A punto de apoyar a un anticristo

4 Dic 2022

Por Jessica, Filipinas

En agosto de 2021 acepté la obra de Dios Todopoderoso en los últimos días. Tres meses después nos eligieron a Marjorie y a mí líderes de la iglesia. Marjorie había aceptado la obra de Dios en los últimos días tres meses antes que yo y, pese a no estar en la misma iglesia, asistíamos juntas a reuniones de colaboradores y debatíamos el trabajo de la iglesia. Una vez, en una reunión, Marjorie habló de una experiencia que estaba viviendo. Dijo que había enfermado, pero que había continuado en el deber. Aunque su esposo la oprimía, aun así no se volvió negativa ni se acobardó. La admiré de veras y pensé que tenía una buena estatura. Si yo hubiera estado en la misma situación, esta podría haber influido en mi capacidad de cumplir mi deber. Me dio muy buena impresión. Llevaba una carga en el deber y no renunció a él ni siquiera cuando su marido la oprimía. Para mí, esto indicaba que era el tipo de persona que practicaba la verdad y era elogiada por Dios. Luego se creó otra iglesia y Marjorie y yo separamos nuestros caminos.

Cinco meses después, un día, nuestra supervisora, Maria, publicó un mensaje en el chat de grupo en el que decía que en la reunión de esa noche hablaríamos de cómo discernir a los anticristos, envió un enlace a la página de Marjorie en Facebook y nos dijo que no nos relacionáramos con ella porque era un anticristo. Me quedé boquiabierta. No me podía creer que Marjorie fuera un anticristo. Recordé cuánto le apasionaba su deber, que era capaz de sacrificarse, esforzarse y soportar el sufrimiento. Incluso ante la enfermedad y la opresión de su familia fue capaz de continuar en el deber; ¿en serio podía ser un anticristo alguien que buscaba la verdad de esa manera? ¡Debía de ser un error de Maria! No me podía creer que fuera cierto. La supervisora me envió otro mensaje para decirme que esperaba que bloqueara a Marjorie en Facebook, de modo que no me interrumpiera ni engañara. Me costaba un poco aceptarlo. Parecía injusto tratar así a Marjorie. Era fervorosa y entusiasta en el deber, y hasta me había alentado y ayudado anteriormente. No sabía qué había pasado con ella ni por qué la consideraban un anticristo. Me sentía muy confundida y triste y no quería bloquearla. Por ello, contesté: “Marjorie no es un anticristo, tan solo tiene ciertas nociones. No hace falta bloquearla. Intenta ver las cosas desde su perspectiva e imagina cómo se siente”. La supervisora habló conmigo entonces, pero no lo acepté. Además, me envió un video de testimonio de experiencias sobre cómo discernir a los anticristos y me mandó echarle un vistazo diciéndome que me resultaría útil el video, pero yo pasé de él. Luego envié un mensaje a Marjorie para preguntarle qué sucedió. Marjorie me respondió: “Como difundía ciertas nociones, me eliminaron del chat de grupo y todos me bloquearon. Me dolió mucho. No necesito dar explicaciones. Dios escrutará mis actos. ¿Me van a analizar ustedes también? Me siento muy mal. Todos me están analizando y abandonando”. También hablaba mucho de lo descontenta que estaba con la supervisora. Yo también empecé a tener prejuicios hacia la supervisora tras escucharla. Pensaba que no estaba gestionando las cosas de forma justa. Si Marjorie tenía ciertas nociones o cuestiones, debía ayudarla y enseñarle, no concluir inmediatamente que era un anticristo. En cuanto a la reunión de esa noche sobre cómo discernir a los anticristos, no asistí, sino que me fui a dormir. Me sentía muy mal y no sabía cómo lidiar con la situación. Oré antes de irme a dormir, pues no quería apartarme de Dios y vivir en esa clase de estado. Le pedí a Dios esclarecimiento para entender Su voluntad en todo esto.

A la mañana siguiente me sentía mucho más tranquila. Miré los contenidos de las enseñanzas de la noche anterior y encontré una captura de pantalla de una conversación entre la supervisora y Marjorie. Decía Marjorie: “Imposible que Dios se haya encarnado. De nuestros hermanos y hermanas, ¿quién ha visto a Dios? Las palabras de Dios Todopoderoso no concuerdan con la Biblia, se salen de ella”. Me asombró que Marjorie hubiera dicho estas cosas. Difundía nociones sin motivo y ni siquiera creía en la obra de Dios Todopoderoso. Fue entonces cuando entendí que yo realmente no había comprendido por qué a Marjorie la consideraban un anticristo ni había investigado sus conductas. Tan solo había concluido que no podía ser un anticristo a tenor de mi propia impresión. ¡Qué ciega y arrogante! Descubrí un pasaje de las palabras de Dios: “Algunas personas son capaces de soportar dificultades, pueden pagar el precio, externamente se comportan muy bien, son bastante respetadas y cuentan con la admiración de los demás. ¿Diríais que este tipo de comportamiento externo puede considerarse la puesta en práctica de la verdad? ¿Podría determinarse que estas personas están satisfaciendo la voluntad de Dios? ¿Por qué, una y otra vez, las personas ven a estos individuos y creen que están satisfaciendo a Dios, que caminan por la senda de poner en práctica la verdad y se mantienen en el camino de Dios? ¿Por qué piensan así algunas personas? Solo hay una explicación para ello. ¿Cuál es? Pues que un gran número de personas no tiene muy claras algunas cuestiones, como qué es poner en práctica la verdad, qué significa satisfacer a Dios y poseer genuinamente la realidad de la verdad. Así pues, algunos son engañados con frecuencia por los que, en apariencia, son espirituales, nobles, elevados y grandes. En lo que respecta a las personas que pueden hablar con elocuencia de letras y doctrinas, y cuyo discurso y acciones parecen dignos de admiración, quienes son engañados por ellos jamás han analizado la esencia de sus acciones, los principios subyacentes a sus obras o cuáles son sus objetivos. Además, tampoco han observado si estas personas se someten verdaderamente a Dios ni tampoco han determinado si auténticamente temen a Dios y se apartan del mal. Nunca han discernido la esencia de la humanidad de estas personas. Más bien, empezando por el primer paso que consiste en familiarizarse con ellas, llegan poco a poco a admirarlas, a venerarlas, y estas personas acaban convirtiéndose en sus ídolos. Asimismo, en la mente de algunos, los ídolos a los que adoran —y que creen que pueden abandonar a su familia y su trabajo, y que por fuera parecen capaces de pagar el precio— son los que están satisfaciendo realmente a Dios y los que pueden lograr de verdad un buen final y un buen destino. En su mente, estos ídolos son a los que Dios elogia. ¿Qué los induce a creer tal cosa? ¿Cuál es la esencia de esta cuestión? ¿A qué consecuencias puede llevar? […] La consecuencia directa de esto es que las personas utilizan el buen comportamiento humano como sustituto de poner en práctica la verdad, algo que también satisface su deseo de ganarse el favor de Dios. Esto les proporciona un capital con el que lidiar con la verdad, que también utilizan para razonar con Dios y competir con Él. Al mismo tiempo, las personas dejan de lado a Dios, sin escrúpulos, y colocan en Su lugar a los ídolos a los que admiran(La Palabra, Vol. II. Sobre conocer a Dios. Cómo conocer el carácter de Dios y los resultados que logrará Su obra). Tras leer las palabras de Dios, me puse a reflexionar. Siempre juzgaba a la gente por su conducta externa y creía que quienes se sacrificaban, soportaban el sufrimiento y pagaban un precio buscaban la verdad y amaban a Dios, pero este criterio para juzgarlos no concordaba con la verdad y hacía que me dejara engañar por la conducta externa de la gente. Recordé que los fariseos solían explicar las escrituras al pueblo en las sinagogas. Por fuera parecían devotos y que soportaban el sufrimiento, se sacrificaban y hacían buenas acciones, pero cuando vino el Señor Jesús a realizar Su obra, no buscaron ni investigaron, sino que se resistieron a Él y lo condenaron sin motivo, y al final lo crucificaron. Con esto me di cuenta de que la gente que aparenta buena conducta no es necesariamente buena. Solo aquellos que se someten a Dios y aman y aceptan la verdad son buenos de veras. En cuanto a aquellos que no aman la verdad ni la aceptan en absoluto, aunque aparenten hacer buenas acciones, son falsos devotos. Aparentemente, Marjorie era capaz de soportar cierto sufrimiento y pagar un precio, pero en el fondo estaba harta de la verdad y odiaba a Dios. Hasta juzgaba y negaba públicamente a Dios. Era de la calaña de Satanás. Sin embargo, yo solo veía que, aparentemente, soportaba el sufrimiento y se sacrificaba, por lo que creía, en función de mis nociones, que buscaba la verdad, que era responsable y fiel en el deber y que era imposible que fuera un anticristo. Cuando la supervisora nos pidió practicar el discernimiento y bloquear a Marjorie, llegué a tener prejuicios hacia ella y a no querer cumplir mi deber. No tenía el menor discernimiento sobre Marjorie y, en consecuencia, estaba engañada. Era verdaderamente necia.

Al día siguiente vi que Marjorie difundía rumores y falacias en Facebook diciendo que la Iglesia seguía a una mera persona, no a Dios. Al ver cómo difamaba a la Iglesia, lamenté de veras no haberla bloqueado y rechazado y hasta haber procurado defenderla. Por ello, le envié un mensaje para preguntarle por qué hacía esto. Marjorie respondió y difamó a la Iglesia de Dios Todopoderoso, e incluso me instó a que la abandonara. La ignoré. Dos meses después, me enteré por la supervisora de que Marjorie le había enviado mensajes en los que difamaba y condenaba a la Iglesia y llegaba a decir que iba a mandar videos difamatorios a los nuevos fieles. Además, difundió muchas de sus ideas sobre la obra de Dios en un chat de grupo. También la tía de Marjorie empezó a tener nociones y dejó la iglesia. Al difundir nociones para engañar a la gente, era obvio que Marjorie se resistía pese a conocer el camino verdadero. Es una ofensa gravísima: era un anticristo. Con la conducta de Marjorie vi que ella tenía nociones sobre la obra de Dios, pero no procuraba corregirlas buscando la verdad. Hasta había difundido rumores y falacias, blasfemado contra Dios, difamado a la Iglesia y engañado a los hermanos y hermanas para que negaran a Dios y se apartaran de Él. Marjorie me parecía verdaderamente traidora y astuta, como una zorra astuta que engañaba a la gente para que se apartara de Dios y lo negara. En verdad, era muy peligrosa para los demás hermanos y hermanas. Luego me encontré este pasaje de las palabras de Dios. “Aquellos entre los hermanos y hermanas que siempre están dando rienda suelta a su negatividad son lacayos de Satanás y perturban a la iglesia. Tales personas deben ser expulsadas y descartadas un día. En su creencia en Dios, si las personas no tienen un corazón reverente a Dios, si no tienen un corazón obediente a Dios, entonces no solo no podrán hacer ninguna obra para Él, sino que, por el contrario, se convertirán en quienes perturban Su obra y lo desafían. Creer en Dios, pero no obedecerlo ni venerarlo y, más bien, resistirse a Él, es la mayor desgracia para un creyente. Si los creyentes son tan casuales y desenfrenados en sus palabras y su conducta como lo son los incrédulos, entonces son todavía más malvados que los incrédulos; son demonios arquetípicos. Aquellos que dan rienda suelta a su conversación venenosa y maliciosa dentro de la iglesia, que difunden rumores, fomentan la desarmonía y forman grupitos entre los hermanos y hermanas deben ser expulsados de la iglesia. Sin embargo, como esta es una era diferente de la obra de Dios, estas personas son restringidas, pues sin duda serán descartadas. Todos los que han sido corrompidos por Satanás tienen un carácter corrupto. Algunos no tienen nada más que un carácter corrupto, mientras que otros son diferentes: no solo tienen un carácter satánico corrupto, sino que su naturaleza también es extremadamente maliciosa. No solo sus palabras y acciones revelan su carácter corrupto y satánico; además, estas personas son el auténtico diablo Satanás. Su comportamiento interrumpe y perturba la obra de Dios, perjudica la entrada en la vida de los hermanos y hermanas y daña la vida normal de la iglesia. Tarde o temprano, estos lobos con piel de oveja deben ser descartados; debe adoptarse una actitud despiadada, una actitud de rechazo hacia estos lacayos de Satanás. Solo esto es estar del lado de Dios y aquellos que no lo hagan se están revolcando en el fango con Satanás. Las personas que genuinamente creen en Dios siempre lo tienen en su corazón y siempre llevan en su interior un corazón reverente a Dios, un corazón que ama a Dios. Aquellos que creen en Dios deben hacer las cosas con cautela y prudencia, y todo lo que hagan debe estar de acuerdo con los requisitos de Dios y ser capaz de satisfacer Su corazón. No deben ser obstinados y hacer lo que les plazca; eso no corresponde al decoro santo. Las personas no deben desbocarse y ondear el estandarte de Dios por todas partes al tiempo que van fanfarroneando y estafando por todos lados; este es el tipo de conducta más rebelde. Las familias tienen sus reglas, y las naciones, sus leyes; ¿acaso no ocurre con más razón en la casa de Dios? ¿Acaso no tiene estándares todavía más estrictos? ¿No tiene todavía más decretos administrativos? Las personas son libres de hacer lo que quieran, pero los decretos administrativos de Dios no pueden alterarse a voluntad. Dios es un Dios que no tolera las ofensas por parte de los humanos; Él es un Dios que condena a muerte a las personas. ¿Acaso las personas realmente no lo saben ya?(La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Una advertencia a los que no practican la verdad). Con las palabras de Dios me di cuenta de que quienes siempre difunden nociones, siembran la negatividad e interrumpen a la iglesia son lacayos de Satanás. Ni aman la verdad ni tienen el menor temor de Dios en su corazón. Los que forman camarillas y provocan rupturas, los que difunden nociones y rumores que niegan a Dios y blasfeman contra Él, todos ellos son demonios y deben ser descartados y castigados por Dios. Los que se dejan descarriar por rumores y apoyan a los malhechores y anticristos también serán descartados, a no ser que los rechacen. Marjorie no leía las palabras de Dios ni buscaba la verdad para corregir sus nociones, ni tampoco consultaba a otros hermanos y hermanas. Por el contrario, cuestionaba y negaba a Dios, e incluso difundía nociones, con lo que juzgaba a Dios y blasfemaba contra Él abiertamente. También sembraba la discordia y arrastraba a otros hermanos y hermanas, a quienes engañaba para que la apoyaran, y generaba prejuicios hacia la supervisora, lo que interrumpía el trabajo de la iglesia. Marjorie era realmente malvada. Su esencia era la de un anticristo que odiaba la verdad y a Dios. De no ser por el esclarecimiento y la guía de las palabras de Dios, me habría engañado para que la apoyara y considerara enemigo a Dios. También me percaté de que el objetivo de leer las palabras de Dios y hablar del discernimiento de los anticristos es ayudar a los hermanos y hermanas a comprender la verdad y a discernir para que los anticristos no los molesten y engañen. Se expulsa a los anticristos de la iglesia para proteger a los escogidos de Dios. Pese a ser líder, yo no discernía a este anticristo y me creía sus mentiras. Incluso la apoyaba y defendía. Vi que me había convertido en cómplice de Satanás. Simpatizaba con un anticristo, la protegía y le mostraba afecto. Era un acto de crueldad contra los escogidos de Dios. Vi lo necia que había sido y me desprecié de veras, así que me presenté ante Dios en oración para arrepentirme y pedirle perdón.

Más tarde descubrí estos pasajes de las palabras de Dios: “El estándar por el que los humanos juzgan a otros humanos se basa en su comportamiento; uno cuya conducta es buena es una persona justa y uno cuya conducta es abominable es malvado. El estándar por el que Dios juzga a los humanos se basa en si la esencia de alguien se somete a Él; uno que se somete a Dios es una persona justa y uno que no, es un enemigo y una persona malvada, independientemente de si el comportamiento de esta persona es bueno o malo, o si su discurso es correcto o incorrecto(La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Dios y el hombre entrarán juntos en el reposo). “Cuando Dios se hace carne y viene a obrar entre los hombres, todos lo miran y oyen Sus palabras, y todos ven los hechos que Dios obra dentro de Su cuerpo de la carne. En ese momento, todas las nociones del hombre se convierten en espuma. En cuanto a aquellos que han visto a Dios aparecer en la carne, no serán condenados si lo obedecen de buen grado, mientras que los que están contra Él intencionadamente se considerarán oponentes de Dios. Tales personas son anticristos y enemigos que están deliberadamente contra Él. Los que albergan nociones relativas a Dios, pero aun así están preparados y dispuestos a obedecerle, no serán condenados. Él condena al hombre sobre la base de sus propósitos y acciones, nunca por sus pensamientos e ideas. Si Dios condenara al hombre sobre la base de sus pensamientos e ideas, entonces nadie podría escapar de las manos iracundas de Dios. Los que están voluntariamente contra el Dios encarnado serán castigados por su desobediencia. En cuanto a estas personas que se levantan contra Dios deliberadamente, su oposición surge del hecho de que albergan nociones sobre Dios, que a su vez las llevan a actuar de forma que interrumpen la obra de Dios. Estas personas resisten y destruyen la obra de Dios de manera intencionada. No solo tienen nociones sobre Él, sino que también se involucran en actividades que interrumpen Su obra y por esta razón este tipo de personas serán condenadas(La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Todas las personas que no conocen a Dios son las que se oponen a Él). Las palabras de Dios son claras: Dios juzga a la gente por su esencia y su actitud hacia la verdad. Puede que algunos tengan nociones sobre la obra de Dios, pero si son capaces de buscar la verdad y dejar de lado sus nociones, Dios no los condenará. Los que siempre tienen opiniones acerca de Dios encarnado, no aceptan la verdad y hasta cuestionan y niegan a Dios son enemigos Suyos y anticristos por muy buena que sea su conducta externa. Dios condena a dichas personas y las descarta. Únicamente solía tener en cuenta la conducta externa de la gente. Creía que Marjorie debía de ser devota de Dios y buscadora de la verdad porque era fervorosa, se sacrificaba, se esforzaba y era líder de iglesia, pero no tenía en cuenta su esencia ni su actitud hacia Dios y la verdad. Marjorie tenía ciertas nociones sobre la obra de Dios y no admitía que otros hermanos y hermanas le enseñaran. Además, difundía sus nociones y negaba en público a Dios encarnado. Su esencia era de odio a Dios y a la verdad: era un anticristo. Me dejé engañar y embaucar por las apariencias externas de Marjorie y apoyé a un anticristo. Me faltaba mucho discernimiento. Fue entonces cuando comprendí que debemos juzgar a las personas y cosas según las palabras de Dios y los principios de la verdad, no solo según las conductas externas de la gente.

Luego descubrí otro pasaje de las palabras de Dios: “Dios está purificando la iglesia, limpiándola de gente que interrumpe y perturba, de anticristos, espíritus malignos, gente malvada, incrédulos, de aquellos que no creen sinceramente en Él y de aquellos que ni siquiera son capaces de prestar servicio. Esto se denomina limpiar el terreno, aventar. […] Ya ves que Dios hace todo a su tiempo. No obra al azar. Su obra de gestión sigue el plan que Él ha creado, y Él lo hace todo paso a paso, no al azar. ¿Y qué ocurre con esos pasos? Cada paso de la obra que realiza Dios en la gente debe surtir efecto, y cuando Él ve que lo surte, lleva a cabo el siguiente paso de Su obra. Dios ha calculado cómo puede surtir efecto Su obra, lo que Él debe decir y hacer. Realiza Su obra según lo que la gente necesita, no al azar. Cualquier obra que sea eficaz para la gente, Dios la lleva a cabo, y lo que sea irrelevante en cuestión de eficacia, seguro que Dios no lo hace. Por ejemplo, cuando hacen falta lecciones prácticas negativas con las que el pueblo escogido de Dios pueda desarrollar el discernimiento, aparecen en la iglesia falsos cristos, anticristos, espíritus malignos, gente malvada y gente que perturba e interrumpe, gracias a los cuales los demás podrán desarrollar el discernimiento. Si el pueblo escogido de Dios comprende la verdad y es capaz de identificar a dichas personas, estas habrán prestado servicio y su existencia ya no tendrá utilidad. En ese momento, el pueblo escogido de Dios se alzará para dejarlas en evidencia y denunciarlas, y la iglesia se purificará de ellas inmediatamente. Toda obra de Dios tiene unos pasos, y todos esos pasos son dispuestos por Dios sobre la base de lo que el hombre necesita en la vida y de su estatura(La Palabra, Vol. III. Discursos de Cristo de los últimos días. Solo si se corrigen las propias nociones es posible emprender el buen camino de la fe en Dios (3)). Tras leer las palabras de Dios, entendí que, aunque muchos cumplan con un deber en la iglesia, no todos son escogidos de Dios ni ovejas Suyas. Hay lobos escondidos entre el rebaño. Dios permite que haya anticristos, malhechores e incrédulos en la iglesia para ayudarnos a discernir, para que aprendamos lecciones y distingamos el bien del mal. A pesar de cumplir su deber en la iglesia, Marjorie no creía sinceramente en Dios. Simplemente entró en ella para analizar la obra de Dios, no para buscar y comprender la verdad. Era una loba con piel de cordera y una malvada descartada por Dios. Dios ya está purificando la iglesia y revelando a cada tipo de persona. En la iglesia no puede quedar oculto ningún anticristo, malhechor ni incrédulo, sino que todos ellos serán revelados y descartados por la obra de Dios. Los que creen sinceramente en Dios, aman la verdad y la buscan son los únicos que quedarán y que serán purificados y salvados por Dios.

Con esta experiencia adquirí discernimiento y aprendí cosas. Para empezar, no puedo tener en cuenta solo las conductas externas de la gente, cuánto sufre y se esfuerza, pues estas cosas las saben hacer muchos, sobre todo los impostores religiosos. En segundo lugar, no debo idolatrar a meras personas, ya que Dios abomina de la idolatría de personas. Únicamente se debe admirar y adorar a Dios. Tercero, como líder de iglesia, he de pensar en la entrada de mis hermanos y hermanas en la vida y priorizar las cosas que les resulten beneficiosas. En cuarto lugar, ante los problemas debo temer a Dios de corazón y aprender a buscar y esperar. No debo juzgar y condenar imprudentemente en función de mis nociones. De esa forma me expongo a ofender el carácter de Dios. En quinto lugar, debo leer más las palabras de Dios Todopoderoso para comprender la verdad. Solo con la guía de las palabras de Dios podemos descubrir las malvadas tramas de Satanás y respaldar la verdad. También me percaté de lo valiosa que es la verdad. Solo si la comprendemos podemos captar realmente las cosas y discernir a todo tipo de malhechores, anticristos e incrédulos. En lo sucesivo, leeré más las palabras de Dios y basaré en ellas mis actos y juicios sobre las personas y cosas, con la verdad como principio. ¡Gracias a Dios!

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