Dios bendice la iglesia que acepta y obedece Su nueva obra mientras maldice al mundo religioso por oponerse a Él

1 Jun 2018

Las palabras relevantes de Dios:

Como creyentes en Dios, cada uno de vosotros debéis apreciar cómo habéis obtenido la mayor exaltación y salvación al recibir la obra de Dios en los últimos días y la obra de Su plan, que realiza hoy en ti. Dios ha hecho de este grupo de personas el único foco de Su obra a través de todo el universo. Él ha sacrificado toda la sangre de Su corazón por vosotros; Él ha reclamado y os ha dado toda la obra del Espíritu en todo el universo. Es por eso que sois los afortunados. Más aun, Él ha trasladado Su gloria de Israel, Su pueblo elegido, a vosotros, y hará que el propósito de Su plan se manifieste completamente a través de este grupo. Por lo tanto, vosotros sois los que vais a recibir la herencia de Dios y, es más, sois los herederos de la gloria de Dios.

La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. ¿Es la obra de Dios tan sencilla como el hombre imagina?

Todos los que pueden seguir la luz actual del Espíritu Santo son benditos. Las personas en el pasado también siguieron los pasos de Dios, pero no pudieron continuar hasta hoy; esta es la bendición de las personas de los últimos días. Los que pueden seguir la obra actual del Espíritu Santo y que pueden seguir los pasos de Dios, de tal manera que lo sigan dondequiera que Él los guíe, estas son las personas a las que Dios bendice. Los que no siguen la obra actual del Espíritu Santo, no han entrado en la obra de las palabras de Dios y, no importa cuánto se esfuercen o cuán grande sea su sufrimiento o cuánto vayan de aquí para allá, esto no significa nada para Dios y Él no los elogiará. En la actualidad, todos los que siguen las palabras actuales de Dios están en la corriente del Espíritu Santo; los que son ajenos a las palabras actuales de Dios están fuera de la corriente del Espíritu Santo y a tales personas Dios no las elogia. El servicio que está divorciado de las declaraciones actuales del Espíritu Santo es un servicio que es de la carne y de las nociones y es imposible que sea acorde a la voluntad de Dios. Si las personas viven rodeadas de nociones religiosas, entonces no pueden hacer nada que sea digno de la voluntad de Dios y aunque sirvan a Dios, sirven en medio de su imaginación y de sus nociones y son totalmente incapaces de servir según la voluntad de Dios. Los que no pueden seguir la obra del Espíritu Santo no entienden la voluntad de Dios y los que no entienden la voluntad de Dios no pueden servirlo. Dios quiere un servicio que sea según Su corazón; no quiere un servicio que sea de las nociones y de la carne. Si las personas no pueden seguir los pasos de la obra del Espíritu Santo, entonces viven en medio de nociones. El servicio de tales personas interrumpe y perturba y tal servicio va en contra de Dios. Así, los que no son capaces de seguir los pasos de Dios no pueden servirlo; los que no pueden seguir los pasos de Dios muy probablemente se oponen a Él y no son compatibles con Él. “Seguir la obra del Espíritu Santo” quiere decir entender la voluntad de Dios hoy, poder actuar de acuerdo con los requisitos actuales de Dios, poder obedecer y seguir al Dios de hoy, y estar en consonancia con Sus más nuevas declaraciones. Solo alguien así sigue la obra del Espíritu Santo y está en la corriente del Espíritu Santo. Tales personas no solo pueden recibir la alabanza de Dios y pueden verlo, sino que también pueden conocer Su carácter en Su última obra y pueden conocer las nociones del hombre y su desobediencia y su naturaleza y esencia; además, durante su servicio, pueden poco a poco lograr cambios en el carácter. Solo las personas como estas son las que pueden ganar a Dios y las que genuinamente han encontrado el camino verdadero. La obra del Espíritu Santo elimina a aquellas personas que no son capaces de seguir la última obra de Dios y que se rebelan contra Su última obra. Que esas personas abiertamente se opongan a Dios se debe a que Él ha hecho una nueva obra y la imagen de Dios no es la misma a la que estas personas tienen en sus nociones; como resultado de esto, se oponen abiertamente a Dios y lo juzgan, lo que la hace que Dios las aborrezca y las rechace. Tener el conocimiento de la última obra de Dios no es una tarea fácil, pero si las personas deciden obedecer la obra de Dios y persiguen la obra de Dios, entonces tendrán la oportunidad de verlo y tendrán la oportunidad de obtener la nueva guía del Espíritu Santo. Los que de manera intencional se oponen a la obra de Dios no pueden recibir la iluminación del Espíritu Santo o la guía de Dios. Por lo tanto, que las personas puedan recibir o no la última obra de Dios depende de la gracia de Dios, depende de su búsqueda y depende de sus intenciones.

Todos los que pueden obedecer las declaraciones actuales del Espíritu Santo son benditos. No importa cómo solían ser o cómo el Espíritu Santo solía obrar en ellos, los que han obtenido la última obra de Dios son los más bendecidos y los que no pueden seguir la última obra hoy son eliminados. Dios quiere a los que son capaces de aceptar la nueva luz y a los que aceptan y conocen Su última obra. ¿Por qué se dice que debéis ser una virgen casta? Una virgen casta puede buscar la obra del Espíritu Santo y entender las cosas nuevas y, además, puede desechar las antiguas nociones y obedecer, hoy, la obra de Dios. Este grupo de personas, que hoy aceptan la obra más nueva, fue predestinado por Dios antes del tiempo, y son las personas más benditas. Vosotros oís la voz de Dios directamente y contempláis Su aparición y así, en todo el cielo y la tierra y a lo largo de las eras, nadie ha sido más bendecido que este grupo de personas, vosotros.

La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Conoce la obra más reciente de Dios y sigue Sus huellas

La obra del Espíritu Santo siempre avanza hacia adelante y todos los que están en la corriente del Espíritu Santo también deberían estar profundizando y cambiando, paso a paso. No se deben detener en una sola etapa. Solo los que no conocen la obra del Espíritu Santo permanecerían entre Su obra original y no aceptarían la nueva obra del Espíritu Santo. Solo los desobedientes serían incapaces de obtener la obra del Espíritu Santo. Si la práctica del hombre no mantiene el paso con la nueva obra del Espíritu Santo, entonces la práctica del hombre con toda seguridad se ha separado de la obra de la actualidad y, sin duda, es incompatible con la obra de la actualidad. Personas anticuadas como estas sencillamente no pueden alcanzar la voluntad de Dios, mucho menos podrían convertirse en personas que se mantendrán firmes en el testimonio de Dios al final. Además, toda la obra de gestión no se podría concluir entre tal grupo de personas. Para los que una vez se aferraron a la ley de Jehová y para los que una vez sufrieron por la cruz, si no pueden aceptar la etapa de la obra de los últimos días, entonces todo lo que hayan hecho habrá sido en vano e inútil. La expresión más clara de la obra del Espíritu Santo es abrazar el aquí y ahora, no aferrarse al pasado. Los que no han mantenido el ritmo con la obra de la actualidad y se han separado de la práctica de la actualidad, son los que se oponen y no aceptan la obra del Espíritu Santo. Tales personas desafían la obra presente de Dios. Aunque se aferran a la luz del pasado, no se puede negar que no conocen la obra del Espíritu Santo. ¿Por qué ha habido toda esta plática sobre los cambios en la práctica del hombre, sobre las diferencias en la práctica entre el pasado y el presente, sobre cómo se llevaba a cabo la práctica durante la era anterior y sobre cómo se hace en la actualidad? Siempre se habla de estas divisiones en la práctica del hombre porque la obra del Espíritu Santo avanza constantemente y por eso a la práctica del hombre se le exige que cambie constantemente. Si el hombre se queda atorado en una etapa, entonces esto prueba que es incapaz de seguirle el paso a la nueva obra de Dios y a la nueva luz; no prueba que el plan de la gestión de Dios no haya cambiado. Los que están fuera de la corriente del Espíritu Santo siempre piensan que están bien pero, de hecho, la obra de Dios en ellos cesó hace mucho tiempo y la obra del Espíritu Santo está completamente ausente en ellos. La obra de Dios hace mucho que se transfirió a otro grupo de personas, un grupo en quien Él pretende completar Su nueva obra. Ya que los que están en la religión no pueden aceptar la nueva obra de Dios y solo se aferran a la antigua obra del pasado, Dios ha abandonado a estas personas y hace Su nueva obra en las personas que aceptan esta nueva obra. Estas son personas que cooperan en Su nueva obra y solo de esta manera se puede lograr Su gestión.

La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. La obra de Dios y la práctica del hombre

Ya que el hombre cree en Dios, debe seguir muy de cerca los pasos de Dios, paso a paso, debe “seguir al Cordero dondequiera que vaya”. Solo estas son personas que buscan el camino verdadero, solo ellas son las que conocen la obra del Espíritu Santo. Las personas que de un modo servil siguen las letras y las doctrinas son las que la obra del Espíritu Santo ha eliminado. En cada periodo de tiempo, Dios comenzará una nueva obra y, en cada periodo, habrá un nuevo comienzo entre los hombres. Si el hombre sólo acata las verdades de que “Jehová es Dios” y “Jesús es Cristo”, que son verdades que solo se aplican a sus respectivas eras, entonces el hombre nunca estará al día de la obra del Espíritu Santo y nunca podrá obtener la obra del Espíritu Santo. Independientemente de cómo obra Dios, el hombre lo sigue sin la más mínima duda y lo sigue de cerca. De esta manera, ¿cómo puede el hombre ser eliminado por el Espíritu Santo? Independientemente de lo que haga Dios, en tanto que el hombre esté seguro de que es la obra del Espíritu Santo, coopere con la obra del Espíritu Santo sin recelo y trate de cumplir con las exigencias de Dios, entonces, ¿cómo podría ser castigado? La obra de Dios nunca ha cesado, Sus pasos nunca se han detenido y, antes del término de Su obra de gestión, siempre está ocupado y nunca para. Pero el hombre es diferente: al haber obtenido sólo un mínimo de la obra del Espíritu Santo, la trata como si nunca fuera a cambiar; al haber obtenido un poco de conocimiento, no avanza para seguir los pasos de la obra más nueva de Dios; al haber visto sólo un poco de la obra de Dios, de inmediato prescribe a Dios como una figura de madera en particular y cree que Dios siempre permanecerá en esta forma que ve delante de él, que fue así en el pasado y que siempre será así en el futuro; al haber obtenido sólo un conocimiento superficial, el hombre está tan orgulloso que se olvida de sí mismo y comienza a proclamar desenfrenadamente un carácter y un ser de Dios que simplemente no existen; y al tener la certeza de una etapa de la obra del Espíritu Santo, sin importar qué clase de persona sea la que proclame la nueva obra de Dios, el hombre no la acepta. Estas son personas que no pueden aceptar la nueva obra del Espíritu Santo; son demasiado conservadoras e incapaces de aceptar cosas nuevas. Esas personas son las que creen en Dios pero que también lo rechazan. El hombre cree que los israelitas estaban equivocados por “solo creer en Jehová pero no creer en Jesús”, pero la mayoría de las personas desempeñan un papel en el que “solo creen en Jehová y rechazan a Jesús”, y “anhelan el regreso del Mesías pero se oponen al Mesías que se llama Jesús”. No es de extrañar, entonces, que las personas sigan viviendo bajo el campo de acción de Satanás después de aceptar una etapa de la obra del Espíritu Santo y todavía sigan sin recibir las bendiciones de Dios. ¿No es esto el resultado de la rebelión del hombre? Los cristianos alrededor del mundo que no han mantenido el paso con la nueva obra de la actualidad, todos se aferran a la esperanza de que serán afortunados y suponen que Dios cumplirá cada uno de sus deseos. Pero no pueden decir con certeza por qué Dios los llevará al tercer cielo ni tampoco están seguros de cómo vendrá Jesús para recibirlos cuando venga en una nube blanca, mucho menos pueden decir con absoluta certeza si Jesús realmente llegará en una nube blanca en el día que se imaginan. Todos están ansiosos y muy confundidos; ellos mismos ni siquiera saben si Dios arrebatará a cada uno de ellos, la diversidad de pequeños puñados de personas que vienen de toda denominación. La obra que Dios realiza ahora, la era presente, la voluntad de Dios, no entienden ninguna de estas cosas y no pueden hacer nada sino contar los días con los dedos. Solo los que siguen las pisadas del Cordero hasta el final pueden obtener la bendición final, mientras que esas “personas listas”, que no son capaces de seguir hasta el final pero creen que han ganado todo, no pueden ser testigos de la aparición de Dios. Todos creen que son la persona más lista en la tierra e interrumpen el desarrollo continuo de la obra de Dios sin ninguna razón en absoluto, y parecen creer con absoluta certeza que Dios los llevará al cielo a ellos, que “tienen la mayor lealtad a Dios, que siguen a Dios y acatan las palabras de Dios”. Aunque tengan la “mayor lealtad” hacia las palabras que Dios habla, sus palabras y acciones siguen siendo tan repugnantes porque se oponen a la obra del Espíritu Santo y andan con astucia y cometen el mal. Los que no siguen hasta el final, que no siguen el ritmo de la obra del Espíritu Santo, y que únicamente se aferran a la antigua obra, no solo han fallado en lograr la lealtad a Dios sino que, por el contrario, se han convertido en los que se oponen a Dios, se han convertido en los que la nueva era rechaza y que serán castigados. ¿Hay alguien más digno de compasión que ellos? Muchos hasta creen que todos los que rechazan la antigua ley y aceptan la nueva obra no tienen conciencia. A estas personas, que solo hablan de la “conciencia” y que no conocen la obra del Espíritu Santo, al final sus propias conciencias les truncarán sus perspectivas. La obra de Dios no acata la doctrina y, aunque sea Su propia obra, Dios no se aferra a ella. Lo que se debe negar se niega, lo que se debe eliminar se elimina. Pero el hombre se pone en enemistad con Dios aferrándose a una parte pequeña de la obra de la gestión de Dios. ¿No es esto lo absurdo del hombre? ¿No es esto la ignorancia del hombre? Cuanto más tímidas y excesivamente cautelosas son las personas porque tienen miedo de no obtener las bendiciones de Dios, más incapaces son de obtener mayores bendiciones y de recibir la bendición final. Aquellas personas que servilmente acatan la ley, todas demuestran la mayor lealtad hacia la ley y, cuanto más demuestren esa lealtad hacia la ley, más rebeldes son al oponerse a Dios. Porque ahora es la Era del Reino y no la Era de la Ley, y la obra de la actualidad y la obra del pasado no se pueden equiparar, ni la obra del pasado se puede comparar con la obra de la actualidad. La obra de Dios ha cambiado y la práctica del hombre también ha cambiado; no es aferrarse a la ley o llevar la cruz, por tanto, la lealtad de las personas hacia la ley y la cruz no ganará la aprobación de Dios.

La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. La obra de Dios y la práctica del hombre

El hombre ha sido corrompido y vive en la trampa de Satanás. Toda la gente vive en la carne, en los deseos egoístas y ni una sola entre ellas es compatible conmigo. Están las que dicen que son compatibles conmigo, pero adoran ídolos vagos. Aunque reconocen que Mi nombre es santo, se embarcan en un camino que va en sentido contrario a Mí y sus palabras están llenas de arrogancia y autoconfianza. Esto se debe a que, en la raíz, todos están en contra de Mí y son incompatibles conmigo. Todos los días buscan rastros de Mí en la Biblia y encuentran al azar pasajes “adecuados” que leen sin cesar y que recitan como las escrituras. No saben cómo ser compatibles conmigo, ni qué significa estar contra Mí. Solo leen las escrituras a ciegas. Confinan dentro de la Biblia a un Dios vago al que nunca han visto y al que son incapaces de ver y lo sacan para mirarlo cuando les place. Creen en Mi existencia solo dentro del alcance de la Biblia y me equiparan con ella; sin la Biblia Yo no existo y sin Mí no existe la Biblia. No prestan atención a Mi existencia o acciones, sino que dedican una atención extrema y especial a todas y a cada una de las palabras de las Escrituras. Muchas más incluso creen que Yo no debería hacer nada que quisiera a menos que las Escrituras lo predijeran. Le atribuyen demasiada importancia a las Escrituras. Se puede decir que ven las palabras y expresiones como demasiado importantes, hasta el punto de que usan versículos de la Biblia para medir cada palabra que digo y para condenarme. Lo que buscan no es el camino de la compatibilidad conmigo, o el camino de la compatibilidad con la verdad, sino el camino de la compatibilidad con las palabras de la Biblia, y creen que cualquier cosa que no se ciña a la Biblia, sin excepción, no es Mi obra. ¿No son esas personas los descendientes sumisos de los fariseos? Los fariseos judíos usaron la ley de Moisés para condenar a Jesús. No buscaron la compatibilidad con el Jesús de esa época, sino que diligentemente siguieron la ley al pie de la letra, hasta el grado de que, después de haberlo acusado de no seguir la ley del Antiguo Testamento y de no ser el Mesías, al final crucificaron al inocente Jesús. ¿Cuál era su sustancia? ¿No era que no buscaban el camino de la compatibilidad con la verdad? Se obsesionaron con todas y cada una de las palabras de las Escrituras mientras que no prestaron atención a Mi voluntad ni a los pasos ni métodos de Mi obra. No eran personas que buscaran la verdad, sino que se aferraban a las palabras; no eran personas que creyeran en Dios, sino que creían en la Biblia. En esencia, eran los guardianes de la Biblia. Con el fin de salvaguardar los intereses de la Biblia, de sostener la dignidad de la Biblia y de proteger la reputación de la Biblia, llegaron tan lejos que crucificaron al misericordioso Jesús. Lo hicieron solamente en aras de defender la Biblia y por el bien de mantener el estatus de todas y cada una de las palabras de la Biblia en los corazones de las personas. Así que prefirieron abandonar su futuro y la ofrenda por el pecado para condenar a muerte a Jesús, que no se conformaba a la doctrina de las Escrituras. ¿No fueron todos lacayos de todas y cada una de las palabras de las Escrituras?

¿Y qué pasa hoy con las personas? Cristo ha llegado para liberar la verdad, pero preferirían expulsarlo de este mundo para poder entrar al cielo y recibir la gracia. Preferirían negar por completo la venida de la verdad con el fin de salvaguardar los intereses de la Biblia, y preferirían volver a crucificar al Cristo encarnado de nuevo con el fin de asegurar la existencia eterna de la Biblia. ¿Cómo puede el hombre recibir Mi salvación cuando su corazón es tan malvado y su naturaleza tan opuesta a Mí? Vivo entre los hombres, pero el hombre no sabe de Mi existencia. Cuando hago brillar Mi luz sobre el hombre, todavía sigue ignorando Mi existencia. Cuando desato Mi ira sobre el hombre, niega Mi existencia aun con mayor fuerza. El hombre busca la compatibilidad con las palabras y con la Biblia, pero ni una sola persona viene ante Mí para buscar el camino de la compatibilidad con la verdad. El hombre dirige su mirada hacia Mí en el cielo y dedica un interés especial a Mi existencia en el cielo, pero nadie se preocupa por Mí en la carne, porque Yo, que vivo entre los hombres, soy demasiado insignificante. Los que sólo buscan la compatibilidad con las palabras de la Biblia, y que sólo buscan la compatibilidad con un Dios impreciso, son un espectáculo deplorable para Mí. Esto se debe a que lo que ellos adoran son palabras muertas y un Dios que es capaz de darles tesoros incalculables. Lo que ellos adoran es un Dios que se pondría a merced del hombre, un Dios que no existe. ¿Entonces qué pueden obtener tales personas de Mí? La bajeza del hombre es sencillamente indescriptible. Los que están en Mi contra, que me hacen incesantes demandas, que no tienen amor por la verdad, que se rebelan contra Mí, ¿cómo podrían ser compatibles conmigo?

La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Deberías buscar el camino de la compatibilidad con Cristo

Sin importar cuántas personas crean en Dios, tan pronto como sus creencias sean definidas por Él como pertenecientes a una religión o grupo, entonces Él ya ha decidido que ellas no pueden ser salvadas. ¿Por qué digo esto? En el caso de un grupo o multitud de personas que carecen de la obra y guía de Dios y que no lo adoran en absoluto, ¿a quién adoran? ¿A quién siguen? De forma y de nombre, siguen a una persona, pero ¿a quién siguen esencialmente? En el fondo, reconocen a Dios, pero, en realidad, están sujetas a la manipulación, las disposiciones y el control humanos. Siguen a Satanás, el diablo; siguen a las fuerzas que son hostiles a Dios y que son Sus enemigas. ¿Salvaría Dios a una manada de personas como estas? (No). ¿Por qué no? ¿Son capaces de arrepentirse? (No). Ondean la bandera de la fe, realizando proyectos humanos y dirigiendo su propia gestión y van en contra del plan de gestión de Dios para la salvación de la humanidad. Su resultado final es ser detestadas y rechazadas por Dios; Él no podría, de ningún modo, salvar a estas personas y ellas no podrían, de ninguna manera, arrepentirse, pues ya han sido atrapadas por Satanás: están completamente en las manos de Satanás. En tu fe, ¿importa cuántos años lleves creyendo en Dios para que Él te elogie o no? ¿Importan los rituales y normas que observas? ¿Se fija Dios en los métodos de práctica de la gente? ¿Se fija en cuánta gente hay? Ha elegido a una parte de la raza humana; ¿cómo evalúa si esta puede y debe salvarse? Lo decide en función de las sendas que siguen estas personas. En la Era de la Gracia, aunque las verdades que dijo Dios a la gente fueron menos numerosas y específicas que hoy en día, en aquel momento pudo perfeccionarla de todos modos y la salvación todavía era posible. Y, así, en lo que se refiere a las personas de esta era, que han escuchado muchas verdades y han llegado a comprender la voluntad de Dios, si son incapaces de seguir Su camino y de caminar por la senda de la salvación, ¿cuál será su resultado final? Será el mismo que el de aquellos creyentes del cristianismo y el judaísmo; no habrá diferencia. ¡Este es el carácter justo de Dios! Independientemente de cuántos sermones hayas escuchado o cuántas verdades hayas entendido, si, al final, continúas siguiendo a los humanos y a Satanás y, al final, sigues siendo incapaz de seguir el camino de Dios y de temer a Dios y de rechazar el mal, entonces tales personas serán aborrecidas y rechazadas por Dios. Aparentemente, estas personas que son aborrecidas y rechazadas por Dios pueden hablar mucho sobre letras y doctrinas, y muchas han llegado a comprender muchas verdades y, sin embargo, son incapaces de adorar a Dios; son incapaces de temer a Dios y de rechazar el mal y son incapaces de tener una sumisión total a Él. A los ojos de Dios, Él las define como parte de una religión, simplemente como un grupo de humanos, una pandilla de humanos, y como un lugar de alojamiento para Satanás. De forma colectiva, se hace referencia a ellas como la pandilla de Satanás y estas personas son totalmente aborrecidas por Dios.

La Palabra, Vol. III. Discursos de Cristo de los últimos días. Solo si se vive constantemente ante Dios se puede caminar por la senda hacia la salvación

Los demonios y los espíritus malignos han estado causando estragos en la tierra durante un tiempo, han bloqueado la voluntad y el meticuloso esfuerzo de Dios hasta el punto en que son impenetrables. ¡Qué pecado mortal! ¿Cómo puede Dios no sentirse angustiado? ¿Cómo no airarse? Se han opuesto a la obra de Dios y la han obstaculizado severamente: ¡Qué rebeldes! Hasta esos demonios, grandes y pequeños, se comportan como chacales siguiendo los talones del león y la corriente malvada, ideando disturbios sobre la marcha. Deliberadamente resisten a la verdad a pesar de conocerla. ¡Hijos de la rebeldía! Es como si, ahora que su rey del infierno ha ascendido al trono real, ellos se hubieran vuelto engreídos y autocomplacientes y trataran a los demás con desdén. ¿Cuántos de ellos buscan la verdad, y siguen la justicia? Todos son bestias como cerdos y perros, que dirigen a una banda de moscas apestosas, meneando la cabeza con autocomplacencia e incitando todo tipo de problemas[1] en medio de un montón de estiércol. Creen que su rey del infierno es el mayor de los reyes, sin darse cuenta de que ellos mismos no son más que moscas apestosas. Y no solo eso, sino que se aprovechan del poder de los perros y cerdos que tienen como padres para calumniar la existencia de Dios. Igual que las moscas diminutas, creen que sus progenitores son tan grandes como las ballenas dentadas[2]. No se dan cuenta de que son diminutos, pero sus padres son cerdos y perros inmundos millones de veces más grandes que ellos. Inconscientes de su propia bajeza, se apoyan en el hedor de la putrefacción que rezuma de esos perros y cerdos para correr enloquecidos, pensando en vano que procrearán generaciones futuras, ¡sin ninguna vergüenza! Con alas verdes en su espalda (esto se refiere a su afirmación de creer en Dios), son presuntuosos y se jactan en todas partes de su propia belleza y atractivo, mientras que echan en secreto las impurezas de sus propios cuerpos sobre el hombre. Además, están extremadamente satisfechos de sí mismos, como si pudieran usar un par de alas con los colores del arcoíris para esconder sus propias impurezas; y por estos medios traen su opresión a la existencia del Dios verdadero (esto se refiere a lo que sucede entre bambalinas en el mundo religioso). ¿Cómo iba a saber el hombre que, aunque las alas de la mosca sean hermosas y encantadoras, la mosca en sí después de todo no es más que una criatura minúscula con la barriga llena de suciedad y el cuerpo cubierto de gérmenes? Sobre la base de sus padres, unos cerdos y perros, hacen estragos por la tierra (esto se refiere a la manera en que los oficiales religiosos que persiguen a Dios se basan en el firme apoyo del gobierno de la nación para levantarse contra el Dios verdadero y la verdad) con su salvajismo descontrolado. Es como si los fantasmas de los fariseos judíos hubieran regresado con Dios a la nación del gran dragón rojo, de vuelta a su viejo nido. Han iniciado otra ronda de persecución, retomando su obra de hace varios miles de años. ¡Sin lugar a duda, este grupo de degenerados perecerá en la tierra al final! Al parecer, tras varios milenios, los espíritus inmundos se han vuelto más astutos y maliciosos. Constantemente están pensando en formas de socavar en secreto la obra de Dios. Con una infinidad de trucos y artimañas desean recrear en su tierra natal la tragedia de hace varios miles de años, incitando a Dios hasta que casi da un grito. Arde en deseos de regresar al tercer cielo para aniquilarlos.

La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. La obra y la entrada (7)

Notas al pie:

1. “Incitar todo tipo de problemas” se refiere a cómo las personas demoniacas se desmandan, obstruyen la obra de Dios y se oponen a ella.

2. “Las ballenas dentadas” se usa en tono burlón. Es una metáfora de cómo las moscas son tan pequeñas que los cerdos y los perros les parecen grandes como ballenas.

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