione comodidad a la vida de las personas. Y las llanuras también incluyen las praderas, inmensas extensiones de pastizales. Estas constituyen la vegetación que cubre la tierra. Protegen el suelo y nutren al ganado, las ovejas y los caballos que viven en ellas. El desierto también tiene su propia función. No es un lugar para que habiten los humanos; su función consiste en hacer más secos los climas húmedos. Los caudales de ríos y lagos le acercan a las personas el agua que beben de forma conveniente. Allí por donde fluyan, las personas tendrán agua para beber, y la necesidad de agua de todas las cosas será satisfecha de manera adecuada. Estos son los límites trazados por Dios para los diversos terrenos.

La Palabra, Vol. II. Sobre conocer a Dios. Dios mismo, el único IX

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