Por qué no salva Dios a las personas que tienen la obra de los espíritus malignos en ellas o que son poseídas por los demonios

3 Jun 2018

Las palabras relevantes de Dios:

Hace mucho que he visto claramente las diversas acciones de los espíritus malignos. Incluso las personas usadas por los espíritus malignos (aquellas con malas intenciones, aquellas que codician la carne o la riqueza, aquellas que se exaltan, aquellas que desestabilizan la iglesia, etc.), cada una también ha sido calada por Mí. No supongáis que todo habrá acabado una vez que los espíritus malignos hayan sido expulsados. ¡Déjame decirte! De ahora en adelante, desecharé a estas personas una por una, ¡para nunca usarlas! Es decir, cualquier persona corrompida por los espíritus malignos no será usada por Mí, ¡y será expulsada! ¡No pienses que no tengo sentimientos! ¡Sabe esto! ¡Yo soy el Dios santo y no moraré en un templo inmundo! Solo uso personas honestas y sabias que son totalmente leales a Mí y que pueden ser consideradas con Mi carga. Esto es porque tales personas fueron predestinadas por Mí y absolutamente ningún espíritu maligno está obrando en ellas en lo más mínimo. Déjame aclarar una cosa: de ahora en adelante, todas aquellas personas sin la obra del Espíritu Santo tienen la obra de los espíritus malignos. Permíteme reiterar: no quiero a una sola persona en quien los espíritus malignos obren. ¡Todas serán arrojadas al Hades junto con su carne!

La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Declaraciones de Cristo en el principio, Capítulo 76

Las personas a menudo mencionan el infierno y el Hades. Pero ¿a qué se refieren estas dos palabras y cuál es la diferencia entre ellas? ¿Realmente se refieren a algún rincón frío y oscuro? Las mentes humanas siempre están interrumpiendo Mi gestión, pensando que sus propias reflexiones arbitrarias son perfectamente buenas, pero en realidad no son nada más que sus propias imaginaciones. El Hades y el infierno ambos se refieren a un templo de inmundicia que anteriormente ha sido habitado por Satanás o por los espíritus malvados. Es decir, los que hayan sido ocupados antes por Satanás o por los espíritus malvados, son los que son el Hades y los que son el infierno; ¡no hay error posible! Es por esto que he hecho hincapié repetidamente en el pasado que Yo no habito en un templo de inmundicia. ¿Puedo Yo (Dios mismo) vivir en el Hades o en el infierno? ¿No sería eso una tontería ridícula? He dicho esto varias veces, pero aun así no entendéis lo que quiero decir. Comparado con el infierno, el Hades está corrompido más severamente por Satanás. Aquellas que son para el Hades son los casos más graves y sencillamente no he predestinado a estas personas; aquellas que son para el infierno son aquellas a quienes he predestinado y luego eliminado. Dicho simplemente, no he elegido ni siquiera a una de estas personas.

La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Declaraciones de Cristo en el principio, Capítulo 90

Algunos anticristos son claramente espíritus malignos, mientras que otros no llegan a presentarse como tales, por lo que no pueden ser definidos como espíritus malignos. Respecto a aquellos anticristos que claramente son espíritus malignos, cuando alguien los sigue, ¿seguirá reconociendo Dios a esa persona, teniendo en cuenta la esencia y el carácter de Dios? Dios es santo, es un Dios celoso: rechaza a los que han seguido a los espíritus malignos. Incluso si esa persona te parece buena a primera vista, Dios no se fija en ese aspecto. ¿Qué es “celoso”? ¿Qué significa aquí “celoso”? Si no queda claro a partir de la palabra en sí, a ver si lo entendéis con Mi explicación. Desde que una persona es seleccionada por Dios hasta que determina que Dios es la verdad, que Él es la justicia, la sabiduría y la omnipotencia, que Él es el único, en el momento que entiende todo esto, obtiene una comprensión básica en lo profundo de su corazón sobre el carácter y la esencia de Dios, así como de lo que Él tiene y es. Esta comprensión básica se torna entonces en su fe, y se convierte en lo que les impulsa a seguir a Dios, a entregarse a Él y a cumplir con su deber. Esta es su estatura, ¿verdad? (Sí). Estas cosas se han afianzado en su vida y nunca más negarán a Dios. Pero si no tienen un verdadero conocimiento de Cristo o del Dios práctico, todavía pueden adorar y seguir a un anticristo. Este tipo de persona sigue en peligro. Todavía pueden dar la espalda a Cristo en la carne para seguir a un anticristo malvado; esto sería negar abiertamente a Cristo y cortar los lazos con Dios. El subtexto de esto es: “Ya no te seguiré a Ti, sino que seguiré a Satanás. Amo a Satanás y deseo servirle; quiero seguir a Satanás, y da igual cómo me trate, cómo me destruya, pisotee y corrompa, estoy más que dispuesto a ello. Da igual lo justo y santo que seas, ya no quiero seguirte. No quiero seguirte aunque seas Dios”. Y se van así como así, siguiendo a alguien que no tiene nada que ver con ellos, que es un enemigo de Dios o incluso un espíritu maligno. ¿Seguiría queriendo Dios a ese tipo de personas? ¿Sería razonable que Dios los rechazara? Sería perfectamente razonable. Por sentido común, todos saben que Dios es un Dios celoso, que es santo, pero ¿comprendes la auténtica situación de lo que hay en realidad detrás de esto? ¿Acaso no es verídico lo que digo? (Lo es). Siendo así, ¿entonces el hecho de que Dios abandone a esa persona se consideraría una crueldad por Su parte? Dios actúa por principio: si sabes quién es Dios, pero no quieres seguirlo, y si sabes quién es Satanás e incluso así quieres seguirlo, entonces no insistiré. Permitiré que sigas a Satanás para siempre y no te pediré que vuelvas, sino que perderé la esperanza en ti. ¿Qué tipo de carácter es este por parte de Dios? ¿Se trata de obstinación? ¿Actúa Él movido por la emoción o por la dignidad? Esto no es dignidad ni obstinación, sino parte de los “celos” de Dios. Es decir, si tú, como ser creado, te alegras de volverte depravado, ¿qué puede decir Dios? Si deseas volverte depravado, se trata de tu propia decisión; en última instancia, cargarás con las consecuencias, y solo podrás culparte a ti mismo. Los principios de Dios para tratar con las personas son inmutables, por lo que si eres feliz con tu depravación entonces tu inevitable final es acabar siendo castigado. Da igual cuántos años lleves siguiendo a Dios; si deseas ser depravado, Dios no te ayudará con tu elección ni tampoco te obligará. Tú mismo estás dispuesto a seguir a Satanás, a ser engañado y corrompido por Satanás, así que al final tienes que cargar con las consecuencias. Por eso nada funciona con estas personas, por más que otros traten de ayudarlas. Dios ya no los quiere, entonces ¿qué podría hacer un ser humano? Esta es la verdadera razón. Pero las personas han de hacer lo que deben, llevar a cabo sus obligaciones y responsabilidades, y una vez que lo hayan hecho, el resultado final depende del liderazgo de Dios. Después de Mi detallada explicación, ¿habéis logrado todos comprender un poco más el dicho “Dios es un Dios celoso”? Este es solo un aspecto, es decir, Dios rechaza a aquellos que han sido mancillados por espíritus malignos. ¿Y por qué los rechaza? Porque han escogido a Satanás. ¿Cómo iba a quererlos Dios después de eso? ¿Podría seguir teniendo misericordia de ellos, incitarlos a que vuelvan? ¿Es eso algo que podría hacer Dios? Desde luego que sí, pero no lo haría. Esto es lo que se entiende por “celoso”.

La Palabra, Vol. IV. Desenmascarar a los anticristos. Son malvados, insidiosos y mentirosos (II)

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