Solamente lleva algo más de una década creyendo en Dios. Todavía es novata. Yo ya he vivido más de media vida y estudié las religiones durante décadas. Con responsabilidad puedo decirle que no hay ningún Dios en este mundo ni ha habido nunca un Salvador. Todo eso de creer en Dios es demasiado confuso, muy poco práctico. Ambos somos personas instruidas y debemos examinar los asuntos en función de los hechos y la ciencia. Debemos creer en teorías científicas como el materialismo y el darwinismo, ¿Por qué hay que creer en Dios? Los comunistas sólo creemos en el ateísmo y la teoría de la evolución. Debe saber que la evolución de Darwin es una de las teorías más importantes para la humanidad de toda la historia de la ciencia. Según dicha teoría, podemos estar seguros de que todo fue creado por obra de la naturaleza. El hombre es resultado accidental del proceso biológico de evolución de la naturaleza. El hombre evolucionó a partir del simio. Esto tiene una base teórica suficiente. Demuestra que el hombre no fue creado por Dios. Las palabras de la Biblia son mitos y leyendas que no se pueden tomar en serio. Le aconsejo que se informe más sobre el materialismo y el darwinismo. Son unas teorías muy prácticas que pueden resolver dudas. Creo que, cuando lo vea claro, entenderá las creencias religiosas de forma correcta y dejará su fe ilusoria. Sólo tendrá futuro si obedece al Partido Comunista de China.

2 Jun 2018

Respuesta: El Partido Comunista de China es un partido ateo que, naturalmente, cree en el materialismo y el darwinismo. ¿Y con qué resultado? La mayoría de la gente ha renegado del materialismo y el darwinismo y los ha rechazado. Cada vez más gente acepta a Dios y vuelve a Él. Cada vez más gente cree que la palabra de Dios es la verdad. El mundo ya ha llegado al final de los últimos días. La obra de Dios ha llegado a su última etapa. Dios mostrará todas Sus obras, para que, en los últimos días, la gente vea que Él creó todas las cosas del cielo y la tierra y que lo gobierna todo. Como dice Dios Todopoderoso: “En la vastedad del cosmos y del firmamento, innumerables criaturas viven y se reproducen, siguen la ley cíclica de la vida y se ciñen a una regla constante. Los que mueren se llevan consigo las historias de los vivos, y los que están vivos repiten la misma trágica historia de los que han perecido. Y así, la humanidad no puede evitar preguntarse: ¿por qué vivimos? ¿Y por qué tenemos que morir? ¿Quién está al mando de este mundo? ¿Y quién creó a esta humanidad? ¿Fue la humanidad realmente creada por la Madre Naturaleza? ¿De verdad controla la humanidad su propio destino?… Estas son las preguntas que la humanidad se ha hecho incesantemente durante miles de años. Por desgracia, cuanto más se ha obsesionado el hombre con ellas, más ha desarrollado una sed por la ciencia. Esta ofrece una breve satisfacción y un disfrute temporal de la carne, pero está lejos de ser suficiente para liberar al hombre de la soledad, del aislamiento, del terror que no puede ocultarse y de la impotencia que existe en lo profundo de su alma. La humanidad simplemente utiliza el conocimiento científico que puede ver con sus propios ojos y que puede comprender con el cerebro para anestesiar su corazón. No obstante, ese conocimiento científico no es suficiente para impedir que la humanidad deje de explorar los misterios. La humanidad simplemente no sabe quién es el Soberano del universo y de todas las cosas y, mucho menos, conoce el principio y el futuro de la humanidad. Simplemente vive, por fuerza, en medio de esta ley. Nadie puede escapar a ella y nadie puede cambiarla, porque entre todas las cosas y en los cielos solo hay Uno de eternidad a eternidad que tiene la soberanía sobre todas las cosas. Él es Aquel al que el hombre nunca ha visto, a quien la humanidad nunca ha conocido, en cuya existencia la humanidad nunca ha creído y, sin embargo, es Aquel que insufló el aliento en los ancestros de la humanidad y le dio vida a esta. Él es Aquel que provee y alimenta a la humanidad y le permite existir, y Él es Aquel que la ha guiado hasta el día de hoy. Además, Él y solo Él es de quien depende la humanidad para su supervivencia. Tiene la soberanía sobre todas las cosas y rige sobre todos los seres vivos en el universo. Él tiene el mando sobre las cuatro estaciones, y es Él quien convoca al viento, a la escarcha, a la nieve y a la lluvia. Él trae la luz del sol a la humanidad y abre paso a la noche. Él fue quien ordenó los cielos y la tierra, y le brindó al hombre las montañas, los lagos y los ríos, así como todas las cosas vivientes que hay en ellos. Sus actos son omnipresentes, Su poder es omnipresente, Su sabiduría es omnipresente y Su autoridad es omnipresente. Cada una de estas leyes y normas es la personificación de Sus actos, y cada una de ellas revela Su sabiduría y Su autoridad. ¿Quién puede eximirse de Su soberanía? ¿Y quién puede liberarse de Sus designios? Todas las cosas existen bajo Su mirada; es más, todas viven bajo Su soberanía. Sus actos y Su poder no le dejan a la humanidad otra opción más que reconocer el hecho de que Él existe realmente y tiene soberanía sobre todas las cosas(La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Apéndice III: El hombre sólo puede salvarse en medio de la gestión de Dios).

Desde la creación del mundo, Dios ha llevado a cabo tres etapas de Su obra. En cada una de ellas, Dios ha expresado muchas verdades. Toda la Biblia es la historia de la obra de Dios en la Era de la Ley y la Era de la Gracia. Luego ha venido Dios Todopoderoso y ha realizado la obra del juicio en los últimos días, expresando todas las verdades para purificar y salvar a la humanidad, la mayoría de ellas recogidas en el libro “La Palabra manifestada en carne”. Aunque no veamos el cuerpo espiritual de Dios, podemos ver todas las palabras que expresa en cada una de las eras cuando Él se aparece para obrar. Se cumplen las palabras de la Biblia: “En el principio existía el Verbo, y el Verbo estaba con Dios, y el Verbo era Dios(Juan 1:1). Dios lleva hablando y obrando para salvar a la humanidad desde que Satanás la corrompió. En la Era de la Ley, Dios obró en Israel y promulgó la ley y los mandamientos para guiar la vida de la humanidad en la tierra. En la Era de la Gracia, Dios se encarnó en el Señor Jesús y realizó Su obra de redención en Judea. En los últimos días, Dios Todopoderoso se aparece encarnado y realiza Su obra en China. La palabra de Dios recogida en la Biblia y la que Él expresa en “La Palabra manifestada en carne” en los últimos días son la evidencia de que Dios habla y obra en el mundo para guiar y salvar al hombre. Si no fuera por el Espíritu de Dios, ¿quién podría decir unas palabras con tanto poder y tanta autoridad? El hombre no ve el Espíritu de Dios, pero puede oír la palabra que expresa el Espíritu de Dios. Esto basta para demostrar que el Espíritu de Dios habla y obra para guiar y salvar a la humanidad. El hombre sólo puede creer en Dios según la palabra de Dios. Cuando ora a Dios de corazón puede percibir la obra del Espíritu Santo y la existencia de Dios. Ustedes no creen en Dios, no leen la Biblia ni la palabra de Dios ni le oran, así que no perciben Su existencia. En los últimos días, Dios se ha encarnado en el Hijo del Hombrepara hablar y obrar entre la gente. Todas las palabras expresadas por Dios Todopoderoso son la verdad, tienen autoridad y poder y nadie más puede declararlas. Esto demuestra que es el Espíritu de Dios el que habla y se materializa en la carne para aparecerse y realizar Su obra. Tras leer “La Palabra manifestada en carne”, expresada por Dios Todopoderoso, percibí claramente que esas palabras provenían de Dios, que era Dios el que hablaba a la humanidad. Por eso acepté a Dios Todopoderoso. Tras experimentar la obra de Dios durante más de una década, he percibido la autoridad y el poder de la palabra de Dios y experimentado el esclarecimiento del Espíritu Santo. He visto las maravillas de Dios. ¡Mi corazón siente de verdad la autoridad, el poder, la omnipotencia y el dominio de Dios! Puede decirse que todos aquellos que tienen corazón y alma ven la verdadera existencia de Dios y Su dominio sobre todas las cosas en todo lo que Él ha creado y en todas las verdades que ha expresado. El Señor Jesús dijo: “El cielo y la tierra pasarán, mas mis palabras no pasarán(Mateo24:35). Dios Todopoderoso dice: “El cielo y la tierra pueden pasar, pero ni una letra ni una tilde de lo que digo pasará nunca(La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Declaraciones de Cristo en el principio, Capítulo 53). A partir del hecho de que se están cumpliendo y alcanzando todas las profecías y palabras de Dios, vemos quesólo la palabra de Dios es la verdad. El conjunto de la humanidad debe ver la omnipotencia y el dominio de Dios.

Extracto del guion de la película de “La Disputa”

El fin de todas las cosas se está acercando, ¿quieres saber cómo el Señor recompensará el bien, castigará el mal y determinará el fin de cada uno? Bienvenido a contactarnos para descubrir la respuesta.

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