Dais testimonio de que Dios Todopoderoso es Dios encarnado quien actualmente está llevando a cabo Su obra de juicio en los últimos días, pero los pastores y ancianos religiosos dicen que la obra de Dios Todopoderoso es en realidad la obra del ser humano y, además de eso, muchas personas que no creen en el Señor Jesús también dicen que el cristianismo en sí es solamente una creencia en un hombre. Todavía no podemos discernir cuál exactamente es la diferencia entre la obra de Dios y la obra del hombre, así que por favor habladnos esto.

2 Mar 2021

Respuesta:

Ciertamente, la obra de Dios y la obra del hombre son diferentes. Si investigamos cuidadosamente, seremos capaces de verlo. Por ejemplo, si observamos las declaraciones y la obra del Señor Jesús y luego le echamos un vistazo a las declaraciones y la obra de los apóstoles, podemos decir que la diferencia es demasiado obvia. Cada palabra pronunciada por el Señor Jesús es la verdad y reviste autoridad, y puede revelar muchos misterios. Estas son las cosas que la humanidad no puede hacer jamás. Por eso hay tanta gente que sigue al Señor Jesús. Sin embargo, los apóstoles sólo pueden difundir el evangelio, dar testimonio de Dios y proveer a la iglesia. Los resultados son muy limitados. La diferencia entre la obra de Dios y la obra del hombre es muy evidente. Entonces, ¿por qué no podemos distinguirla? ¿Cuál es la razón? Es porque la humanidad corrupta no conoce a Dios y no posee la verdad en absoluto. Por tanto, el resultado es que no conocemos la diferencia entre la obra de Dios y la obra del hombre, y eso facilita que se trate la obra de Dios encarnado como la obra del hombre y que la obra del hombre que admiramos y la obra de los espíritus malignos, la obra de los falsos Cristos y los falsos profetas, se tome como la obra de Dios que hay que aceptar y seguir. Esto es desviarse del camino verdadero y resistirse a Dios, y se considera adorar al hombre, seguir a Satanás y adorar a Satanás. Es una ofensa grave contra el carácter de Dios y será maldecido por Dios. La gente así perderá la oportunidad de ser salvada. Por eso esta pregunta es tan importante para que investiguemos el camino verdadero y conozcamos la obra de Dios de los últimos días. Visto desde fuera, pareciera como si tanto en la obra de Dios encarnado como en la obra de los hombres utilizados por Dios fuera el hombre el que estuviera obrando y hablando. Pero hay una diferencia abismal entre su esencia y la naturaleza de su obra. Hoy, Dios Todopoderoso ha venido y ha revelado todas las verdades y misterios y ha expuesto las diferencias entre la obra de Dios y la obra del hombre. Es hasta ahora que tenemos conocimiento y discernimiento sobre la obra de Dios y la obra del hombre. Echemos un vistazo a las palabras de Dios Todopoderoso.

Dios Todopoderoso dice: “La obra de Dios mismo involucra la obra de toda la humanidad y también representa la obra de toda la era, lo que significa que la propia obra de Dios representa toda la dinámica y la tendencia de la obra del Espíritu Santo, mientras que la obra de los apóstoles viene después de la propia obra de Dios y la continúa, y no lidera la era ni tampoco representa las tendencias de la obra del Espíritu Santo en una era completa. Ellos solo hacen la obra que el hombre debe hacer, que nada tiene que ver con la obra de gestión(La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. La obra de Dios y la obra del hombre).

La obra de Dios encarnado da inicio a una nueva era y los que continúan Su obra son los que Él usa. Toda la obra hecha por el hombre está dentro del ministerio de Dios en la carne y no puede ir más allá de esta esfera. Si Dios encarnado no hubiese venido a hacer Su obra, el hombre no sería capaz de dar fin a la era antigua y no sería capaz de dar inicio a la nueva era. La obra que el hombre hace es solamente dentro del rango de su deber que es humanamente posible y no representa la obra de Dios. Sólo el Dios encarnado puede venir y completar la obra que Él debe hacer y, excepto por Él, nadie puede hacer esta obra en Su nombre. Por supuesto, de lo que hablo es en relación con la obra de encarnación(La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. La humanidad corrupta está más necesitada de la salvación del Dios encarnado).

Aquel que es Dios encarnado poseerá la esencia de Dios, y Aquel que es Dios encarnado tendrá la expresión de Dios. Puesto que Dios se hace carne, manifestará la obra que pretende llevar a cabo y puesto que se hace carne expresará lo que Él es; será, asimismo, capaz de traer la verdad al hombre, de concederle la vida y de señalarle el camino. La carne que no contiene la esencia de Dios definitivamente no es el Dios encarnado; de esto no hay duda. […]

[…] Las palabras del Dios encarnado abren una nueva era, guían a toda la humanidad, revelan misterios y le muestran al ser humano la dirección que ha de tomar en la nueva era. El esclarecimiento obtenido por el hombre no es otra cosa que simples instrucciones para la práctica o el conocimiento. No puede guiar a toda la humanidad a una nueva era ni revelar los misterios de Dios mismo. A final de cuentas, Dios es Dios, y el hombre es el hombre. Dios tiene la esencia de Dios y el hombre la del hombre(La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Prefacio).

El Dios encarnado es esencialmente diferente de las personas usadas por Dios. El Dios encarnado puede hacer la obra de la divinidad, mientras que las personas usadas por Dios no pueden. Al principio de cada era, el Espíritu de Dios habla personalmente e inicia la nueva era para llevar al hombre a un nuevo comienzo. Cuando Él ha terminado de hablar, esto significa que la obra de Dios dentro de Su divinidad está completa. A partir de entonces, todas las personas siguen la guía de aquellos usados por Dios para entrar en su experiencia de vida(La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. La diferencia esencial entre el Dios encarnado y las personas usadas por Dios).

Todo lo que Dios expresa es lo que Él mismo es, y esto está fuera del alcance del hombre; es decir, está fuera del alcance de su pensamiento. Él expresa Su obra de liderar a toda la humanidad, y esto no tiene relación con los detalles de la experiencia humana, pero sí tiene que ver con Su propia gestión. Lo que el hombre expresa es su experiencia, mientras que Dios expresa Su ser, que es Su carácter inherente fuera del alcance del hombre. La experiencia del hombre es su perspectiva y el conocimiento que adquiere basándose en la expresión que Dios hace de Su ser. Tal perspectiva y conocimiento se llaman el ser del hombre, y la base de su expresión es el carácter inherente del hombre y su calibre; por este motivo también se le llama el ser del hombre. […] Las palabras que habló Dios encarnado son expresión directa del Espíritu, y expresan la obra que ha hecho el Espíritu, que la carne no ha experimentado ni visto, pero aun así expresa Su ser, porque la esencia de la carne es el Espíritu, y Él expresa la obra del Espíritu(La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. La obra de Dios y la obra del hombre).

La obra que hace Dios no es representativa de la experiencia de Su carne; la obra que el hombre hace es representativa de la experiencia del hombre. Todos hablan de su experiencia personal. Dios puede expresar directamente la verdad mientras que el hombre sólo puede expresar la experiencia que corresponde a haber experimentado de la verdad. La obra de Dios no tiene reglas y no está limitada por el tiempo o los límites geográficos. Puede expresar lo que Él es en cualquier momento, en cualquier lugar. Obra como le place. La obra del hombre tiene condiciones y contexto; sin ello, sería incapaz de obrar y es incapaz de expresar su conocimiento de Dios o su experiencia de la verdad. Solo tienes que comparar las diferencias que hay entre ellas para saber si es la propia obra de Dios o la obra del hombre” (La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. La obra de Dios y la obra del hombre).

“Si el hombre tuviera que llevar a cabo esta obra, esta sería demasiado limitada: podría llevar al hombre a un cierto punto, pero no sería capaz de conducirlo a su destino eterno. El hombre no es capaz de decidir el sino del ser humano y, además, tampoco es capaz de asegurar la perspectiva de este ni su destino futuro. Sin embargo, la obra realizada por Dios es diferente. Como creó al hombre, lo guía; como lo salva, lo hará de manera concienzuda y lo ganará por completo; como dirige al hombre, lo llevará al destino adecuado; y como creó al hombre y lo gestiona, debe asumir la responsabilidad por el sino y la perspectiva del ser humano. Esta es, precisamente, la obra realizada por el Creador(La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Restaurar la vida normal del hombre y llevarlo a un destino maravilloso).

Las palabras de Dios Todopoderoso han dejado muy clara la diferencia entre la obra de Dios y la obra del hombre. Al igual que la esencia de Dios encarnado y la esencia de los hombres utilizados por Dios son diferentes, la obra que llevan a cabo también es muy diferente. Desde fuera, Dios encarnado parece una persona común y corriente, pero Él es el Espíritu de Dios manifestado en la carne. Por tanto, Él tiene una esencia divina y posee la autoridad, el poder, la omnipotencia y la sabiduría de Dios. Así pues, Dios encarnado puede expresar directamente verdades en Su obra y el carácter justo de Dios y todo lo que Él tiene y es, y puede comenzar una nueva era y finalizar la antigua, además de revelar todos los misterios del plan de gestión de Dios mediante la expresión de las intenciones de Dios y lo que Él requiere de la humanidad. Todas las palabras que expresa Dios encarnado son la verdad y pueden ser la vida del hombre y cambiar su carácter de vida. La obra de Dios encarnado puede conquistar y purificar al hombre y salvarlo de la influencia de Satanás, y llevar a la humanidad a un destino hermoso. El efecto de dicha obra es algo que ninguna persona podría conseguir. La obra de Dios encarnado es la obra de Dios Mismo y nadie la puede reemplazar. Por otra parte, la esencia de un hombre utilizado por Dios es el hombre. Sólo tiene humanidad y no posee la esencia divina de Cristo, por lo que no puede expresar verdades ni el carácter de Dios ni todo lo que Él tiene y es. Sólo puede comunicar su conocimiento personal de las palabras de Dios con base en las declaraciones y obra de Dios, o hablar de sus propias experiencias y testimonios. Sus conocimientos y testimonios representan su comprensión personal de las palabras de Dios. No importa cuán elevado sea su conocimiento ni qué tan precisas sean sus palabras, lo que dicen no se puede considerar la verdad ni tampoco que sean las palabras de Dios, por lo cual no pueden ser la vida del hombre y sólo pueden ayudar, proveer, apoyar y edificar al hombre, no pueden lograr los resultados de purificar, salvar y perfeccionar al hombre. Por tanto, el hombre utilizado por Dios no puede llevar a cabo la obra de Dios mismo y sólo puede coordinarse con Dios para cumplir el deber del hombre.

Respecto a la diferencia entre la obra de Dios y la obra del hombre, podemos poner un ejemplo real para que quede mucho más claro para todos. En la Era de la Gracia, el Señor Jesús predicó el camino del arrepentimiento “Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado”, revelando los misterios del reino de los cielos. Y Él fue crucificado como una ofrenda por el pecado a favor del hombre, haciendo que este se confesara y se arrepintiera y perdonó sus pecados y lo absolvió de la condena y la maldición de la ley para que pudiéramos estar calificados para ir delante de Dios para orar y estar en comunión con Él y gozar de Su abundancia de gracia y verdades, y permitirnos ver el carácter misericordioso y amoroso de Dios. La obra del Señor Jesús comenzó la Era de la Gracia y finalizó la Era de la Ley. Esta es la parte de la obra de Dios en la Era de la Gracia. Después de que el Señor Jesús concluyó Su obra, Sus apóstoles guiaron al pueblo escogido de Dios para que experimentara y practicara las palabras del Señor Jesús basándose en Sus declaraciones y Su obra, difundiendo por toda la tierra tanto los testimonios de Su salvación como Su evangelio de redención de la humanidad. Esta es la obra de los apóstoles en la Era de la Gracia y también de los hombres que fueron utilizados por Dios. Esto nos permite ver que hay una diferencia en esencia entre la obra del Señor Jesús y la obra de los apóstoles. Dios Todopoderoso encarnado de los últimos días ha expresado todas las verdades para purificar y salvar a la humanidad, revelando todos los misterios del plan de gestión de Dios de 6000 años, llevando a cabo la obra de juicio comenzando por la casa de Dios con el fin de salvar completamente a la humanidad de la corrupción e influencia de Satanás, haciendo que el hombre vea el carácter justo, majestuoso, iracundo e inofendible de Dios para que la humanidad corrompida pueda liberarse del pecado, alcanzar la purificación y ser obtenida por Dios. La obra de Dios Todopoderoso inició la Era del Reino y finalizó la Era de la Gracia. Esta es la obra de Dios para la Era del Reino. La obra del hombre utilizado por Dios, basándose en la obra y las palabras de Dios Todopoderoso, consiste en regar y pastorear al pueblo escogido de Dios, guiándolo para que entre en la realidad de Sus palabras y en el camino correcto de creer en Él y para que difunda y dé testimonio del evangelio de Dios Todopoderoso del descenso del reino. Esta es la obra del hombre utilizado por Dios en la Era del Reino. Esto nos permite ver que la obra de Dios en ambas ocasiones en las que Él se hizo carne fue la obra de iniciar una era y finalizar otra. Su obra va dirigida a toda la humanidad y todo es una etapa de la obra para completar el plan de gestión de Dios. Es precisamente la obra de redención y salvación de la humanidad. La obra de Dios en ambas ocasiones en las que Él se hizo carne comprueba plenamente que sólo Dios puede expresar la verdad en Su obra para purificar y salvar a la humanidad. Ningún hombre puede llevar a cabo la obra de Dios. Sólo Dios encarnado puede realizar la obra de Dios. Por tanto, en ambas ocasiones en las que Dios se hizo carne, Él da testimonio de que sólo Cristo es la verdad, el camino y la vida. Aparte de Dios en la carne, nadie más puede llevar a cabo la obra de Dios Mismo. Nadie puede comenzar nuevas eras y finalizar las antiguas ni tampoco salvar a la humanidad. La obra de los hombres utilizados por Dios sólo puede coordinarse con la obra de Dios para guiar y pastorear al pueblo escogido de Dios y cumplir el deber del hombre. No importa cuántos años haya obrado el hombre ni cuántas palabras se hayan pronunciado ni lo grandiosa que parezca su obra desde fuera, su esencia es, en su totalidad, la obra del hombre. Esto es una realidad. Esa es la diferencia principal entre la obra de Dios en la carne y la obra de los hombres utilizados por Dios.

Las palabras de Dios Todopoderoso han hecho que nos demos cuenta de la diferencia sustancial entre la obra de Dios y la obra del hombre. Es hasta ahora que sabemos que cuando Dios encarnado obra, puede expresar verdades, el carácter de Dios y todo lo que Él tiene y es. Si aceptamos y experimentamos la obra de Dios, podremos comprender la verdad y el carácter santo y justo de Dios, Su esencia y Sus intenciones de salvar a la humanidad, Sus métodos para salvar a la humanidad y Su amor por ella más y más. Al mismo tiempo, también obtendremos una comprensión de la esencia, la naturaleza y la verdad de nuestro ser corrompido por Satanás. De ese modo, nuestro carácter corrupto puede lograr la purificación y el cambio, y podemos generar verdadera obediencia y temor a Dios y alcanzar Su salvación. No obstante, la obra del hombre y la obra de Dios son totalmente diferentes. Como el hombre no puede expresar la verdad y sólo puede discutir sus experiencias personales y el conocimiento que tiene de las palabras de Dios, aunque este se ajuste a la verdad, sólo puede guiar, pastorear, apoyar y ayudar al pueblo escogido de Dios. Esto muestra que, si es una persona aprobada por Dios, la obra que lleve a cabo es, simplemente, para coordinarse con la obra de Dios y cumplir el deber del hombre. Si no es una persona utilizada por Dios, una persona que carece de la obra del Espíritu Santo, entonces es una persona que exalta los dones, los talentos y la fama del hombre. Incluso cuando explican la Biblia, están exaltando las palabras del hombre en ella, haciendo que las palabras de Dios sean irrelevantes y utilizando las palabras del hombre para reemplazar las palabras de Dios. La obra de esas personas es la obra de los fariseos y es la obra de resistirse a Dios. La obra del hombre encaja, principalmente, en estas dos situaciones diferentes. En cualquier caso, la mayor diferencia entre la obra del hombre y la obra de Dios es esta: Si sólo es la obra del hombre, no puede lograr los resultados de purificarlo y salvarlo. Solo Dios es capaz de expresar la verdad en Su obra y Solo Su obra puede lograr la purificación y salvación del hombre. Esto es un hecho. Lo más importante de lo que estamos hablando aquí es de la diferencia entre la obra de Dios y la obra de las personas utilizadas por Él. La obra de los líderes religiosos no utilizados por Dios es otro asunto.

La obra de Dios y la obra del hombre tienen diferencias obvias. Entonces, ¿por qué podemos continuar alabando y siguiendo al hombre al mismo tiempo que creemos en Dios? ¿Por qué todavía hay tanta gente que considera la obra de aquellos a quienes alaban, como figuras espirituales y líderes religiosos famosos, como la obra de Dios? ¿Por qué hay gente que incluso considera el engaño de los falsos Cristos y los espíritus malignos como la obra de Dios? Es porque no poseemos la verdad y no podemos distinguir entre la obra de Dios y la obra del hombre. No conocemos la esencia de Dios encarnado y la esencia del hombre, y no sabemos cómo diferenciar lo que es la verdad y lo que se ajusta a la verdad. No podemos distinguir entre la voz de Dios y las declaraciones del hombre, y, además, hemos sido corrompidos por Satanás y todos alabamos el conocimiento y los dones, por lo que resulta muy fácil considerar el conocimiento bíblico, las doctrinas religiosas y las teorías teológicas que provienen del hombre como la verdad. Aceptar estas cosas que no son la verdad y que provienen del hombre podría servir para aumentar nuestro conocimiento, pero no proporciona suministro alguno a nuestra vida y, además, no puede lograr el efecto de conocer a Dios y venerarlo. Esto es un hecho innegable. Por tanto, no importa cuánto obre el hombre, cuántas palabras pronuncie, durante cuánto tiempo obre ni lo grandiosa que sea la obra, no puede alcanzar el resultado de purificar y salvar al hombre. La vida del hombre no cambiará. Esto revela que la obra del hombre nunca puede reemplazar la obra de Dios. Sólo la obra de Dios puede salvar al hombre. No importa cuán corto sea el periodo de la obra de Dios ni lo limitadas que sean las palabras que pronuncie, puede iniciar una era y finalizar otra y alcanzar los resultados de redimir y salvar a la humanidad. Esta es la diferencia evidente entre la obra de Dios y la obra del hombre. Sólo cuando comprendamos la diferencia entre la obra de Dios y la obra del hombre no adoraremos y seguiremos ciegamente al hombre y podremos distinguir y rechazar el engaño y el control de los falsos Cristos y de los anticristos. De este modo, podremos de aceptar y obedecer la obra de Dios Todopoderoso de los últimos días y obtener el juicio y la purificación de Dios para alcanzar Su salvación. Si no podemos distinguir entre la obra de Dios y la obra del hombre, no podremos liberarnos del engaño y el control de los falsos Cristos y de los anticristos. Esas personas creen en Dios sólo de nombre, pero, de hecho, creen en el hombre, y lo siguen y lo adoran; están adorando ídolos. Eso es resistirse a Dios y traicionarlo. Si siguen negándose a darse cuenta de lo errado de sus caminos, Dios acabará maldiciéndolos y eliminándolos por ofender Su carácter.

Extracto de “Preguntas y respuestas clásicas sobre el Evangelio del Reino”

Si no sabemos distinguir la obra de Dios de la del hombre, ni tampoco a los hombres que utiliza Dios de esos fariseos hipócritas, seremos proclives a adorar y seguir a los hombres ¡y nos desviaremos fácilmente del camino verdadero! Será como cuando el Señor Jesús vino a realizar Su obra y el pueblo judío elegido por Dios siguió a los fariseos hipócritas y lo rechazó. En los últimos días, Dios Todopoderoso lleva a cabo la obra de juicio. En el mundo religioso, los pastores y líderes, los fariseos actuales, engañan, inhiben y limitan a muchísima gente, provocando así que rechacen al Cristo de los últimos días. Esta es una apremiante lección que debemos aprender. Para seguir a Dios, debemos saber discernir la esencia de los líderes religiosos y los fariseos hipócritas. Obran con sus dones y talentos, interpretando la Biblia según sus nociones, sus fantasías y su razonamiento lógico. Lo que realmente predican son teorías teológicas y estudios bíblicos. Solo se preocupan de interpretar y predicar las palabras de los hombres contenidas en la Biblia, en lugar de enaltecer y dar testimonio de las palabras de Dios incluidas en ella. Con las palabras de los hombres sustituyen las palabras del Señor Jesús, al que así convierten en mero figurante. Esta obra es totalmente contraria a la voluntad de Dios. Esta es la clave de la oposición de los fariseos a Dios. Las personas religiosas se creen el liderazgo y el pastoreo de los fariseos y los siguen a ciegas. Siguen a Dios durante años y años, pero jamás reciben ningún sustento de la verdad ni la vida. En el mejor de los casos, solo pueden esperar recibir algo de conocimiento de la Biblia y teorías teológicas. Se vuelven cada vez más arrogantes, santurronas e insolentes de carácter y carecen de la más mínima veneración por Dios. Poco a poco, Dios pierde Su lugar en sus corazones y, sin saberlo, siguen la senda de oposición a Dios de los fariseos. En concreto, muchos líderes y personajes religiosos sacan la Biblia de contexto y la malinterpretan, difundiendo herejías y falacias acordes a las nociones y fantasías del hombre, y satisfacen sus ambiciones y deseos con el fin de engañar, aprisionar y manipular a las personas religiosas. Muchos consideran estas herejías y falacias palabra de Dios, la verdad. Los llevan por el camino equivocado. Estos líderes religiosos y presuntos hombres ilustres son precisamente los anticristos que Dios ha dejado al descubierto con Su obra de juicio en los últimos días. Estos hechos son suficientes para demostrar que el trabajo de estos presuntos líderes religiosos y figuras espirituales no proviene de la obra del Espíritu Santo. Más bien, son unos simples fariseos y anticristos que nos engañan y hacen daño. Todos ellos se oponen a Dios y lo traicionan. Son los que crucifican a Dios una vez más ¡y Él los ha maldecido!

Extracto de “Preguntas y respuestas clásicas sobre el Evangelio del Reino”

Existen tres diferencias principales entre la obra de Dios y la obra del hombre. La primera diferencia es que la obra de Dios implica iniciar y finalizar eras. Así que Su obra está dirigida a toda la raza humana. No se dirige simplemente a un país, a una sola raza de personas o a un cierto grupo de personas. Es para toda la raza humana. La totalidad de la obra de Dios afecta, inevitablemente, a toda la raza humana. Aquí es donde yace la más gran diferencia entre la obra de Dios y la obra del hombre. Durante la Era de la Gracia, Dios se encarnó como el Señor Jesús y llevó a cabo una etapa de la obra de redención de la humanidad. Después de que el Señor Jesús fue clavado en la cruz, cumpliendo la obra de la redención, el Espíritu Santo comenzó a guiar al pueblo escogido de Dios para que diera testimonio del Señor Jesús y, finalmente, difundió Su obra por toda la raza humana. De esta manera, el evangelio de la redención del Señor Jesús se difundió a los confines de la tierra; esto prueba que esto fue la obra de Dios. Si hubiera sido la obra del hombre, definitivamente no se habría difundido a los confines de la tierra. Dos mil años separaron la Era de la Gracia y la Era del Reino. A lo largo de esos dos mil años, no se vio a nadie que fuera capaz de llevar a cabo la obra de comenzar una nueva era. Además, no había nadie que pudiera realizar ningún tipo de obra especial que se extendiera por todas las naciones del mundo. No había ejemplos de esto, hasta que Dios se hizo carne en los últimos días para llevar a cabo la obra de juicio y el castigo. La etapa piloto de la obra de Dios ya ha sido un éxito en China; el gran proyecto de Dios ya se ha completado y Su obra ha comenzado a expandirse a todos los rincones del planeta. De esta manera, podemos afirmar aún más que la totalidad de la obra de Dios está dirigida a toda la humanidad. Dios inicia Su obra de prueba en un país y, después de que se ha llevado a cabo exitosamente, la obra de Dios comienza a extenderse y a llegar a toda la humanidad. Esta es la mayor diferencia entre la obra de Dios y la obra del hombre. […]

La segunda diferencia entre la obra de Dios y la obra del hombre es que la obra de Dios expresa lo que Dios es. Representa completamente el carácter de Dios. Todo lo que Dios expresa es completamente la verdad, el camino y la vida. Todos los que experimentan la obra de Dios reconocen la justicia, la santidad, la omnipotencia, la sabiduría, la magnificencia y la inconmensurabilidad de Dios. Lo que la obra del hombre expresa es la experiencia y entendimiento del hombre: representa la humanidad del hombre. Independientemente de cuánta obra haga el hombre o de cuán grande sea, nada de ello puede ser verdad en lo absoluto. Sólo puede ser un entendimiento humano o una experiencia humana de la verdad; definitivamente, no puede decirse que sea completamente la verdad o que represente la verdad. […]

El tercer aspecto de las diferencias entre la obra de Dios y la obra del hombre es que la obra de Dios tiene el poder de conquistar a las personas, de cambiar a las personas, de transformar su carácter y de liberarlas de la influencia de Satanás. Independientemente de cuánta experiencia y entendimiento tenga un hombre sobre la palabra de Dios, su obra no puede salvar a las personas. Además, es incapaz de cambiar el carácter de otra persona. Esto se debe a que la palabra de Dios es la verdad y sólo la verdad puede ser la vida de una persona. En el mejor de los casos, la palabra del hombre es un entendimiento que va acorde con la verdad. Sólo puede ayudar y edificar temporalmente a otros, pero no puede ser la vida de alguien. Es por eso que la obra de Dios puede salvar al hombre y la obra del hombre es incapaz de dar salvación a alguien más. La obra de Dios puede transformar el carácter de las personas, mientras que la obra del hombre es incapaz de cambiar el carácter de nadie. Todos aquellos con experiencia pueden ver esto claramente. Básicamente, independientemente de cuánta obra del Espíritu Santo tenga alguien, aun si ha estado trabajando entre las personas durante varios años, su obra no puede lograr una transformación en el carácter de estas. Es incapaz de ayudarlas a lograr una salvación completa y auténtica. Esto es definitivo. Sólo la obra de Dios puede hacer esto. Si el hombre tiene éxito en su experiencia y búsqueda de la verdad, podrá recibir la obra del Espíritu Santo y logrará una transformación en su carácter de vida. Alcanzará un auténtico entendimiento de su propia esencia corrupta. Al final, podrá liberarse de la influencia de Satanás y obtener la salvación de Dios. Esta es la mayor diferencia entre la obra del hombre y la obra de Dios.

Extracto de “Sermones y enseñanzas sobre la entrada a la vida”

La mayor diferencia entre la obra de Dios y la obra del hombre yace en el hecho de que Dios puede comenzar y terminar eras. Sólo Dios mismo puede llevar a cabo esa obra; los humanos no pueden. ¿Por qué? Porque los humanos no tienen la verdad y no son la verdad; sólo Dios lo es. No importa lo cerca que las palabras de las personas sean conformes con la verdad, cuán elevada sea su predicación o cuánto la entiendan, eso no es más que una pequeña experiencia y conocimiento de las palabras de Dios y de la verdad, y sólo es algo limitado que han alcanzado por medio de experimentar la obra de Dios. No es la verdad exacta. Por lo tanto, no importa cuánto de la verdad una persona comprenda, no puede llevar a cabo la obra de comenzar y terminar eras. Esto está determinado por la esencia de los seres humanos. […]

Todo lo que el hombre tiene y es y su humanidad, no importa cuán elevado o bueno sea, son cosas limitadas que deben estar contenidas dentro de la humanidad normal; esto sencillamente no se puede comparar con lo que Dios tiene y es, como tampoco con la realidad de la verdad que Dios expresa. Es la diferencia entre el cielo y la tierra; el hombre, por lo tanto, no puede realizar la obra de Dios. […] Independientemente de qué tan grande sea la obra que tú realices, por cuántos años obres, cuántos años más obres de lo que Dios encarnado lo haya hecho o cuántas palabras más hayas declarado de las que Él lo haya hecho, lo que tú expresas no es nada más de lo que el hombre tiene y es. Es apenas un pedacito de la experiencia y conocimiento del hombre sobre las palabras de Dios y la verdad. No puede ser la vida misma de una persona. Así que independientemente cuántos sermones alguien dé ni cuán profundo les parezcan a otros sus sermones, ni cuánto trabajo les haya tomado, nada de lo que expresan posee la verdad ni es la expresión más exacta de la verdad, ni mucho menos pueden ellos hacer avanzar a toda la humanidad. Aunque las palabras de una persona contengan el esclarecimiento y la iluminación del Espíritu Santo, estas sólo pueden brindar a las personas un poco de edificación y sustento. Todo lo que pueden hacer es brindar alguna ayuda a las personas de cierto periodo de tiempo y no más. Esto es lo que se puede alcanzar por medio de la obra del hombre. ¿Por qué, entonces, es que la obra del hombre no puede alcanzar el mismo resultado que la obra de Dios? Eso se debe a que la esencia del hombre no es la verdad; la esencia del hombre posee meramente algunas cosas que la humanidad normal tiene y es, está tan lejos de lo que Dios tiene y es, tan lejos de la verdad que Dios expresa. En otras palabras, si el hombre se aparta de la obra de Dios y el Espíritu Santo deja de obrar, la obra del hombre tendría cada vez menos beneficio para la gente y esta poco a poco dejaría de tener una senda. Hay unos cuantos resultados obvios que sólo la obra de Dios puede lograr y que la obra del hombre nunca podrá: Lo que sea que el hombre haga, esto no puede transformar el carácter de vida de las personas; lo que sea que el hombre haga, no puede permitir a las personas conocer a Dios verdaderamente o ser purificadas. Esto es absoluto. Algunos dicen: “Eso es porque su obra no tiene mucho tiempo”. Esto simplemente no es verdad. Ni un largo tiempo servirá. ¿Permitirá la obra del hombre que las personas alcancen el conocimiento de Dios? No importa cuántos años guíes a otros, no puedes guiarlos al conocimiento de Dios. Consideremos un ejemplo. ¿Puede la obra de Pablo permitir que las personas conozcan a Dios? ¿Pueden todas esas epístolas de los apóstoles en el Nuevo Testamento permitir que las personas conozcan a Dios? ¿Puede la obra de tantos profetas y siervos de Dios del Antiguo Testamento permitir que las personas conozcan a Dios? Ninguno de ellos puede. Los resultados que la obra del hombre puede alcanzar son extremadamente limitados. No pueden hacer más que mantener un periodo de la obra de Dios. […] La obra del hombre no puede ayudar a las personas a conocer a Dios, la obra del hombre no puede cambiar el carácter de la gente y la obra del hombre no puede ayudar a las personas a alcanzar la purificación. Esta es la prueba. ¿Y qué hay de la obra de Dios durante los últimos días? Cada vez hay más testimonios del pueblo escogido de Dios que experimenta la obra de Dios. Muchas personas han sido conquistadas y han echado a un lado todo para seguir a Dios, muchas han dado sus testimonios resonantes y muchas otras han escrito artículos dando su testimonio de sus propias experiencias personales; existen testimonios de todo tipo. Algunas personas que han experimentado la obra de Dios por ocho o diez años tienen testimonios maravillosos; otras tienen testimonios maravillosos después de sólo tres a cinco años. Si estas personas que han obtenido algunos testimonios llegaran a tener diez o veinte años más de experiencia, ¿qué clase de testimonio sería ese? ¿Sería uno aún más resonante y más glorioso? ¿Es esto lo que se logra a través de la obra de Dios? Es el resultado de una sola década de la obra de Dios el que supera los resultados de un siglo o de un milenio de la obra del hombre. ¿Qué ilustra esto? Que sólo la obra de Dios puede lograr la salvación, transformación y perfeccionamiento del hombre, mientras que ninguna cantidad de tiempo que la obra del hombre se lleve, puede lograr tales resultados. ¿En qué puede resultar ultimadamente la obra de una persona? Sólo puede lograr que otros la admiren, la respalden y la emulen. A lo sumo, puede que las personas se comporten un poco mejor y nada más; un cambio de carácter de vida no se puede alcanzar, la sumisión a Dios y el conocimiento de Dios no se pueden alcanzar, el temor de Dios y el abandono del mal no se pueden alcanzar, y ver a Dios mediante la verdadera purificación no se puede alcanzar. Los resultados no se pueden alcanzar en estos aspectos importantes.

Otro aspecto de la obra de Dios es que mediante ella podemos descubrir lo que Dios tiene y es, ver el carácter de Dios y conocer Su sabiduría y omnipotencia. Esto es algo que se puede alcanzar directamente por medio de las palabras de Dios. Otro aspecto es que la palabra de Dios puede ser la vida del hombre. Cuando tenemos verdadera experiencia y entendimiento de la palabra de Dios, crecerá dentro de nosotros un corazón de reverencia a Dios y podremos entonces absorber incesantemente el agua viva y el sustento de Su palabra y, a medida que se arraiga dentro de nosotros, llegamos a ser capaces de vivir el testimonio que Dios requiere de nosotros en todo momento. Es decir, Su palabra se convertirá en nuestra vida misma. La palabra de Dios es nuestra fuente de vida inagotable e ilimitada. ¿Y qué de la obra del hombre? No importa cuán correctas sean las palabras de una persona o cuán alineadas estén con la verdad, ellas no pueden servir como la vida misma para otros; sólo pueden proveer ayuda y edificación temporal. Ahora lo puedes ver, ¿verdad? ¿Acaso no es esta la distinción entre la obra del hombre y la obra de Dios? Es decir, lo que el hombre expresa es sólo lo que él es, pero lo que Dios expresa es todo lo que Él es. Todo lo que el hombre puede hacer es traer un poco de beneficio y edificación a otros, mientras que lo que Dios trae al hombre es provisión eterna de por vida; las diferencias son abismales. Si nos alejáramos del hombre, todavía podríamos seguir adelante; sin la palabra de Dios, perderíamos el manantial de la vida. Dios por lo tanto dijo: “Cristo es la verdad, el camino y la vida”. Las palabras de Dios son nuestro tesoro, nuestra fuerza de vida y son indispensables para todos. Con las palabras de Dios, tenemos dirección en nuestras vidas, tenemos una meta en nuestras vidas así como el sustento de la vida y principios para vivir.

Extracto de La comunicación desde lo alto

El fin de todas las cosas se está acercando, ¿quieres saber cómo el Señor recompensará el bien, castigará el mal y determinará el fin de cada uno? Bienvenido a contactarnos para descubrir la respuesta.

Conéctate con nosotros en Messenger