El Señor Jesús dijo: “pero el que beba del agua que yo le daré, no tendrá sed jamás, sino que el agua que yo le daré se convertirá en él en una fuente de agua que brota para vida eterna(Juan 4:14). La mayoría de las personas piensan que el Señor Jesús ya nos ha otorgado el camino de la vida eterna, pero he leído estas palabras de Dios Todopoderoso: “Sólo el Cristo de los últimos días le puede dar al hombre el camino de la vida eterna”. ¿De qué se trata todo esto? ¿Por qué dice que sólo el Cristo de los últimos días le puede proporcionar al hombre el camino de la vida eterna?

1 Mar 2021

Respuesta:

Respecto a qué es en realidad el camino de vida eterna, primero debemos saber de dónde viene. Todos sabemos que, cuando se hizo carne, Dios dio testimonio de que Él era la verdad, el camino y la vida. Eso es demostración suficiente de que sólo Cristo puede expresar el camino de vida eterna. Ya que Cristo es la aparición de Dios encarnado y el Espíritu de Dios revestido de carne, eso quiere decir que la esencia de Cristo es la de Dios y que el propio Cristo es la verdad, el camino y la vida. Por tanto, Cristo puede expresar la verdad y llevar a cabo la obra de redención y salvación de la humanidad. Eso es seguro. La esencia de Cristo no variará jamás, sea cual sea la era en la que Dios se haga carne. El Señor Jesús es Dios mismo en la carne. Así pues, cuando vino el Señor Jesús, dio testimonio de que Él era la verdad, el camino y la vida, así como la fuente del agua viva de la vida para la humanidad; pudo expresar la verdad y otorgarle al hombre el camino del arrepentimiento. Tal como dijo el Señor Jesús: “Todo el que beba de esta agua volverá a tener sed, pero el que beba del agua que yo le daré, no tendrá sed jamás, sino que el agua que yo le daré se convertirá en él en una fuente de agua que brota para vida eterna(Juan 4:13-14). Todo lo manifestado por el Señor Jesús es expresión de Su divina esencia, además de una expresión acorde a la obra de redención que Él llevó a cabo. ¡Esto es innegable! El Señor Jesús es Dios encarnado; Dios Todopoderoso es el regreso del Señor Jesús. Asimismo, Dios Todopoderoso es Dios encarnado, la encarnación de la verdad. Pues bien, desde Su llegada, Dios Todopoderoso también ha dado testimonio de que Él es la verdad, el camino y la vida y ha expresado todas las verdades que purifican y salvan a la humanidad, otorgándole al hombre el camino de vida eterna. ¿Por qué Dios ha dado testimonio de que es la verdad, el camino y la vida en Sus dos encarnaciones? Porque Cristo es de esencia divina. En pocas palabras, Dios mismo es el camino de vida eterna, es la vida eterna. En consecuencia, Dios encarnado puede expresar la verdad, otorgar al hombre el camino de vida eterna y realizar la propia obra de Dios en distintas eras. La obra de salvación de Dios para la humanidad está dividida en etapas. No es posible terminarla en la etapa de la obra de redención. Tras concluir Su obra de redención, Dios aún tiene que llevar a cabo Su obra de juicio, purificación y salvación completa de la humanidad en los últimos días. Por eso el Señor Jesús prometió que regresaría, lo que demuestra que la obra de Dios nunca deja de avanzar, que de ninguna manera pudo detenerse en la Era de la Ley ni en la Era de la Gracia. La salvación de Dios a la humanidad abarca tres etapas de Su obra, que son las obras de la Era de la Ley, de la Gracia y del Reino. El período comprendido entre la Era de la Ley y la Era de la Gracia fue de unos 2000 años, el mismo tiempo transcurrido entre la Era de la Gracia y la Era del Reino. Toda la obra de juicio, que comenzó por la casa de Dios y llevó a cabo el Señor Jesús retornado, es la obra de purificación y salvación total de la humanidad; también es la obra que finaliza una era oscura y malvada y da inicio a la Era del Reino. Dios culminará Su plan de gestión para salvar a la humanidad por medio de Su obra de juicio en los últimos días y conducirá a la humanidad a un hermoso destino. Entonces, ya que la obra de Dios en los últimos días puede dar este fruto, ¿no os parece que todas las verdades expresadas en la obra de Dios en los últimos días son el camino de vida eterna que Dios otorga a la humanidad? Si muchos son conquistados por las verdades expresadas por Dios en los últimos días, son purificados, perfeccionados, llegan a conocer a Dios, transforman su carácter de vida y viven a semejanza de un auténtico ser humano, ¿es el camino de vida que han recibido realmente el camino de vida eterna? Si realmente es el camino de vida eterna, no hay duda de que se trata de la verdad capaz de purificar, salvar y perfeccionar al hombre y de hacer que la gente llegue a conocer, obedecer y adorar a Dios. No cabe duda. Si de verdad entendemos este punto y acto seguido echamos otro vistazo a todas las verdades expresadas por Dios Todopoderoso, podremos saber qué es el camino de vida eterna.

En las dos ocasiones en que Dios se ha hecho carne ha sido capaz de otorgar a la humanidad la verdad, el camino y la vida, pero lo único que hizo el Señor Jesús fue la obra de redención. Solamente Dios Todopoderoso de los últimos días realiza la obra de juicio y purificación y sólo por medio de Su obra es posible que la humanidad se purifique y se salve completamente. Llegados a este punto de nuestra enseñanza, tal vez haya quienes se pregunten: “Cuando el Señor Jesús vino a realizar Su obra, ¿por qué no reveló antes la obra que Dios iba a llevar a cabo y las verdades que iba a expresar en los últimos días? ¿No podía el Señor Jesús juzgar y castigar a la humanidad? ¿No podía el Señor Jesús otorgarnos la verdad y la vida? ¿No podemos recibir la vida eterna por medio de la palabra del Señor Jesús?”. Es indudable que muchas personas carecen de una comprensión adecuada de estas cuestiones, pero debemos entender que cada etapa de la obra de Dios tiene una esencia y un contenido propios y que cada una da un resultado determinado. Por tanto, todas las verdades expresadas en cada etapa de la obra de Dios y todas las palabras que dice tienen sentido y un objetivo propio, todas sirven para conseguir un resultado. Todas las palabras expresadas en cada etapa de la obra de Dios giran en torno a toda Su obra y las pronuncia con el fin de lograr los resultados pretendidos. Dios jamás diría nada no relacionado con Su obra; este es el principio de Su obra y Su palabra. La obra realizada por el Señor Jesús fue únicamente la de redención, no la obra de juicio de Dios en los últimos días. Así pues, todas las verdades expresadas por el Señor Jesús fueron en torno a Su obra de redención y son distintas de todas las verdades expresadas por Dios Todopoderoso en los últimos días para purificar, salvar y perfeccionar al hombre. Por tal motivo, las verdades expresadas por Dios Todopoderoso en los últimos días son las únicas que pueden considerarse el camino de vida eterna capaz de purificar, salvar y perfeccionar al hombre, mientras que todas las verdades expresadas por el Señor Jesús son, sencillamente, las verdades que redimen a la humanidad. Lo que Él expresó no es sino el camino del arrepentimiento para la humanidad, pues la obra de Dios tiene un plan y unas etapas. La obra que Dios tenga que realizar en cada etapa ya está planificada; Su plan no puede cambiar y Él no va a sumirlo en el caos con Su obra. Es igual que en la Era de la Ley, cuando Jehová Dios simplemente dictó la ley para guiar la vida de la humanidad en la tierra de acuerdo con las necesidades de la humanidad y el plan de Su propia obra. Lo único que hizo fue la obra de guiar la vida de la humanidad en la tierra. Luego vino el Señor Jesús, que dio inicio a la Era de la Gracia, expresó el camino del arrepentimiento, “Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado”, y realizó la obra de redención de la humanidad por medio de Su crucifixión. Dios Todopoderoso ha venido en los últimos días a expresar todas las verdades que purifican y salvan a la humanidad. Él lleva a cabo la obra de juicio, que comienza por la casa de Dios, concluyendo así la era anterior y dando inicio a la Era del Reino. Con esto vemos que, sea cual sea la obra que Dios realice en una era determinada y sean cuales sean las verdades que necesite expresar, todo obedece a un plan y a unos principios. La obra de Dios está estructurada y avanza conforme a unos pasos que se complementan entre sí. Cada etapa de la obra de Dios se basa en las necesidades de la humanidad, en la estatura real de la misma y en las disposiciones predestinadas por Dios. Cuando el Señor Jesús estaba llevando a cabo Su obra de redención, el hombre no conocía a Dios ni Su obra; la gente simplemente reconocía que Dios creó los cielos, la tierra y todas las cosas y únicamente sabía obedecer las leyes y los mandamientos de Dios. Así, cuando el Señor Jesús llevó a cabo Su obra de redención de la humanidad en la Era de la Gracia, se limitó a expresar el camino del arrepentimiento, “Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado”, para que el hombre pudiera presentarse ante Dios, confesar sus pecados, arrepentirse y reconocer ante Él todos los pecados que hubiera cometido, de modo que pudiera pedirle la absolución y la salvación. También para que pudiera orar a Dios, darle gracias, alabarlo y disfrutar de Su plena gracia. Estos son los resultados que ya ha logrado la obra de redención de Dios. Después de muchos años de fe, bastantes personas son capaces de reconocer que Dios las ha absuelto realmente de todos los pecados que han cometido, pero su naturaleza intrínsecamente pecaminosa sigue intacta y tan arraigada que todavía están sometidas a su control, por lo que con frecuencia pecan y se oponen a Dios. No han roto las cadenas del pecado ni se han purificado. Esta es una realidad comúnmente aceptada. Entonces, los creyentes como nosotros que hemos sido absueltos de nuestros pecados, ¿hemos recibido realmente el camino de vida eterna? ¿Implica la absolución de nuestros pecados que nos hayamos purificado? ¿Significa que de verdad hemos alcanzado la salvación y recibido el elogio de Dios? Si no es posible lograr estos resultados, ¿cómo podemos afirmar que ya hemos recibido el camino de vida eterna por nuestra fe en el Señor? ¿Alguien se atreve a afirmarlo? La obra que el Señor Jesús llevó a cabo fue la de redención y lo que predicó fue el camino del arrepentimiento. Está claro que Su obra consistía en allanar el camino para la obra de juicio en los últimos días. Por tanto, al aceptar al Señor Jesús hemos recibido exclusivamente la absolución de nuestros pecados; no hemos recibido realmente la vida eterna. Si somos capaces de aceptar la obra de juicio en los últimos días llevada a cabo por el Señor Jesús retornado, nos purificaremos y recibiremos el elogio de Dios, y sólo entonces seremos verdaderamente personas que han obtenido la vida eterna. Nuestra fe en el Señor Jesús sólo nos absuelve de nuestros pecados y nos hace aptos para orar a Dios y disfrutar de Su gracia. Estos son simplemente los resultados de la obra de redención del Señor Jesús. Muchos no entienden la obra del Señor Jesús. Están convencidos de que, puesto que el Señor Jesús ha terminado Su obra redentora y se les ha absuelto de sus pecados por su fe en Él, la obra de salvación de Dios ha concluido del todo. Para ellos, con que se haya hecho una cosa, está todo hecho. ¡Tremendo error! Si fuera cierto, ¿por qué dijo el Señor Jesús que volvería? Muchos no son conscientes de la obra que el Señor Jesús tiene que hacer en realidad a Su regreso, ya que les falta conocimiento de la obra de Dios. Se basan meramente en nociones e imaginaciones humanas a la hora de observar la obra del Señor Jesús. Su impresión es que recibimos la vida eterna con sólo creer en el Señor, que con eso basta para poder entrar en el reino de los cielos. ¿Acaso no son nociones e imaginaciones del hombre?

Es probable que todo el mundo sea consciente ya de que el hombre puede recibir la vida eterna únicamente gracias a la obra realizada por el Señor Jesús retornado. Esto no podría ser más cierto. Pues bien, ¿por qué sólo Cristo de los últimos días puede otorgar al hombre el camino de vida eterna? ¿No puede hacerlo el Señor Jesús? No se puede alegar tal cosa. Debemos tenerlo claro: el Señor Jesús es la encarnación de Dios, la verdad, el camino y la vida, y posee el camino de vida eterna. Entonces, ¿por qué no podemos recibir la vida eterna con sólo creer en el Señor Jesús? ¿Por qué solamente Cristo de los últimos días puede otorgar al hombre el camino de vida eterna? Esto se basa principalmente en los resultados de la obra de Dios. Todos sabemos que en la Era de la Gracia el Señor Jesús sólo llevó a cabo la obra de redención; debido a ello, aunque fuimos absueltos de nuestros pecados desde el momento en que pusimos nuestra fe en el Señor, aún estamos controlados por nuestra naturaleza pecaminosa y, a nuestro pesar, solemos pecar y oponernos a Dios. Somos incapaces de romper las cadenas del pecado y purificarnos, y no somos aptos para entrar en el reino de Dios. Eso basta para demostrar que la obra del Señor Jesús para redimir a la humanidad no estaba destinada a purificarla y salvarla completamente; la obra de juicio en los últimos días, a cargo del Señor Jesús retornado, es la única que puede purificar y salvar a la humanidad. Por eso, con estas palabras, profetizó el Señor Jesús Su regreso: “Aún tengo muchas cosas que deciros, pero ahora no las podéis soportar. Pero cuando El, el Espíritu de verdad, venga, os guiará a toda la verdad, porque no hablará por su propia cuenta, sino que hablará todo lo que oiga, y os hará saber lo que habrá de venir(Juan 16:12-13). “El que me rechaza y no recibe mis palabras, tiene quien lo juzgue; la palabra que he hablado, ésa lo juzgará en el día final(Juan 12:48). La profecía del Señor Jesús ya se ha cumplido. Es decir, Dios Todopoderoso realiza la obra de juicio, que comienza por la casa de Dios en los últimos días, y ha expresado todas las verdades que purifican y salvan a la humanidad. Estas verdades son el camino de vida eterna que Dios otorga al hombre en los últimos días. Por medio del juicio, Dios Todopoderoso obra en la humanidad todas las verdades que expresa con el fin de que se conviertan en la vida del hombre. Dios no expresa una verdad sin un buen motivo; al expresar la verdad para juzgar y dejar expuesta a la humanidad, Él ataca las diversas nociones e imaginaciones del hombre, su naturaleza y esencia de desobediencia y oposición a Dios y sus distintos caracteres satánicos. El proceso de aceptación de la verdad por parte del pueblo elegido de Dios consiste en someterse al juicio y castigo, soportar la dureza del refinado, purificarse y alcanzar la salvación. Por eso todas y cada una de las personas que experimentan el juicio y castigo de Dios en los últimos días comprenden muchas verdades; realmente conocen su esencia corrupta, que se opone y traiciona a Dios, y también captan la santa esencia y el carácter justo de Dios, que no admite ofensa. Veneran y obedecen sinceramente a Dios y todas ellas han recibido la verdad y la vida de Dios: Él las ha hecho vencedoras. Este grupo de personas son las que el Libro de Apocalipsis profetizó que serían las vencedoras resultantes de la gran tribulación. Esto indica que, en el transcurso del juicio y castigo de Dios, Su pueblo elegido tendrá que sufrir muchas penalidades para purificarse por completo. ¿Acaso se trata de una cuestión sencilla? ¿Es fácil aceptar la verdad para que se convierta en la propia vida? Estas personas deben soportar las muchas penalidades que implica someterse al juicio y castigo de Dios; las sufren todas para recibir la verdad como vida. Todas ellas podrían tener experiencias cercanas a la muerte o experimentar una completa transformación. Cuando superen la gran tribulación y se conviertan en vencedoras, ¿cómo será realmente la vida que obtendrán? Será el camino de vida eterna, resultado de toda la obra de juicio de Cristo de los últimos días.

En la Era de la Gracia, el Señor Jesús llevó a cabo la obra de redención, que sólo otorgó a la gente un camino: “Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado”. Dios Todopoderoso ha venido en los últimos días y ha expresado todas las verdades que purifican y salvan a la humanidad sobre la base de la obra de redención llevada a cabo por el Señor Jesús. Está salvando por completo a la corrompida raza humana de la influencia de Satanás para que se libere de sus pecados, su inmundicia y su corrupción y recobre su semejanza humana original. Así podrá la humanidad vivir en la presencia de Dios, donde por fin podrá obedecerlo y adorarlo, lo que dará fin al plan de gestión de Dios para salvar a la humanidad. Por tanto, sólo aceptando la obra de juicio de Dios Todopoderoso en los últimos días podemos purificarnos, salvarnos y entrar en el reino de los cielos. Llegados a este punto de nuestra comunicación, ya todo el mundo ha de saber por qué únicamente Cristo de los últimos días puede otorgar al hombre el camino de vida eterna.

Extracto de Respuestas a preguntas del guión cinematográfico

El Señor Jesús es Dios encarnado, es la aparición de Dios. El Señor Jesús dijo: “Todo el que vive y cree en mí, no morirá jamás” (Juan 11:26). “Sino que el agua que yo le daré se convertirá en él en una fuente de agua que brota para vida eterna(Juan 4:14). La Biblia dice: “El que cree en el Hijo tiene vida eterna(Juan 3:36). ¡Estas palabras son la verdad, son la realidad! Porque el Señor Jesús es Dios encarnado, tiene la esencia e identidad de Dios. Él mismo es el camino para la vida eterna. Todo lo que dice y hace es una manifestación natural de la vida de Dios. Todo lo que representa es la verdad y lo que Dios tiene y es. Por lo que el Señor Jesús es Él mismo vida eterna, y puede conceder el camino de la vida eterna. Puede resucitar a los muertos. Al creer en el Señor Jesús creemos en el único Dios verdadero, y por lo tanto podemos recibir la vida eterna. No hay ninguna duda. La resurrección de Lázaro por parte del Señor Jesús es una buena prueba de que Él puede concedernos el camino de la vida eterna, tiene esa autoridad. Entonces, ¿por qué el Señor Jesús no concedió el camino de la vida eterna durante la Era de la Gracia? Porque el Señor Jesús fue crucificado para redimir a la humanidad, no para hacer la obra de purificación y salvación como en los últimos días. La obra de redención del Señor Jesús solo consistía en perdonar los pecados del hombre, pero no eliminó su naturaleza y carácter satánicos. Por lo que se nos perdonaron nuestros pecados por creer en el Señor, pero en ningún momento se purificó nuestro carácter satánico. Todavía pecamos a nuestro pesar, rechazamos y traicionamos a Dios. Tras haber demostrado todo esto, tenemos que tener claro una cosa. La obra de redención del Señor Jesús durante la Era de la Gracia preparó el camino para la obra del juicio de los últimos días, así que tras completar la obra de redención, el Señor Jesús también prometió que regresaría. El Señor Jesús dijo, “Aún tengo muchas cosas que deciros, pero ahora no las podéis soportar. Pero cuando El, el Espíritu de verdad, venga, os guiará a toda la verdad, porque no hablará por su propia cuenta, sino que hablará todo lo que oiga, y os hará saber lo que habrá de venir(Juan 16:12-13). En las palabras del Señor Jesús se ve que solamente cuando regrese el Señor en los últimos días expresará toda la verdad que purifica y salva al hombre. Aquí, “El Espíritu de verdad, venga, os guiará a toda la verdad”. Estas verdades son exactamente las realidades que Dios Todopoderoso de los últimos días expresa para purificar y salvar a la humanidad. Son las palabras que el Espíritu Santo dice a las iglesias, y son el camino de la vida eterna que Dios ha otorgado a la humanidad en los últimos días. Por eso nosotros, como creyentes en el Señor, no pudimos obtener el camino de la vida eterna en la Era de la Gracia. El Señor Jesús dijo: “Y todo el que vive y cree en mí, no morirá jamás”. Y la Biblia también dice: “El que cree en el Hijo tiene vida eterna”. Pero de hecho, el Señor dijo esto para demostrar que Él mismo es la aparición de Dios, y que solamente Dios puede otorgar al hombre la vida eterna. La promesa del Señor Jesús de que el que creyera en Él no moriría nunca es testimonio de la autoridad de Dios. Dios mismo es el camino de la vida eterna, es capaz de conceder al hombre la vida eterna. Esto no quiere decir que el hombre recibió la vida eterna al aceptar la obra del Señor Jesús. Esto no es difícil de entender. Pero en los círculos religiosos, mucha gente cree que se puede entrar en el reino de los cielos y obtener la vida eterna si se le perdonan los pecados. ¿Hay alguna base de ello en la palabra de Dios? El Señor Jesús nunca dijo nada al respecto. Vamos a pensar. Según nuestro concepto e imaginación, si se nos perdonan los pecados podemos entrar en el reino de los cielos y obtener la vida eterna, pero ¿por qué el Señor Jesús profetizó muchas veces que regresaría? ¿Y por qué contó a Sus discípulos tantas profecías y parábolas? Cuando Él regrese, cumplirá todas estas profecías y parábolas. ¿Es posible que creamos durante muchos años en el Señor pero sigamos sin ver claro estas cosas? Algunas personas sólo aceptan al Señor pero no Su regreso. ¿Qué clase de problema es este? ¿No es traicionar al Señor? No me extraña que el Señor Jesús dijera: “No todo el que me dice: ‘Señor, Señor’, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos. Muchos me dirán en aquel día: ‘Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros?’ Y entonces les declararé: ‘Jamás os conocí; apartaos de mi, los que practicais la iniquidad’(Mateo 7:21-23). Las palabras del Señor se han hecho completamente realidad. Alguien que acepta solamente al Señor Jesús pero no su regreso, ¿cree realmente en el Hijo? ¡Es alguien que traiciona al Señor! Los verdaderos creyentes en el Hijo son los que no solo creen en el Señor sino que también aceptan Su regreso, son los que siguen a Cristo hasta el final. Únicamente este tipo de personas pueden obtener la vida eterna. Los que solo creen en el Señor Jesús pero no aceptan a Dios Todopoderoso están traicionando al Señor Jesús. Creen en el Señor pero su fe no sirve para nada porque no siguen a Dios hasta el final; serán abandonados junto al camino. El Señor Jesús decide que son hacedores de maldad porque reconocen su nombre pero no aceptan su regreso. Y dijo: “Jamás os conocí; apartaos de mi, los que practicais la iniquidad”. Así que, ¿puede obtener la vida eterna la gente que el Señor condena y expulsa porque solo siguen Su nombre? Es seguro que no obtendrán nada. Y es más, ¡descenderán a los infiernos y serán castigados! Esto revela plenamente el carácter justo y santo de Dios.

A pesar de que, cuando aceptamos la redención del Señor Jesús en la Era de la Gracia, se perdonaron nuestros pecados y obtuvimos el derecho a orar a Dios y disfrutar de Su gracia y bendiciones, no puede negarse que en este momento estamos todavía limitados por nuestra naturaleza pecadora, aún vivimos en pecado sin poder hacer nada, somos completamente incapaces de practicar la palabra del Señor y no reverenciamos ni obedecemos realmente a Dios. Actualmente, a menudo seguimos mintiendo y engañando a Dios, buscamos la fama y fortuna, anhelamos el dinero y seguimos la tendencia mundana. Sobre todo cuando la obra de Dios no se ajusta a nuestras nociones, culpamos, juzgamos e incluso rechazamos a Dios. Esa gente no puede arrepentirse realmente, ¿puede conseguir la aprobación del Señor? Incluso cuando muchos hombres siguen, dan testimonio e incluso sacrifican sus vidas por el Señor, y se han arrepentido de verdad, ¿realmente su carácter corrupto ha sido purificado? ¿Conocen realmente al Señor? ¿Se han desprendido de la influencia de Satanás y han sido ganados por Dios? Por supuesto que no, es un hecho muy conocido. Esto es suficiente para probar que la obra del Señor Jesús durante la Era de la Gracia fue simplemente una obra de redención. Definitivamente no fue la obra de salvación y perfección de los últimos días. Las palabras que el Señor Jesús expresó durante la Era de la Gracia daban únicamente el camino para que las personas se arrepintieran, no el camino de la vida eterna, y es por eso que el Señor Jesús dijo que regresaría. El Señor Jesús regresa para realizar la obra de expresar la verdad y otorgar al hombre el camino de la vida eterna, para que pueda deshacerse de la influencia de Satanás y obtener la verdad como vida para conocer a Dios, obedecerle, reverenciarle y ser compatible con él, poder entrar en el reino de los cielos y conseguir la vida eterna. Sobre los cimientos de la obra de redención del Señor Jesús, Dios Todopoderoso en los últimos días ha iniciado la obra de juicio comenzando por la casa de Dios y ha expresado todas las verdades para purificar y salvar a la humanidad. Ha revelado a la humanidad el carácter justo, majestuoso e inofendible de Dios, ha juzgado y expuesto la esencia y la corrupción del hombre por Satanás. Ha desenterrado la raíz de la rebelión y el rechazo del hombre hacia Dios, y ha relatado al hombre todas las intenciones y requisitos de Dios. Al mismo tiempo, ha explicado a la humanidad de manera clara todas las verdades que necesita para recibir la salvación, entre otras, la realidad y la esencia de las tres etapas de la obra de salvación de Dios así como la relación entre estas tres etapas, la diferencia entre la obra de Dios y la del hombre, la realidad y la verdad de la Biblia, el misterio del juicio en los últimos días, el misterio de las vírgenes prudentes arrebatadas y el del perfeccionamiento de los vencedores antes de los desastres, el misterio de Dios encarnado, lo que significa verdaderamente creer, obedecer y amar a Dios, cómo reverenciar a Dios y apartarse del mal para ser compatibles con Cristo, cómo llevar una vida con sentido, etc. Estas verdades son el camino de la vida eterna que Dios concede a la humanidad en los últimos días. Así que, si deseamos conseguir la verdad y la vida, la salvación, la purificación y el perfeccionamiento, debemos aceptar y obedecer la palabra y obra de Dios Todopoderoso, Cristo de los últimos días. Es la única forma en la que podemos obtener la verdad y la vida.

Leamos algunos pasajes de las palabras de Dios Todopoderoso: “Dios mismo es la vida y la verdad, Su vida y verdad coexisten. Los que no pueden obtener la verdad nunca obtendrán la vida. Sin la guía, el apoyo y la provisión de la verdad, solo recibirás letras, doctrinas y, por encima de todo, la muerte. La vida de Dios siempre está presente, Su verdad y vida coexisten. Si no puedes encontrar la fuente de la verdad, entonces no obtendrás el alimento de la vida; si no puedes obtener la provisión de vida, entonces, seguramente no tienes la verdad, y así, aparte de las imaginaciones y las nociones, la totalidad de tu cuerpo no será nada más que carne, tu apestosa carne. Debes saber que las palabras de los libros no cuentan como vida, los registros de la historia no se pueden consagrar como la verdad, y las normas del pasado no pueden servir como un registro de palabras que Dios pronuncia en el presente. Sólo lo que Dios expresa cuando viene a la tierra y vive entre los hombres es la verdad, la vida, la voluntad de Dios y Su manera actual de obrar. Si aplicas los registros de las palabras que Dios pronunció desde las eras pasadas hasta la actualidad, eso te convierte en arqueólogo y la mejor manera de describirte es como un experto en patrimonio histórico. Lo eres porque siempre crees en los rastros de la obra que Dios hizo en tiempos pasados, sólo crees en la sombra de Dios que quedó cuando antes obró entre los hombres, y sólo crees en el camino que Dios les dio a Sus seguidores en tiempos pasados. No crees en la dirección de la obra de Dios en la actualidad, no crees en el glorioso semblante de Dios en la actualidad y no crees en el camino de la verdad que Dios expresa en el presente. Y así eres, sin duda, un soñador que está completamente fuera de contacto con la realidad. Si todavía hoy te aferras a las palabras que son incapaces de dar la vida al hombre, ¡entonces eres un inútil pedazo de madera muerta,[a] porque eres demasiado conservador, demasiado intratable y demasiado insensible para razonar!(La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Solo el Cristo de los últimos días le puede dar al hombre el camino de la vida eterna).

El Cristo de los últimos días trae la vida y el camino de la verdad, duradero y eterno. Esta verdad es el camino por el que el hombre obtendrá la vida, y el único camino por el cual el hombre conocerá a Dios y por el que Dios lo aprobará. Si no buscas el camino de la vida que el Cristo de los últimos días provee, entonces nunca obtendrás la aprobación de Jesús y nunca estarás cualificado para entrar por la puerta del reino de los cielos, porque tú eres tanto un títere como un prisionero de la historia. Aquellos que son controlados por los reglamentos, las letras y están encadenados por la historia, nunca podrán obtener la vida ni el camino perpetuo de la vida. Esto es porque todo lo que tienen es agua turbia que ha estado estancada por miles de años, en vez del agua de la vida que fluye desde el trono. Aquellos que no reciben el agua de la vida siempre seguirán siendo cadáveres, juguetes de Satanás e hijos del infierno. ¿Cómo pueden, entonces, contemplar a Dios? Si sólo tratas de aferrarte al pasado, si sólo tratas de mantener las cosas como están quedándote quieto, y no tratas de cambiar el estado actual y descartar la historia, entonces, ¿no estarás siempre en contra de Dios? Los pasos de la obra de Dios son vastos y poderosos, como olas agitadas y fuertes truenos, pero te sientas y pasivamente esperas la destrucción, apegándote a tu locura y sin hacer nada. De esta manera, ¿cómo puedes ser considerado alguien que sigue los pasos del Cordero? ¿Cómo puedes justificar al Dios al que te aferras como un Dios que siempre es nuevo y nunca viejo? ¿Y cómo pueden las palabras de tus libros amarillentos llevarte a una nueva era? ¿Cómo pueden llevarte a buscar los pasos de la obra de Dios? ¿Y cómo pueden llevarte al cielo? Lo que sostienes en tus manos es la letra que solo puede darte consuelo temporal, no las verdades que pueden darte la vida. Las escrituras que lees solo pueden enriquecer tu lengua y no son palabras de sabiduría que te ayudan a conocer la vida humana, y menos aún los senderos que te pueden llevar a la perfección. Esta discrepancia, ¿no te lleva a reflexionar? ¿No te hace entender los misterios que contiene? ¿Eres capaz de entregarte tú mismo al cielo para encontrarte con Dios? Sin la venida de Dios, ¿te puedes llevar tú mismo al cielo para gozar de la felicidad familiar con Dios? ¿Todavía sigues soñando? Sugiero entonces que dejes de soñar y observes quién está obrando ahora, quién está llevando a cabo ahora la obra de salvar al hombre durante los últimos días. Si no lo haces, nunca obtendrás la verdad y nunca obtendrás la vida(La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Solo el Cristo de los últimos días le puede dar al hombre el camino de la vida eterna).

Los que quieren obtener la vida sin confiar en la verdad de la que Cristo habló son las personas más absurdas de la tierra, y los que no aceptan el camino de la vida que Cristo trajo están perdidos en la fantasía. Y así digo que aquellos que no aceptan al Cristo de los últimos días Dios los detestará para siempre. Cristo es la puerta para que el hombre entre al reino durante los últimos días, y no hay nadie que pueda evitarle. Nadie puede ser perfeccionado por Dios excepto por medio de Cristo. Tú crees en Dios y por tanto debes aceptar Sus palabras y obedecer Su camino. No puedes simplemente pensar en obtener bendiciones sin ser capaz de recibir la verdad o de aceptar la provisión de la vida. Cristo viene en los últimos días para que a todos los que verdaderamente creen en Él les pueda proveer la vida. Su obra es en aras de concluir la era antigua y entrar en la nueva, y Su obra es el camino que deben tomar todos los que entrarán en la nueva era. Si no eres capaz de reconocerlo y en cambio lo condenas, blasfemas y hasta lo persigues, entonces estás destinado a arder por toda la eternidad y nunca entrarás en el reino de Dios(La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Solo el Cristo de los últimos días le puede dar al hombre el camino de la vida eterna).

Dios Todopoderoso, Cristo de los últimos días, ha expresado todas las verdades que purificarán y salvarán a la humanidad. Estas palabras son abundantes, completas y contienen toda la esencia que Dios nos provee. Nos abren los ojos y enriquecen nuestro conocimiento, nos permiten ver que Cristo es la verdad, el camino y la vida y que Cristo es el camino de la vida eterna. Las palabras que Dios ha expresado en la Era del Reino van mucho más allá de lo que expresó durante la Era de la Ley y la Era de la Gracia. Sobre todo, cuando en “Las palabras de Dios al universo entero” de “La Palabra manifestada en carne” Dios se da a conocer por primera vez a toda la humanidad. Es también la primera vez que la humanidad escucha las declaraciones del Creador a todas las personas. Lo que ha conmocionado al universo entero y le ha abierto los ojos a los hombres. Es la obra del juicio ante el trono blanco en los últimos días. La Era del Reino es cuando Dios comienza la obra de juicio, y es la era en la que el carácter justo de Dios se manifiesta a toda la humanidad. Por lo que, en la Era del Reino, Dios expresa su palabra, juzga, purifica y perfecciona al hombre. Enviará toda clase de desastres, recompensando a los buenos y castigando a los perversos. Demuestra la justicia, la majestuosidad y la ira de Dios. Todas las verdades que Dios Todopoderoso expresa para purificar, salvar y perfeccionar a los hombres son el camino de la vida eterna que Dios concede al hombre en los últimos días. Estas verdades son el agua del río de la vida que fluye del trono. Así que, al creer en Dios, si queremos obtener el camino de la vida eterna y conseguir ser arrebatados y entrar en el reino de los cielos, debemos aceptar la obra de juicio de Dios Todopoderoso, Cristo de los últimos días, así como el juicio y castigo de Sus palabras. Solo así se puede obtener la obra del Espíritu Santo, comprender y conseguir la verdad, ser purificados y salvados. Solo los que sufren el juicio y castigo de Dios Todopoderoso en los últimos días merecen entrar en el reino de Dios. ¡Es totalmente cierto! Si continuamos aferrándonos a nuestras propias nociones religiosas, finalmente seremos nosotros mismos los que sufriremos una pérdida. Las vírgenes prudentes se centran únicamente en buscar la verdad y escuchar la palabra de Dios, pero las vírgenes insensatas mantienen solo la doctrina de la Biblia y sus conceptos e imaginaciones, no buscan la verdad ni escuchan la voz de Dios. Entonces, un día caerán de repente en los desastres y gemirán y rechinarán los dientes, e incluso será inútil que se lamenten. Así que los que no aceptan a Dios Todopoderoso sucumbirán a los desastres y serán castigados. Es lo que Dios ha predestinado y nadie puede cambiarlo. Particularmente aquellos que condenan violentamente la obra de Dios Todopoderoso en los últimos días ya han sido revelados por Dios como anticristos de los últimos días, esa gente sufrirá el castigo eterno y no tendrá la oportunidad de encontrar a Dios. Está claro que la obra de Dios Todopoderoso en los últimos días es clasificar a los hombres según su condición, decidir el futuro de los hombres y finalizar la era. Hoy somos capaces de aceptar la obra de Dios Todopoderoso en los últimos días, y hemos logrado realmente Su gracia y Su misericordia. ¡Esta es la exaltación excepcional de Dios! ¡Todos deberíamos dar gracias a Dios Todopoderoso!

Extracto de “Preguntas y respuestas clásicas sobre el Evangelio del Reino”

Nota al pie:

a. Un pedazo de madera muerta: un modismo chino que significa “sin remedio”.

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