Habéis dicho que el Señor Jesús ya ha venido, pero no lo creemos. Hemos tenido fe en el Señor durante muchos años y siempre nos hemos esforzado incansablemente por Él. Cuando el Señor venga debería revelárnoslo a nosotros en primer lugar. Como Él no nos lo ha revelado, eso muestra que no ha regresado. ¿Qué hay de equivocado en esta creencia?

15 Ene 2018

Versículos bíblicos como referencia:

“¿Porque me has visto has creído? Dichosos los que no vieron, y sin embargo creyeron” (Juan 20:29).

“Por tanto, velad, porque no sabéis en qué día vuestro Señor viene. […] Por eso, también vosotros estad preparados, porque a la hora que no pensáis vendrá el Hijo del Hombre” (Mateo 24:42-44).

“Por tanto, si no velas, vendré como ladrón, y no sabrás a qué hora vendré sobre ti” (Apocalipsis 3:3).

“Pero a medianoche se oyó un clamor: ‘¡Aquí está el novio! Salid a recibirlo’” (Mateo 25:6).

“He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él y él conmigo” (Apocalipsis 3:20).

“Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco y me siguen” (Juan 10:27).

“El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias” (Apocalipsis 2:7).

Las palabras relevantes de Dios:

La obra de Dios siempre avanza y, aunque el propósito de Su obra no cambia, el método con el que obra cambia continuamente, lo que significa que aquellos que siguen a Dios también están cambiando constantemente. Cuanta más obra hace Dios, más exhaustivo es el conocimiento que tiene el hombre de Él. El carácter del hombre cambia también en consecuencia, tras la estela de la obra de Dios. Sin embargo, debido a que la obra de Dios siempre cambia, los que no conocen la obra del Espíritu Santo y esas personas absurdas que no conocen la verdad empiezan a resistirse a Dios. La obra de Dios nunca se ajusta a las nociones del hombre, porque Su obra siempre es nueva y nunca vieja, y Él nunca repite la obra vieja, sino que sigue adelante con una obra no realizada anteriormente. Como Dios no repite Su obra y el hombre juzga la obra actual según la que Él hizo en el pasado, se ha vuelto extremadamente difícil para Dios llevar a cabo cada etapa de la obra de la nueva era. ¡El hombre tiene demasiadas dificultades! ¡Es demasiado conservador en su pensamiento! Nadie conoce la obra de Dios, pero todos la delimitan. Cuando abandona a Dios, el hombre pierde la vida, la verdad y las bendiciones de Dios, pero él no acepta la vida ni la verdad, ni mucho menos las grandes bendiciones que Dios concede a la humanidad. Todos los hombres desean obtener a Dios, pero son incapaces de tolerar algún cambio en Su obra. Los que no aceptan la nueva obra de Dios creen que esta es inmutable, que siempre permanece estancada. En su creencia, todo lo que se necesita para obtener la salvación eterna de Dios es cumplir la ley y, en tanto se arrepientan y confiesen sus pecados, la voluntad de Dios estará siempre satisfecha. Opinan que Dios solo puede ser el Dios bajo la ley y el Dios que fue clavado en la cruz por el hombre. También son de la opinión que Dios no debe ni puede sobrepasar la Biblia. Son precisamente estas opiniones las que los han encadenado firmemente a las antiguas leyes y los han clavado a normas muertas. Hay incluso más que creen que sea cual sea la nueva obra de Dios, esta debe corroborarse con profecías y que, en cada etapa de esa obra, todos los que lo siguen con un corazón “sincero” también deben recibir revelaciones; si no, esa obra podría no ser la de Dios. De por sí, no es una tarea fácil que el hombre llegue a conocer a Dios. Sumado a su absurdo corazón y a su naturaleza rebelde de prepotencia y engreimiento, resulta aún más difícil para él aceptar la nueva obra de Dios. El hombre no le dedica una cuidadosa consideración a la nueva obra de Dios ni la acepta con humildad, sino que adopta una actitud de desprecio mientras espera las revelaciones y la guía de Dios. ¿Acaso no es esta la conducta de aquellos que se rebelan contra Dios y se resisten a Él? ¿Cómo pueden obtener esas personas la aprobación de Dios?

La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. ¿Cómo puede el hombre que ha delimitado a Dios con sus nociones recibir Sus revelaciones?

En el libro de profecías del profeta Isaías no se hacía mención alguna a que un niño llamado Jesús fuera a nacer en la era del Nuevo Testamento; simplemente estaba escrito que nacería un niño varón llamado Emanuel. ¿Por qué no se mencionó el nombre de Jesús? En ninguna parte del Antiguo Testamento aparece este nombre, así que, ¿por qué sigues creyendo en Jesús? Seguro que no empezaste a creer en Jesús sólo después de verlo con tus propios ojos, ¿verdad? ¿O empezaste a creer tras recibir una revelación? ¿Te mostraría realmente Dios tal gracia? ¿Te concedería tales grandes bendiciones? ¿Cuál es la base de tu creencia en Jesús? ¿Por qué no crees que Dios se ha hecho carne hoy? ¿Por qué dices que la ausencia de una revelación de Dios hacia ti demuestra que Él no se ha encarnado? ¿Debe informar Dios a las personas antes de comenzar Su obra? ¿Debe Él recibir primero su aprobación? Isaías únicamente proclamó que un niño varón nacería en un pesebre, nunca profetizó que María daría a luz a Jesús. ¿En qué basas tu creencia en Jesús, nacido de María? ¡Desde luego, tu creencia no es confundida! […]

Todos los judíos leyeron el Antiguo Testamento y conocían la profecía de Isaías de que un niño varón nacería en un pesebre. Entonces, ¿por qué siguieron persiguiendo a Jesús a pesar de estar completamente al tanto de este conocimiento? ¿No fue por su naturaleza rebelde y su ignorancia de la obra del Espíritu Santo? En esa época, los fariseos creían que la obra de Jesús era diferente de lo que sabían sobre el niño varón profetizado, y las personas de hoy rechazan a Dios porque la obra del Dios encarnado no se ajusta a la Biblia. ¿Acaso no es la esencia de su rebeldía hacia Dios la misma? ¿Puedes aceptar sin ninguna duda toda la obra del Espíritu Santo? Si es la obra del Espíritu Santo, entonces es la corriente correcta y debes aceptarla sin recelo; no deberías seleccionar y escoger qué aceptar. Si adquieres más perspectiva de Dios y ejerces más precaución hacia Él, entonces ¿no es esto innecesario? No necesitas buscar más justificación de la Biblia, si es la obra del Espíritu Santo, entonces debes aceptarla, pues crees en Dios para seguirlo y no deberías investigarlo. No debes buscar más pruebas para que Yo muestre que soy tu Dios, pero deberías ser capaz de discernir si Yo soy beneficioso para ti; esto es lo más crucial.

La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. ¿Cómo puede el hombre que ha delimitado a Dios con sus nociones recibir Sus revelaciones?

Ya que el hombre cree en Dios, debe seguir muy de cerca los pasos de Dios, paso a paso, debe “seguir al Cordero dondequiera que vaya”. Solo estas son personas que buscan el camino verdadero, solo ellas son las que conocen la obra del Espíritu Santo. Las personas que de un modo servil siguen las letras y las doctrinas son las que la obra del Espíritu Santo ha eliminado. En cada periodo de tiempo, Dios comenzará una nueva obra y, en cada periodo, habrá un nuevo comienzo entre los hombres. Si el hombre sólo acata las verdades de que “Jehová es Dios” y “Jesús es Cristo”, que son verdades que solo se aplican a sus respectivas eras, entonces el hombre nunca estará al día de la obra del Espíritu Santo y nunca podrá obtener la obra del Espíritu Santo. Independientemente de cómo obra Dios, el hombre lo sigue sin la más mínima duda y lo sigue de cerca. De esta manera, ¿cómo puede el hombre ser eliminado por el Espíritu Santo? Independientemente de lo que haga Dios, en tanto que el hombre esté seguro de que es la obra del Espíritu Santo, coopere con la obra del Espíritu Santo sin recelo y trate de cumplir con las exigencias de Dios, entonces, ¿cómo podría ser castigado? La obra de Dios nunca ha cesado, Sus pasos nunca se han detenido y, antes del término de Su obra de gestión, siempre está ocupado y nunca para. Pero el hombre es diferente: al haber obtenido sólo un mínimo de la obra del Espíritu Santo, la trata como si nunca fuera a cambiar; al haber obtenido un poco de conocimiento, no avanza para seguir los pasos de la obra más nueva de Dios; al haber visto sólo un poco de la obra de Dios, de inmediato prescribe a Dios como una figura de madera en particular y cree que Dios siempre permanecerá en esta forma que ve delante de él, que fue así en el pasado y que siempre será así en el futuro; al haber obtenido sólo un conocimiento superficial, el hombre está tan orgulloso que se olvida de sí mismo y comienza a proclamar desenfrenadamente un carácter y un ser de Dios que simplemente no existen; y al tener la certeza de una etapa de la obra del Espíritu Santo, sin importar qué clase de persona sea la que proclame la nueva obra de Dios, el hombre no la acepta. Estas son personas que no pueden aceptar la nueva obra del Espíritu Santo; son demasiado conservadoras e incapaces de aceptar cosas nuevas. Esas personas son las que creen en Dios pero que también lo rechazan. El hombre cree que los israelitas estaban equivocados por “solo creer en Jehová pero no creer en Jesús”, pero la mayoría de las personas desempeñan un papel en el que “solo creen en Jehová y rechazan a Jesús”, y “anhelan el regreso del Mesías pero se oponen al Mesías que se llama Jesús”. No es de extrañar, entonces, que las personas sigan viviendo bajo el campo de acción de Satanás después de aceptar una etapa de la obra del Espíritu Santo y todavía sigan sin recibir las bendiciones de Dios. ¿No es esto el resultado de la rebelión del hombre? Los cristianos alrededor del mundo que no han mantenido el paso con la nueva obra de la actualidad, todos se aferran a la esperanza de que serán afortunados y suponen que Dios cumplirá cada uno de sus deseos. Pero no pueden decir con certeza por qué Dios los llevará al tercer cielo ni tampoco están seguros de cómo vendrá Jesús para recibirlos cuando venga en una nube blanca, mucho menos pueden decir con absoluta certeza si Jesús realmente llegará en una nube blanca en el día que se imaginan. Todos están ansiosos y muy confundidos; ellos mismos ni siquiera saben si Dios arrebatará a cada uno de ellos, la diversidad de pequeños puñados de personas que vienen de toda denominación. La obra que Dios realiza ahora, la era presente, la voluntad de Dios, no entienden ninguna de estas cosas y no pueden hacer nada sino contar los días con los dedos. Solo los que siguen las pisadas del Cordero hasta el final pueden obtener la bendición final, mientras que esas “personas listas”, que no son capaces de seguir hasta el final pero creen que han ganado todo, no pueden ser testigos de la aparición de Dios. Todos creen que son la persona más lista en la tierra e interrumpen el desarrollo continuo de la obra de Dios sin ninguna razón en absoluto, y parecen creer con absoluta certeza que Dios los llevará al cielo a ellos, que “tienen la mayor lealtad a Dios, que siguen a Dios y acatan las palabras de Dios”. Aunque tengan la “mayor lealtad” hacia las palabras que Dios habla, sus palabras y acciones siguen siendo tan repugnantes porque se oponen a la obra del Espíritu Santo y andan con astucia y cometen el mal. Los que no siguen hasta el final, que no siguen el ritmo de la obra del Espíritu Santo, y que únicamente se aferran a la antigua obra, no solo han fallado en lograr la lealtad a Dios sino que, por el contrario, se han convertido en los que se oponen a Dios, se han convertido en los que la nueva era rechaza y que serán castigados. ¿Hay alguien más digno de compasión que ellos?

La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. La obra de Dios y la práctica del hombre

El Señor Jesús dijo: “Tomás, crees porque me has visto; benditos los que no han visto pero aun así creen”.* Estas palabras implican que ya ha sido condenado por el Señor Jesús. Esto no tiene nada que ver con ser bendecido o no; significa que si no crees, no recibirás nada. Solo recibirás si crees. ¿Únicamente puedes creer en algo si Dios te lo muestra, te permite verlo y te convence en persona? Como ser humano, ¿cómo eres apto para pedirle a Dios que se te aparezca de manera personal? ¿En qué manera eras apto para hacer que le hable personalmente a un ser humano corrupto como tú? ¿Y qué cualificaciones tienes para necesitar que Él te explique todo con claridad antes de que creas? Si eres sensato, creerás después de leer estas palabras que dijo Dios. Si de verdad crees, no importa lo que Él haga o diga. En su lugar, al ver que estas palabras son la verdad, estarás convencido al cien por cien de que Dios dijo e hizo estas cosas, al ver que estas palabras son la verdad, e indudablemente ya estarás preparado para seguir a Dios hasta el final. No tienes que dudarlo.

Extracto de ‘Sólo reconociendo tus opiniones equivocadas puedes conocerte a ti mismo’ en “Registros de las pláticas de Cristo”

Ya que estamos buscando las huellas de Dios, nos corresponde a nosotros buscar la voluntad de Dios, Sus palabras y declaraciones; porque dondequiera que haya nuevas palabras dichas por Dios, allí está la voz de Dios, y donde están las huellas de Dios, ahí están Sus hechos. Donde está la expresión de Dios, ahí aparece, y cuando aparece, ahí existe la verdad, el camino y la vida. Al buscar las huellas de Dios, has ignorado las palabras “Dios es la verdad, el camino y la vida”. Y así, muchas personas, incluso cuando reciben la verdad, no creen que han encontrado las huellas de Dios y mucho menos reconocen la aparición de Dios. ¡Qué error tan grave! La aparición de Dios no se puede reconciliar con las nociones del hombre; todavía menos puede Dios aparecer por órdenes del hombre. Dios toma Sus propias decisiones y tiene Sus propios planes cuando hace Su obra; más aún, Él tiene Sus propios objetivos y Sus propios métodos. Sea cual sea la obra que Él haga, no es necesario que la consulte con el hombre o busque su consejo, ni mucho menos que notifique de Su obra a cada persona. Este es el carácter de Dios, que debería además ser reconocido por todo el mundo. Si deseáis presenciar la aparición de Dios, seguir las huellas de Dios, entonces debéis primero apartaros de vuestras propias nociones. No debes exigir que Dios haga esto o aquello; mucho menos debes colocarlo dentro de tus propios confines y limitarlo a tus propias nociones. En cambio, debéis preguntar cómo vais a buscar las huellas de Dios, cómo vais a aceptar la aparición de Dios, y cómo vais a someteros a Su nueva obra; esto es lo que el hombre debe hacer. Ya que el hombre no es la verdad y no está dotado de la verdad, debe buscar, aceptar y obedecer.

La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Apéndice I: La aparición de Dios ha dado lugar a una nueva era

“El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias”. ¿Habéis oído ahora las palabras del Espíritu Santo? Las palabras de Dios han venido sobre vosotros. ¿Las oís? Dios realiza la obra de las palabras en los últimos días y tales palabras son las del Espíritu Santo, porque Dios es el Espíritu Santo y también puede hacerse carne; por tanto, las palabras del Espíritu Santo, tal como se hablaron en el pasado, son las palabras de Dios encarnado hoy. Hay muchas personas absurdas que creen que ya que habla el Espíritu Santo, Su voz debería hablar desde los cielos para que la gente lo oiga. Cualquiera que piense de esta forma no conoce la obra de Dios. En verdad, las declaraciones habladas por el Espíritu Santo son las habladas por Dios hecho carne. El Espíritu Santo no puede hablar directamente al hombre, ni siquiera en la Era de la Ley habló Jehová directamente al pueblo. ¿Acaso no sería bastante menos probable que lo hiciera en esta era actual? Para que Dios haga declaraciones para llevar a cabo la obra, Él debe hacerse carne, o de lo contrario Su obra no sería capaz de conseguir sus objetivos. Los que rechazan a Dios encarnado son los que no conocen el Espíritu ni los principios por los que obra Dios. Los que creen que ahora es la era del Espíritu Santo, pero no aceptan Su nueva obra, son aquellos que viven en una fe vaga y abstracta. Esas personas nunca recibirán la obra del Espíritu Santo. Los que solo piden que el Espíritu Santo hable y realice Su obra directamente y no aceptan las palabras o la obra de Dios encarnado, ¡nunca serán capaces de entrar en la nueva era ni de que Dios les traiga una salvación completa!

La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. ¿Cómo puede el hombre que ha delimitado a Dios con sus nociones recibir Sus revelaciones?

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