III. Palabras sobre dar testimonio de la aparición y obra de Dios
165. La alabanza ha llegado a Sion, y la morada de Dios ha aparecido. El glorioso y santo nombre es ensalzado por la miríada de pueblos y se está difundiendo. ¡Ah, Dios Todopoderoso! La Cabeza del universo, Cristo de los últimos días, Él es el Sol brillante que se ha levantado en todo el universo, sobre el majestuoso y grandioso Monte Sion…
¡Dios Todopoderoso! Clamamos a Ti con júbilo; bailamos y cantamos. ¡Tú eres verdaderamente nuestro Redentor, el gran Rey del universo! Has hecho un grupo de vencedores y has cumplido el plan de gestión de Dios. La miríada de pueblos correrán a este monte. ¡La miríada de pueblos se arrodillarán delante del trono! Tú eres el único y solo Dios verdadero y mereces la gloria y el honor. ¡Toda la gloria, la alabanza y la autoridad sean para el trono! La fuente de vida fluye del trono, regando y alimentando a todo el pueblo de Dios. Nuestra vida cambia cada día; nueva luz y revelaciones nos siguen, ofreciendo constantemente nuevos entendimientos sobre Dios. En medio de las experiencias, llegamos a la certidumbre completa acerca de Dios. Sus palabras aparecen constantemente, aparecen dentro de quienes están en lo correcto. ¡Somos, en verdad, sumamente bendecidos! Estamos cara a cara con Dios cada día, compartimos con Él en todas las cosas y dejamos a Dios hacerse cargo de todo. Ponderamos con cuidado la palabra de Dios, nuestro corazón descansa en Dios y, así, vamos ante Dios, donde recibimos Su iluminación. Todos los días, en nuestras vidas, acciones, palabras, pensamientos e ideas, vivimos dentro de la palabra de Dios y podemos discernir las cosas en todo momento. La palabra de Dios guía la hebra por el ojo de la aguja; las cosas ocultas adentro de nosotros, de forma inesperada, aparecen una tras otra. La comunicación con Dios no acepta retraso; Dios pone al descubierto nuestros pensamientos e ideas. En cada momento, estamos viviendo ante el tribunal de Cristo, donde se nos somete a juicio. Cada lugar de nuestro cuerpo permanece ocupado por Satanás. El día de hoy, el templo de Dios debe ser purificado con el fin de recuperar Su realeza. Para ser completamente ocupados por Dios, debemos pasar por una batalla de vida o muerte. Solo cuando nuestros antiguos yos han sido crucificados puede reinar soberana la vida resucitada de Cristo.
¡Ahora, el Espíritu Santo se lanza a la carga en cada uno de nuestros rincones para luchar por la recuperación! Siempre que estemos listos para negarnos a nosotros mismos y dispuestos a cooperar con Dios, Él nos iluminará y purificará desde adentro en todo momento y reclamará de nuevo eso que Satanás ha ocupado, para que podamos ser hechos completos por Dios tan rápido como sea posible. No perdamos tiempo y siempre vivamos dentro de la palabra de Dios. Seamos edificados con los santos, seamos introducidos al reino y entremos a la gloria junto con Dios.
La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Declaraciones de Cristo al principio, Capítulo 1
166. La iglesia de Filadelfia ha tomado forma, lo cual se debe, por completo, a la gracia y la misericordia de Dios. Nacen corazones amantes de Dios en multitud de santos, y no vacilan en su viaje espiritual. Se aferran a su creencia de que el único Dios verdadero se ha hecho carne, que Él es la Cabeza del universo que manda sobre todas las cosas: esto lo confirma el Espíritu Santo ¡y es tan inamovible como las montañas! ¡Y jamás cambiará!
¡Oh, Dios Todopoderoso! Hoy eres Tú quien ha abierto nuestros ojos espirituales, permitiéndole al ciego ver, al cojo caminar y a los leprosos ser sanados. Eres Tú quien ha abierto la ventana que da al cielo y nos ha permitido percibir los misterios del reino espiritual. El hecho de que Tus santas palabras permeen en nosotros y de que seamos salvados de nuestra humanidad, que fue corrompida por Satanás; esa es Tu inestimable gran obra y Tu inestimable y gran misericordia. ¡Somos Tus testigos!
Durante mucho tiempo has permanecido escondido, humilde y silenciosamente. Has pasado por la resurrección de la muerte y por el sufrimiento de la crucifixión; y has experimentado las alegrías y las tristezas de la vida humana, así como la persecución y la adversidad. Has experimentado y probado el dolor del mundo humano y has sido abandonado por la era. Dios encarnado es Dios mismo. En aras de la voluntad de Dios, nos has salvado del estercolero, sosteniéndonos con Tu mano derecha y otorgándonos libremente Tu gracia. No escatimas en dolores, y has forjado Tu vida en nosotros; la sangre de Tu corazón y el precio que has pagado se cristalizan en los santos. Somos el producto de[a] la sangre de Tu corazón; somos el precio que has pagado.
¡Oh, Dios Todopoderoso! Es gracias a Tu amorosa bondad y misericordia, Tu justicia y majestad, Tu santidad y humildad, que todos los pueblos se postrarán ante Ti y te adorarán por toda la eternidad.
Hoy, Tú has hecho completas a todas las iglesias —la iglesia de Filadelfia— y Tu plan de gestión de 6000 años se ha cumplido. Los santos pueden someterse humildemente delante de Ti, conectados en espíritu y siguiéndose en amor, unidos al origen de la fuente. El agua viva de vida fluye sin cesar, limpia y depura todo el lodo y el agua inmunda que hay en la iglesia, y purifica, una vez más, Tu templo. Hemos llegado a conocer al verdadero Dios práctico, hemos caminado dentro de Sus palabras, reconocido nuestras propias funciones y deberes y hemos hecho todo lo posible por esforzarnos en aras de la iglesia. Siempre en silencio delante de Ti, debemos prestar atención a la obra del Espíritu Santo para que Tu voluntad no se obstruya en nosotros. Entre los santos hay amor mutuo, y las fortalezas de algunos compensarán los defectos de otros. Pueden caminar en el espíritu en todo momento, esclarecidos e iluminados por el Espíritu Santo. Ellos ponen en práctica la verdad inmediatamente después de comprenderla. Van al compás de la nueva luz y siguen los pasos de Dios.
Coopera con Dios de manera activa; dejarlo tomar el control es caminar con Él. Todas nuestras ideas, nociones, opiniones y enredos seculares desaparecen en el aire como humo. Dejamos que Dios reine en nuestro espíritu, caminamos con Él, y, así, obtenemos trascendencia, venciendo al mundo, y nuestro espíritu vuela libre y alcanza la liberación: este es el resultado de que Dios Todopoderoso sea Rey. ¿Cómo podemos no bailar y cantar alabanzas, ofreciendo nuestras alabanzas, ofreciendo nuevos himnos?
En verdad hay muchas maneras de alabar a Dios: clamar Su nombre, acercarse a Él, pensar en Él, orar-leer, participar en enseñanza, contemplar y ponderar, orar y, también, cantar alabanzas. En este tipo de alabanzas hay gozo y hay unción; hay poder en la alabanza, y también hay una carga. Hay fe en la alabanza y un nuevo discernimiento.
Coopera de manera activa con Dios, sirve en coordinación y conviértete en uno, satisface las intenciones de Dios Todopoderoso, apresúrate a convertirte en un cuerpo espiritual santo, pisotea a Satanás y ponle fin a su sino. La iglesia de Filadelfia ha sido arrebatada a la presencia de Dios y se manifiesta en Su gloria.
La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Declaraciones de Cristo al principio, Capítulo 2
Nota al pie:
a. El texto original no contiene la frase “el producto de”.
167. El Rey triunfante está sentado sobre Su glorioso trono. Ha llevado a cabo la redención y ha dirigido a todo Su pueblo para aparecer en gloria. Sostiene todas las cosas en Sus manos; con Su sabiduría y Su poder divinos, ha edificado y afirmado a Sion. Con Su majestad juzga al mundo pecaminoso; ha juzgado a la miríada de naciones y pueblos, a la tierra, a los mares y a todas las cosas vivas en ellos, así como a aquellos que están ebrios con el vino de la promiscuidad. Dios los juzgará indudablemente y, sin lugar a duda, se enojará con ellos; y en esto se revelará Su majestad, cuyo juicio es instantáneo, y se emitirá sin retraso. El fuego de Su ira consumirá, con toda certeza, sus pecados atroces, y vendrá sobre ellos la calamidad en cualquier momento; no conocerán vía de escape alguna ni tendrán lugar donde esconderse; llorarán y rechinarán los dientes, y traerán la destrucción sobre sí mismos.
Los amados hijos triunfantes de Dios permanecerán, indudablemente, en Sion, para no abandonarla nunca. La miríada de pueblos escuchará Su voz atentamente, prestarán cuidadosa atención a Sus acciones, y el sonido de sus alabanzas no cesará jamás. ¡El único Dios verdadero ha aparecido! Estaremos seguros respecto a Él en espíritu y lo seguiremos de cerca; nos apresuraremos con toda nuestra fuerza y no vacilaremos más. El fin del mundo se está revelando ante nosotros; la vida apropiada de-iglesia, así como las personas, los asuntos y las cosas que nos rodean, están intensificando, incluso ahora, nuestro entrenamiento. ¡Démonos prisa en recuperar nuestros corazones que tanto aman al mundo! ¡Démonos prisa en recuperar nuestra visión que está tan oscurecida! Vamos a quedarnos donde estamos para no sobrepasar los límites. Vamos a cerrar nuestra boca para caminar en la palabra de Dios, y dejar de disputar nuestras propias ganancias y pérdidas. ¡Ah, dejad ir vuestra afición codiciosa por el mundo secular y la riqueza! ¡Ah, libraos del apego a vuestros maridos, hijos e hijas! ¡Ah, dadles la espalda a vuestras opiniones y prejuicios! ¡Ah, despertad! ¡El tiempo es corto! Levantad la mirada, levantad la mirada, desde el interior del espíritu, y dejad que Dios tome el control. Pase lo que pase, no os convirtáis en otra esposa de Lot. ¡Qué lamentable es ser desechado! ¡Muy lamentable, ciertamente! ¡Ah, despertad!
La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Declaraciones de Cristo al principio, Capítulo 3
168. Los montes y los ríos cambian, las aguas fluyen a lo largo de su cauce, y la vida del hombre no perdura tanto como lo hacen la tierra y el cielo. ¡Solo Dios Todopoderoso es la vida eterna y resucitada, que continúa generación tras generación, por siempre! Todas las cosas y todos los acontecimientos están en Sus manos, y Satanás está bajo Sus pies.
Hoy, que Dios nos libere de las garras de Satanás se debe a Su selección predeterminada. Él es ciertamente nuestro Redentor. En realidad, la eterna vida resucitada de Cristo ha sido forjada en nuestro interior y nos ha destinado a conectar con la vida de Dios, a que en realidad podamos ser capaces de estar cara a cara con Él, comerlo, beberlo y disfrutarlo. Esta es la generosa dedicación de la sangre del corazón de Dios.
Las estaciones vienen y van; Dios atraviesa el viento y la escarcha, y se topa con tantos de los sufrimientos, persecuciones y tribulaciones de la vida, con tantos rechazos y calumnias del mundo, tantas falsas acusaciones del gobierno. Sin embargo, ni la fe de Dios ni Su resolución decrecen en lo más mínimo. Está dedicado incondicionalmente a la voluntad de Dios y a Su gestión y Su plan, a que estos se cumplan. Él deja Su propia vida a un lado. No escatima esfuerzos por las multitudes de Su pueblo, lo alimenta y riega con esmero. Independientemente de lo benignos o difíciles que seamos, solo debemos someternos ante Él y la vida resucitada de Cristo cambiará nuestra vieja naturaleza… Él trabaja incansable por todos estos hijos primogénitos y se priva de alimento y descanso. Durante tantos días y noches, ya sea en el calor abrasador o el frío helado, Él vigila incondicionalmente en Sion.
El mundo, el hogar, el trabajo y todo lo demás ya perdidos por completo, alegremente, por voluntad propia y sin que los placeres mundanos tengan nada que ver con Él… Las palabras de Su boca de veras traspasan nuestro interior y exponen las cosas ocultas en lo profundo de nuestros corazones. ¿Cómo no podemos estar convencidos? Cada frase que sale de Su boca se puede hacer realidad en nosotros en cualquier momento. Cualquier cosa que hagamos, en Su presencia o escondidos de Él, no hay nada que no sepa, nada que Él no entienda. Todo será revelado ante Él, a pesar de nuestros propios planes y disposiciones.
Al sentarnos ante Él, sintiendo gozo en nuestro espíritu, calmados y tranquilos, aunque siempre nos sintamos vacíos y realmente en deuda con Dios: este es un prodigio inimaginable e imposible de lograr. ¡El Espíritu Santo es suficiente para demostrar que Dios Todopoderoso es el único Dios verdadero! ¡Es una prueba indiscutible! ¡Nosotros, en este grupo, estamos indescriptiblemente bendecidos! De no ser por la gracia y la misericordia de Dios, solo podríamos caer en la perdición y seguir a Satanás. ¡Solo Dios Todopoderoso puede salvarnos!
¡Ah, Dios Todopoderoso, el Dios práctico! Eres Tú quien has abierto nuestros ojos espirituales, nos has permitido contemplar los misterios del reino espiritual. Las perspectivas del reino no tienen límites. Mantengámonos vigilantes mientras esperamos. El día no puede estar muy lejos.
Las llamas de la guerra se arremolinan, el humo del cañón llena el aire, el tiempo se vuelve más caluroso, el clima cambia, una plaga se propagará y las personas solo pueden morir, sin esperanzas de sobrevivir.
¡Ah, Dios Todopoderoso, el Dios práctico! Eres nuestra fortaleza inexpugnable. Eres nuestro refugio. Nos acurrucamos bajo Tus alas, y la calamidad no puede alcanzarnos. Tal es Tu divina protección y cuidado.
¡Todos alzamos nuestras voces en canto, cantamos alabanzas, y el sonido de estas resuena por todo Sion! Dios Todopoderoso, el Dios práctico, ha preparado para nosotros ese hermoso destino. Mantente vigilante, ¡oh, mantente vigilante! Todavía no es demasiado tarde.
La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Declaraciones de Cristo al principio, Capítulo 5
169. Desde el momento en que se ha dado testimonio de Dios Todopoderoso, el Rey del reino, el alcance de la gestión de Dios se ha desplegado por completo por todo el universo. No solo se ha dado testimonio de la aparición de Dios en China, sino que se ha dado testimonio del nombre de Dios Todopoderoso en todas las naciones y lugares. Todos ellos están clamando este santo nombre, buscando la comunión con Dios por todos los medios posibles, comprendiendo las intenciones de Dios Todopoderoso y sirviéndole en colaboración en la iglesia. Esta es la manera maravillosa en la que obra el Espíritu Santo.
Los idiomas de las diversas naciones difieren entre sí, pero hay un único Espíritu. Este Espíritu aúna a las iglesias por todo el universo y es uno absoluto con Dios, sin la menor diferencia. Esto es algo que está fuera de duda. El Espíritu Santo las llama ahora y Su voz los mantiene alerta. Es la voz de la misericordia de Dios. ¡Todas están clamando el santo nombre de Dios Todopoderoso! También alaban y cantan. En la obra del Espíritu Santo no puede haber jamás desviación alguna; estas personas hacen cualquier cosa por avanzar por la senda correcta; no se echan atrás, las maravillas se amontonan unas sobre otras. Esto es algo que a las personas les resulta difícil imaginar e imposible de especular.
¡Dios Todopoderoso es el Rey de la vida en el universo! Está sentado en el trono glorioso y juzga al mundo, tiene soberanía sobre todo y gobierna a todas las naciones; todos los pueblos se arrodillan ante Él, oran a Él, se acercan a Él y se comunican con Él. Independientemente de cuánto tiempo se haya creído en Dios, de lo elevado que sea el estatus o de lo grande que sea la antigüedad, si os oponéis a Dios en el corazón, entonces debéis ser juzgados, debéis postraros ante Él y expresar mediante sonidos una súplica dolorosa; de hecho, esto es cosechar los frutos de los actos propios. Este sonido de lamento es el que se produce al ser atormentado en el lago de fuego y azufre, y es el clamor de estar siendo reprendido con la vara de hierro de Dios; este es el juicio ante el trono de Cristo.
La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Declaraciones de Cristo al principio, Capítulo 8
170. ¡Dios Todopoderoso! ¡Su cuerpo glorioso aparece abiertamente, el cuerpo santo espiritual surge y Él es el Dios mismo, totalmente completo! El mundo y la carne son transformados y Su transfiguración en el monte es la persona de Dios. Él lleva la corona de oro sobre Su cabeza; Su ropa es de un blanco puro, un cinto de oro ciñe Su pecho y el mundo y todas las cosas son el estrado de Sus pies. Sus ojos son como llamas, la aguda espada de doble filo está en Su boca y tiene las siete estrellas en Su diestra. El camino al reino es ilimitadamente resplandeciente, y Su gloria surge y brilla; las montañas están alegres y las aguas ríen, y el sol, la luna y las estrellas giran en su disposición ordenada, ¡dando la bienvenida al único Dios verdadero cuyo retorno triunfante anuncia la conclusión de Su plan de gestión de seis mil años! ¡Todos saltad y danzad con gozo! ¡Vitoread! ¡El Dios todopoderoso se sienta en Su trono glorioso! ¡Cantad! ¡El estandarte victorioso del Todopoderoso se alza bien alto sobre el majestuoso y magnífico monte Sion! ¡Todas las naciones vitorean, todos los pueblos cantan, el monte Sion ríe con alegría, y la gloria de Dios ha surgido! Ni siquiera en sueños he pensado que vería el rostro de Dios, pero hoy lo he visto. Cara a cara con Él, cada día, le pongo al descubierto mi corazón. Él provee con abundancia comida y bebida. La vida, las palabras, las acciones, los pensamientos, las ideas; Su gloriosa luz los ilumina a todos. Él guía cada paso del camino y Su juicio sobreviene de inmediato a todo corazón rebelde.
La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Declaraciones de Cristo al principio, Capítulo 15
171. El Hijo del hombre ha sido testificado, Dios mismo ha sido revelado abiertamente, la gloria de Dios se ha emitido, ¡y brilla como el sol cuando resplandece! Su rostro glorioso brilla resplandecientemente; ¿los ojos de quién osan tratarlo con desafío? ¡La resistencia lleva a la muerte! No se muestra ni la más mínima pizca de misericordia por nada de lo que penséis en vuestro corazón, por ninguna palabra que pronunciéis ni en nada de lo que hagáis. Todos llegaréis a entender y a ver lo que habéis obtenido: ¡nada excepto Mi juicio! ¿Acaso puedo tolerar cuando no ponéis vuestro esfuerzo en comer y beber Mis palabras, sino que trastornáis arbitrariamente y destruís Mi construcción? ¡Yo no trataré a esta clase de persona amablemente! ¡Si tu comportamiento se degenera de forma más grave, te consumirás en las llamas! El Dios todopoderoso se manifiesta en un cuerpo espiritual, sin la menor pizca de carne o sangre que conecte la cabeza con los dedos de los pies. ¡Él trasciende el mundo-universo, sentado sobre el glorioso trono en el tercer cielo, gobernando todas las cosas! El universo y todas las cosas están en Mis manos. Si Yo lo digo, será. Si Yo lo ordeno, así se hará. Satanás está bajo Mis pies; ¡está en el abismo sin fondo! Cuando emita Mi voz, el cielo y la tierra pasarán, y quedarán en nada. Todas las cosas serán renovadas, y esto es una verdad inmutable y absolutamente cierta. Yo he vencido al mundo, así como a todos los malos. Yo me siento aquí y os hablo; y todos los que tienen oídos deberían escuchar y todos los que viven deberían aceptar.
La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Declaraciones de Cristo al principio, Capítulo 15
172. Dios todopoderoso y verdadero, el Rey en el trono, gobierna todo el universo, se enfrenta a la miríada de naciones y pueblos; y la gloria de Dios resplandece a lo largo del mundo. Todas las cosas vivas del universo y hasta los confines de la tierra verán. ¡Las montañas, los ríos, los lagos, las tierras, los océanos y todos los seres vivientes han abierto sus cortinas de par en par a la luz del rostro del verdadero Dios y son revividos, como si despertaran de un sueño, como si fueran retoños que se abren paso a través de la tierra!
¡Ah! El único Dios verdadero aparece ante los pueblos del mundo. ¿Quién se atreve a tratarlo con resistencia? Todos tiemblan de miedo. Todos están completamente convencidos y todos ruegan el perdón repetidamente. ¡La miríada de personas cae de rodillas delante de Él y la miríada de bocas lo adora! ¡Los continentes y los océanos, las montañas, los ríos y todas las cosas lo alaban sin cesar! Las cálidas brisas, acompañadas por el aliento de la primavera, traen consigo luz, una incesante lluvia primaveral. Los arroyos murmurantes y las multitudes son similares, ambos están llenos de pesar y alegría, y derraman lágrimas de deuda y autorreproche. ¡Los ríos, los lagos, el oleaje y las marejadas, todos están cantando, loando el nombre santo del Dios verdadero! ¡El sonido de alabanza resuena con gran claridad! Las cosas viejas que una vez fueron corrompidas por Satanás, todas y cada una de ellas, serán renovadas y cambiadas, y entrarán en un ámbito completamente nuevo…
Esta es la trompeta sagrada, ¡y ha comenzado a sonar! Escúchala. Ese sonido, tan dulce, es la declaración del trono. Anuncia a cada nación y pueblo que el tiempo ha llegado, ya está aquí el final de los últimos días, Mi plan de gestión ha finalizado, Mi reino ha aparecido abiertamente sobre la tierra y los reinos del mundo se han convertido en Mi reino, el reino de Dios. Mis siete trompetas resuenan desde el trono, ¡y cosas asombrosas ocurrirán! Las personas que se encuentran en los confines de la tierra correrán juntas desde toda dirección con la fuerza de una avalancha y el poder de los rayos, algunas navegarán los mares, algunas volarán en aviones, algunas conducirán vehículos de toda forma y tamaño, algunas montarán a caballo. Mira con atención. Escucha con cuidado. Estos jinetes de caballos de todo color, espíritus animados, poderosos y magníficos, como si irrumpieran en un campo de batalla, son indiferentes a la muerte. Entre los relinchos de los caballos y el clamor de las personas que aclaman al Dios verdadero, muchos hombres, mujeres y niños serán pisoteados por los cascos en un instante. Algunos estarán muertos, otros darán su último aliento, otros más serán mutilados y nadie cuidará de ellos; y gritarán histéricamente, aullando de dolor. ¡Hijos de la rebelión! ¿No es este vuestro desenlace final?
Veo con alegría a Mi pueblo, que es capaz de oír Mi voz y se reúne proveniente de cada nación y tierra. ¡Las multitudes, manteniendo siempre al Dios verdadero en su boca, alaban y saltan de alegría sin parar! Dan testimonio al mundo y el sonido de su testimonio del Dios verdadero es como el estruendo de muchas aguas. Las multitudes se amontonarán en Mi reino.
¡Mis siete trompetas suenan y despiertan a los que duermen! Levántate rápido, no es demasiado tarde. ¡Mira tu vida! Abre tus ojos y ve qué hora es. ¿Qué hay que buscar? ¿Qué hay que pensar? ¿Y a qué hay que aferrarse? ¿Nunca has considerado la diferencia en valor entre ganar Mi vida y ganar todas las cosas que amas y a las que te aferras? Deja de ser obstinado y deja de retozar. No pierdas esta oportunidad. ¡Este momento no volverá! Levántate enseguida, practica ejercitar tu espíritu, usa varias herramientas para llegar a comprender y frustrar cada complot y truco de Satanás; y triunfa sobre Satanás, para que tu experiencia de vida pueda ser más profunda y puedas vivir Mi carácter, de modo que tu vida madure y sea experimentada, y tú siempre sigas Mis pasos. ¡Impávido, sin debilidad, siempre avanzando, paso a paso, directo hasta el final del camino!
Cuando las siete trompetas vuelvan a sonar, será la llamada a juicio, el juicio de los hijos de la rebelión, el juicio de todas las naciones y todos los pueblos, y cada nación se doblegará ante Dios. El glorioso rostro de Dios sin duda aparecerá delante de todas las naciones y todos los pueblos. Todas las personas estarán completamente convencidas y clamarán al Dios verdadero sin cesar. El Dios todopoderoso será más glorioso, y Mis hijos compartiremos la gloria y el reinado, juzgando a todas las naciones y todos los pueblos, castigando a los malvados, salvando y teniendo misericordia hacia quienes Me pertenecen, y haciendo que el reino sea sólido y estable. ¡A través del sonido de las siete trompetas, una gran cantidad de personas serán salvadas, y regresarán ante Mí para arrodillarse y adorar con alabanza constante!
¡Cuando las siete trompetas suenen una vez más, será el fin de la era, el toque de trompeta de victoria sobre los diablos y Satanás, la salva que anuncia el comienzo de una vida que se vive abiertamente en el reino sobre la tierra! Qué sonido tan elevado, este sonido que reverbera alrededor del trono, este toque de trompeta que sacude el cielo y la tierra, que es la señal de la victoria de Mi plan de gestión, que es el juicio de Satanás; ¡sentencia a este viejo mundo completamente a la muerte, al regreso al abismo sin fondo! Este toque de trompeta significa que la puerta de la gracia está a punto de cerrarse, que la vida del reino comenzará en la tierra, lo cual es correcto y apropiado. Dios salva a los que lo aman. Una vez que regresen a Su reino, las personas en la tierra enfrentarán la hambruna y pestilencia; y las siete copas de Dios y las siete plagas entrarán en vigor, una tras otra. ¡El cielo y la tierra pasarán, pero Mi palabra, no!
La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Declaraciones de Cristo al principio, Capítulo 36
173. Cuando el relámpago surge desde el Oriente —que es, precisamente, el momento en el que comienzo a pronunciar Mis palabras—, en el momento en el que surge el relámpago, todo el universo se ilumina y ocurre una transformación en todas las estrellas. Es como si se hubiera hecho limpieza en toda la raza humana. Bajo el resplandor de este rayo de luz que proviene del Oriente, la humanidad entera se revela en su forma original; sus ojos están deslumbrados y no saben qué hacer, y, menos aún, cómo ocultar sus horribles rasgos. Son también como animales que huyen de Mi luz y se refugian en cuevas en la montaña; sin embargo, ninguno de ellos puede ocultarse de Mi luz. Todos los seres humanos están asombrados; todos esperan, todos observan. Con el advenimiento de Mi luz, todos se regocijan por el día en que nacieron, e, igualmente, todos maldicen ese día. Las emociones contradictorias son imposibles de articular; las lágrimas de autocastigo forman ríos y son arrastradas por el fuerte torrente, y desaparecen en un instante sin dejar rastro. Una vez más, Mi día se acerca a toda la humanidad, despertándola otra vez, dándole otro nuevo comienzo. Mi corazón late, y, siguiendo el ritmo de Mis latidos, las montañas saltan de alegría, las aguas danzan gozosas y las olas chocan contra los arrecifes rocosos. Es difícil expresar lo que hay en Mi corazón. Quiero hacer que todas las cosas inmundas queden reducidas a cenizas bajo Mi mirada; quiero hacer que todos los hijos de la rebelión desaparezcan de Mi vista para que su existencia no perdure más. No solo he llevado a cabo un nuevo comienzo en la morada del gran dragón rojo, sino que también he emprendido una nueva obra en el universo. Pronto, los reinos de la tierra pasarán a ser Mi reino; pronto, los reinos de la tierra dejarán de existir para siempre debido a Mi reino, porque Yo ya he conseguido la victoria, porque he regresado triunfante. El gran dragón rojo ha agotado todos los medios concebibles para perturbar Mi plan, esperando borrar Mi obra sobre la tierra, pero ¿puedo desanimarme por sus estratagemas engañosas? ¿Puedo temer perder la confianza por sus amenazas? Nunca ha existido un solo ser en el cielo o en la tierra que Yo no haya tenido en la palma de Mi mano; ¿cuánto más se aplica esto al gran dragón rojo, este instrumento que me sirve como contraste? ¿No es también un objeto a ser manipulado por Mis manos?
Durante Mi encarnación en el mundo humano, la humanidad ha llegado —bajo Mi guía y sin darse cuenta— a este día, y ha llegado a conocerme inconscientemente. Sin embargo, en lo que se refiere a cómo recorrer la senda que hay delante, nadie tiene idea, nadie es consciente y, menos aún, tiene una pista sobre la dirección en la que esa senda lo llevará. Solo con la vigilancia del Todopoderoso alguien podrá caminar por la senda hasta el final; solo con el relámpago de Oriente como guía alguien podrá cruzar el umbral que lleva a Mi reino. Nunca ha habido entre los hombres uno que haya visto Mi rostro, que haya visto el relámpago en el Oriente; ¿cuánto menos alguien que haya oído las declaraciones que provienen de Mi trono? De hecho, desde tiempos antiguos, ningún ser humano ha entrado en contacto directo con Mi persona; solo hoy, ahora que he venido al mundo, los hombres tienen la oportunidad de verme. Pero incluso ahora, los hombres siguen sin conocerme, y solo miran Mi rostro y oyen Mi voz, pero no entienden cuál es Mi significado. Todos los seres humanos son así. Al ser parte de Mi pueblo, ¿no sentís un profundo orgullo cuando veis Mi rostro? ¿Y no sentís vergüenza absoluta porque no me conocéis? Yo camino entre los hombres y vivo entre ellos, porque me he hecho carne y he venido al mundo humano. Mi objetivo no es, simplemente, permitir que la humanidad mire Mi carne; lo más importante es permitir que la humanidad me conozca. Es más, por medio de Mi carne encarnada, condenaré a la humanidad por sus pecados; a través de Mi carne encarnada, venceré al gran dragón rojo y destruiré su guarida.
La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Las palabras de Dios al universo entero, Capítulo 12
174. Cuando hablo a todo el universo, todas las personas oyen Mi voz, es decir, todos ven todos los hechos que Yo he llevado a cabo en todo el universo. Los que van en contra de Mis intenciones —es decir, los que se oponen a Mí con las acciones del hombre— caerán en medio de Mi castigo. Yo renovaré las innumerables estrellas de los cielos; gracias a Mí, el sol y la luna se renovarán. Los cielos ya no serán más como eran y todas las cosas que hay sobre la tierra serán renovadas; todo esto se logrará en virtud de Mis palabras. Todos los países del universo se dividirán de nuevo y serán reemplazados por Mi reino, de forma que los países sobre la tierra desaparecerán para siempre y solo existirá el reino que me adore; todos los países de la tierra serán destruidos y dejarán de existir. De los seres humanos del universo, todos los que son de los diablos serán aniquilados. Todos los que adoran a Satanás caerán en medio de Mi fuego ardiente: es decir que, excepto los que están ahora dentro de la corriente, todos quedarán reducidos a cenizas. Cuando Yo castigue a cada pueblo, las comunidades religiosas, en grados diferentes, regresarán a Mi reino y serán conquistadas a través de Mis hechos, porque habrán visto que “el Santo que cabalga sobre una nube blanca” ya ha llegado. Toda la humanidad será ordenada según su tipo y recibirá diversos castigos proporcionales a sus acciones. Todos aquellos que se han resistido a Mí perecerán y, en cuanto a aquellos cuyos actos en la tierra no me han involucrado, seguirán existiendo en ella bajo el gobierno de Mis hijos y de Mi pueblo debido a la forma como se han comportado. Yo apareceré ante los innumerables pueblos y países, y expresaré Mi propia voz sobre la tierra, proclamando la terminación de Mi gran obra, con lo que permitiré que todas las personas la vean con sus propios ojos.
Conforme Mis declaraciones se vuelven más profundas, también observo el estado del universo. A través de Mis palabras, todas las cosas se renuevan. El cielo cambia, así como la tierra. La humanidad queda expuesta en su forma original, y, lentamente, todas las personas se separan según su tipo, y sin ser conscientes son devueltas a sus “familias”. Esto me complace mucho. Estoy libre de perturbación e, imperceptiblemente, Mi gran obra se lleva a cabo y todas las cosas se transforman. Cuando creé el mundo, separé todas las cosas según su tipo, categorizando todo aquello que tenía forma. Cuando se acerque el final de Mi plan de gestión, restauraré el estado anterior de la creación; lo restauraré todo a la forma en la que estaba originalmente, lo cambiaré todo en profundidad y haré que todo sea clasificado bajo Mi plan. ¡Ha llegado la hora! La última etapa de Mi plan está a punto de completarse. ¡Oh, viejo mundo impuro! ¡Sin duda, caerá en medio de Mis palabras! ¡Sin duda, Mi plan lo reducirá a la nada! ¡Oh, todas las cosas! ¡Obtendrán una nueva vida en medio de Mis palabras; tendrán a su Soberano! ¡Oh, nuevo mundo, santificado e inmaculado! ¡Revivirá, sin duda, en Mi gloria! ¡Oh, monte Sion! ¡No estés más en silencio; he regresado triunfante! Observo toda la tierra en medio de todas las cosas. La gente sobre la tierra ha comenzado una nueva vida y tiene nuevas esperanzas. ¡Oh, pueblo Mío! ¿Cómo puedes no volver a la vida en medio de Mi luz? ¿Cómo puedes no saltar de alegría bajo Mi guía? ¡Las tierras gritan de júbilo; las aguas resuenan con alegres risas! ¡Oh, el Israel resucitado! ¿Cómo puedes no sentir orgullo por causa de Mi predestinación? ¿Quién ha llorado? ¿Quién se ha lamentado? El antiguo Israel ha dejado de existir, y el Israel de hoy se ha alzado en el mundo, erguido e imponente, y se ha puesto en pie en el corazón de toda la especie humana. ¡Hoy Israel obtendrá, sin duda, los cimientos para la existencia por medio de Mi pueblo! ¡Oh, odioso Egipto! ¿Será posible que sigas resistiéndote a Mí? ¿Cómo puedes aprovecharte de Mi misericordia e intentar escapar a Mi castigo? ¿Cómo puedes no vivir en Mi castigo? Todos los que amo existirán, sin duda, eternamente, y a todos los que se resisten a Mí, con toda seguridad, los castigaré por toda la eternidad. Porque Yo soy un Dios celoso y no perdonaré fácilmente a todos los hombres por todo lo que han hecho. ¡Escrutaré toda la tierra y, apareciendo en el oriente del mundo con justicia, majestad, ira y castigo, me revelaré a los innumerables hombres!
La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Las palabras de Dios al universo entero, Capítulo 26
175. La multitud de Mi pueblo me aclama, la multitud de Mi pueblo me alaba; la miríada de bocas nombra al único Dios verdadero, la miríada de gente alza sus ojos, miran en la distancia para observar Mis obras. El reino desciende al mundo de los hombres, Mi persona es rica y abundante. ¿Quién no celebraría por esto? ¿Quién no danzaría con alegría por esto? ¡Oh, Sion! ¡Levanta tu triunfante bandera para celebrarme! ¡Canta tu triunfante canción de victoria y proclama Mi santo nombre! ¡Todas las cosas hasta los confines de la tierra! ¡Corred a purificaros en sacrificio para Mí! ¡La multitud de estrellas en lo alto! ¡Corred de regreso a vuestros lugares y mostrad Mi poderoso poder en el firmamento! ¡Atiendo para escuchar con atención las voces de Mi pueblo en la tierra, que derrama amor y reverencia infinitos por Mí en canción! En este día, cuando toda la creación se revitaliza, desciendo al mundo de los hombres. ¡En este justo momento, todas las flores florecen con desenfreno, todos los pájaros cantan con una misma voz, todas las cosas colman de júbilo! Entre las salvas de cañón del reino, el reino de Satanás se colapsa, destruido en el coro resonante del himno del reino. ¡Y nunca más se levantará!
¿Quién en la tierra se atreve a levantarse y resistirse? Al descender a la tierra traigo ardor, traigo ira, traigo todas las catástrofes. ¡Los reinos terrenales ahora son Mi reino! Arriba en el cielo, las nubes dan vueltas y se hinchan; bajo el cielo, lagos y ríos surgen y producen gozosos una melodía inspiradora. Animales en reposo salen de sus guaridas y la miríada de Mi pueblo despierta de su sueño por Mí. ¡El día que esperaba la miríada de Mi pueblo ha llegado finalmente! ¡Me ofrecen las canciones más hermosas!
La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Las palabras de Dios al universo entero, Himno del Reino
176. Cuando resuena la salva del reino, que es también cuando retumban los siete truenos, este sonido convulsiona los cielos y la tierra, sacude el empíreo y provoca que las fibras sensibles de cada humano vibren. El himno al reino se eleva ceremoniosamente en la tierra del gran dragón rojo, lo cual prueba que Yo he destruido esa nación y he establecido Mi reino. Todavía más importante es que Mi reino se establece en la tierra. En este momento, empiezo a enviar a Mis ángeles a cada una de las naciones del mundo para que puedan pastorear a Mis hijos, Mi pueblo; también es para cumplir con los requisitos del siguiente paso de Mi obra. Sin embargo, Yo vengo personalmente al lugar en el que el gran dragón rojo yace enroscado y compito con él. Una vez que toda la humanidad llegue a conocerme en la carne y sea capaz de ver Mis obras en la carne, la gran guarida del gran dragón rojo quedará reducida a cenizas y desaparecerá sin dejar rastro. […]
Hoy, no solo desciendo sobre la nación del gran dragón rojo; también vuelvo el rostro hacia todo el universo y provoco que todo el empíreo tiemble. ¿Existe algún lugar que no esté sujeto a Mi juicio? ¿Hay algún lugar que no exista bajo las calamidades que Yo hago descender sobre él? Dondequiera que voy, he esparcido todo tipo de “semillas de desastre”. Esta es una de las formas en las que obro y, sin duda, es un acto de salvación para la humanidad, y lo que les extiendo sigue siendo un tipo de amor. Deseo permitir que incluso más personas lleguen a conocerme y puedan verme, y, de esta forma, lleguen a temer a un Dios a quien no han podido ver durante tantos años, pero que, en este momento, es práctico.
La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Las palabras de Dios al universo entero, Capítulo 10
177. Durante varios milenios, el hombre ha anhelado poder presenciar la llegada del Salvador. El hombre ha anhelado contemplar a Jesús el Salvador montado en una nube blanca mientras desciende, en persona, entre aquellos que lo han añorado y anhelado durante miles de años. El hombre ha deseado también que el Salvador regrese y se reúna con ellos; es decir, deseó que Jesús el Salvador, que ha estado separado de la gente miles de años, regrese y lleve a cabo una vez más la obra de redención que Él hizo entre los judíos, que sea misericordioso y amoroso con los hombres, que perdone sus pecados y cargue con ellos e incluso que cargue con todas las transgresiones del hombre y lo salve del pecado. Lo que el hombre anhela es que Jesús el Salvador sea el mismo que antes, un Salvador que sea adorable, amable y venerable, que nunca esté airado con el hombre ni le haga reproches, sino que perdone y soporte todos los pecados del hombre y que incluso, como antes, muera en la cruz por el hombre. Desde que Jesús se marchó, los discípulos que lo siguieron, además de todos los santos que fueron salvos en Su nombre, lo han estado añorando y esperando desesperadamente. Todos aquellos que fueron salvos por la gracia de Jesucristo durante la Era de la Gracia han estado anhelando ese día exultante en los últimos días, cuando Jesús el Salvador descienda sobre una nube blanca para aparecerse ante una multitud de personas. Por supuesto, este también es el deseo colectivo de todos aquellos que aceptan el nombre de Jesús el Salvador en el presente. Todo aquel en el universo que sabe de la salvación de Jesús el Salvador ha estado anhelando desesperadamente que Jesucristo llegue repentinamente para cumplir lo que Jesús dijo cuando estuvo en la tierra: “Llegaré tal como me fui”. El hombre cree que, después de la crucifixión y la resurrección, Jesús volvió al cielo sobre una nube blanca para ocupar Su lugar a la diestra del Altísimo. De forma parecida, Jesús descenderá de nuevo sobre una nube blanca (esta nube se refiere a la nube sobre la que Jesús cabalgó cuando regresó al cielo) entre aquellos que lo han anhelado desesperadamente durante miles de años, y Él tendrá la imagen y vestimenta de los judíos. Después de aparecerse ante ellos, Él le concederá comida y hará que el agua viva brote para ellos y vivirá en medio de ellos, lleno de gracia y lleno de amor, vívido y real. Todas esas nociones son lo que cree la gente. Sin embargo, Jesús el Salvador no hizo esto; hizo lo contrario de lo que el hombre concibió. No llegó entre los que habían anhelado Su regreso ni se les apareció a la multitud de personas mientras cabalgaba sobre la nube blanca. Él ya ha llegado, pero el hombre no lo sabe y sigue siendo ignorante. El hombre solamente está esperándolo sin propósito, sin darse cuenta de que Él ya ha descendido sobre una “nube blanca” (la nube que es Su Espíritu, Sus palabras, todo Su carácter y todo lo que Él es) y está ahora entre un grupo de vencedores que Él formará durante los últimos días. El hombre no sabe esto: a pesar de todo el afecto y amor que el santo Salvador Jesús tiene hacia el hombre, ¿cómo puede obrar en esos “templos” habitados por la suciedad y los espíritus inmundos? Aunque el hombre ha estado esperando Su llegada, ¿cómo podría Él aparecer ante aquellos que comen la carne de los injustos, que beben la sangre de los injustos y visten las ropas de los injustos, que creen en Él, pero que no lo conocen y que constantemente lo chantajean? El hombre solo sabe que Jesús el Salvador está lleno de amor y rebosante de misericordia y que Él es la ofrenda por el pecado, llena de redención. Sin embargo, el hombre no tiene idea de que Él es Dios mismo, que rebosa de justicia, majestad, ira y juicio, que está dotado de autoridad y lleno de dignidad. Por tanto, aunque el hombre ansiosamente anhela y ansía el regreso del Redentor y hasta sus oraciones conmueven el “cielo”, Jesús el Salvador no se aparece a quienes creen en Él, pero no lo conocen.
La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. El Salvador ya ha regresado sobre una “nube blanca”
178. Le di Mi gloria a Israel y luego se la retiré, y así llevé a los israelitas al oriente, así como a toda la gente, conduciéndolos a todos a la luz para que puedan reunirse y asociarse con ella y no buscarla más. Haré que todos los que están buscando vuelvan a ver la luz y vean la gloria que tuve en Israel, que vean que hace mucho tiempo descendí sobre una nube blanca en medio de la especie humana, y que vean los cúmulos de nubes blancas y frutos en sus racimos abundantes. Es más, haré que puedan ver a Jehová Dios de Israel, que vean al “Maestro” de los judíos, que vean al Mesías anhelado y que vean la aparición completa de Mí, Aquel que ha sido perseguido por reyes a lo largo de las eras. Obraré en todo el universo y realizaré una gran obra, revelando toda Mi gloria y todas Mis acciones al hombre en los últimos días, así como todo Mi semblante glorioso a quienes han esperado muchos años por Mí, a quienes han anhelado que Yo llegue sobre una nube blanca, a Israel, que ha anhelado que Yo aparezca de nuevo, y a toda la especie humana que me persigue, para que todos sepan que hace mucho tiempo que retiré Mi gloria y la llevé al oriente, y que ya no está en Judea, ¡porque ya han llegado los últimos días!
Estoy llevando a cabo Mi obra por todo el universo, y en el oriente surge una explosión interminable como de truenos que sacude todas las naciones y denominaciones. Son Mis declaraciones las que han guiado a todos los hombres al presente. Hago que todos los hombres sean conquistados por Mis declaraciones, que caigan en esta corriente y que se rindan ante Mí, porque desde hace mucho tiempo he retirado Mi gloria de toda la tierra y la he emitido nuevamente en el oriente. ¿Quién no anhela ver Mi gloria? ¿Quién no espera ansiosamente Mi regreso? ¿Quién no tiene sed de Mi reaparición? ¿Quién no anhela Mi hermosura? ¿Quién no vendría a la luz? ¿Quién no contemplaría la riqueza de Canaán? ¿Quién no anhela el regreso del Redentor? ¿Quién no lo admira a Él, que posee gran poder? Mis declaraciones se propagarán por toda la tierra; declararé y diré más palabras a Mi pueblo escogido, como un poderoso trueno que sacude las montañas y los ríos. Digo Mis palabras a todo el universo y a la especie humana. Por tanto, las palabras de Mi boca se han convertido en el tesoro del hombre, y todos los hombres aprecian Mis palabras. El relámpago destella desde el oriente hasta el occidente. Mis palabras son tales que el hombre se resiste a desprenderse de ellas, y también son insondables para el hombre, e incluso provocan que este sienta dicha. Igual que un recién nacido, todos los hombres se sienten alegres y dichosos y celebran Mi llegada. Por medio de Mis declaraciones, traeré a todos los hombres ante Mí. A partir de entonces, entraré formalmente entre los hombres y haré que me rindan homenaje. Con la gloria que emito y las palabras de Mi boca, todos los hombres se presentan ante Mí y ven que el relámpago destella desde el oriente, que Yo también he descendido al “monte de los Olivos” en el oriente, que hace mucho que he venido a la tierra y que ya no soy el Hijo de judíos, sino el Relámpago del Oriente. Porque he resucitado hace mucho tiempo, me he alejado del seno de la especie humana y he reaparecido luego con gloria entre los hombres. Soy Aquel que fue adorado hace innumerables eras, y también soy el infante que fue abandonado por los israelitas hace innumerables eras. Es más, ¡soy el todo glorioso Dios Todopoderoso de la era actual! Que todos se presenten ante Mi trono y vean Mi semblante glorioso, oigan Mis declaraciones y contemplen Mis obras. Esta es la totalidad de Mi intención; es el fin y el clímax de Mi plan, así como el propósito de Mi gestión: ¡que la multitud de naciones me rindan homenaje, que la multitud de bocas me reconozcan, que la multitud de personas depositen su confianza en Mí y que la multitud de miembros de Mi pueblo escogido se rindan ante Mí!
La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Los siete truenos retumban: profetiza que el evangelio del reino se difundirá por todo el universo
179. Una vez me llamaron Jehová. También una vez la gente me conoció como el Mesías, y las personas me llamaron una vez Jesús el Salvador con amor y aprecio. Hoy ya no soy el Jehová ni el Jesús que las personas conocieron en tiempos pasados. En su lugar, Yo soy el Dios que ha regresado en los últimos días, el que pondrá fin a la era; soy el Dios mismo que surge del extremo de la tierra, repleto de todo Mi carácter y lleno de autoridad, honor y gloria. Las personas nunca se han puesto en contacto conmigo, nunca me han conocido y siempre han sido ignorantes de Mi carácter. Desde la creación del mundo hasta hoy, ni una sola persona me ha visto. Este es el Dios que se les aparece a las personas en los últimos días, pero que está oculto entre ellas. Él mora entre la gente, verdadero y real, como el sol ardiente y la llama abrasadora, lleno de poder y rebosante de autoridad. No hay una sola persona o cosa que no vaya a ser juzgada por Mis palabras y ni una sola persona o cosa que no vaya a ser purificada por el ardor del fuego. Finalmente, la multitud de naciones serán bendecidas debido a Mis palabras y también serán hechos pedazos debido a ellas. De esta forma, todas las personas en los últimos días verán que Yo soy el Salvador que ha regresado, y que Yo soy Dios Todopoderoso, que conquista a toda la especie humana. Y todos verán que una vez fui la ofrenda por el pecado para el hombre, pero que en los últimos días me he convertido en las llamas del sol abrasador que queman todas las cosas, así como en el Sol de la justicia que revela todas las cosas. Esta es Mi obra en los últimos días. Tomé este nombre y llevo conmigo este carácter para que todas las personas puedan ver que Yo soy el Dios justo, el sol ardiente, la llama abrasadora, y que todos puedan adorarme a Mí, el único Dios verdadero, y para que puedan ver Mi verdadero rostro: no soy solo el Dios de los israelitas ni soy solo el Redentor, sino que soy el Dios de todas las criaturas a lo largo de los cielos, la tierra y los mares.
La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. El Salvador ya ha regresado sobre una “nube blanca”
180. El plan de gestión de seis mil años de Dios está llegando a su fin y la puerta del reino ya se ha abierto a todos aquellos que buscan Su aparición. Queridos hermanos y hermanas, ¿qué estáis esperando? ¿Qué es lo que buscáis? ¿Estáis esperando que aparezca Dios? ¿Estáis buscando Sus huellas? ¡Cómo se anhela la aparición de Dios! ¡Y qué difícil es encontrar Sus huellas! En una era como esta, en un mundo como este, ¿qué debemos hacer para presenciar el día en que aparece Dios? ¿Qué debemos hacer para mantener el ritmo de las huellas de Dios? A cuestiones de esta clase se enfrentan todos los que están esperando que aparezca Dios. Vosotros las habéis considerado en más de una ocasión, pero ¿con qué resultado? ¿Dónde se aparece Dios? ¿Dónde están Sus huellas? ¿Tenéis las respuestas? Muchas personas responderían de esta manera: “Dios se aparece entre todos los que lo siguen, y Sus huellas están entre nosotros; ¡es así de sencillo!”. Cualquiera puede ofrecer una respuesta tópica, pero ¿entendéis vosotros a qué se refiere la aparición de Dios o Sus huellas? La aparición de Dios se refiere a Su llegada a la tierra en persona para obrar, en la que desciende entre la humanidad para llevar a cabo la obra de comenzar una era y terminar otra con Su propia identidad y carácter, de la manera que para Él es innata. Esta clase de aparición no es una especie de ceremonia. No es una señal, una imagen, un milagro ni una especie de visión grandiosa y mucho menos una clase de proceso religioso. En cambio, es un hecho real y verdadero que cualquiera puede tocar y contemplar. Esta clase de aparición no es en aras de cumplir un trámite o en aras de una especie de trabajo a corto plazo. En su lugar, es en aras de una etapa de la obra del plan de gestión de Dios. La aparición de Dios siempre es significativa y siempre tiene algo de relación con Su plan de gestión. A lo que se le llama “aparición” aquí es completamente diferente a la clase de “aparición” en la que Dios guía, lidera y esclarece al hombre. Cada vez que Él aparece, lleva a cabo una etapa de Su gran obra. Esta obra es diferente de la de cualquier otra era. El hombre no la puede imaginar y nunca antes la ha experimentado. Es una obra que da inicio a una nueva era y termina con la antigua, y es una etapa más nueva y más alta de obra para la salvación de la especie humana; más si cabe, es una obra que conduce a la especie humana a la nueva era. Este es el significado de la aparición de Dios.
La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Apéndice I: La aparición de Dios ha dado lugar a una nueva era
181. Una vez hayáis entendido lo que significa la aparición de Dios, ¿cómo debéis buscar las huellas de Dios? Esta pregunta no es difícil de explicar: dondequiera que aparezca Dios, allí encontrarás Sus huellas. Tal explicación suena sencilla, pero no es tan fácil en la práctica porque muchas personas no saben dónde aparece Dios, mucho menos dónde está dispuesto a aparecer o dónde debería hacerlo. Algunos irreflexivamente creen que dondequiera que esté obrando el Espíritu Santo, ahí aparece Dios. O también creen que, dondequiera que haya figuras espirituales, ahí aparece Dios. O si no, creen que donde hay personas de gran renombre, ahí aparece Dios. Por el momento, dejemos de lado si tales creencias son correctas o están equivocadas. Para explicar tal cuestión debemos primero tener un objetivo claro: estamos buscando las huellas de Dios. No estamos buscando figuras espirituales, ni mucho menos estamos siguiendo a figuras de renombre; estamos siguiendo las huellas de Dios. Por esta razón, ya que estamos buscando las huellas de Dios, nos corresponde a nosotros buscar las intenciones de Dios, Sus palabras y declaraciones. Esto se debe a que dondequiera que haya nuevas palabras dichas por Dios, allí está la voz de Dios, y donde están las huellas de Dios, ahí están Sus hechos; donde está la expresión de Dios, ahí aparece, y donde aparece, ahí existe la verdad, el camino y la vida. Al buscar las huellas de Dios, habéis pasado por alto las palabras “Dios es la verdad, el camino y la vida”. Y así, muchas personas, incluso cuando reciben la verdad, no creen que hayan encontrado las huellas de Dios y mucho menos reconocen la aparición de Dios. ¡Qué error tan grave! La aparición de Dios no se ajusta a las nociones del hombre; todavía menos puede Dios aparecer de la manera que el hombre se lo demanda. Dios toma Sus propias decisiones y tiene Sus propios planes cuando hace Su obra; más aún, Él tiene Sus propios objetivos y Sus propios métodos. Sea cual sea la obra que Él haga, no es necesario que la consulte con el hombre o busque su consejo, ni mucho menos que notifique de Su obra a cada persona. Este es el carácter de Dios y debería, además, ser reconocido por todo el mundo. Si deseáis presenciar la aparición de Dios, seguir las huellas de Dios, entonces debéis primero apartaros de vuestras propias nociones. No debes exigir que Dios haga esto o aquello; mucho menos debes colocarlo dentro de tus propios confines y limitarlo a tus propias nociones. En cambio, debéis exigiros cómo debéis buscar las huellas de Dios, cómo debéis aceptar la aparición de Dios, y cómo debéis someteros a Su nueva obra; esto es lo que el hombre debe hacer. Ya que el hombre no es la verdad y no está dotado de la verdad, debe buscar, aceptar y someterse.
La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Apéndice I: La aparición de Dios ha dado lugar a una nueva era
182. Hoy, Dios ha llevado a cabo nueva obra. Puede que no seas capaz de aceptar estas palabras y tal vez te puedan parecer inusuales, pero te aconsejaría que no expusieras tu naturalidad por ahora, porque solo aquellos que realmente tienen hambre y sed de justicia delante de Dios pueden obtener la verdad, y Él solo puede esclarecer y guiar a aquellos que son verdaderamente devotos. Los resultados se obtienen al buscar la verdad con sobria tranquilidad, no con disputas y discordias. Cuando digo que “hoy Dios ha llevado a cabo nueva obra”, me estoy refiriendo al asunto de Su regreso a la carne. Quizás estas palabras no te incomodan, quizás las detestes o quizás hasta sean de un gran interés para ti. Cualquiera que sea el caso, espero que todos los que verdaderamente anhelan que Dios aparezca puedan enfrentar este hecho y examinarlo con detenimiento, en lugar de sacar conclusiones precipitadas al respecto. Esto es lo que debería hacer una persona sabia.
Investigar algo así no es difícil, pero requiere que cada uno de nosotros primero conozca esta verdad: Aquel que es Dios encarnado poseerá la esencia de Dios, y Aquel que es Dios encarnado tendrá la expresión de Dios. Puesto que Dios se hace carne, Él traerá la obra que pretende llevar a cabo y puesto que se hace carne expresará lo que Él es; será, asimismo, capaz de traer la verdad al hombre, de concederle la vida y de señalarle el camino. La carne que no contiene la esencia de Dios definitivamente no es el Dios encarnado; de esto no hay duda. Si el hombre pretende investigar si es la carne encarnada de Dios, entonces debe corroborarlo a partir del carácter que Él expresa y de las palabras que Él habla. Es decir, para corroborar si es o no la carne encarnada de Dios y si es o no el camino verdadero, la persona debe discernir basándose en Su esencia. Y, así, a la hora de determinar si se trata de la carne de Dios encarnado, la clave yace en Su esencia (Su obra, Sus declaraciones, Su carácter y muchos otros aspectos), en lugar de fijarse en Su apariencia externa. Si el hombre solo analiza Su apariencia externa, y como consecuencia pasa por alto Su esencia, esto muestra que el hombre es inculto e ignorante. La apariencia externa no puede determinar la esencia; es más, la obra de Dios jamás puede ajustarse a las nociones del hombre. ¿No contradecía la apariencia exterior de Jesús las nociones del hombre? ¿No eran Su rostro y Sus vestiduras incapaces de proporcionar pista alguna sobre Su verdadera identidad? ¿Acaso los antiguos fariseos no se opusieron a Jesús precisamente porque solo miraron Su aspecto exterior y no aceptaron concienzudamente las palabras de Su boca? Tengo la esperanza de que todos y cada uno de los hermanos y hermanas que buscan la aparición de Dios, no repetirán la tragedia histórica. No debéis convertiros en los fariseos de los tiempos modernos y clavar a Dios de nuevo en la cruz. Deberíais considerar cuidadosamente cómo darle la bienvenida al retorno de Dios y tener claridad acerca de cómo ser alguien que se somete a la verdad. Esta es la responsabilidad de todo aquel que está esperando que Jesús vuelva montado sobre una nube. Deberíamos frotarnos los ojos espirituales para aclararlos y no empantanarnos en palabras de exagerada fantasía. Deberíamos pensar en la obra realista de Dios y echar un vistazo al aspecto práctico de Dios. No os dejéis llevar demasiado ni os perdáis en fantasías anhelando siempre el día en que el Señor Jesús descienda repentinamente sobre una nube entre vosotros, y os lleve a vosotros, que nunca lo habéis conocido o visto y que no sabéis cómo seguir Su voluntad. ¡Es mejor pensar en asuntos más prácticos!
La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Prefacio
183. Esta vez, Dios viene a hacer la obra, no en un cuerpo espiritual, sino en uno muy corriente. Además, es el cuerpo de la segunda encarnación de Dios y también el cuerpo a través del cual Él regresa a la carne. Es una carne muy corriente. Al observarlo, no puedes ver nada en Él que lo haga resaltar entre los demás, pero puedes recibir de Él verdades que nunca antes se han oído. Tan solo esta carne insignificante es la personificación de todas las palabras de la verdad de Dios, la portadora de Su obra en los últimos días y la expresión por la cual el hombre entiende todo el carácter de Dios. ¿No deseas enormemente ver al Dios en el cielo? ¿No deseas enormemente entender al Dios en el cielo? ¿No deseas enormemente ver el destino de la especie humana? Él te contará todos estos secretos, secretos que ningún hombre ha sido nunca capaz de contarte, y Él te hablará también de las verdades que no entiendes. Él es tu puerta al reino y tu guía a la nueva era. Esta carne corriente contiene muchos misterios que son insondables para el hombre. Sus hechos son inescrutables para ti, pero la totalidad del objetivo de la obra que Él realiza es bastante para que puedas ver que Él no es simple carne como la gente cree, porque Él representa las intenciones de Dios en los últimos días, así como el cuidado de Dios hacia la especie humana en los últimos días. Aunque no puedes oír Sus palabras, que parecen sacudir los cielos y la tierra, aunque no puedes ver Sus ojos como llamas de fuego y aunque no puedes recibir la disciplina de Su vara de hierro, sí puedes oír en Sus palabras que Dios está siendo iracundo y saber que Dios está mostrando misericordia hacia la especie humana, así como ver Su carácter justo y Su sabiduría y, lo que es más, apreciar la preocupación que Él tiene por toda la especie humana. La obra de Dios en los últimos días consiste en permitir al hombre ver en la tierra al Dios del cielo vivir entre los hombres, y permitirle que lo conozca, se someta a Él, le tema y le ame. Por esta razón, Él ha regresado a la carne por segunda vez. Aunque lo que el hombre ve hoy es un Dios igual a él, un Dios con una nariz y dos ojos, un Dios para nada especial, al final Él os mostrará que, sin la existencia de esta persona, el cielo y la tierra pasarían por un cambio tremendo; sin la existencia de esta persona, el cielo se volvería sombrío, la tierra se convertiría en caos y toda la humanidad viviría entre hambruna y plagas. Él os mostrará que, si Dios encarnado de los últimos días no hubiera venido a salvaros, entonces Dios habría destruido a toda la humanidad hace mucho tiempo en el infierno; sin la existencia de esta carne, seríais para siempre archipecadores, seríais cadáveres eternamente. Deberíais saber que, sin la existencia de esta carne, sería imposible para toda la especie humana escapar de una gran calamidad, y sería imposible que escapase del castigo más severo que Dios le impone en los últimos días. Sin el nacimiento de esta carne corriente, todos vosotros estaríais en un estado en el que rogaríais por la vida sin poder vivir y rogaríais por la muerte sin poder morir; sin la existencia de esta carne no podríais recibir hoy la verdad y venir ante el trono de Dios. Más bien, Él os castigaría por vuestros graves pecados. ¿Sabéis que si no hubiera sido por el retorno de Dios a la carne, nadie tendría oportunidad de salvarse, y que si no fuera por la venida de esta carne, Dios habría acabado hace mucho la era antigua? Así las cosas, ¿rechazaréis todavía la segunda encarnación de Dios? Ya que os podéis beneficiar tanto de esta persona corriente, ¿por qué no la aceptáis con alegría?
La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. ¿Sabías que Dios ha hecho algo grande entre los hombres?
184. La obra de Dios es algo que no puedes comprender. Si no puedes comprender del todo si tu decisión es correcta ni saber si la obra de Dios puede tener éxito, entonces por qué no probar tu suerte y ver si este hombre corriente puede ser de gran ayuda para ti, y si Dios ha llevado a cabo una gran obra. Sin embargo, debo decirte que en la época de Noé, los hombres habían estado comiendo y bebiendo, casándose y dándose en matrimonio hasta un punto que a Dios le resultó insoportable de presenciar, por lo que envió un gran diluvio para destruir a la humanidad y solo salvó a la familia de ocho miembros de Noé y a toda especie de aves y bestias. En los últimos días, sin embargo, aquellos a los que Dios salva son todos los que le han sido leales hasta el final. Aunque ambas fueron épocas de gran corrupción, insoportable de presenciar para Dios, y la humanidad fue tan corrupta en ambas eras y negó a Dios como el Señor, Dios solamente destruyó a todos los hombres del tiempo de Noé. En ambas épocas, la humanidad ha afligido a Dios en gran manera, pero Él ha seguido siendo paciente con los hombres en los últimos días hasta ahora. ¿Por qué? ¿Nunca habéis pensado en ello? Si de verdad no lo sabéis, permitidme decíroslo. La razón por la que Dios puede tratar a los hombres con gracia en los últimos días no es porque sean menos corruptos que los de la época de Noé ni porque hayan mostrado arrepentimiento a Dios, mucho menos se debe a que Él no pueda destruir a los hombres en los últimos días porque la tecnología haya avanzado tanto. Más bien, la razón es que a Dios le queda obra por realizar en un grupo de personas en los últimos días y que Dios la realizará Él mismo en Su encarnación. Además, Dios escogerá a una parte de este grupo como Sus objetos de salvación, el fruto de Su plan de gestión y llevará a esos hombres a la siguiente era. Por tanto, pase lo que pase, este precio pagado por Dios ha sido totalmente una preparación para la obra de Su encarnación en los últimos días. El hecho de que hayáis llegado hasta hoy es gracias a esta carne. Tenéis la oportunidad de sobrevivir porque Dios vive en la carne. Todas estas bendiciones se han obtenido gracias a este hombre corriente. Y no solo esto, sino que, al final, toda nación adorará a este hombre corriente, y dará gracias y se someterá a este hombre insignificante, porque es la verdad, la vida y el camino que Él trajo lo que ha salvado a toda la humanidad, lo que ha mitigado el conflicto entre el hombre y Dios, lo que ha acortado la distancia entre ellos y lo que ha abierto una conexión entre los pensamientos de Dios y los del hombre. Él es también quien ha obtenido una gloria aún mayor para Dios. ¿Acaso no es tal hombre corriente digno de tu confianza y adoración? ¿No es apta esa carne común y corriente para ser llamada Cristo? ¿No puede ser ese hombre corriente la expresión de Dios entre los hombres? ¿No es ese hombre, que ha librado a la especie humana del desastre, digno de vuestro amor y de vuestro deseo de aferraros a Él? Si rechazáis las verdades pronunciadas por Su boca y detestáis Su existencia entre vosotros, ¿qué os sucederá al final?
Toda la obra de Dios en los últimos días se lleva a cabo a través de esta persona corriente. Él te lo concederá todo y, además, podrá decidirlo todo sobre ti. ¿Puede una persona así ser como vosotros creéis: una persona tan simple como para no ser digna de mención? ¿No es suficiente Su verdad para convenceros totalmente? ¿Acaso ver Sus hechos con vuestros propios ojos no os convence? ¿O es que la senda que marca no es digna de que la sigáis? Después de todo, ¿qué es lo que os provoca que sintáis antipatía hacia Él y que lo rechacéis y lo eludáis? Es esta persona quien expresa la verdad, es ella quien la provee y os da una senda a seguir. ¿Podría ser que vosotros aún no podéis encontrar las huellas de la obra de Dios en estas verdades? Sin la obra de Jesús, la humanidad no podría haber bajado de la cruz, pero sin la encarnación de hoy, aquellos que bajan de la cruz no podrían nunca recibir la aprobación de Dios ni entrar en la nueva era. Sin la venida de esta persona corriente, nunca tendríais la oportunidad ni seríais aptos para ver el rostro verdadero de Dios, porque todos vosotros sois objetos que deberían haber sido destruidos hace mucho tiempo. Debido a la venida de la segunda encarnación de Dios, Él os ha perdonado y os ha mostrado misericordia. Independientemente de ello, las palabras con las que os debo dejar al final siguen siendo estas: esta persona corriente, que es Dios encarnado, es de una importancia vital para vosotros. Esta es la gran cosa que Dios ya ha llevado a cabo entre los hombres.
La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. ¿Sabías que Dios ha hecho algo grande entre los hombres?
185. Si el Salvador llegara durante los últimos días y se le siguiera llamando Jesús y naciera de nuevo en Judea e hiciera Su obra allí, entonces esto demostraría que Yo solo creé y redimí al pueblo de Israel y que no tengo nada que ver con los gentiles. ¿No contradiría esto Mis palabras de que “Yo soy el Señor que creó los cielos y la tierra y todas las cosas”? Dejé Judea y hago Mi obra entre los gentiles porque no soy solamente el Dios del pueblo de Israel, sino el Dios de todos los seres creados. Aparezco entre los gentiles durante los últimos días porque Yo no solo soy Jehová, el Dios del pueblo de Israel, sino, además, Yo soy el Creador de todos Mi pueblo escogido entre los gentiles. No solo creé a Israel, Egipto y Líbano, sino a todas las naciones gentiles más allá de Israel. Debido a esto, Yo soy el Señor de todos los seres creados. Simplemente usé Israel como el punto de partida para Mi obra, empleé Judea y Galilea como las fortalezas de Mi obra de redención y ahora uso una nación gentil como la base sobre la que pondré fin a toda la era. Hice dos etapas de la obra en Israel (estas dos etapas de la obra son la Era de la Ley y la Era de la Gracia) y he estado llevando a cabo dos etapas más de la obra (la Era de la Gracia y la Era del Reino) por todas las naciones más allá de Israel. Entre las naciones gentiles haré la obra de conquista y concluiré así la era. Si el hombre siempre me llama Jesucristo, pero no sabe que he comenzado una nueva era durante los últimos días y que me he embarcado en una nueva obra, y si el hombre continúa obsesivamente a la espera de la llegada de Jesús el Salvador, entonces llamaré a las personas como estas las que no creen en Mí; son personas que no me conocen y su creencia en Mí es falsa. ¿Podrían tales personas ser testigos de la llegada de Jesús el Salvador desde el cielo? Lo que esperan no es Mi llegada sino la llegada del Rey de los judíos. No anhelan que Yo aniquile este viejo mundo impuro, sino que anhelan la segunda venida de Jesús en la cual serán redimidos. Esperan que Jesús redima una vez más a toda la humanidad de esta tierra inmunda e injusta. ¿Cómo pueden tales personas convertirse en quienes completen Mi obra en los últimos días? Los deseos del hombre son incapaces de cumplir Mis deseos o de completar Mi obra, porque el hombre simplemente admira o aprecia la obra que he hecho antes y no tiene idea de que Yo soy el Dios mismo que siempre es nuevo y nunca viejo. El hombre solo sabe que Yo soy Jehová y Jesús, y no tiene ni idea de que Yo soy Aquel de los últimos días, quien pondrá fin a la humanidad. Todo lo que el hombre anhela y conoce proviene de sus propias nociones y es simplemente lo que puede ver con sus propios ojos. No está en consonancia con la obra que Yo hago sino en discordancia con ella. Si Mi obra se condujera de acuerdo con las ideas del hombre, entonces, ¿cuándo terminaría? ¿Cuándo entraría la humanidad en el reposo? ¿Y cómo podría Yo entrar en el séptimo día, en el sabbat? Yo obro según Mi plan y Mi propósito, no según las intenciones del hombre.
La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. El Salvador ya ha regresado sobre una “nube blanca”
186. Independientemente de si eres estadounidense, británico o de cualquier otra nacionalidad, debes salirte de los confines de tu propia nacionalidad, trascenderte y ver la obra de Dios desde la identidad de un ser creado. De esta manera, no limitarás las huellas de Dios a ningún ámbito en particular. Esto es porque, en la actualidad, mucha gente considera que es imposible que Dios aparezca en una nación en particular o entre cierta gente. ¡Qué profundo es el significado de la obra de Dios y qué importante es la aparición de Dios! ¿Cómo pueden medir esto las nociones y los pensamientos del hombre? Y por eso digo que debes derrumbar tus nociones de nacionalidad y etnicidad para buscar la aparición de Dios. Solo así no estarás restringido por tus propias nociones; solo así serás apto para darle la bienvenida a la aparición de Dios. De otro modo, siempre vas a permanecer en la oscuridad y nunca vas a obtener la aprobación de Dios.
Dios es el Dios de toda la raza humana. Él no se considera la propiedad privada de ninguna nación o pueblo, sino que hace Su obra tal como la ha planeado, sin ser confinado a ninguna forma ni a ninguna nación o pueblo. Tal vez nunca has imaginado esta forma, o tal vez tu actitud hacia ella sea la negación, o tal vez la nación donde Dios aparece y el pueblo entre el que aparece resulta que son discriminados por todo el mundo y son los más retrógrados de la tierra. Con todo, Dios tiene Su sabiduría. Con Su gran poder y por medio de Su verdad y carácter, Él ha ganado realmente a un grupo de personas que son de un mismo sentir con Él, y a un grupo de personas que Él deseaba hacer completas; un grupo conquistado por Él que, tras soportar toda clase de pruebas y sufrimiento y todas las formas de persecución, puede seguirlo hasta el mismísimo final. El objetivo de la aparición de Dios, que no está limitada a ninguna forma o nación, es permitirle completar Su obra tal como la ha planeado. Esto es como cuando Dios se hizo carne en Judea: Su objetivo fue completar la obra de la crucifixión para redimir a toda la raza humana. Sin embargo, los judíos creyeron que era imposible que Dios hiciera esto, y pensaron que era imposible que Dios se hiciera carne y asumiera la forma del Señor Jesús. Su “imposible” se convirtió en la base sobre la cual condenaron a Dios y se opusieron a Él y, finalmente, esto llevó a la destrucción de Israel. Hoy en día, muchas personas han cometido un error parecido. Proclaman con todas sus fuerzas la inminente aparición de Dios, sin embargo, al mismo tiempo condenan Su aparición; su “imposible” una vez más confina la aparición de Dios dentro de los límites de su imaginación. Y así he visto a mucha gente reírse a carcajadas salvajes y estridentes tras toparse con las palabras de Dios. ¿Acaso es esta risa diferente a la condena y blasfemia de los judíos? No sois reverentes en presencia de la verdad y menos aún poseéis una actitud de anhelo. Lo único que hacéis es estudiar empecinadamente y esperar con alegre despreocupación. ¿Qué podéis ganar con estudiar y esperar así? ¿Creéis que recibiréis la guía personal de Dios? Si no puedes discernir las declaraciones de Dios, ¿cómo puedes ser apto para presenciar la aparición de Dios? Dondequiera que Dios aparece, allí se expresará la verdad y estará la voz de Dios. Solo los que pueden aceptar la verdad podrán escuchar la voz de Dios, y solo tales personas están cualificadas para presenciar la aparición de Dios. ¡Abandona tus nociones! Tranquilízate y lee con cuidado estas palabras. Mientras tengas un corazón que anhele la verdad, Dios te esclarecerá de forma que entenderás Sus intenciones y Sus palabras. ¡Abandonad vuestros argumentos de “imposibilidad”! Cuanto más crea la gente que algo es imposible, más factible es que ocurra, porque la sabiduría de Dios es más alta que los cielos, los pensamientos de Dios son más altos que los pensamientos del hombre, y Dios desempeña Su obra más allá de los límites del pensamiento y las nociones del hombre. Cuanto más imposible sea algo, más verdad hay por buscar en ello; cuanto menos pueda ser imaginado algo por las nociones del hombre, más contiene las intenciones de Dios. Esto es porque, se aparezca donde se aparezca Dios, Él sigue siendo Dios y Su esencia no cambiará en absoluto por la ubicación o la forma de Su aparición. El carácter de Dios no cambiará, independientemente de dónde estén Sus huellas, y no importa dónde estén las huellas de Dios, Él es el Dios de toda la especie humana, igual que el Señor Jesús no es solo el Dios de los israelitas, sino que también es el Dios de toda la gente de Asia, Europa y América y, lo que es más, Él es el único Dios en todo el universo. ¡Así que busquemos las intenciones de Dios y descubramos Su aparición en Sus declaraciones y palabras, y mantengamos el ritmo de Sus huellas! Dios es la verdad, el camino y la vida. Sus palabras y Su aparición existen simultáneamente, y Su carácter y Sus huellas se muestran públicamente en todo momento a la especie humana. ¡Queridos hermanos y hermanas, espero que todos podáis ver la aparición de Dios en estas palabras, que comencéis a alcanzar Sus huellas y a avanzar hacia una nueva era y entréis en el cielo y la tierra nuevos y hermosos que Dios ha preparado para los que esperan Su aparición!
La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Apéndice I: La aparición de Dios ha dado lugar a una nueva era