La Biblia es el canon del cristianismo y la fe de los creyentes en el Señor se ha basado en la Biblia por dos milenios. Además, la mayoría de las personas en el mundo religioso cree que la Biblia representa al Señor, que creer en el Señor es lo mismo que creer en la Biblia y viceversa, y que si uno se aleja de la Biblia entonces no puede ser llamado un creyente. Me gustaría saber si creer en el Señor de esta forma se ajusta a Su voluntad.

20 Abr 2021

Respuesta:

Muchos creen que la Biblia representa al Señor, que representa a Dios y que creer en el Señor significa creer en la Biblia; que creer en la Biblia es lo mismo que creer en el Señor. Le conceden el mismo estatus a la Biblia que a Dios. Incluso hay quien acepta la Biblia sin aceptar a Dios. Piensan en la Biblia como lo supremo e, incluso, se empeñan en reemplazar a Dios con ella. Incluso hay líderes religiosos que aceptan la Biblia sin aceptar a Cristo y afirman que los que predican la segunda venida del Señor son herejes. ¿Exactamente cuál es el problema aquí? Es obvio que el mundo religioso se ha hundido hasta el punto de reconocer únicamente la Biblia y no creen en el regreso del Señor; no tienen salvación. A partir de esto queda claro que el mundo religioso se ha convertido en un grupo de anticristos que se resiste a Dios y ve a Dios como su enemigo. No se puede negar que muchos líderes religiosos son fariseos hipócritas. Especialmente los que afirman que “los que anuncian la segunda venida del Señor son herejes”, son todos anticristos y incrédulos. Parece que mucha gente no sabe lo que significa exactamente la fe en el Señor. Denominan fe ortodoxa a su fe en este Dios difuso e incluso creen en la Biblia y no en Dios. Incluso niegan y condenan al Cristo encarnado de los últimos días. Ignoran y descuidan cualquier verdad que Cristo expresa. ¿Cuál es el problema aquí? Es una pregunta muy profunda. En la época en la que el Señor Jesús llevó a cabo Su obra, los judíos actuaron exactamente del mismo modo. Antes de que Cristo apareciera para llevar a cabo Su obra, todos basaban su fe en Dios en la Biblia. Nadie podía decir qué fe era real y cuál era falsa, y, por supuesto, nadie podía asegurar quién obedecía realmente a Dios y quién se oponía a Él. ¿Por qué cuando el Señor Jesucristo se encarnó y realizó Su obra puso al descubierto qué clase de hombre era cada uno? Aquí es donde reside la omnipotencia y la sabiduría de Dios. Cuando Dios Todopoderoso, Cristo de los últimos días, aparece y lleva a cabo Su obra, las vírgenes prudentes escuchan Su voz y siguen de cerca las huellas de Dios; así, naturalmente, son llevadas ante el trono de Dios. Y las vírgenes insensatas, como insisten en la Biblia y no reconocen que Dios Todopoderoso, Cristo de los últimos días, es, en realidad, Dios, son expuestas y expulsadas. Por ahora se aferran a su supuesta fe, pero cuando lleguen los grandes desastres, acabarán llorando y rechinando los dientes. A partir de esto podemos ver que los que solo se aferran a la Biblia y no aceptan la verdad, aquellos que creen únicamente en Dios en los cielos, pero no aceptan a Cristo encarnado, son todos incrédulos y Dios los eliminará, sin duda. Esto es la verdad. Veamos lo que Dios Todopoderoso dice al respecto.

Dios Todopoderoso dice: “Desde el momento en el que la Biblia existió, la creencia de las personas en el Señor ha sido la creencia en la Biblia. En lugar de decir que las personas creen en el Señor, es mejor decir que creen en la Biblia; en lugar de decir que han comenzado a leer la Biblia, es mejor decir que han empezado a creer en ella, y, en lugar de decir que han vuelto a la presencia del Señor, es mejor decir que han regresado delante de la Biblia. De esta forma, las personas adoran la Biblia como si fuera Dios, como si fuera su vida, y perderla sería lo mismo que perder su vida. Las personas consideran que la Biblia es algo tan elevado como Dios, y están incluso aquellas que la ven como algo superior a Dios. Si las personas no tienen la obra del Espíritu Santo, si no pueden sentir a Dios, pueden seguir viviendo, pero tan pronto como pierden la Biblia o sus capítulos famosos y sus dichos célebres, es como si hubieran perdido su vida(La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Relativo a la Biblia (1)).

Creen en Mi existencia solo dentro del alcance de la Biblia y me equiparan con ella; sin la Biblia Yo no existo y sin Mí no existe la Biblia. No prestan atención a Mi existencia o acciones, sino que dedican una atención extrema y especial a todas y a cada una de las palabras de las Escrituras. Muchas más incluso creen que Yo no debería hacer nada que quisiera a menos que las Escrituras lo predijeran. Le atribuyen demasiada importancia a las Escrituras. Se puede decir que ven las palabras y expresiones como demasiado importantes, hasta el punto de que usan versículos de la Biblia para medir cada palabra que digo y para condenarme. Lo que buscan no es el camino de la compatibilidad conmigo, o el camino de la compatibilidad con la verdad, sino el camino de la compatibilidad con las palabras de la Biblia, y creen que cualquier cosa que no se ciña a la Biblia, sin excepción, no es Mi obra. ¿No son esas personas los descendientes sumisos de los fariseos? Los fariseos judíos usaron la ley de Moisés para condenar a Jesús. No buscaron la compatibilidad con el Jesús de esa época, sino que diligentemente siguieron la ley al pie de la letra, hasta el grado de que, después de haberlo acusado de no seguir la ley del Antiguo Testamento y de no ser el Mesías, al final crucificaron al inocente Jesús. ¿Cuál era su sustancia? ¿No era que no buscaban el camino de la compatibilidad con la verdad? Se obsesionaron con todas y cada una de las palabras de las Escrituras mientras que no prestaron atención a Mi voluntad ni a los pasos ni métodos de Mi obra. No eran personas que buscaran la verdad, sino que se aferraban a las palabras; no eran personas que creyeran en Dios, sino que creían en la Biblia. En esencia, eran los guardianes de la Biblia. Con el fin de salvaguardar los intereses de la Biblia, de sostener la dignidad de la Biblia y de proteger la reputación de la Biblia, llegaron tan lejos que crucificaron al misericordioso Jesús. Lo hicieron solamente en aras de defender la Biblia y por el bien de mantener el estatus de todas y cada una de las palabras de la Biblia en los corazones de las personas. Así que prefirieron abandonar su futuro y la ofrenda por el pecado para condenar a muerte a Jesús, que no se conformaba a la doctrina de las Escrituras. ¿No fueron todos lacayos de todas y cada una de las palabras de las Escrituras?

¿Y qué pasa hoy con las personas? Cristo ha llegado para liberar la verdad, pero preferirían expulsarlo de este mundo para poder entrar al cielo y recibir la gracia. Preferirían negar por completo la venida de la verdad con el fin de salvaguardar los intereses de la Biblia, y preferirían volver a crucificar al Cristo encarnado de nuevo con el fin de asegurar la existencia eterna de la Biblia. ¿Cómo puede el hombre recibir Mi salvación cuando su corazón es tan malvado y su naturaleza tan opuesta a Mí?(La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Deberías buscar el camino de la compatibilidad con Cristo).

¿Qué significa creer en el Señor? ¿Qué significa creer en la Biblia? ¿Cuál es la relación entre la Biblia y el Señor? ¿Qué fue primero, la Biblia o el Señor? ¿Quién lleva a cabo la obra de salvación? ¿Entonces, puede la Biblia sustituir al Señor para hacer Su obra? ¿Puede la Biblia representar al Señor? Si tenemos fe ciega en la Biblia y la adoramos, ¿significa esto que creemos en Dios y lo adoramos? ¿Aferrarse a la Biblia es equivalente a practicar y experimentar la palabra de Dios? ¿Aferrarse a la Biblia significa necesariamente que estamos siguiendo el camino del Señor? Así pues, si anteponemos la Biblia a todo lo demás, ¿significa esto que adoramos al Señor como algo grande, que somos reverentes y obedientes a Él? Nadie ve la verdad de estos temas. Durante miles de años, la gente ha estado adorando ciegamente la Biblia y le ha concedido el mismo estatus que al Señor. Algunos incluso usan la Biblia como sustituto del Señor y de Su obra, pero nadie conoce verdaderamente al Señor ni le obedece. Justo porque se aferraron a la Biblia, los fariseos crucificaron al Señor Jesús. ¿Cuál era el problema? ¿Acaso entender la Biblia significa conocer a Dios? ¿Acaso aferrarse a la Biblia significa seguir el camino del Señor? Los fariseos eran expertos en interpretar la Biblia, pero no conocían a Dios. Por el contrario, crucificaron al Señor Jesús, quien expresó la verdad y llevó a cabo la obra de redención. ¿No es esto un hecho? ¿Qué significa exactamente conocer en verdad a Dios? ¿Acaso el solo hecho de poder interpretar la Biblia y comprender la sabiduría contenida en ella califica como conocer a Dios? Si ese es el caso, ¿por qué los fariseos condenaron y se opusieron al Señor Jesús aun cuando interpretaban la Biblia? La clave para que uno sea capaz de conocer de verdad a Dios y obedecerle es si conoce y obedece a Cristo encarnado o no. De lo que la mayoría de la gente no se da cuenta es de que Dios encarnado revela todo sobre la humanidad. La maldición del Señor Jesús sobre los fariseos es un testimonio del hecho de que Dios trata a todos con justicia. Está claro que, si no obedecemos al Señor y le adoramos, sino que solo creemos ciegamente en la Biblia y la veneramos, no recibiremos la aprobación de Dios. Si la fe de una persona consiste únicamente en seguir la Biblia y su corazón no tiene un lugar para el Señor; si no puede adorar al Señor como lo más grande ni practicar Sus palabras; si es incapaz de aceptar y obedecer la obra y la guía de Dios, ¿no es tal hombre un fariseo hipócrita? ¿No es ese hombre un anticristo, que ha hecho de Cristo su enemigo? Por lo tanto, si solo nos aferramos a la Biblia, esto ciertamente no quiere decir que hayamos obtenido la verdad y la vida. Es erróneo adorar y seguir la Biblia ciegamente; al hacerlo, ciertamente no recibiremos la aprobación del Señor. Dios hecho carne expresa la verdad para purificarnos y salvarnos a nosotros, los humanos, y para rescatarnos de la influencia de Satanás para que obedezcamos a Dios, le adoremos y, al final, seamos ganados por Él. Este es el propósito y el significado de que Dios encarnado lleve a cabo Su obra. La clave de nuestra fe es buscar la verdad, y practicar y experimentar la palabra del Señor. Solamente así recibiremos la obra del Espíritu Santo y llegaremos a conocer a Dios. Entonces, podremos venerar a Dios y engrandecer al Señor en nuestro corazón. También, tendremos verdadera fe y obediencia en Él. Este es el significado auténtico de la fe en el Señor. Solo si practicamos la fe de esta manera recibiremos la aprobación del Señor. A partir de esto, todo el mundo puede ver claramente que creer en la Biblia no equivale a creer en Dios. Así pues, ¿cuál es la relación entre Dios y la Biblia? En relación con esta pregunta, El Señor Jesús habló muy claramente en el Evangelio de Juan, capítulo 5, versículos 39-40: “Examináis las Escrituras porque vosotros pensáis que en ellas tenéis vida eterna; y ellas son las que dan testimonio de mí; y no queréis venir a mí para que tengáis vida”. A partir de las palabras del Señor Jesús queda muy claro que la Biblia es solo un testimonio de Dios; es únicamente un registro de la obra de Dios en el pasado. La Biblia no representa a Dios, porque la Biblia solo contiene un relato limitado de las palabras y la obra de Dios. ¿Cómo puede este relato limitado de las palabras y la obra de Dios representarle? Dios es el Creador que lo llena todo; Él es el Amo de todas las cosas. La vida de Dios no tiene límite y es inagotable. El hombre no puede comprender la abundancia y la grandeza de Dios. Y el registro limitado de las palabras y la obra de Dios que se encuentra en la Biblia no es más que una gota en el vasto océano de la vida de Dios. ¿Cómo podría representar la Biblia a Dios? ¿Cómo podría equipararse la Biblia a Dios? Dios puede llevar a cabo obra para salvar al hombre. ¿Puede la Biblia hacer obra para salvar al hombre? Dios puede expresar la verdad. ¿Puede la Biblia hacerlo? Dios puede esclarecer, iluminar y guiar al hombre en cualquier momento. ¿Puede hacerlo la Biblia? ¡Por supuesto que no! Así pues, la Biblia no puede representar a Dios. Algunas personas colocan a la Biblia a la par de Dios y piensan que la Biblia puede representar a Dios. ¿No es esto empequeñecer a Dios y blasfemar contra Él? Si utilizamos la Biblia en lugar de la obra de Dios, esto es una negación de Dios y una traición hacia Él. Dios es Dios; la Biblia es la Biblia. La Biblia no puede representar a Dios, ni puede sustituir Su obra. La Biblia es solo un registro de la obra de Dios. Las palabras de Dios contenidas en la Biblia son la verdad. Son una manifestación del carácter de vida de Dios y pueden mostrar Su voluntad. Pero cada etapa de la obra de Dios solo representa los requisitos y la voluntad de Dios para la humanidad durante esa era. No representan las palabras y la obra de Dios en otras eras. ¿Le queda claro a todos ahora?

En lo que se refiere a la verdad interna de la Biblia, pienso que podemos echar un vistazo a algunos pasajes de Dios Todopoderoso. “Nadie conoce la realidad de la Biblia: que no es nada más que un registro histórico de la obra de Dios, y un testimonio de las dos etapas anteriores de la misma, y que no te ofrece un entendimiento de los objetivos de la obra de Dios. Todo aquel que ha leído la Biblia sabe que documenta las dos etapas de la obra de Dios durante la Era de la Ley y la Era de la Gracia. El Antiguo Testamento registra la historia de Israel y la obra de Jehová desde la época de la creación hasta el final de la Era de la Ley. El Nuevo Testamento registra la obra de Jesús en la tierra, que se encuentra en los Cuatro Evangelios, así como la obra de Pablo. ¿No son, estos, registros históricos?(La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Relativo a la Biblia (4)).

Antes, el pueblo de Israel sólo leía el Antiguo Testamento. Es decir, al principio de la Era de la Gracia las personas leían el Antiguo Testamento. El Nuevo Testamento solo apareció durante la Era de la Gracia. No existía cuando Jesús obró; las personas registraron Su obra después de que Él resucitara y ascendiera al cielo. Solo entonces se escribieron los cuatro Evangelios […] Puede decirse que lo que registraron fue acorde con su nivel de educación y calibre humano, que fueron las experiencias de los hombres, que cada uno tuvo sus propios medios para recopilar y conocer, y que cada registro era diferente. Por tanto, ¡si adoras la Biblia como si fuera Dios eres extremadamente ignorante y estúpido! ¿Por qué no buscas la obra del Dios de la actualidad? Solo la obra de Dios puede salvar al hombre. La Biblia no puede salvar al hombre; las personas podrían leerla por varios miles de años y, aun así, no experimentarían el más mínimo cambio, y, si la adoras, nunca obtendrás la obra del Espíritu Santo(La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Relativo a la Biblia (3)).

Las personas abordan la Biblia con obsesión y fe, y nadie puede aclarar del todo la historia interna o la esencia de la misma. Así pues, las personas siguen teniendo hoy una sensación indescriptible de asombro cuando se trata de la Biblia, y están aún más obsesionadas con ella y tienen aún más fe en ella. Hoy en día, todos quieren encontrar las profecías de la obra de los últimos días en la Biblia, quieren descubrir qué obra lleva a cabo Dios durante los últimos días y qué señales hay para los últimos días. De esta forma, su adoración a la Biblia se vuelve más ferviente, y cuanto más se acercan los últimos días, más credibilidad ciega dan a las profecías de la Biblia, particularmente a las relacionadas con los últimos días. Con esa fe ciega en la Biblia, con esa confianza en ella, no tienen deseo de buscar la obra del Espíritu Santo. En las nociones de las personas, piensan que solo la Biblia puede traer la obra del Espíritu Santo; solo en ella pueden encontrar las huellas de Dios; solo en ella están escondidos los misterios de Su obra; solo la Biblia —ningún otro libro o persona— puede clarificar todo lo relacionado con Dios y la totalidad de Su obra; la Biblia puede traer la obra del cielo a la tierra, y puede tanto comenzar como concluir las eras. Con estas nociones, las personas no tienen inclinación a buscar la obra del Espíritu Santo. Así pues, independientemente de cuánta ayuda fuera la Biblia para las personas en el pasado, se ha convertido en un obstáculo para la obra más reciente de Dios. Sin la Biblia, las personas podrían buscar las huellas de Dios en cualquier otro lugar, pero hoy, la Biblia ha contenido Sus huellas, y extender Su obra reciente ha pasado a ser doblemente difícil, y una ardua lucha. Todo esto se debe a los capítulos y dichos famosos de la Biblia, así como a sus diversas profecías. La Biblia se ha vuelto un ídolo en la mente de las personas, un enigma en su cerebro, y son simplemente incapaces de creer que Dios puede obrar fuera de ella, de creer que las personas pueden encontrar a Dios fuera de la Biblia, y, mucho menos, son capaces de creer que Dios podría apartarse de ella durante la obra final y comenzar de nuevo. Esto es impensable para las personas; no pueden creerlo ni imaginarlo. La Biblia se ha convertido en un gran obstáculo para que los hombres acepten la nueva obra de Dios, y en una dificultad para que Dios expanda esta nueva obra(La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Relativo a la Biblia (1)).

Después de todo, ¿quién es más grande: Dios o la Biblia? ¿Por qué debe obrar Dios de acuerdo con la Biblia? ¿Podría ser que Dios no tuviera derecho a actuar más allá de la Biblia? ¿No puede apartarse Dios de la Biblia y realizar otra obra? ¿Por qué no guardaban el día de reposo Jesús y Sus discípulos? Si debía practicar a la luz del día de reposo y según los mandamientos del Antiguo Testamento, ¿por qué no lo hizo Jesús después de venir, sino que, en su lugar, lavó pies, cubrió cabezas, partió pan y bebió vino? ¿No está todo esto ausente de los mandamientos del Antiguo Testamento? Si Jesús honraba el Antiguo Testamento, ¿por qué rompió con estas doctrinas? Deberías saber qué fue primero, ¡Dios o la Biblia! Si era el Señor del día de reposo, ¿no podía ser también el Señor de la Biblia?(La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Relativo a la Biblia (1)).

Es de la máxima importancia buscar y explorar la verdad en relación con la pregunta de si la Biblia puede representar a Dios y qué relación existe entre la Biblia y Dios. Primero debemos llegar a saber: ¿Qué clase de Dios es Dios? Como todos sabemos, Dios es el Creador de todas las cosas, el Gobernante de todas las cosas. Dios es el que es, y es infinitamente omnipotente y sabio. Solo Dios puede salvar y guiar a la humanidad. Solo Dios puede decidir el destino de la humanidad. Este es un hecho ampliamente reconocido. ¿Cómo se hizo la Biblia? Después de que Dios hubo finalizado Su obra, los hombres utilizados por Él escribieron sus testimonios y experiencias, y estos testimonios y experiencias fueron recopilados más tarde para hacer la Biblia. Esto es la verdad. Es por eso que podemos afirmar, con gran seguridad, que la Biblia es un mero registro de la obra de Dios en el pasado, que no es más que un testimonio de la obra de Dios. La Biblia no puede representar a Dios, ni puede sustituir a Dios para llevar a cabo la obra de salvar al hombre. Si nuestra fe se basa únicamente en leer la Biblia y no en experimentar la obra de Dios, nunca recibiremos la obra del Espíritu Santo ni seremos salvos. Porque la obra de salvación de Dios es un acontecimiento en desarrollo. Así pues, no debemos centrarnos en una o dos de las etapas de la obra de Dios. Debemos seguir los pasos de la obra de Dios hasta que Él complete Su obra de salvar a la humanidad. Solo de esta manera podemos recibir la salvación plena de Dios y entrar en nuestro hermoso destino. El plan de gestión de Dios de la salvación incluye tres etapas de obra: la obra de la Era de la Ley, la de la Era de la Gracia y la de la Era del Reino. La Era de la Ley fue cuando Dios utilizó las leyes para guiar la vida de los hombres. La Era de la Gracia fue cuando Dios llevó a cabo la obra de redención de la humanidad. El Señor Jesús fue crucificado para redimir a la humanidad del campo de acción de Satanás, perdonarles sus pecados y prepararles para ir delante de Dios, orar a Él y comunicar con Él. En cuanto a la obra de juicio en la Era del Reino, es la obra misma para purificar, salvar y perfeccionar profundamente a toda la humanidad. Si la humanidad solo pasa por la obra de la Era de la Ley y la Era de la Gracia, pero no acepta la obra de Dios del juicio en los últimos días, no serán totalmente salvados ni ganados por Dios. Todos podemos ver que, en la Era de la Gracia, la obra del Señor Jesús fue únicamente para redimir a la humanidad. En esa era, creer en el Señor solo nos permitió ser perdonados por nuestros pecados, estar calificados para orar a Dios y disfrutar de toda Su gracia, pero no podíamos alcanzar la pureza durante esa era. ¿Por qué? Como tenemos una naturaleza pecadora dentro y a menudo pecamos, nos rebelamos contra Dios y nos oponemos a Él, el Señor Jesús prometió que vendría de nuevo y expresaría todas las verdades que salvan a la humanidad en los últimos días para purificar a todos aquellos que escuchan la voz de Dios y son llevados delante de Su trono. Tal y como el Señor Jesús predijo: “Aún tengo muchas cosas que deciros, pero ahora no las podéis soportar. Pero cuando El, el Espíritu de verdad, venga, os guiará a toda la verdad, porque no hablará por su propia cuenta, sino que hablará todo lo que oiga, y os hará saber lo que habrá de venir(Juan 16:12-13). Las palabras y la obra de Dios Todopoderoso son una realización completa del versículo de Juan: “Cuando El, el Espíritu de verdad, venga, os guiará a toda la verdad”. Así pues, Dios Todopoderoso es el regreso del Señor Jesús. Dios Todopoderoso se encuentra actualmente llevando a cabo la obra de juicio en los últimos días, y está purificando y perfeccionando a todos aquellos que han acudido delante de Su trono. Es decir, Él está perfeccionando y convirtiendo en vencedoras a esas vírgenes sensatas que han regresado a Él tras escuchar Su voz y las llevará al reino de Dios. El hecho de que Dios lleve a cabo tres etapas de la obra de salvación nos permite ver que siempre ha estado obrando para guiar y salvar a la humanidad. Cada etapa de Su obra es más elevada y profunda que la anterior. En cuanto a la Biblia no es más que una lectura obligatoria para los que creemos en Dios. La Biblia no puede realizar la obra de Dios de guiar y salvar a la humanidad.

La Biblia es solo un registro de la obra de Dios. Cuando Dios completó una obra, el hombre registró Sus palabras y Su obra en textos y el texto recopilado se convirtió en la Biblia. Aunque la Biblia es indispensable para nuestra fe, solo podemos entender realmente la Biblia y la verdad al recibir la obra del Espíritu Santo. Eso es un hecho. Así pues, la fe en el Señor requiere que sigamos de cerca los pasos del Cordero, que aceptemos y obedezcamos la obra de juicio de Dios en los últimos días. Solo así podemos recibir la obra del Espíritu Santo y la salvación de Dios. Si solo leemos la Biblia, pero no aceptamos las palabras y la obra de Dios en los últimos días, no podemos ser purificados y salvados. De hecho, aun si todas las palabras de Dios estuvieran registradas en la Biblia, sin la obra del Espíritu Santo seguiríamos siendo incapaces de comprender y conocer la palabra de Dios. Para comprender la verdad, debemos experimentar y practicar las palabras de Dios; debemos recibir el esclarecimiento e iluminación del Espíritu Santo. Solo así podemos comprender la palabra de Dios, comprender la verdad y entrar en su realidad. Los hechos son suficientes para probar que la clave para la salvación del hombre es la obra del Espíritu Santo, la perfección del Espíritu Santo. Ahora bien, ¿quién es el Espíritu Santo? ¿No es el Espíritu Santo, Dios mismo? La Biblia es solo un registro de la obra de Dios en el pasado. Así pues, ¿cómo podría sustituir a Dios mismo? Entonces, como he dicho, solo Dios puede salvar al hombre; la Biblia es incapaz de salvarle. Si la fe de alguien consiste solo en aferrarse a la Biblia, sin aceptar las palabras y la obra de Dios en los últimos días; si no sigue el paso de la obra de Dios, será abandonado y eliminado. En la Era de la Ley, fueron eliminados muchos que no aceptaron la obra del Señor Jesús. Los que creen en el Señor Jesús, pero no aceptan la obra de Dios Todopoderoso en los últimos días también serán abandonados y eliminados. Puede decirse que están ciegos y no conocen a Dios. Y todo lo que queda para ellos es soportar el embate de los desastres venideros, llorando y rechinando los dientes.

La obra de juicio llevada a cabo por Dios Todopoderoso en los últimos días a través de expresar la verdad es la obra fundamental en el plan de gestión de Dios para salvar a toda la humanidad. Es también la última etapa de la obra de Dios para purificar, salvar y perfeccionar completamente a la humanidad. Así pues, si solo nos aferramos a las primeras dos etapas de la obra descritas en la Biblia, pero no aceptamos la obra de purificación y salvación de Cristo de los últimos días, nunca seremos salvos ni entraremos en el reino de Dios. No importa durante cuántos años hayamos practicado la fe, no servirá de nada, porque todos los que rechazan la salvación de Dios Todopoderoso de los últimos días se oponen a Dios y son, todos, fariseos hipócritas. No hay absolutamente ninguna duda de esto. Aunque los fariseos rechazaron al Señor Jesucristo basándose en la Biblia y en los últimos días, los ancianos y pastores rechazan la obra de Dios Todopoderoso basándose también en la Biblia; sus argumentos no se sustentan. Porque ellos no basan sus argumentos en la palabra de Dios, sino en la letra de la Biblia. No importa cuántos argumentos puedan tener, cualquiera que no acepte la obra de Dios Todopoderoso en los últimos días se opone a Dios y le traiciona. A los ojos de Dios, todos son hacedores de maldad; Dios jamás los reconocerá. Estos anticristos y incrédulos expuestos por la obra de Dios en los últimos días tendrán que soportar el castigo de los desastres que se avecinan llorando y rechinando los dientes. Dios los ha expulsado y eliminado a todos para siempre, y jamás tendrán la oportunidad de ver a Dios ni de recibir Su aprobación. Esa es la verdad. Aquí podemos llegar a comprender un hecho: la Biblia simplemente no puede representar a Dios, y, por supuesto, no puede sustituir Su obra. Dios es Dios; la Biblia es la Biblia. Ya que creemos en Dios, debemos experimentar Su obra y seguir Su paso; debemos comer y beber la palabra de Dios en los últimos días, y aceptar y seguir todas las verdades que Él expresa. Este es el verdadero significado de la fe en Dios. Cada vez que Dios se encarna para obrar, tiene que expulsar y eliminar a los que solo se aferran a la Biblia pero no le reconocen ni obedecen. Así pues, podemos decir con confianza que las palabras “La fe en Dios debe ajustarse a la Biblia; obedecer la Biblia es tener verdadera fe en Dios; la Biblia representa a Dios” son afirmaciones que constituyen una falacia pura. Cualquiera que afirme estas cosas está ciego y no conoce a Dios. Si el hombre antepone la Biblia a todo lo demás y pone la Biblia en lugar de Dios, ¿no está siguiendo la senda de los fariseos? Los fariseos se aferraban a la Biblia, oponiéndose a Dios, y, como resultado, se toparon con las maldiciones de Dios. ¿No es esto una realidad?

Extracto de “Preguntas y respuestas clásicas sobre el Evangelio del Reino”

Que las personas ganen la vida a través de su creencia en Dios depende de que obtengan la verdad. Si lo hacen, entonces han conocido verdaderamente a Dios; sólo aquellos que lo han hecho así han ganado verdaderamente la vida. Aquellos que no conocen realmente a Dios no han obtenido la verdad; tales personas, por lo tanto, no han adquirido la vida. Esto es cierto, más allá de cualquier duda. Así que, ¿exactamente qué quiere decir obtener la verdad? Esto requiere tener conocimiento de Cristo, porque Él es Dios encarnado entre los humanos, Aquel que expresa toda verdad. La verdad se origina de la vida de Dios y es enteramente una expresión de Cristo, cuya esencia es la verdad, el camino y la vida. Sólo Cristo posee la esencia de la verdad y la vida, así que cuando lo conoces y lo ganas a Él, has obtenido verdaderamente la verdad. De esto es evidente que, entre los creyentes en Dios, sólo aquellos que conocen a Cristo y lo han ganado, han verdaderamente adquirido la vida, conocido a Dios y cosechado vida eterna. Esto cumple exactamente lo que está escrito en la Biblia: “El que cree en el Hijo tiene vida eterna; pero el que no obedece al Hijo no verá la vida, sino que la ira de Dios permanece sobre él(Juan 3:36). Creer en el Hijo sin duda se refiere a creer en Cristo encarnado. De las personas que creen en Dios, sólo aquellas que reconocen que Cristo es la verdad, el camino y la vida pueden verdaderamente conocer a Dios, ser salvadas y hechas perfectas; sólo ellas recibirán la aprobación de Dios. Cualquiera que cree en Dios, pero que puede todavía negar, resistirse o abandonar a Cristo, es una persona que practica la fe, pero que también se resiste y traiciona a Dios. Como tal, no será capaz de alcanzar la salvación o la perfección. Si alguien cree en Dios, pero sólo adora y da testimonio de la Biblia a ciegas mientras se resiste o siente odio hacia Cristo, entonces esa persona ya está transitando la senda del anticristo y se ha vuelto un enemigo de Dios. Como anticristo, tal persona será castigada y maldecida por Dios y terminará pasando a la perdición y a la ruina. Para los que creen en Dios, esto es el fracaso y la pena más graves.

Hay muchos que sólo creen en un Dios vago en el cielo de acuerdo a la Biblia, pero que no creen que Dios se pueda hacer carne, mucho menos aceptan que Cristo es Dios encarnado, que es el Salvador de la humanidad corrupta o que es el Dios práctico que salva a los humanos. Tales personas no saben que Cristo es la verdad, el camino y la vida; lo que es más, no pueden ser compatibles con Cristo. Ciertamente son el tipo de personas que se aburren con la verdad y la odian. Todos podemos leer en la Biblia que los sumos sacerdotes, escribas y fariseos judíos creyeron en Dios toda su vida, pero se negaron a aceptar al Señor Jesús encarnado, al punto que incluso crucificaron y mataron a Jesucristo. Como resultado, se convirtieron en personas que se resistieron y traicionaron a Dios y, por lo tanto, fueron castigados y maldecidos por Él. A pesar de su fe de toda la vida, no pudieron obtener las bendiciones y la promesa de Dios. ¡Qué final tan lamentable y triste! Por consiguiente, que las personas tengan éxito en su fe depende de si conocen y han ganado a Cristo. El meollo del asunto es si han aceptado todas las verdades expresadas por Cristo y si han experimentado obedientemente toda la obra de Dios, si pueden exaltar a Cristo y dar testimonio de Él hasta ser compatibles con Él. Esto es lo que determina el éxito o fracaso de su fe en Dios. Sin embargo, muchas personas no están de acuerdo con esto; ven la Biblia como si estuviera sobre todo lo demás e incluso la han usado para suplantar a Dios en sus corazones. Cuando Dios encarnado viene a obrar, estas personas pueden en realidad negar, resistir y oponerse a Cristo. Si las palabras y acciones de Cristo no están en conformidad con ciertas reglas de la Biblia, estas personas llegan al extremo de condenarlo, resistirlo y abandonarlo. En vez de creer en Dios, sería más exacto decir que creen en la Biblia. A sus ojos, la Biblia es su Señor, su Dios. Parece que para ellos Dios, el Señor, está en la Biblia y esta lo representa, así que creen que la verdad es cualquier cosa que esté en completa concordancia con la Biblia, mientras que cualquier cosa que difiera de la Biblia no puede ser la verdad. Sólo la Biblia es la verdad. Ven la Biblia como si estuviera más alta que toda verdad; apartarse de la Biblia sería apartarse de la verdad. Piensan que la obra y las declaraciones de Dios son sólo aquellas listadas dentro de sus páginas; se niegan a reconocer cualquier cosa que Él pueda haber hecho o dicho al margen de la Biblia. Tales personas son iguales a aquellos sumos sacerdotes, escribas y fariseos judíos que sólo reconocían la Biblia, pero que no conocían a Dios en absoluto; y que estaban aún menos dispuestos a admitir la existencia de Cristo encarnado. Incluso colocaron a la Biblia y a Cristo una contra el otro, sin saber en lo absoluto que Él es la verdad, el camino y la vida; exaltaron y dieron testimonio de la Biblia y clavaron a Cristo en la cruz, cometiendo de ese modo el monstruoso pecado de resistirse a Dios. Así que podrían haber creído en Dios, pero no fueron salvados; por el contrario, se convirtieron en enemigos de Dios y anticristos, y fueron destinados a ser castigados y maldecidos por Él. Esta es la consecuencia directa de las personas que creyeron en Dios en la religión, que fueron engañadas y controladas por los sumos sacerdotes, escribas y fariseos y entraron en la senda del anticristo. Eso muestra que lo que el Señor Jesús dijo es verdad: “Y si un ciego guía a otro ciego, ambos caerán en el hoyo(Mateo 15:14). Personas como esas ciertamente no pueden ser salvadas o perfeccionadas.

La Biblia contiene una oración que representa mejor la esencia de Cristo. Fue lo que el Señor Jesús dijo: “Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre sino por mí(Juan 14:6). Con estas palabras el Señor Jesús dio en el clavo y reveló el mayor misterio de la fe en Dios, el hecho de que sólo conociendo a Cristo y ganando a Cristo las personas pueden alcanzar la salvación. Esto es porque sólo cuando Dios es encarnado como Cristo puede Él salvar a la humanidad completamente. Cristo es la única puerta para que Sus ovejas entren al reino de los cielos y sólo Cristo encarnado es el Dios práctico que puede traer salvación a los humanos. Si ellos creen en Dios, entonces sólo aceptando y siguiendo a Cristo pueden pisar la senda de la salvación y la perfección. Esta es la única manera en que se pueden convertir en los que hacen la voluntad del Padre celestial y a su vez entrar al reino de los cielos. De esto se entendemos que los creyentes en Dios deben aceptar y obedecer a Cristo encarnado antes de que puedan ser salvados y perfeccionados para recibir la alabanza de Dios. Esta es la manera en la que Dios ha predestinado a las personas para que crean en Él y alcancen la salvación. Por consiguiente, la pregunta de si las personas que creen en Dios conocen a Cristo y han ganado a Cristo es de suma importancia y tiene una relación directa con su destino y desenlace.

Cuando recordamos la obra que el Señor Jesús realizó cuando Él vino a la tierra a iniciar la Era de la Gracia, podemos ver que ninguno de los creyentes en la religión lo conocieron o lo siguieron. Esto fue especialmente cierto de los sumos sacerdotes, escribas y fariseos del judaísmo, todos los cuales se negaron a reconocer o a aceptar a Cristo. Además, estas personas negaron, juzgaron y condenaron al Señor Jesús, de acuerdo a lo que estaba escrito en la Biblia. Incluso lo crucificaron, cometiendo así un pecado monstruoso de resistencia a Dios y convirtiéndose en los arquetipos de las personas en el transcurso de los últimos dos mil años que creen en Dios, pero que se resisten a Él y lo traicionan y que, por lo tanto, han tenido que sufrir el castigo y las maldiciones de Dios. De hecho, al principio, mientras predicaba, el Señor Jesús ya había percibido el hecho de que la esencia del mundo religioso era una que se resistía a Dios y, con gran exactitud, Él directamente expuso la raíz y la esencia de la resistencia de los fariseos a Dios: “Y su palabra no la tenéis morando en vosotros, porque no creéis en aquel que El envió. Examináis las Escrituras porque vosotros pensáis que en ellas tenéis vida eterna; y ellas son las que dan testimonio de mí; y no queréis venir a mí para que tengáis vida(Juan 5:38-40). Las palabras del Señor Jesús revelaron la verdad y la esencia de cómo la comunidad religiosa creía en Dios, pero se resistía a Dios. Simultáneamente, clarificaron la esencia de la relación entre la Biblia y Cristo. Esto es sin duda una salvación enorme para las personas que creen en Dios. Sin embargo, en la comunidad religiosa de hoy, la mayoría de las personas todavía creen, adoran y dan testimonio de la Biblia a ciegas, colocándola en un pedestal por encima de Cristo y de los testimonios sobre Cristo. Esto es especialmente cierto de los líderes y pastores religiosos que, como los fariseos, siguen juzgando, condenando y blasfemando a Cristo encarnado en los últimos días de acuerdo a la Biblia, a pesar de la verdad que Él expresa. Sus acciones han llevado a la tragedia final de crucificar a Cristo de los últimos días una segunda vez y hace mucho tiempo despertaron la furia de Dios. La consecuencia es desastrosa, porque Dios Todopoderoso advirtió desde el principio: “Ay de aquellos que crucifican a Dios(La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Los malvados deben ser castigados). Es, por lo tanto, completamente necesario dar una clara enseñanza sobre la relación existente entre la Biblia y Cristo para que todos puedan tratar la Biblia correctamente, aceptar a Cristo y obedecer Su obra para obtener la aprobación de Dios.

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Con relación a las escrituras, el Señor Jesús una vez dijo: “ellas son las que dan testimonio de mí”. Aquí la palabra de Dios se habló con gran claridad; la Biblia es solamente una compilación de los testimonios acerca de Él. Todos nosotros entendemos que la Biblia es un registro genuino de las dos primeras etapas de la obra de Dios. En otras palabras, es el testimonio de las dos primeras etapas de la obra de Dios que concluyen la guía y la redención de la humanidad después de la creación de los cielos y la tierra y todas las cosas, así como de la humanidad. Al leer la Biblia, todos pueden ver cómo Dios guio a los humanos en la Era de la Ley y les enseñó a vivir delante de Él y a adorarlo. También podemos ver cómo Dios redimió a la humanidad en la Era de la Gracia y la perdonó por todos sus pecados pasados, a la par que le otorgó paz, gozo y toda clase de gracias. No sólo las personas pueden ver que Dios creó a la humanidad y que la ha guiado constantemente, sino que después también la redimió. Mientras tanto, Dios también ha provisto para la humanidad y la ha protegido. Además, podemos leer en las profecías bíblicas que en los últimos días las palabras de Dios arderán como fuego para juzgar y purificar a Su pueblo. Ellas salvarán a la humanidad de todos los pecados y nos ayudarán a escapar de la oscura influencia de Satanás para que podamos regresar completamente a Dios y, al final, heredemos Sus bendiciones y Su promesa. Esto es lo que Dios quiso decir cuando dijo: “ellas son las que dan testimonio de mí”. Por lo tanto, cualquiera que haya leído la Biblia a conciencia puede ver algunas de las acciones de Dios y reconocer Su existencia, y la omnipotencia y sabiduría con la que Él creó, domina y gobierna sobre todas las cosas en el cielo y en la tierra. Por consiguiente, la Biblia es profundamente significativa para que las personas crean en Dios, conozcan a Dios y transiten en la senda correcta de la fe. Cualquiera que sinceramente crea en Dios y ame la verdad, puede encontrar un objetivo y una dirección en la vida leyendo la Biblia y puede aprender a creer en Él, confiar en Él, obedecerlo y adorarlo. Todos estos son los efectos del testimonio de Dios de la Biblia; este es un hecho innegable. Sin embargo, el Señor Jesús también expresó un punto aún más importante cuando dijo: “Examináis las Escrituras porque vosotros pensáis que en ellas tenéis vida eterna”, “Y no queréis venir a mí para que tengáis vida”. ¡Estas palabras son tan importantes! Si las personas que creen en Dios quieren obtener la verdad y la vida, solamente confiando en el testimonio de la Biblia no es suficiente; también deben venir a Cristo para ganar la verdad y la vida. Esto es porque sólo Cristo puede expresar la verdad, redimir y salvar a la humanidad. Dios es Aquel que nos da vida. La Biblia no puede tomar el lugar de Su poder, mucho menos la obra del Espíritu Santo, y no puede otorgar vida a los humanos en nombre de Dios. Sólo aceptando y obedeciendo a Cristo podemos obtener la obra del Espíritu Santo y ganar la verdad y la vida. Si las personas sólo creen en la Biblia sin aceptar al Dios práctico encarnado, entonces no podrán ganar la vida, porque la Biblia no es Dios; es solamente el testimonio de la obra de Dios. Al creer en Dios, debemos comprender que hay etapas en Su obra de salvar a la humanidad; tres etapas de la obra son indispensables para salvar completamente a la humanidad de la influencia de Satanás, para que ella verdaderamente pueda regresar a Dios y ser ganada por Él. Por lo tanto, cada etapa de la obra de Dios que los humanos experimentan les trae parte de Su salvación. Sólo siguiendo de cerca el paso de la obra del Espíritu Santo y experimentando la obra del juicio y castigo de Dios en los últimos días, podemos recibir la amplia y completa salvación de Dios. Por ejemplo, en su creencia en Jehová Dios, los israelitas sólo podían disfrutar la promesa de Dios durante la Era de la Ley. Si no aceptaban la salvación de Jesucristo, no podían ser perdonados de sus pecados, mucho menos disfrutar la paz, el gozo y la gracia abundante otorgados por el Señor; esto es un hecho. Si las personas sólo aceptan la redención del Señor Jesús para ser perdonadas de sus pecados, así como para recibir las muchas gracias otorgadas por Dios, pero no aceptan Su obra de juicio y castigo en los últimos días, entonces no pueden obtener la verdad ni la vida, ni serán capaces de lograr un cambio en su carácter de vida. Como tal, no estarán calificadas para heredar las promesas de Dios y entrar al reino de los cielos. Cada etapa de la obra de Dios da su propio fruto y cada uno es más elevado que el anterior. Todas estas etapas se complementan entre sí; no se puede saltar ni una sola. Gradualmente conducen a la perfección. Si una persona no aceptara una de las etapas de la obra de Dios, esa persona sólo podría obtener una porción de Su salvación, no toda. Esto también es un hecho. Si las personas sólo creen en la Biblia sin aceptar a Cristo en los últimos días, se convertirán en personas que se oponen y traicionan a Dios. Como resultado, habrán perdido la completa salvación final de Dios. En otras palabras, las personas que sólo creen en el Señor Jesús y no aceptan la salvación traída por Su regreso —Dios Todopoderoso— en los últimos días, entonces su fe será arruinada a mitad de camino y todo se reducirá a nada. ¡Eso sería una lástima! ¡Qué lamentable! Por lo tanto, no aceptar a Cristo encarnado conduce a ser incapaz de obtener la vida. Creyendo sólo en la Biblia, las personas no pueden ser salvadas u obtener la vida y nunca podrán conocer a Dios, porque la Biblia no es Dios; solamente es el testimonio de Él. Por consiguiente, si las personas sólo creen en la Biblia sin aceptar a Cristo, no pueden recibir la obra del Espíritu Santo. Como resultado, no pueden ser salvadas por Dios; sólo pueden ser eliminadas por Él. Esto es cierto sin ninguna duda. Es un hecho que se puede ver leyendo la Biblia. Además, esto también es la causa de fondo de por qué los líderes y pastores religiosos creen en Dios pero se resisten a Él, lo que conduce al fracaso en su fe.

Extracto de La comunicación desde lo alto

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