Palabras diarias de Dios: Conocer la obra de Dios | Fragmento 169

24 Oct 2020

Algunos pueden preguntarse: “¿Por qué Dios mismo debe dar paso a la era? ¿Acaso no puede hacerlo en Su lugar un ser creado?”. Todos sois conscientes de que Dios se hace carne expresamente con el propósito de dar paso a una nueva era, y, por supuesto, cuando Él dé paso a una nueva era, habrá concluido, al mismo tiempo, la era anterior. Dios es el principio y el fin; es Él mismo quien pone en marcha Su obra y, por tanto, debe ser Él mismo quien concluya la era anterior. Esa es la prueba de Su derrota a Satanás y de Su conquista del mundo. Cada vez que Él mismo obra entre los hombres, es el comienzo de una nueva batalla. Sin el comienzo de una nueva obra no habría, naturalmente, la conclusión de la antigua, y el que no concluya la antigua es prueba de que la batalla contra Satanás aún no ha llegado a su fin. Sólo si Dios mismo viene y lleva a cabo la nueva obra entre los hombres, el hombre puede liberarse totalmente del campo de acción de Satanás y obtener una nueva vida y un nuevo comienzo. De lo contrario, el ser humano vivirá para siempre en la era antigua y bajo la antigua influencia de Satanás. Con cada era dirigida por Dios se libera una parte del hombre, y, así, el hombre avanza junto con la obra de Dios hacia la nueva era. La victoria de Dios significa una victoria para todos aquellos que le siguen. Si la raza de los seres humanos creados estuviera encargada de concluir la era, entonces, ya sea desde el punto de vista del hombre o de Satanás, esto no sería más que un acto de oposición a Dios o de traición a Él y no de obediencia a Dios, y la obra del hombre se convertiría en una herramienta para Satanás. Sólo si el hombre obedece y sigue a Dios en una era en la que Él mismo le ha dado paso, Satanás puede quedar totalmente convencido, porque ese es el deber de un ser creado. Por eso digo que sólo necesitáis seguir y obedecer, y no se os pide nada más. Esto es lo que quiere decir que cada uno cumpla con su deber y desempeñe su respectiva función. Dios lleva a cabo Su propia obra y no necesita que el hombre la haga en Su lugar ni participa en la obra de los seres creados. El hombre cumple su propio deber y no participa en la obra de Dios. Sólo esto es obediencia y la prueba de la derrota de Satanás. Después de que Dios mismo ha terminado de dar paso a la nueva era, ya no baja para obrar en medio de la humanidad. Sólo entonces el hombre entra oficialmente en la nueva era para cumplir su deber y llevar a cabo su misión como un ser creado. Estos son los principios a través de los cuales Dios obra y que nadie puede transgredir. Sólo obrar de esta forma es sensato y razonable. Dios mismo es quien debe llevar a cabo Su obra. Él es quien la pone en marcha y también quien la concluye. Él es quien planea la obra y también quien la gestiona, y, aún más, Él es quien la lleva a buen término. Tal y como se dice en la Biblia: “Yo soy el principio y el fin; soy el Sembrador y el Segador”. Todo lo relacionado con la obra de Su gestión, lo hace Dios mismo. Él es el gobernante del plan de gestión de seis mil años; nadie puede llevar a cabo Su obra en Su lugar ni concluirla, porque Él es quien tiene todo en Sus manos. Como Él creó el mundo, ¡guiará al mundo entero para que viva en Su luz y también concluirá la era en su totalidad y llevará, así, a buen término la totalidad de Su plan!

La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. El misterio de la encarnación (1)

DIOS ES EL PRINCIPIO Y EL FIN

I

¿Por qué se encarna Dios? ¿Qué pretender hacer? Que una era antigua cese y otra comience. Como principio y fin, Dios comienza Su obra, cesa una era antigua, conquista al mundo y a Satanás. El principio y el fin es Dios. Él es Sembrador y Segador. El principio y el fin es Dios. Él es Sembrador y Segador.

II

Cada vez que Dios se encarna, comienza una batalla. Sin la nueva obra de Dios, no puede concluir la antigua aún. Y el que no haya concluido aún, demuestra que la guerra con Satanás no ha terminado. El principio y el fin es Dios. Él es Sembrador y Segador. El principio y el fin es Dios. Él es Sembrador y Segador.

III

Sólo si Dios viene y hace una nueva obra, Permitirá a la humanidad liberarse de Satanás y de su control. De otra manera, no habría un nuevo comienzo, ni una vida nueva. Condenados a la antigua era, en manos de Satanás.

IV

Con cada nueva era, guiada por Dios, una parte del hombre se libera. La obra de Dios lo guía a la nueva era donde es libre. Todo el que sigue a Dios comparte Su victoria. El principio y el fin es Dios. Él es Sembrador y Segador. El principio y el fin es Dios. Él es Sembrador y Segador. El principio y el fin es Dios. Él es Sembrador y Segador. El principio y el fin es Dios. Él es Sembrador y Segador.

De “Seguir al Cordero y cantar nuevos cánticos”

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