La Biblia es testimonio de la obra de Dios; sólo por medio de leer la Biblia los creyentes en el Señor pueden llegar a reconocer que Dios creó los cielos y la tierra y todas las cosas, y son capaces de ver las maravillosas obras de Dios, Su grandeza y omnipotencia. La Biblia contiene muchas palabras de Dios, así como testimonios de las experiencias del hombre; pueden proveer sustento para las vidas de las personas y gran edificación, así que a lo que me gustaría buscar es, ¿en realidad podemos alcanzar la vida eterna por leer la Biblia? ¿Es posible que no haya un camino de la vida eterna dentro de la Biblia?

2 Mar 2021

Respuesta:

Leyendo la Biblia hemos entendido que Dios es el Creador del cielo y la tierra y de todas las cosas y empezamos a reconocer Sus maravillosas acciones. Esto es porque la Biblia es un relato sobre las dos primeras etapas de la obra de Dios. Es un registro de la palabra y obra de Dios y el testimonio del hombre en la Era de la Ley y la Era de la Gracia. Así que la Biblia es muy importante para nuestra fe. Piensa en ello, si no fuera por la Biblia ¿cómo podríamos llegar a entender la palabra del Señor y a conocerle? ¿De qué otra manera podríamos ser testigos de los actos de Dios y desarrollar la fe verdadera en Él? Si no leemos la Biblia, ¿cómo podemos ser testigos del testimonio verdadero de todos los santos que han obedecido a Dios a través de los tiempos? Por tanto, leer la Biblia es esencial para practicar la fe, y ningún creyente en el Señor debería alejarse de la Biblia. Podría decirse que el que se aleja de la Biblia no puede creer en el Señor. Lo confirman las experiencias de los santos a través de los tiempos. Nadie se atreve a negar el valor y el significado de leer la Biblia al practicar la fe. Por eso, tanto todos los santos a lo largo de los tiempos como los creyentes consideran que leer la Biblia es un asunto muy importante. Algunos llegan a afirmar que leer la Biblia y orar son tan imprescindibles como las piernas para caminar, sin una de las dos seríamos incapaces de avanzar hacia adelante. Pero el Señor Jesús dijo, “Examináis las Escrituras porque vosotros pensáis que en ellas tenéis vida eterna; y ellas son las que dan testimonio de mí; y no queréis venir a mí para que tengáis vida(Juan 5:39-40). Algunas personas están confundidas, piensan que como la Biblia es un registro de la palabra de Dios y un testimonio del hombre, leerla nos debería dar la vida eterna. Entonces ¿Por qué el Señor Jesús dijo que no había vida eterna en la Biblia? En realidad, no es una idea tan complicada. Siempre que entendamos la historia interna y la esencia de la palabra y obra de Dios durante la Era de la Ley y la Era de la Gracia, así como el efecto que se consigue a través de ellas, nos daremos cuenta de forma natural de por qué no se puede recibir la vida eterna leyendo la Biblia. Durante la Era de la Ley, Jehová Dios estaba ocupado primordialmente en promulgar leyes, mandamientos y decretos para que el hombre los siguiera. Sus palabras eran principalmente una especie de guía para que la humanidad, todavía en su infancia, viviera en la tierra. Estas palabras no pretendían cambiar el carácter vital del hombre. Así que las palabras de Dios durante la Era de la Ley tenían como objetivo que la gente obedeciera las leyes y mandamientos. Aunque esas palabras eran verdad, representaban solamente una verdad muy rudimentaria. Durante la Era de la Gracia, las palabras y obra del Señor Jesús se centraban en la obra de redención. Las palabras que Él expresó se referían a la verdad de la redención y le enseñaban a la gente que debían confesar sus pecados, arrepentirse y evitar pecar y hacer el mal. Tales palabras también enseñaban a la gente la forma correcta de orar al Señor y exigían al hombre amar al Señor con todo el corazón y el alma, amar al prójimo como a sí mismo, ser tolerante y paciente, y perdonar a los demás setenta veces siete, etc. Están todos incluidos en el camino del arrepentimiento. Por tanto, leyendo la Biblia solo podemos comprender la obra de Dios durante la Era de la Ley y la Era de la Gracia. Nos damos cuenta de que Dios creó todas las cosas y aprendemos a vivir en la tierra y a adorar a Dios. Entendemos qué es el pecado, quién está bendecido por Dios y quién maldecido. Sabemos cómo confesar nuestros pecados y arrepentirnos ante Dios. Aprendemos humildad, paciencia y clemencia, y que debemos cargar con la cruz para seguir al Señor. Vemos con nuestros propios ojos la piedad y compasión ilimitadas del Señor Jesús, y nos damos cuenta de que únicamente mostrándonos con fe ante el Señor Jesús disfrutaremos de Su abundante gracia y verdad. La palabra y obra de Dios durante la Era de la Ley y la Era de la Gracia tal y como se registran en la Biblia eran la verdad expresada por Dios según Su plan para salvar a la humanidad y las necesidades de la humanidad de la época. Estas verdades fueron absolutamente incapaces de cambiar nuestro carácter vital y permitirnos obtener la purificación, salvación y perfección. De este modo, la palabra expresada por el Señor Jesús durante la Era de la Gracia debe tomarse únicamente como camino para el arrepentimiento, pero no para la vida eterna.

¿Cuál es entonces el camino de la vida eterna? El camino de la vida eterna es el camino de la verdad que permite al hombre vivir eternamente, o sea, que le permite soltarse de las ataduras y limitaciones de su naturaleza pecadora, cambiar su carácter vital y conseguir la verdad como vida, liberarse totalmente de la influencia de Satanás y ser compatible con Cristo. Permite al hombre conocer, obedecer y reverenciar a Dios hasta el punto de no volver a pecar para oponerse a Él o traicionarle. Solo el camino que consigue estos resultados puede llamarse el camino de la vida eterna. Las personas mueren como consecuencia del pecado. Si el hombre consigue la verdad como vida y resuelve el problema del pecado, Dios le bendecirá con la vida eterna. Así que solamente recibiendo la salvación de Dios en los últimos días podemos disfrutar de la vida eterna que Dios le concede a la humanidad. El Señor Jesús dijo: “Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque muera, vivirá, y todo el que vive y cree en mí, no morirá jamás(Juan 11:25-26). Esto demuestra que la vida y la muerte del hombre están en manos de Dios. Esta es la autoridad de Dios y ningún hombre puede cambiar su propio destino. Sólo aquellos que alcanzan la salvación al aceptar la obra de Dios en los últimos días y obtienen la verdad como su propia vida pueden obtener la vida eterna. Esta es una certeza absoluta. Así pues, tras realizar la obra de redención en la Era de la Gracia, el Señor Jesús prometió que regresaría y en ese tiempo Él dijo: “Aún tengo muchas cosas que deciros, pero ahora no las podéis soportar. Pero cuando El, el Espíritu de verdad, venga, os guiará a toda la verdad, porque no hablará por su propia cuenta, sino que hablará todo lo que oiga, y os hará saber lo que habrá de venir(Juan 16:12-13). Las verdades expresadas por el Señor Jesús que ha regresado son el único camino a la vida eterna, y esto demuestra que Cristo es la verdad, el camino y la vida. ¿Por qué la Biblia no contiene el camino de la vida eterna? Principalmente porque la Biblia registra las dos etapas anteriores de la obra de Dios pero no contiene todas las verdades expresadas por Dios en los últimos días para purificar y salvar a la humanidad. Por lo tanto, la Biblia no contiene el camino de la vida eterna. Sin embargo, esto no disminuye la Biblia como testimonio de Dios o el efecto que tiene sobre sus lectores. Precisamente porque el testimonio de Dios en la Biblia es verdadero, porque la creación de Dios de los cielos, de la tierra y de todas las cosas es verdadera y porque el testimonio de obediencia y lealtad a Dios por generaciones de santos es verdadero, la posición de la Biblia en el corazón del hombre siempre se ha mantenido firme. Se podría decir que generaciones de santos crecieron y maduraron debido a la edificación que recibieron de la Biblia. A pesar de que el carácter corrupto de la humanidad persistió en ellos, de que su naturaleza satánica todavía existía y de que no habían sido verdaderamente purificados, no obstante la fe y la lealtad de los santos en Dios eran inquebrantables. Muchos se convirtieron en mártires por el Señor y todos forjaron un hermoso y rotundo testimonio de Él. Estos son los resultados de la obra de Dios en la Era de la Ley y la Era de la Gracia. A todos nosotros nos queda claro que los que tienen fe en el Señor son incontables en número, y aunque no han sido purificados, su carácter de vida no ha cambiado y carecen del verdadero entendimiento de Dios, sin embargo su fe es verdadera. Dios no ha abandonado a estas personas, sino que esperan el regreso del Señor en los últimos días, cuando serán levantadas delante de Él, purificadas y perfeccionadas. De esta manera todas las que tengan fe verdadera en el Señor y que amen la verdad obtendrán el camino de la vida eterna que Dios otorga en los últimos días. Ahora entendemos el asunto de porqué la Biblia no puede dar vida eterna, ¿verdad?

Extracto de “Preguntas y respuestas clásicas sobre el Evangelio del Reino”

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