Pablo dijo en la Biblia: “Sométase toda persona a las autoridades que gobiernan; porque no hay autoridad sino de Dios, y las que existen, por Dios son constituidas. Por consiguiente, el que resiste a la autoridad, a lo ordenado por Dios se ha opuesto; y los que se han opuesto, sobre sí recibirán condenación” (Romanos 13:1-2). Si practicamos según las palabras de Pablo, debemos someternos a los poderes rectores en todas las cosas. Aun así, el gobierno ateo del PCCh ha perseguido la creencia religiosa durante toda su historia. Es hostil a Dios y, no solo no nos permite creer en el Señor, sino que además detiene y persigue a aquellos que difunden el evangelio y dan testimonio de Dios. Si nos doblegamos ante el gobierno comunista de China, y dejamos de creer en el Señor y de difundir el evangelio y dar testimonio de Dios, ¿no estaremos en el bando de Satanás al oponernos al Señor y darle la espalda? No logro entender esto: ¿qué es exactamente lo que debo hacer para atenerme a la voluntad del Señor en materia de los poderes rectores?

2 Mar 2021

Respuesta:

Dijo Pablo: “Sométase toda persona a las autoridades que gobiernan; porque no hay autoridad sino de Dios, y las que existen, por Dios son constituidas. Por consiguiente, el que resiste a la autoridad, a lo ordenado por Dios se ha opuesto; y los que se han opuesto, sobre sí recibirán condenación” (Romanos 13:1-2). Como Pablo dijo estas palabras, muchos creyentes en el Señor piensan que las autoridades gobernantes las establece Dios y que obedecerlas es obedecer a Dios. Algunos incluso creen que, sin importar de qué modo traten las autoridades de obstaculizar y reprimir su fe en Dios, el pueblo debe obedecerlas igualmente y que desafiarlas es oponerse a Dios. ¿Son correctas estas opiniones? ¿Concuerdan con la voluntad de Dios? A decir verdad, en la Era de la Ley y la Era de la Gracia, Dios nunca dijo que el pueblo debiera someterse a los poderes establecidos. En la Era de la Ley, el enemigo de los israelitas era el faraón de Egipto; era el que tenía el poder. ¿Y qué le hizo Dios? Cuando impidió que los israelitas salieran de Egipto, Dios precipitó sobre él las diez plagas. Si no hubiera liberado a los israelitas, Dios lo habría destruido. Cuando el ejército egipcio perseguía a los israelitas, el mar Rojo se abrió, se anegó y destruyó a los soldados persecutores. En la Era de la Ley, todos los reyes de los demonios, que se oponían a Dios, acabaron destruidos por Él. Fíjate ahora en la Era de la Gracia: ¿Por qué fue el Señor Jesús al desierto y a mezclarse con la gente para predicar, en vez de hacerlo en los templos? Dado que las autoridades y los líderes del mundo religioso se oponían a Dios y todos eran hostiles al Señor, no le quedó más opción que predicar en el desierto y entre la gente. Si los discípulos del Señor Jesús hubieran obedecido a las autoridades, ¿lo habrían seguido de todos modos? ¿Y Él los habría elogiado igualmente? Todo esto debería enseñar a quienes creen sinceramente en el Señor cuál debería ser su estrategia hacia las autoridades según el corazón de Dios. Si la gente lleva muchos años creyendo en el Señor, pero aún no es capaz de reconocer que los poderes establecidos son enemigos de Dios, ¿entiende realmente las Escrituras? ¿Y conoce realmente al Señor? Muchos no tienen discernimiento y no ven estas cosas como son en realidad porque no saben qué hacer tras leer estas palabras de Pablo en la Biblia. Algunos incluso creen que la obediencia a las autoridades gobernantes implica obediencia al Señor y que oponerse y resistirse a estos poderes implica oponerse a lo establecido por Dios y condenarse ellos solos. ¿No son estas unas opiniones totalmente equivocadas? ¿No son un grave malentendido y un desafío a Dios? ¡Son unas opiniones erradas que confunden y perjudican a la gente!

Todos sabemos que el PCCh es un partido político ateo y que allá donde el ateísmo ocupa el poder, Satanás ocupa el poder. El PCCh siempre ha considerado enemigo a Dios. Su estrategia hacia la aparición y obra de Cristo es “Las tropas no se detendrán hasta que la purga sea completa”. No se detendrá ante nada para crucificar a Cristo. Desde que el PCCh llegó al poder, ha renegado de Dios, lo ha condenado y ha blasfemado contra Él abiertamente. El cristianismo ha sido declarado “xie jiao”, se confiscan y queman Biblias por ser “publicaciones xie jiao” y se persigue y oprime a grupos religiosos calificados como “organizaciones xie jiao”. En concreto, el PCCh ha oprimido, detenido y perseguido furibundamente a cristianos que creen en el Dios verdadero, predican y dan testimonio de Él sometiéndolos a una crueldad y una tortura inhumanas que a muchos los han dejado maltrechos y mutilados. Algunos han llegado a morir por el maltrato padecido. ¿Por qué es tan hostil el PCCh a Cristo y por qué persigue a quienes creen en el Dios verdadero? ¿Cuál es su objetivo? Lo que más teme es que el pueblo chino empiece a creer en Dios y a seguirlo. Tiene miedo de que el pueblo busque la verdad y Dios lo salve, en cuyo caso no quedará nadie a quien el PCCh pueda esclavizar, nadie que lo sirva. Por eso el demoníaco régimen del PCCh persigue frenéticamente a Cristo por todos los medios a su alcance para tratar brutalmente y hostigar a los cristianos, con la vana esperanza de erradicar la obra de Dios, exterminar la fe religiosa y convertir a China en un territorio ateo, de modo que la dictadura del demoníaco PCCh impere eterna e invariablemente en ella. Esto demuestra que nadie en el mundo detesta la verdad y odia a Dios más que el satánico y malvado régimen del PCCh. ¡Son una camarilla de diablos que desafían a Dios! ¡Allá donde impera el PCCh, impera Satanás! Así pues, cuando rechazamos al PCCh y le damos la espalda, ¿no concuerda esto plenamente con la voluntad de Dios?

En realidad, hace mucho que el Señor Jesús reveló esto: “Esta generación es una generación perversa(Lucas 11:29). “Y este es el juicio: que la luz vino al mundo, y los hombres amaron más las tinieblas que la luz, pues sus acciones eran malas(Juan 3:19). Dice la Biblia: “Todo el mundo yace bajo el poder del maligno(1 Juan 5:19). El Señor Jesús fue directo al grano al exponer el verdadero rostro y el origen de las tinieblas y la maldad del mundo. Toda la humanidad vive bajo la influencia de Satanás, intolerante hacia la existencia de Dios y la verdad. En la comunidad religiosa nadie se atreve a dar público testimonio de la encarnación de Dios en las iglesias y ni mucho menos a dar testimonio de las verdades expresadas por Cristo, ni en la iglesia ni entre la gente. En cualquier denominación, aquellos a quienes descubren que dan testimonio de Cristo encarnado los capturan y condenan; los expulsan de la iglesia y hasta se los entregan a las autoridades. ¿No ha alcanzado esta humanidad la cima del mal? Que en todas partes del mundo se repitan la negación de Dios, la negación de la verdad y la condena a Cristo, ¿no se debe a que imperan en el mundo esas fuerzas satánicas y malignas que se oponen a Dios? Echa la vista 2000 años atrás: nada más nacer, el Señor Jesús fue perseguido por el Gobierno romano; mientras obraba y predicaba el camino, lo crucificaron los líderes judíos en colaboración con las autoridades romanas; y cuando se predicó Su evangelio en China, también recibió la condena y oposición frenéticas del Gobierno chino; a saber cuántos misioneros fueron torturados y asesinados en China. Tras llegar al poder el PCCh, detuvo y torturó a un número infinitamente mayor de cristianos. Suma y sigue. ¿Qué demuestran estos hechos? ¿Por qué odia tanto el PCCh a los que creen en Dios? ¿Por qué ha habido generaciones de cristianos que han sufrido una persecución así de inhumana? ¿Por qué la verdad recibe siempre el rechazo y la condena del hombre? ¿Por qué no puede cumplirse la voluntad de Dios en la tierra y en toda nación del mundo? Porque el mundo entero está bajo el campo de acción de Satanás, el maligno, porque las fuerzas malignas de Satanás tienen el poder en la tierra y todos son unos regímenes políticos ateos que se oponen a Dios; el régimen del PCCh, en especial, es el arquetipo de las fuerzas malignas de Satanás. Esto es lo que ha provocado la extrema maldad y las tinieblas de la humanidad. ¡Es un hecho reconocido! Sin embargo, a raíz de las palabras de Pablo, “Sométase toda persona a las autoridades que gobiernan”, algunos creen que la obediencia a las autoridades supone obediencia a Dios. Permítenos una pregunta: cuando el demoníaco régimen del PCCh obstaculiza y dificulta nuestra fe y adoración a Dios, ¿hemos de obedecerlo igualmente? Cuando el PCCh detiene y tortura a cristianos, los obliga a redactar declaraciones de arrepentimiento, los hace renegar de Dios y traicionarlo, e incluso los apremia a maldecir a Dios y a blasfemar contra Él, ¿podemos obedecerlo igualmente? Cuando el PCCh no nos permite predicar el evangelio y dar testimonio de Dios, cuando nos obliga a traicionar al Señor y a otros creyentes, a ser sus cómplices y lacayos, ¿podemos obedecerlo igualmente? Si obedeciéramos al régimen demoníaco del PCCh, ¿no estaríamos del lado de Satanás, oponiéndonos y traicionando a Dios? Veamos de nuevo las palabras de Pablo: “Sométase toda persona a las autoridades que gobiernan,” “El que resiste a la autoridad, a lo ordenado por Dios se ha opuesto; y los que se han opuesto, sobre sí recibirán condenación”. ¿Son viables dichas palabras? ¿Concuerdan con la verdad? ¿De veras no vio Pablo cómo era esta época tenebrosa y malvada? A Pablo también lo detuvieron y encarcelaron por difundir el evangelio. Desde una óptica racional, debería haber sabido ver la esencia de los poderes malignos de Satanás de manera incluso más nítida que nosotros, pero, pese a ello, pronunció estas palabras. ¡Increíble!

Todos deberíamos saber que el hecho de que Dios permita que Satanás corrompa a la humanidad y tenga poder en la tierra lleva consigo la sabiduría y las disposiciones de Dios. La salvación de la humanidad por parte de Dios pretende, principalmente, derrotar a Satanás y hacer que aquellos a quienes Satanás ha corrompido obedezcan y adoren a Dios. Entonces será Satanás derrotado y humillado del todo y su destino, por fin, sellado. Por eso, cuando Dios permite que Satanás ejerza el poder y corrompa a la humanidad, Su voluntad es que la humanidad tenga discernimiento de Satanás, que descubra su esencia, para que la gente lo aborrezca y le dé la espalda; sin embargo, Dios nunca ha pedido que la gente obedezca a Satanás y ni mucho menos ha dicho que se condenaría ella sola por desafiar a un régimen satánico. Así pues, bajo el punto de vista de Pablo, las generaciones de santos perseguidos y hostigados por gobiernos satánicos, y hasta martirizados por causa del Señor, ¿se condenaron ellos solos por desafiar a los poderes dominantes? ¿No es el encarcelamiento de generaciones de santos un hermoso y rotundo testimonio del Señor? Según el punto de vista de Pablo, la detención, incluso el asesinato, de estas generaciones de santos no fue un hermoso testimonio, sino que se condenaron ellos solos por desafiar a las autoridades. Y en ese caso, ¿no fue también en vano la pena de prisión que padeció Pablo por difundir el evangelio? Entonces, ¿por qué dio Pablo testimonio de la pena que había padecido? ¿No fue una contradicción? Nuestra fe en el Señor, nuestra predicación y nuestro testimonio del evangelio del Señor son mandatos del cielo reconocidos por la tierra; los gobiernos de Satanás, mientras tanto, no se detendrán ante nada para perseguir brutalmente a los cristianos, para dificultar la propagación de la obra del evangelio de Dios y para impedir que se cumpla la voluntad de Dios, lo que deja al descubierto su esencia demoníaca, una esencia que detesta la verdad y es hostil a Dios. Cuando los gobiernos de Satanás persiguen brutalmente a la gente por defender el camino verdadero y por predicar y dar testimonio del evangelio del Señor, la persiguen por causa de la justicia y nada es más digno del elogio del Señor. ¿Cómo se puede decir, entonces, que se condena ella sola? En una ocasión, el Señor Jesús señaló claramente: “Bienaventurados aquellos que han sido perseguidos por causa de la justicia, pues de ellos es el reino de los cielos(Mateo 5:10). ¿Acaso no le constaban a Pablo estas palabras del Señor Jesús? Las palabras pronunciadas por Pablo están en evidente conflicto con las palabras del Señor Jesús. Contradicen, fundamentalmente, la verdad y no pueden constituir la base de nuestros actos. Dios nos creó y pertenecemos a Dios, así que es un mandato del cielo, reconocido por la tierra, que debemos hacer caso a Dios en todo ¡y obedecer Su autoridad!

El fin de todas las cosas se está acercando, ¿quieres saber cómo el Señor recompensará el bien, castigará el mal y determinará el fin de cada uno? Bienvenido a contactarnos para descubrir la respuesta.

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