Un aspecto de la obra de redención del Señor Jesús fue perdonar y absolvernos de nuestros pecados, mientras que otro aspecto fue otorgarnos paz, gozo y gracia abundante. Esto nos ha demostrado que Dios es un Dios misericordioso y amoroso. Sin embargo, vosotros dais testimonio de que Dios Todopoderoso lleva a cabo la obra de juicio en los últimos días, que Él expresa la verdad y juzga y castiga al hombre, poda y trata con el hombre, expone al hombre y elimina toda clase de personas malvadas, espíritus malvados y anticristos, lo que les permite a las personas ver que el carácter justo de Dios no tolera ninguna ofensa. ¿Por qué es completamente diferente el carácter revelado en la obra del Señor Jesús del carácter revelado en la obra de Dios Todopoderoso? ¿Cómo exactamente debemos entender el carácter de Dios?

3 Jun 2018

Respuesta:

Puesto que el Señor Jesús llevó a cabo Su obra de redención en la Era de la Gracia, hemos comprobado que rebosa tolerancia y paciencia, amor y misericordia. Siempre y cuando creamos en el Señor Jesús, se nos absolverán nuestros pecados y podremos disfrutar de la gracia de Dios. En consecuencia, hemos decidido que Dios es afectuoso y misericordioso, que perdona eternamente al hombre y lo absuelve de todos los pecados y siempre nos trata como una madre a sus hijos: con el máximo cuidado y sin mostrar jamás enfado. Por lo tanto, muchos se quedan perplejos al ver que Dios Todopoderoso en los últimos días expresa verdades y juzga al hombre con duras palabras que dejan al descubierto su corrupción de forma muy clara e inmisericorde; no entienden que condene y maldiga a los malvados, los anticristos y los fariseos. No creen que Dios deba usar palabras tan duras para juzgar al hombre. El que seamos capaces de albergar este tipo de nociones se debe exclusivamente a que nos falta conocimiento del carácter inherente a Dios. El carácter que Dios revela en cada era depende siempre de las necesidades de Su obra de salvación de la raza humana y también viene determinado por las necesidades de la humanidad corrupta. Todo sea por la redención y salvación de la humanidad. Si queremos entender este aspecto de la verdad y alcanzar el verdadero conocimiento del carácter de Dios, leamos unos pasajes de las palabras de Dios Todopoderoso.

Dios Todopoderoso dice: “La obra de Jesús fue de acuerdo con las necesidades del hombre en esa era. Su tarea fue redimir a la humanidad, perdonar sus pecados y así, Su carácter fue completamente de humildad, paciencia, amor, piedad, indulgencia, misericordia y bondad. Él brindó a la humanidad abundante gracia y bendiciones, y todas las cosas que las personas podían disfrutar, Él se las dio para su goce: paz y felicidad, Su indulgencia y Su amor, Su misericordia y Su bondad. En esos días, la abundancia de cosas para gozar que la gente tenía ante sí —la sensación de paz y de seguridad en su corazón, la sensación de consuelo en su espíritu y su confianza en el Salvador Jesús— era consecuencia de la era en la que vivía(La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. La verdadera historia de la obra de la Era de la Redención).

En el pasado, Su medio de salvación implicaba mostrar el máximo amor y compasión, tanto que le dio Su todo a Satanás a cambio de toda la humanidad. El presente no tiene nada que ver con el pasado: La salvación que hoy se os otorga ocurre en la época de los últimos días, durante la clasificación de cada uno de acuerdo a su especie; el medio de vuestra salvación no es el amor ni la compasión, sino el castigo y el juicio para que el hombre pueda ser salvado más plenamente(La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Debes dejar de lado las bendiciones del estatus y entender la voluntad de Dios para traer la salvación al hombre).

En Su obra final de dar por concluida la era, el carácter de Dios es de castigo y juicio, revela todo lo que es injusto, juzga públicamente a todos los pueblos y perfecciona a aquellos que le aman con un corazón sincero. Solo un carácter así puede concluir la era. Los últimos días ya han llegado. Todas las cosas se clasificarán según su especie, y se dividirán en diferentes categorías en base a su naturaleza. Este es el momento en el que Dios revela el final y el destino del hombre. Si este no pasa por el castigo y el juicio, no habrá forma de revelar su desobediencia y su injusticia. Solo por este medio se puede manifestar el final de todas las cosas. El hombre solo muestra lo que realmente es cuando es castigado y juzgado. El mal se pondrá con el mal, el bien con el bien, y toda la humanidad será clasificada según su especie. A través del castigo y del juicio se revelará el final de todas las cosas, de forma que los malos serán castigados y los buenos recompensados, y todas las personas se someterán al dominio de Dios. Toda la obra debe lograrse por medio del castigo y juicio justos. Como la corrupción del hombre ha alcanzado su punto culminante y su desobediencia ha sido demasiado grave, solo el carácter justo de Dios, que es principalmente de castigo y juicio, y se revela durante los últimos días, puede transformar y completar totalmente al hombre. Solo este carácter puede dejar el mal al descubierto y castigar así con severidad a todos los injustos. Por tanto, un carácter como este está imbuido de la importancia de la era y la revelación y exhibición de Su carácter se hacen manifiestas en aras de la obra de cada nueva era. Dios no revela Su carácter de manera arbitraria y sin sentido. Si al revelar el final del hombre durante los últimos días, Dios fuera a concederle al hombre una compasión y un amor inagotables y fuera amoroso hacia él, sin someterle a un juicio justo, sino demostrándole tolerancia, paciencia y perdón, y perdonara al hombre por muy graves que fueran los pecados que cometiera, sin un atisbo de juicio justo, ¿llegaría entonces alguna vez a su conclusión toda la gestión de Dios? ¿Cuándo podría un carácter así guiar a la humanidad al destino apropiado? Por ejemplo, un juez que siempre es amoroso, bondadoso y amable, que ama a las personas independientemente de los crímenes que hayan cometido, y es amoroso y tolerante con las personas sean quienes sean, ¿cuándo será capaz de alcanzar un veredicto justo? Durante los últimos días, solo el juicio justo puede clasificar al hombre según cada especie y llevarlo a un nuevo reino. De esta forma, se pone fin a toda la era por medio del carácter justo de Dios de juicio y castigo(La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. La visión de la obra de Dios (3)).

Tras leer estas palabras de Dios Todopoderoso, ¿qué entendemos acerca del carácter que Dios reveló en la Era de la Gracia? ¿Qué carácter revela Dios en la Era del Reino? ¿Son iguales los caracteres revelados por Dios en la Era de la Gracia y la Era del Reino? Fue en la Era de la Gracia cuando Dios realizó Su obra de redención, en la que reveló Su misericordia y amor, Su tolerancia y paciencia, así como Su perdón y absolución. Sólo de esta manera pudo la humanidad ser apta para presentarse ante Dios a orar, confesar sus pecados y suplicarle. Al recibir la absolución de Dios pudo disfrutar de Su gracia y Sus bendiciones. En el último período de la Era de la Ley, pese a saber lo que era el pecado y que las leyes de Jehová Dios no toleraban ninguna ofensa por su parte, a menudo la humanidad atentaba contra esas leyes y ofendía a Dios. Según lo que la ley y los mandamientos exigían a la humanidad, esta debería haber sido condenada a muerte en virtud de la ley. Por eso Dios se hizo carne y fue crucificado por la humanidad en la Era de la Gracia; Él cargó personalmente con los pecados de la humanidad para absolverla y perdonarla. El Señor Jesús trataba a Sus seguidores como unos padres tratarían a sus propios hijos: con inmenso cuidado y sin ninguna voluntad de dejar de lado a quien creyera en Él o lo siguiera. El Señor Jesús reveló Su misericordia, amor, perdón y absolución para que viéramos lo auténtico que es Su amor por nosotros, lo misericordioso y bondadoso que es Su corazón, y que tiene en cuenta nuestras debilidades. Su amor renovó nuestro corazón. Con eso bastó para que nos dispusiéramos a aceptar a Dios, a presentarnos ante Él para arrepentirnos de los pecados y recibir Su redención. ¿Acaso no hemos percibido todos esta misericordia y este amor de Dios? Ahora que han llegado los últimos días, la humanidad ya conoce la existencia de Dios y ha disfrutado mucho de Su gracia. Toda ella puede tener por seguro que Dios la va a redimir y salvar. En la actualidad, la gente puede aceptar algunas verdades: ha llegado la hora de que Dios realice Su obra de juicio para la purificación y salvación completas del hombre. Dado que la humanidad de los últimos días está totalmente contaminada por la corrupción de Satanás, es sumamente arrogante y retorcida, egoísta y despreciable, tremendamente malvada y codiciosa. Es capaz de todo por fama, estatus y riqueza. Ha perdido toda conciencia y razón, carece de la más mínima benevolencia y, aunque crea en el Señor y se le perdonen los pecados, su naturaleza pecaminosa y su carácter satánico siguen ahí. Por eso el conjunto de la humanidad no puede librarse de vivir en pecado. A fin de salvar completamente a la humanidad de los males del pecado, Dios se ha encarnado en el Hijo del hombre en los últimos días, de acuerdo con las necesidades de la humanidad corrupta; ha expresado todas las verdades para purificar y salvar a la humanidad. Dios ha llevado a cabo una etapa de la obra de juicio y castigo y, al emitir la verdad para juzgar al hombre, Sus palabras son un poco duras y ponen el dedo en la llaga cual espada de doble filo, revelando completamente Su carácter justo, majestuoso y airado. Precisamente gracias al juicio y castigo de Dios entendemos que Su justicia y santidad no toleran las ofensas de la humanidad, y será en ese momento cuando nos postraremos en el suelo y no tendremos donde escondernos. Entonces nos damos cuenta de que estamos tan hondamente corrompidos y tan llenos del carácter de Satanás que carecemos de toda veneración y obediencia a Dios, de que lo único que hacemos es rebelarnos y oponernos a Él y de que no merecemos estar en Su presencia. Sólo así logramos arrepentirnos de verdad y llegamos a saber qué es la verdadera semejanza humana y cómo hay que vivir con sentido. Al experimentar el juicio y castigo de Dios podemos comprender muchas verdades, crecer la veneración y la sumisión a Dios en nuestro corazón, así como aprender la importancia de buscar la verdad y el sentido último de conocer y amar a Dios. ¿Acaso no es ese el verdadero arrepentimiento? ¿No es esa la auténtica transformación? Sin el juicio y castigo de Dios, los seres humanos, tan hondamente corrompidos, no tendrían manera de purificarse y alcanzar la salvación.

Ahora comprobamos que el resultado de la salvación y perfeccionamiento del hombre a manos de Dios solamente puede lograrse por medio de Su juicio y castigo. Esa es la realidad. Si las cosas pasaran como nosotros imaginamos, Dios en los últimos días revelaría el mismo carácter afectuoso y misericordioso del Señor Jesús, ¿lograría de ese modo purificar y salvar a la humanidad? Si Dios no llevara a cabo Su obra de juicio en los últimos días, nunca entenderíamos realmente el carácter inherente a Él, que se fundamenta sobre todo en Su justicia. En tal caso no podríamos recibir la verdad, alcanzar la purificación ni la salvación ni ser perfeccionados. Además, no habría manera de dejar al descubierto y eliminar a aquellos incrédulos que no buscan la verdad ni a los anticristos, que la odian y son enemigos de Dios. Sólo el justo juicio de Dios puede dejar al hombre totalmente al descubierto y clasificar a cada persona según su tipo. Esto es lo único que puede culminar la obra de Dios de salvar a la humanidad. Al leer la palabra de Dios Todopoderoso nos damos cuenta de que el carácter que Dios expresa en cada era viene determinado por las necesidades de la obra de salvación de la humanidad. Por lo tanto, no podemos delimitar el carácter y la totalidad de Dios en función del carácter que revele en una determinada era. Como los fariseos delimitaban el nombre de Dios y se atenían de manera rígida a un conjunto de normas, se opusieron y condenaron al Señor Jesús, por lo que Dios los castigó y maldijo. Debemos conocer el carácter de Dios comprendiendo las tres etapas de Su obra. Esta es la única manera correcta de hacerlo y se conforma a la voluntad de Dios. Si concluyéramos que Dios es afectuoso y misericordioso basándonos exclusivamente en el carácter revelado por el Señor Jesús en la Era de la Gracia, ¿supondría esto un verdadero conocimiento de Dios? Sería una manera muy necia e ignorante de conocer a Dios. Todos los fariseos comprendían la Biblia, pero ¿por qué no conocían a Dios? Porque sólo lo definían en función de una etapa de Su obra, así que crucificaron al Señor Jesús cuando vino a llevar a cabo Su obra. Esto demuestra lo fácil que puede ser delimitar y oponerse a Dios si no lo conocemos.

Extracto de Respuestas a preguntas del guión cinematográfico

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