40. Principios para alcanzar la salvación de Dios

(1) Es preciso aceptar el juicio, el castigo, la poda, el trato, las pruebas y la refinación de Dios y llegar a conocer Su carácter justo, lo que suscitará la veneración de todo corazón por Él.

(2) Es necesario saber aceptar la verdad a medida que se come y bebe de las palabras de Dios y practicarla, con lo que se recibe la obra del Espíritu Santo y se llega a comprender la verdad y a entrar en la realidad.

(3) Es preciso entablar una relación normal con Dios. Ser capaz de orarle, conversar con Él empleando Sus palabras y priorizarlo en el corazón, donde reina como soberano.

(4) Hay que saber discernir a los falsos líderes, a los anticristos y todo tipo de herejías y falacias, y volverse capaz de someterse a Cristo y de dar testimonio de Él. Solo así es posible la salvación.

Las palabras relevantes de Dios:

La obra de los últimos días consiste en pronunciar palabras. A través de las palabras se pueden llevar a cabo grandes cambios en el hombre. Los cambios efectuados ahora en estas personas al aceptar estas palabras son mucho mayores que los llevados a cabo en las personas al aceptar las señales y maravillas de la Era de la Gracia. Porque, en la Era de la Gracia, los demonios eran arrojados fuera del hombre con la imposición de manos y la oración, pero las actitudes corruptas del hombre permanecían. El hombre fue curado de su enfermedad y se le perdonaron sus pecados, pero en lo que se refiere a cómo el hombre sería despojado de las actitudes satánicas corruptas que había en su interior, esa obra todavía tenía que realizarse. El hombre sólo fue salvo y se le perdonaron sus pecados por su fe, pero su naturaleza pecaminosa no le fue quitada y permaneció en él. Los pecados del hombre fueron perdonados a través del Dios encarnado, pero eso no significó que el hombre ya no tuviera pecado en él. Los pecados del hombre podían ser perdonados por medio de la ofrenda por el pecado, pero en lo que se refiere a cómo puede lograrse que el hombre no peque más y cómo puede extirparse por completo y transformarse su naturaleza pecaminosa, él no tiene forma de resolver este problema. Los pecados del hombre fueron perdonados, y esto es gracias a la obra de crucifixión de Dios, pero el hombre siguió viviendo en su viejo carácter satánico corrupto del pasado. Así pues, el hombre debe ser completamente salvado de su carácter satánico corrupto para que su naturaleza pecadora le sea completamente extirpada y no se desarrolle más, permitiendo, así, que el carácter del hombre se transforme. Esto requeriría que el hombre entendiera la senda del crecimiento en la vida, el camino de la vida, y el camino del cambio de su carácter. También requeriría que el hombre actuara de acuerdo con esa senda, de forma que su carácter pueda ser cambiado gradualmente y él pueda vivir bajo el brillo de la luz y pueda ser conforme a la voluntad de Dios, despojarse de su carácter satánico corrupto, y liberarse de la influencia satánica de las tinieblas, emergiendo, así, totalmente del pecado. Sólo entonces recibirá el hombre la salvación completa. En la época en la que Jesús estaba llevando a cabo Su obra, el conocimiento que el hombre tenía de Él seguía siendo vago y poco claro. El hombre siempre creyó que Él era el hijo de David y proclamó que era un gran profeta y el Señor bondadoso que redimía los pecados del hombre. Algunos, por la fuerza de su fe, fueron sanados simplemente al tocar el borde de Su manto; los ciegos pudieron ver e incluso los muertos pudieron ser devueltos a la vida. Sin embargo, el hombre fue incapaz de descubrir el carácter satánico corrupto profundamente arraigado en su interior y tampoco sabía cómo desecharlo. El hombre recibió mucha gracia, como la paz y la felicidad de la carne, bendiciones sobre toda la familia por la fe de uno solo de sus miembros, la curación de las enfermedades, etc. El resto fueron las buenas obras del hombre y su apariencia piadosa; si alguien podía vivir con base en eso, se le consideraba un buen creyente. Sólo ese tipo de creyentes podían entrar en el cielo tras su muerte, lo que significaba que eran salvos. Pero durante su vida, estas personas no entendieron en absoluto el camino de la vida. Simplemente cometían pecados y después los confesaban, en un ciclo constante sin una senda para cambiar su carácter. Esa era la condición del hombre en la Era de la Gracia. ¿Ha recibido el hombre la salvación completa? ¡No! Por tanto, después de completarse esa etapa de la obra, aún quedaba la obra de juicio y castigo. Esta etapa tiene como objetivo hacer al hombre puro por medio de la palabra y, así, darle una senda que seguir. Esta etapa no sería fructífera ni tendría sentido si continuase con la expulsión de demonios, porque la naturaleza pecaminosa del hombre no sería extirpada y el hombre se detendría tras el perdón de los pecados. A través de la ofrenda por el pecado, al hombre se le han perdonado sus pecados, porque la obra de la crucifixión ya ha llegado a su fin y Dios ha vencido a Satanás. Pero el carácter corrupto del hombre sigue en él y este todavía puede pecar y resistirse a Dios y Dios no ha ganado a la humanidad. Esa es la razón por la que en esta etapa de la obra Dios usa la palabra para revelar el carácter corrupto del hombre y hace que este practique según la senda correcta. Esta etapa es más significativa que la anterior y también más fructífera, porque, ahora, la palabra es la que provee directamente la vida del hombre y permite que su carácter sea completamente renovado; es una etapa de obra mucho más concienzuda. Así pues, la encarnación en los últimos días ha completado el sentido de la encarnación de Dios y ha finalizado plenamente el plan de gestión de Dios para la salvación del hombre.

La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. El misterio de la encarnación (4)

El significado de creer en Dios consiste en ser salvo; así pues, ¿qué significa ser salvo? “Ser salvo”, “apartarse de la influencia oscura de Satanás”: las personas hablan a menudo acerca de estos temas, pero no saben qué significa ser salvado. ¿Qué significa ser salvado? Esto se relaciona con la voluntad de Dios. Hablando de manera simple, ser salvado significa que puedes seguir viviendo y que eres devuelto a la vida. Así que antes de eso, ¿estás muerto? Puedes hablar y puedes respirar, entonces ¿cómo se puede decir de ti que estás muerto? (El espíritu está muerto). ¿Por qué se dice que las personas están muertas si su espíritu está muerto? ¿En qué se basa este dicho? ¿Bajo qué campo de acción vive la gente cuando ha obtenido la salvación? (Bajo el campo de acción de Satanás). ¿Y en qué se apoyan las personas para vivir bajo el campo de acción de Satanás? Dependen de su naturaleza satánica y su carácter corrupto para vivir. Cuando una persona vive según estas cosas, ¿están vivos o muertos todo su ser, su carne y todos los aspectos de su alma y su pensamiento? Desde el punto de vista de Dios, está muerta. A simple vista, parece que estás respirando y pensando, pero en lo único que piensas constantemente es en el mal; piensas en cosas que desafían a Dios y que se rebelan contra Él, en cosas que Dios detesta, odia y condena. A los ojos de Dios, todas estas cosas no sólo pertenecen a la carne, sino que pertenecen totalmente a Satanás y a los demonios. Así pues, ¿qué son las personas a los ojos de Dios? ¿Son humanos? No, no lo son. Dios las ve como demonios, como animales y como satanases, ¡como satanases vivos! Las personas viven de acuerdo con las cosas y la esencia de Satanás, y, a los ojos de Dios, ellas mismas son satanases vivos revestidos de carne humana. Dios define a esas personas como cadáveres vivientes, como personas muertas. Dios lleva a cabo Su actual obra de salvación para tomar a esas personas —a estos cadáveres vivientes que viven de acuerdo con su carácter satánico corrupto y su esencia satánica corrupta—, Él toma a estas así llamadas personas muertas, y las convierte en seres vivos. Eso es lo que significa ser salvado.

El objetivo de creer en Dios es alcanzar la salvación. Ser salvado significa que pasas de ser una persona muerta a ser una persona viva. La implicación de esto es que tu respiración es revivida y estás vivo; puedes conocer a Dios y inclinarte para adorarlo. En tu corazón, ya no te resistes a Dios; ya no lo desafías, ya no lo atacas ni te rebelas en Su contra. Sólo las personas como estas están auténticamente vivas a los ojos de Dios. Si alguien simplemente dice que reconoce a Dios, ¿forma parte de los vivos o no? (No, no es así). Entonces, ¿qué clase de personas son los vivos? ¿Qué clase de realidad poseen los vivos? Al menos, los vivos pueden hablar el lenguaje humano. ¿Qué es eso? Significa que las palabras que pronuncian tienen que ver con ideas, pensamientos, discernimiento. ¿En qué cosas piensan y qué hacen con frecuencia? Son capaces de hacer actividades humanas y cumplir con sus deberes. ¿Cuál es la naturaleza de todo lo que hacen y dicen? Implica que todo lo que revelan, todo lo que piensan y todo lo que hacen se hace con la naturaleza de temer a Dios y rechazar el mal. Dicho de una manera más apropiada, como un ser viviente, ninguna de tus acciones y ninguno de tus pensamientos son condenados por Dios o detestados y rechazados por Él; por el contrario, son aprobados y encomendados por Dios. Esto es lo que hacen los vivos y es también lo que los vivos deben hacer.

La Palabra, Vol. III. Discursos de Cristo de los últimos días. Solo si uno es realmente obediente puede tener verdadera fe

Si las personas quieren convertirse en seres vivientes y dar testimonio de Dios, y que Dios las apruebe, entonces deben aceptar la salvación de Dios; se deben someter gustosamente a Su juicio y castigo y deben aceptar gustosamente la poda de Dios y ser tratadas por Él. Sólo entonces podrán poner en práctica todas las verdades que Dios exige, y sólo entonces obtendrán la salvación de Dios y se convertirán verdaderamente en seres vivientes. Dios salva a los vivos; Dios los ha juzgado y castigado, están dispuestos a consagrarse, están felices de dar sus vidas por Dios y con gusto dedicarían todas sus vidas a Él. Sólo cuando los vivos dan testimonio de Dios, Satanás puede ser humillado; sólo los vivos pueden esparcir la obra del evangelio de Dios, sólo los vivos son conformes al corazón de Dios, y sólo los vivos son personas reales. Originalmente el hombre que Dios hizo estaba vivo, pero debido a la corrupción de Satanás, el hombre vive en medio de la muerte y bajo la influencia de Satanás, y así, de esta manera, la gente se ha convertido en muertos sin espíritu, se han convertido en enemigos que se oponen a Dios, se han convertido en las herramientas de Satanás, y se han convertido en los cautivos de Satanás. Todas las personas vivientes que Dios creó se han convertido en personas muertas, y por eso Dios ha perdido Su testimonio y ha perdido a la humanidad que Él creó y que es lo único que tiene Su aliento. Si Dios ha de recuperar Su testimonio, y recuperar a los que Su propia mano hizo pero que Satanás ha tomado cautivos, entonces Él los debe resucitar para que se conviertan en seres vivientes, y Él los debe reclamar para que vivan en Su luz. Los muertos son los que no tienen espíritu, son insensibles en extremo y se oponen a Dios. Son ante todo aquellos que no conocen a Dios. Estas personas no tienen la más mínima intención de obedecer a Dios; sólo se rebelan contra Él y se oponen a Él, y no tienen la más mínima lealtad. Los vivos son aquellos cuyos espíritus han vuelto a nacer, que saben obedecer a Dios y son leales a Dios. Poseen la verdad y el testimonio y sólo estas personas son agradables a Dios en Su casa.

La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. ¿Eres alguien que ha cobrado vida?

En su fe, si la gente desea alcanzar la salvación, el meollo del asunto es si tiene temor de Dios y si Él tiene un lugar en su corazón. Si tu corazón es incapaz de vivir ante Él o si no existe relación normal entre tú y Dios, entonces jamás serás salvo. Tu senda de salvación será bloqueada; habrás llegado a un callejón sin salida. Tu creencia en Dios será inútil si solo es de nombre; no importará de cuánta doctrina puedas hablar o cuánto hayas sufrido, ni lo grandes que sean tus dones materiales. Dios dirá: “Apártate de Mí, hacedor del mal”. Serás clasificado como un hacedor del mal. No tienes ninguna conexión con Dios; Él no es tu Soberano, no es tu Creador, no es tu Dios, no es el Único a quien adoras y el Único al que sigues. Sigues a Satanás y a los demonios. Eres tu propio amo. Al final, personas como vosotros serán eliminadas, detestadas, rechazadas y castigadas por Dios. Él no salva a esas personas. Solo cuando las personas aceptan que Dios es su Señor y Soberano, solo cuando aceptan que Él es la verdad, la fuente del camino y la vida del hombre y solo cuando todo lo que hagan y cada senda por la que caminen esté conectada con la verdad, con Dios, con someterse ante Él y con seguir Su camino, solo entonces serán salvos. De lo contrario, serán condenados por Dios. ¿Está bien que la gente espere tener suerte? ¿Es válido que siempre se acojan a sus propias nociones? ¿Es bueno que se aferren constantemente a imaginaciones vagas y abstractas? (No). No creas que puedes tener suerte; si quieres alcanzar la salvación en tu fe en Dios, no hay otra senda que tomar. […]

No importa qué te apasione después de haber escuchado estos sermones; al fin y al cabo, la única senda correcta es la que te hace temer a Dios y evitar el mal. Si crees en Dios, pero tu fe no tiene nada que ver con Él, si Él no es tu Señor ni es tu Creador, si no aceptas que Él es el Soberano de tu destino, si no te sometes a todo lo que Él ha dispuesto para ti, si no aceptas el hecho de que Él es la verdad, entonces tu sueño de salvación está hecho añicos. Si caminas por esta senda, entonces estás en la senda de la destrucción. Supongamos que en lo que te enfocas, lo que buscas y por lo que oras y suplicas cada día te causa un sentimiento creciente de que debes someterte al Creador, de que Dios es tu Señor. Y supongamos que aceptas y obedeces de buena gana Su soberanía y orquestación hacia ti, te sometes cada vez con más alegría a lo que Dios dispone para ti, tu condición se vuelve cada vez más normal, tu relación con Dios se hace cada vez más estrecha, tu amor por Él cada vez más puro, y entonces tienes cada vez menos deseos extravagantes, quejas y malentendidos hacia Dios, cometes cada vez menos maldad, la rechazas cada vez más, y tu temor hacia Dios se vuelve cada vez más auténtico. ¿Qué significaría esto entonces? Significaría que has puesto un pie en la senda de la salvación.

La Palabra, Vol. III. Discursos de Cristo de los últimos días. Solo si se vive constantemente ante Dios se puede caminar por la senda hacia la salvación

La carne del hombre es de Satanás, está llena de carácter rebelde, es deplorablemente vil, y es algo inmundo. Las personas codician demasiado el gozo de la carne y hay demasiadas manifestaciones de la carne; por eso Dios desprecia la carne del hombre hasta cierto punto. Cuando las personas se deshacen de las cosas viles y corruptas de Satanás, ganan la salvación de Dios. Pero si todavía no se despojan de lo vil y de la corrupción, entonces siguen viviendo bajo el campo de acción de Satanás. Las intrigas, los engaños y la ruindad de las personas son todas cosas de Satanás. La salvación de Dios hacia ti es para librarte de estas cosas de Satanás. La obra de Dios no puede ser errónea; toda se hace con el fin de salvar a las personas de la oscuridad. Cuando has creído hasta cierto punto y puedes despojarte de la corrupción de la carne, y esta corrupción ya no te encadena, ¿no has sido salvado? Cuando vives bajo el campo de acción de Satanás eres incapaz de manifestar a Dios, eres algo vil y no puedes recibir la herencia de Dios. Una vez que hayas sido purificado y perfeccionado, serás santo, serás una persona normal, y Dios te bendecirá y serás precioso para Dios.

La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Práctica (2)

El hombre vive en medio de la carne, lo que quiere decir que vive en un infierno humano y, sin el juicio y el castigo de Dios, el hombre es tan inmundo como Satanás. ¿Cómo puede el hombre ser santo? Pedro creía que el castigo y el juicio de Dios eran la mejor protección del hombre y la mayor gracia. Solo a través del castigo y el juicio de Dios, el hombre podía ser despertado y odiar la carne y odiar a Satanás. La disciplina estricta de Dios libera al hombre de la influencia de Satanás; lo libera de su propio y pequeño mundo y le permite vivir en la luz de la presencia de Dios. ¡No hay mejor salvación que el castigo y el juicio! Pedro oró: “¡Oh, Dios! Siempre que me castigues y me juzgues, sabré que no me has abandonado. Aunque no me des alegría y paz, y me hagas vivir en sufrimiento y me inflijas innumerables reprensiones, mientras que no me dejes, mi corazón estará tranquilo. Hoy, Tu castigo y juicio se han vuelto mi mejor protección y mi mayor bendición. La gracia que me das me protege. La gracia que me otorgas hoy es una manifestación de Tu justo carácter y es castigo y juicio; más aún, es una prueba y, más que eso, es una vida de sufrimiento”. Pedro pudo hacer a un lado los placeres de la carne y buscar un amor más profundo y una protección mayor debido a que, con el castigo y del juicio de Dios, había ganado mucha gracia. En su vida, si el hombre quiere ser limpiado y lograr cambios en su carácter, si quiere vivir una vida que tenga sentido y cumplir su deber como criatura, entonces debe aceptar el castigo y el juicio de Dios, y no debe dejar que se aparten de él la disciplina de Dios ni Sus azotes, para que se pueda liberar de la manipulación y la influencia de Satanás y pueda vivir en la luz de Dios. Sabe que el castigo y el juicio de Dios son la luz, y la luz de la salvación del hombre, y que no hay mejor bendición, gracia o protección para el hombre. El hombre vive bajo la influencia de Satanás y existe en la carne; si no es limpiado y no recibe la protección de Dios, entonces el hombre se hará cada vez más depravado. Si quiere amar a Dios, entonces debe ser limpiado y salvado.

La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Las experiencias de Pedro: su conocimiento del castigo y del juicio

Todo lo que Dios hace es necesario, y posee un sentido extraordinario, porque todo lo que lleva a cabo en el hombre concierne a Su gestión y la salvación de la humanidad. Naturalmente, la obra que Dios realizó en Job no es distinta, aunque Job fuera perfecto y recto a los ojos de Dios. En otras palabras, independientemente de lo que Él hace o de los medios por los que lo hace, del coste o de Su objetivo, el propósito de Sus acciones no cambia. Su objetivo consiste en introducir en el hombre las palabras, los requisitos y la voluntad de Dios para él; dicho de otro modo, esto es producir en el ser humano todo lo que Él cree positivo según Sus pasos, permitiéndole comprender Su corazón y entender Su esencia, así como obedecer Su soberanía y Sus disposiciones, para que él pueda alcanzar el temor de Dios y apartarse del mal; todo esto es un aspecto del propósito de Dios en todo lo que Él hace. El otro aspecto es que, siendo Satanás el contraste y el objeto de servicio en la obra de Dios, el hombre queda a menudo en sus manos; este es el medio que Él usa para permitirles a las personas ver en las tentaciones y ataques de Satanás la maldad, la fealdad y lo despreciable de Satanás, provocando así que las personas lo aborrezcan y sean capaces de conocer y reconocer aquello que es negativo. Este proceso les permite liberarse gradualmente del control de Satanás, de sus acusaciones, interferencias y ataques hasta que, gracias a las palabras de Dios, su conocimiento de Él y su obediencia a Él, así como su fe en Él y su temor de Él, triunfen sobre los ataques y las acusaciones de Satanás. Solo entonces se habrán liberado por completo del campo de acción de Satanás. La liberación de las personas significa que ha sido derrotado, que ellas han dejado de ser comida en su boca y que, en lugar de tragárselos, Satanás ha renunciado a ellos. Esto se debe a que esas personas son rectas, tienen fe, obediencia, y le temen a Dios, y porque rompen del todo con Satanás. Acarrean vergüenza sobre este, lo convierten en un cobarde, y lo derrotan por completo. Su convicción al seguir a Dios, su obediencia a Él y su temor de Él derrotan a Satanás, y hacen que este las abandone completamente. Sólo las personas como estas han sido verdaderamente ganadas por Dios, y este es Su objetivo supremo al salvar al hombre. Si desean ser salvados y totalmente ganados por Dios, entonces todos los que le siguen deben afrontar tentaciones y ataques, tanto grandes como pequeños, de Satanás. Los que emergen de estas tentaciones y ataques, y son capaces de derrotar por completo a Satanás son aquellos a los que Dios ha salvado. Es decir, los salvos en Él son los que han pasado por Sus pruebas, y han sido tentados y atacados por Satanás innumerables veces. Estos entenderán Su voluntad y Sus requisitos, pueden someterse a Su soberanía y a Sus disposiciones, y no abandonan el camino de temer a Dios y apartarse del mal en medio de las tentaciones de Satanás. Los salvados en Él son honestos, bondadosos, diferencian entre el amor y el odio, tienen sentido de la justicia, son racionales, capaces de preocuparse por Dios y valorar todo lo que es de Él. Satanás no puede atar, espiar, acusar a estas personas ni maltratarlas; son completamente libres, han sido liberadas y puestas por completo en libertad. Job era exactamente ese hombre de libertad, y esta es justo la relevancia de que Dios lo ha entregado a Satanás.

La Palabra, Vol. II. Sobre conocer a Dios. La obra de Dios, el carácter de Dios y Dios mismo II

La fe, la obediencia y el testimonio de Job de su victoria sobre Satanás han sido una fuente de inmensa ayuda y aliento para los seres humanos. En Job ven esperanza para su propia salvación, y perciben que a través de la fe, la obediencia y el temor de Dios es totalmente posible derrotar a Satanás, y prevalecer sobre él. Ven que mientras se sometan a la soberanía y las disposiciones de Dios, y siempre que posean la determinación y la fe para no abandonarle después de haberlo perdido todo, pueden acarrear vergüenza y derrotar sobre Satanás, y que sólo necesitan poseer la determinación y la perseverancia de mantenerse firmes en su testimonio —aunque esto signifique perder su vida— para que este se acobarde y se retire apresuradamente. El testimonio de Job es una advertencia para las generaciones posteriores, y les indica que si no derrotan a Satanás, nunca podrán librarse de sus acusaciones e interferencias ni podrán escapar jamás de sus abusos y ataques. El testimonio de Job ha esclarecido a las generaciones posteriores. Este esclarecimiento enseña a las personas que solo siendo perfectas y rectas serán capaces de temer a Dios y apartarse del mal; les enseña que sólo temiendo a Dios y apartándose del mal pueden dar un testimonio fuerte y resonante de Dios; sólo si dan un testimonio fuerte y resonante de Dios, nunca más podrán ser controladas por Satanás y vivir bajo la dirección y protección de Dios, y sólo entonces serán verdaderamente salvas. Todos los que procuran la salvación deberían emular la personalidad de Job y la búsqueda de su vida. Lo que él vivió durante toda su vida y su conducta en medio de sus pruebas es un preciado tesoro para todos los que buscan el camino de temer a Dios y apartarse del mal.

La Palabra, Vol. II. Sobre conocer a Dios. La obra de Dios, el carácter de Dios y Dios mismo II

Cuando las personas tienen que ser salvas aún, Satanás interfiere a menudo en sus vidas y hasta las controla. En otras palabras, los que no son salvos son sus prisioneros, no tienen libertad; él no ha renunciado a ellos, no son aptos ni tienen derecho de adorar a Dios, y Satanás los persigue de cerca y los ataca despiadadamente. Esas personas no tienen felicidad ni derecho a una existencia normal, ni dignidad de los que hablar. Sólo serás salvo y libre si te levantas y luchas contra él, usando tu fe en Dios, tu obediencia a Él y tu temor de Él como armas para librar una batalla a vida o muerte contra él, y lo derrotas por completo, haciéndole huir con el rabo entre las patas, acobardado cada vez que te vea, y abandonando completamente sus ataques y sus acusaciones contra ti. Si estás decidido a romper totalmente con Satanás, pero no estás equipado con las armas que te ayudarán a derrotarlo, seguirás estando en peligro; si el tiempo pasa y él te ha torturado tanto que no te queda ni una pizca de fuerza, pero sigues siendo incapaz de dar testimonio, sigues sin liberarte por completo de las acusaciones y los ataques de Satanás contra ti, tendrás poca esperanza de salvación. Al final, cuando se proclame la conclusión de la obra de Dios, seguirás estando en sus garras, incapaz de liberarte, y por tanto no tendrás nunca oportunidad ni esperanza. La implicación es, pues, que esas personas serán totalmente cautivas de Satanás.

La Palabra, Vol. II. Sobre conocer a Dios. La obra de Dios, el carácter de Dios y Dios mismo II

¿Cuáles son las condiciones que una persona debe cumplir para recibir la salvación? En primer lugar, debe poseer la capacidad de identificar a los anticristos satánicos; debe tener este aspecto de la verdad. Solo al poseer este aspecto de la verdad pueden creer genuinamente en Dios y abstenerse de adorar o seguir al hombre; solo las personas que pueden identificar a los anticristos tienen la capacidad de creer verdaderamente en Dios y seguirlo y dar testimonio de Él. Para identificar a los anticristos, las personas deben aprender primero a ver a la gente y las cosas con completa claridad y comprensión; deben ser capaces de percibir la esencia de los anticristos, y no deben dejarse engañar por todas sus conspiraciones, trucos, motivaciones internas y objetivos. Si puedes hacer esto, entonces puedes mantenerte firmes. Si quieres obtener la salvación, entonces la primera prueba que debes pasar es aprender cómo derrotar a Satanás y cómo superar y triunfar sobre las fuerzas hostiles y la interferencia del mundo exterior. Una vez que poseas estatura y la verdad suficiente para perseverar hasta el final en una batalla contra las fuerzas de Satanás, y las hayas derrotado, entonces, y solo entonces, podrás buscar la verdad de manera constante, y solo entonces podrás pisar con firmeza y sin percances el camino de la búsqueda de la verdad y recibir la salvación. Si no podéis pasar esta prueba, entonces se puede decir que estáis en gran peligro, podéis ser capturados por un anticristo y vivir bajo la influencia de Satanás. Es posible que en la actualidad haya algunos entre los líderes y obreros que obstaculicen, pongan trabas a las personas que buscan la verdad y sean sus enemigos. ¿Aceptáis esto? Hay algunos líderes y obreros que no se atreven a enfrentarse a este hecho ni a aceptarlo. En realidad, estas cosas sí existen en la iglesia, es solo que la gente no puede discernirlas. Si no puedes pasar esta prueba, la de los anticristos, entonces o te engañan y controlan los anticristos, o te hacen sufrir, te torturan, te expulsan, te suprimen y te abusan. En última instancia, tu pequeña y miserable vida no lo resistirá durante mucho tiempo y se marchitará; ya no tendrás fe en Dios y lo abandonarás, diciendo: “Dios no es siquiera justo; ¿dónde está Dios? No hay justicia ni luz en este mundo, y no existe la salvación de la humanidad por parte de Dios. ¡Podríamos pasarnos los días yendo a trabajar y ganando dinero!”. Niegas a Dios y ya no crees que exista; cualquier esperanza de obtener la salvación ha desaparecido por completo. Así que, si quieres llegar a donde se te puede conceder la salvación, la primera prueba que debes pasar es la de dejar al descubierto a Satanás, y también debes tener el coraje de levantarte, exponer y abandonar a Satanás. ¿Dónde está Satanás entonces? Está a tu lado y a tu alrededor; incluso podría estar viviendo dentro de tu corazón. Si estás viviendo en el carácter de Satanás, se puede decir que le perteneces. No puedes ver ni tocar al Satanás del reino espiritual, pero el Satán que existe en la vida práctica está en todas partes. Toda persona que odia la verdad es malvada, y todo líder u obrero que no acepta la verdad es un anticristo y una persona malvada. ¿Acaso no son esas personas como un Satanás viviente? Estas personas pueden ser las mismas que adoras y admiras; pueden ser las que te guían o las que has esperado, admirado, confiado y de las que has dependido en tu corazón durante mucho tiempo. De hecho, sin embargo, son obstáculos que se interponen en tu camino y te impiden obtener la salvación: son los anticristos. Pueden tomar el control de tu vida y de la senda que recorres, y pueden arruinar tu oportunidad de obtener la salvación. Si no los identificas y los descubres, en cualquier momento puedes caer en sus trampas o que te capturen y atrapen. Por lo tanto, te encuentras en gran peligro.

La Palabra, Vol. IV. Desenmascarar a los anticristos. Excluyen y atacan a quienes buscan la verdad

Después de que Satanás lo corrompió, el hombre se volvió una bestia. Sus pensamientos se llenaron con el mal y la inmundicia, sin el bien ni la santidad. ¿No es esto Satanás? Has experimentado mucho de la obra de Dios, pero no has cambiado o no has sido limpiado. Todavía vives bajo el campo de acción de Satanás y sigues sin someterte a Dios. Así es alguien que ha sido conquistado pero que no ha sido perfeccionado. Y ¿por qué se dice que tal persona no ha sido perfeccionada? Porque esta persona no busca la vida ni un conocimiento de la obra de Dios y nada codicia más que los placeres de la carne y una comodidad momentánea. Como resultado, no hay cambios en su carácter de vida y no ha vuelto a obtener su apariencia original de hombre como Dios lo creó. ¡Tales personas son los cadáveres vivientes, son los muertos que no tienen espíritu! Los que no buscan tener un conocimiento de los asuntos del espíritu, que no buscan la santidad y no buscan vivir la verdad, que están contentos solo con ser conquistados en el lado negativo y son incapaces de vivir según las palabras de Dios y convertirse en humanos santos; estas son personas que no han sido salvadas. Porque si no tiene la verdad, el hombre es incapaz de mantenerse firme durante las pruebas de Dios; solo los que pueden mantenerse firmes durante las pruebas de Dios son los que han sido salvados. Lo que quiero son personas como Pedro, personas que buscan ser perfeccionadas. La verdad hoy se les da a los que la anhelan y la buscan. Esta salvación se les otorga a los que anhelan que Dios los salve, y no solo está destinada a que vosotros la adquiráis. Su objetivo es también que Dios os pueda ganar. Ganáis a Dios con el fin de que Dios os pueda ganar. Hoy os he hablado estas palabras y vosotros las habéis escuchado y debéis practicar de acuerdo a estas palabras. Al final, el momento cuando pongáis en práctica estas palabras, será el momento en que Yo os haya ganado por medio de estas palabras; al mismo tiempo, vosotros también habréis ganado estas palabras, es decir, habréis ganado esta salvación suprema. Una vez que hayáis sido limpiados, os habréis convertido en verdaderos seres humanos. Si no eres capaz de vivir la verdad, o de vivir a semejanza de uno que ha sido perfeccionado, entonces se puede decir que no eres un humano, sino un cadáver viviente, una bestia, porque no tienes la verdad, ¡lo que quiere decir que estás sin el aliento de Jehová, y por eso eres una persona muerta que no tiene espíritu! Aunque es posible dar testimonio después de haber sido conquistado, lo que ganas es solo una pequeña salvación y no te has vuelto un ser viviente que posee un espíritu. Aunque has experimentado el castigo y el juicio, tu carácter no se ha renovado ni cambiado como resultado; sigues siendo tu antiguo yo, todavía le perteneces a Satanás y no eres alguien que ha sido limpiado. Solo los que han sido perfeccionados son de valor, y solo las personas como estas han ganado una verdadera vida.

La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Las experiencias de Pedro: su conocimiento del castigo y del juicio

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